La Mujer del Portero (11)
Marian mi mujer y su cita con Pedrito, su joven admirador. Al final yo fui su salvación.
LA MUJER DEL PORTERO (XI)
Me dirigía a mi casa cuando entró la llamada de mi secretaria Silvia a mi celular:
" Hola mi amor, para informarte que ya llegó Virginia. Estuvo de paso por mi oficina para justificar su inasistencia y le dije que ya sabía que tu le habías dado permiso. Me hacía gracia su justificación, sabiendo la fiestecita que se habían dado.- Ahora ella se ha ido a su casa, así que todo está bajo control.- me informó discreta.-
" Gracias por tenerme al tanto querida. Pensé ir a la oficina, pero estoy muerto... necesito descansar así que me voy a casa... mañana en la mañana te veo y te contaré lo último de Marian. Te quiero mucho.. chau .- creo que en mi voz se notaba el cansancio que traía.-
" No te preocupes querido, descansa que mañana no te me escapas, Chau.- dijo alegre y cortó la comunicación.-
Llegué a casa y observé mientras entraba al amplio jardín que habían varios autos estacionados, recordé entonces que como cada jueves mi mujer se reúne con un grupo de amigas a jugar bridge. En realidad, esas reuniones de amigas era una especie de relax o terapia colectiva, aprovechando para enterarse del último chisme o del acontecimiento social del momento. Cuando había eso, yo generalmente saludaba a las damas y luego me deslizaba a mi despacho privado hasta esperar que terminen la charla a eso de las 10 de la noche. Esta vez, yo saludé a todas y fui directamente a mi habitación, tomé un baño caliente y me acosté, Estaba cansadísimo y caí dormido en cuanto me metí en la cama.
Desperté al día siguiente, viernes a las 8 de la mañana. Marian dormía a mi lado. Miré a mi mujer y así como estaba, sin una pizca de maquillaje, con la paz le daba un plácido sueño se la veían más joven, con una belleza muy suya. El calor había hecho que apartara las sábanas mientras dormía y lograba ver su firme pecho y sus pezones rosados en total descanso, su abdomen plano y unas piernas blancas, suaves, bien torneadas.... allí me asaltó la pregunta que había estado dando vueltas a mi inconsciente: ¿haría suyo este fenomenal cuerpo Pedrito?, ¿se lo permitiría mi mujer?, tenía una morbosa curiosidad por saber qué pasaría la noche del sábado... esto solo el tiempo lo diría....
Me fui al baño y cuando salí unos 45 minutos después, afeitado, bañado, peinado y perfumado....Marian se estiraba perezosa en la amplia cama.
" Amorcito... cuando subí ayer, estabas dormido como un angelito y no quise ni hacerte ruido, que rico has dormido" .- me dijo mimosas, al tiempo que estiraba sus delicados brazos hacia mí.-
" Sí cariño, realmente me encontraba agotado. Tienes razón, nada como un buen sueño para reparar energías... ahora, ¿qué te parece si desayunamos acá en nuestro cuarto y hablamos? .- le pregunte dándole un beso y estrechándola amorosamente.-
Ella estuvo de acuerdo y cogiendo el teléfono interno llamó a la criada y pidió que nos subieran el desayuno, pidió: frutas secas, frutas frescas, huevos de 3 minutos para cada uno, y leche, café descafeinado y tostadas de pan integral. Yo recordaba el desayuno que el día anterior habia devorado con Virginia y sonreí para mis adentros. Mientras esperábamos la colación, mi mujer se metió a la ducha y a los pocos minutos salió, secándose el cabello con la toalla y enfundada en una bata blanca de felpa absorbente. Cuando se terminaba de secar el cabello con la ayuda de una potente secadora, entró una de las criadas con una gran bandeja. Abrió la puerta de la pared ventanera de nuestra habitación que daba a una terracita que tenía en el centro una mesita protegida por una amplia sombrilla. El sol brillaba radiante a esa hora de la mañana y la criada acomodó todo en la mesa, hecho lo cual discretamente espero a un lado para que una vez instalados en nuestras sillas, procediera a servirnos.
Empezamos a desayunar y la criada desapareció silenciosamente. Ya solos, Marian me empezó a reseñar los chismes de su reunión y ambos comentábamos luego sobre las noticias del día y cosas por el estilo. Por mi parte yo le reseñé mi agenda del día y por las cosas que tendría que hacer, seguramente regresaría bastante tarde. Ella por su lado tenía el día dedicado a pasarla con sus padres, ésta era una rutina que ella cumplía cada semana y regresaba a casa a las 7 de la noche. Quedamos en que esa noche iríamos al teatro, esa noche la Compañía Teatral de Osvaldo Cattone, presentaba una obra en el Teatro Marsano en Miraflores, que había tenido muy buena crítica: "Monólogos de la Vagina" era el título, en la que actuaban cuatro conocidas actrices, que monologaban por supuesto sobre aquello. Nos despedimos con un abrazo y un dulce beso. No mencioné nada referente a su cita del día siguiente.
Al llegar a mi oficina, recibí la llamada de Silvia, no reconocí su voz. Estaba con una gripe terrible, había amanecido con fiebre y era imposible que fuera a trabajar. Lamenté su ausencia y le desee pronta mejoría y que la llamaría seguido para saber sobre su evolución. Definitivamente el descanso de fin de semana le caería bien. Me sumergí en el trabajo y casi sin pensarlo eran las 6 de la tarde, el personal empezaba a retirarse y yo preparé mis cosas para hacer lo propio. Debido a que almorcé con clientes fuera de la oficina, no tuve oportunidad de ver a Virginia. Sin embargo al salir en mi auto, quien me abrió la puerta de la cochera fue Alejandro, quien solícito se acercó a saludarme:
" Doctor buenas noches .- saludó atento.-
" Hola Alejandro, ¿qué tal el viaje?.- ´pregunté
" Muy bien doctor, todo sin novedad y pude hacer mis trámites sin problemas, solo que el tiempo ha sido corto y con las justas solo unos parientes pudieron conocer a mis niños. Mi pueblo está a un día de Iquitos en lancha, así que no pude ir... ya será en otra oportunidad. Allí vive mi madre y no tuve oportunidad de verla" .- se lamentó.-
" Que lástima, pero mira, otro día que puedas ir, me avisas porque te puedo conseguir pasajes gratis por Aerocontinente. De pronto para tus vacaciones puedes ir con tus niños, con tu esposa... avísame con tiempo.- le dije, pues se me estaba ocurriendo algo.-
" Uyy Doctor, me toca vacaciones el próximo mes...yo podría ir con mis chicos, pero la Virginia recién ha empezado a trabajar y aún no le tocan vacaciones. No se, vamos a ver.
" Eso es fácil, pues podríamos darle a ella unos días de vacaciones y viajan juntos, ella podría regresar a trabajar y tu podrías quedarte en Iquitos hasta el final de tus vacaciones.... en fin, piénsalo y me hablas con tiempo.- la carnada estaba echada.. solo había que esperar.-
" Gracias Doctor.. yo lo voy a hablar con la Virginia y le aviso.... gracias nuevamente.- diciendo eso me franqueó la salida.- Si la cosa pegaba tendría varios días para gozar libremente a Virginia...quizás al regreso de Cancún donde pensaba viajar con Silvia.....
Esa noche fui al Teatro con mi mujer y dos parejas de amigos, luego pasamos a cenar a un Restarurant Japonés muy conocido en San Isidro: el "Toshiro´s" de propiedad de un amigo mío Toshiro Konishi un caballero japonés experto en la preparación de tan sabrosos potajes y famoso en Lima por los comerciales que protagoniza para los productos National. Hacia las 12 de la noche regresamos a casa y ya en la cama, relajados y tranquilos, me lancé a tratar el tema de la cita de la noche siguiente de mi mujer con su joven admirador. Marian seguía con sus dudas, sobre si "si" o "no", pero lo cierto era que le gustaba estar a solas con el muchacho. Yo le dije que al día siguiente tenía una cita con un grupo de amigos para jugar golf en el Lima Golf Club de San Isidro. Generalmente esas partidas duran hasta más de medio día y quedamos que nos veríamos a las tres de la tarde en casa, luego de lo cual yo me retiraría para dejarla en completa libertad.
Así ocurrió todo. Al día siguiente a las tres de la tarde regresé a casa.... mi mujer estaba en el sótano de la casa, donde tenemos un pequeña instalación de sauna y jacuzzi... Allí estaba botando toxinas... ya terminaba cuando entré y mientras la acompañaba hasta la ducha, trazamos lo que sería el resto de la tarde. Yo le expliqué que a eso de las cinco saldría de casa y tomaría una habitación en el Country Club Hotel, que está cerca de casa, esperando el fin de su cita para que me contara los detalles del encuentro. Nos besamos con mucho cariño, con mucho amor y le desee, resolviera lo que resolviera una feliz cita. Luego de acompañarla hasta la habitación y siendo ya las 5 de la tarde me retiré para dejarla que se arreglara para la cita.
Para Marian yo ya me había marchado, pero siguiendo la misma estrategia de las veces anteriores, a eso de las 7 de la noche, me deslicé subrepticiamente a mi casa por la puerta del fondo que da al jardín. Llegue cuando mi mujer estaba aún en nuestra habitación arreglándose y no me fue difícil deslizarme hasta mi closset desde donde podía ver y escucharla con toda claridad. Ella estaba concentrada en cepillar su cabello y cuando consideró que estaba a punto, se peinó como solo ella sabe hacerlo. Su cabello castaño, enmarcaba armoniosamente el rostro que en seguida empezó a maquillar, con tonos suaves, realzando sus hermosos ojos almendrados y terminada la tarea se observó detenidamente todo el rostro, yo la veía singularmente hermosa y sexy, al parecer ella quedó más que satisfecha de su aspecto.
Se puso de pie y se despojó de la bata que la envolvía y quedó totalmente desnuda frente al gran espejo. El cuerpo de mi mujer estaba en todo su esplendor, el color bronce que había adquirido gracias al sol de verano, le daba una renovada juventud y la mostraba deseable..... bella. Sobre la cama estaba su ropa interior, una pequeña braguita blanca de encajes y un brassiere también blanco de encajes a juego que le sujetó graciosamente los redondos y deseables pechos. En seguida se puso el vestido, de seda blanco que caía acariciante por el esbelto cuerpo de Marian, La prenda le quedaba un poco más arriba de las rodillas y dejaba apreciar sus hermosas piernas, cuyo espectacular bronceado contrastaba armoniosamente con lo blanco del traje. Realmente estaba bellísima. Luego se volvió a mirarse al espejo, Marian dejó libres los primero botones del vestido camisero de modo que se veía el nacimiento de sus senos. Al cuello se colocó una cadena de oro, con un dije en forma de corazón con una M (inicial de su nombre) .... Ver así a mi mujer, arreglándose para alquién que no era yo me ponía arrecho. Como la vez anterior, puso una silla frente al espejo y se sentó para ver hasta donde se trepaba el vestido, al hacerlo el vestido dejaba ver sus bellos muslos y al cruzar las piernas se le veía claramente el triangulito blanco de su pequeño calzoncito.
Quedó satisfecha con la exhibición y luego, de pie, le hablo al espejo... como esperando una respuesta:
" Marian, ... te atreverás a tirarte al chico? ¿Qué se sentirá tener un cuerpo joven... casi de un niño pegarse al mío? Podré hacerlo realmente o solo lo provocaré para divertirme?... ¿ Que pasará esta noche....? Bueno espejito, tu serás testigo de lo que pase.....- luego mirándose por enésima vez.- Marian, eres una puta infanticida... Estaba en eso cuando sonó el timbre.
Marian salió apurada. No había servicio y ella tendría que abrir la puerta. Aprovechó de perfumarse generosamente y fue a encontrarse con su joven admirador. Mientras ella bajaba lentamente por las escaleras, contoneándose modosa y coqueta, yo bajé al primer piso por la escalera del fondo, de modo que podía observarlos mientras estuviesen en la sala o fueran al comedor. Mi visión era como estar en un palco de teatro. Estaba ya en mi mirador, cuando Marian llegaba al primer piso y se dirigía a la puerta. Al abrirla estaba allí el chico, vestido de sport, quizá lo más elegante que podía, con un pantalón negro y una camisa crema, bajo la cual se notaba un polo blanco. En la mano traía un ramo de rosas, con las cuales no sabía que hacer. Nervioso, titubeo al ver la espectacular mujer que le abría la puerta y le franqueba la entrada.
" Hola Pedrito, que tal, Tu siempre tan puntual.- saludó coqueta mi mujer y se acercó dándole un beso en la mejilla.-
" Hola Ma,, Ma .. Marian.- tartamudeó el pobre.- Te traje estas rosas,,, pensé que te gustarían.- dijo nervioso extendiendo las flores a mi mujer.-
"Pedrito, no debiste molestarte, Eres muy gentil... gracias... estas rosas están hermosas.- ponderó Marian recibiendo el obsequio.- pero pasa, hombre, pasa .-. y el muchacho entró.-
" Adelante Pedrito, ponte cómodo en la sala, yo voy a poner estas rosas en un florero y en seguida vuelvo.- dijo Marian dirigiéndose a la cocina.- Pedrito la siguió con la mirada golosa, admirando a mi mujer, que cadenciosa y sintiendo la mirada del chico se dirigía a la cocina.
Al poco rato volvió con las flores en un florero de cristal y entró a la sala, poniendo el obsequio sobre la tapa de piano de cola. Pedrito estaba de pie y Marian, tomándolo del brazo lo condujo a un extremo de la gran sala, ofreciéndole sentarse en un largo y mullido sofá. La sala entera estaba iluminada y el extremo escogido, tenía además una lámpara de pie encendida, lo que me permitía desde mi palco no perder ningún movimiento de mis personajes.
" Marian, que linda es tu casa y enorme....- admiró Pedrito.- el chico no se cansaba de admirar los muebles y cuadros de la habitación. Y así lo manifestaba.
" Pedrito, te puedo ofrecer algo de beber?, tu dime que deseas, un whisky, un vino... no se, pídeme lo que quieras (Marian acentuó esta frase), pero de momento no hubo reacción del joven al doble sentido que encerraba la frase.
" En realidad Marian.. no se... no he tomado nunca Whisky, en todo caso preferiría otra cosa si no te molesta, .- dijo temeroso.-
" Bueno, qué te parece si tomamos ambos un whisky, con hielo y para que no sea muy fuerte le ponemos Coca Cola. Esto lo reprobaría mi marido que es un purista y para él el whisky se debe tomar solo o con hielo. Pero aprovechemos que no está y rompamos las reglas de ese trago, ¿Te animas?
" Si Marian, lo que tu digas. Aprovecharé para saber cómo es. -repuso entusiasta.-
Marian se dirigió a la mesita cercana que estaba llena de diferentes licores y tomó una de Shivas Regal y sirvió los tragos... mientras lo hacía, dándole la espalda a Pedrito, se inclinó y le dio una primera exhibición al chico de su apetecible culito redondo y suave. Desde su posición Pedrito podía ver claramente las largas, torneadas y apetecibles piernas de mi mujer hasta el límite de las mismas. Un mínimo movimiento y le podría ver el borde del calzoncito blanco. Con los tragos en la mano, Mariana le alcanzó el suyo a Pedrito y luego se sentó en el mismo sofá pero en el extremo opuesto. Así, ladeo su cuerpo y semicruzó las soberbias piernas, dispensándole al joven una exhibición completa de sus íntimos encantos. Los ojos desorbitados del chico eran signos más que evidentes del efecto causado:
" Pedrito no habíamos tenido oportunidad de brindar por tu ingreso ni por tu beca, así que ¡Salud!.- dijo Marian levantando el vaso y acercándolo al del joven para un choque de los mismos,-
" Gracias Marian y Salud.- respondió el joven.
Marian casi mojó sus labios con el licor a diferencia de Pedro que con la emoción de tener tan cerca a mi mujer, enseñándole sus íntimos secretos, apuró algo más de la mitad de la bebida. Marian, esbozando una tentadora sonrisa y manteniendo su misma posición hizo un gesto:
" Pedrito, despacio... no seas tan impulsivo... relájate no tienes por qué estar nervioso. Somos amigos, ¿no es verdad?....tranquilo... tranquilo....- dijo maternal.-
" Ma..Ma. Marian.- tartamudeó.- es que estoy un poco nervioso, es verdad... pero estar con una señora como tu, tan bonita. tan distinguida...tan hermosa... me pone nervioso, no se como controlarme. Te ruego me disculpes..- dijo sincero.-
" Ay Pedrito, me halagan tus palabras, pero no tienes por qué sentirte así.. somos amigos.. discúlpame más bien tu, que quizá te estoy distrayendo de tus actividades, quizá de verte con tu enamorada... pero como me encontraba tan sola, ya que mis hijos están en el extranjero, mi marido en provincia y los criados de permiso, quise invitarte a cenar... así me acompañabas y con tu alegría y juventud me alegraba la noche....- expresó modosa.-
" yo encantado Marian, pero déjame decirte que no tengo enamorada, además estoy muy contento que hayas pensado en mi, teniendo tu y tu esposo, tantas amistades...tantas relaciones. Tu sabes, yo siempre estaré dispuesto para ustedes, para lo que gusten mandar
" Bueno, por nuestra amistad y por tus éxitos brindemos nuevamente: Salud.- dijo Marian.
Ella nuevamente se mojo los labios con el licor y Pedro apuró el íntegro de su vaso. Graciosamente, Marian volvió a servir otro trago y nuevamente el espectáculo de sus hermosas piernas a disposición del muchacho que aprovechando que Marian estaba de espaldas, agachó la cabeza para regodearse con el espectáculo del blanco calzoncito de mi mujer. Marian regresó con el trago y Pedrito muy formalito recibió el vaso y ponderó nuevamente lo hermoso del mobiliario que había en la sala y especial los cuadros. Marian coqueta le empezó a explicar...
" MI marido es un fanático de la pintura y del arte en general. Ven acompáñame .- lo dijo poniéndose en pie.- te voy a mostrar dos cuadros realmente bellos y muy valiosos"
Pedrito siguió a mi mujer, dirigiéndose a un cuadro de Botero colgado cerca al sito donde estaban sentados, Doctamente Marian empezó a explicarle el cuadro (las gordas de Botero), ella estaba delante del muchacho y el ligeramente detrás de ella mirando la obra de arte, con el vaso en la mano izquierda y la otra mano en el bolsillo. Marian, al darse cuenta, retrocedió de modo que su cuerpo quedó apoyado en el de Pedrito. El chico sintió el contacto y no se movió. Las nalgas de mi mujer, se estaban apoyando en el paquete de Pedrito que a éstas alturas lucía un singular abultamiento, Marian con el pretexto de la explicación, movió brevemente las caderas, de modo que el contacto con el chico era por demás evidente. Pedrito, quizás más sereno gracias al whisky puso su mano derecha en la cintura de mi mujer dejando descansar la misma a la altura de su estómago. Yo veía claramente el delicioso culito de mi mujer, sintiendo que en sus suaves nalgas se iba comprimiendo el pene de su amigo. Ellos permanecieron así.. Marian seguía hablando como si nada pasara.. pero yo, conociéndola como la conozco, apreciaba cierta emoción y temblor en cada una de sus palabras,
Luego, Marian se dirigió a otro cuadro, esta vez de Carlos Revilla (destacado pintor peruano) y siempre delante de Pedrito empezó nuevamente a ponderar la obra. Esta vez, fue Pedrito, que había dejado su copa en una mesa cercana, quien lanzado, se acercó a Marian y se pegó a ella y apoyo ambas manos en la cintura de mi mujer, atrayéndola hacia sí,,,, Marian seguía con su perorata.. pero se dejaba hacer y ahora sí el movimiento de sus caderas se hizo más obvio....terminó de hablar y ambos se mantenías en la misma posición. Ella frente al cuadro y él comprimiendo suavemente su cuerpo al de Marian. De pronto, ella volteó hacia él.. quedaron frente a frente.. casi respirando el mismo aire y lentamente sus labios se unieron... Marian cogió con ambas manos la cara del muchacho y se entregó a la caricia... Pedrito la abrazaba apasionado. El empezó a bajar las manos con la idea de alcanzar el borde del vestido y subirlo para acariciar las hermosas piernas de mi mujer....pero ella reaccionó y sujetó ambas extremidades con decisión. El apasionado beso seguía y veía como mi mujer era ahora la que ondulaba el cuerpo y buscaba casi con desesperación el contacto del pene de Pedrito, de modo que éste tocara por encima de la delicada tela del vestido, su deseada pelvis. Sin soltarle las manos... Marian hizo que el chico la abrazara y lentamente se separaron....
" Marian... Marian...te deseo.. quiero acariciarte toda.....- dijo apasionado y con voz temblososa el muchacho.-
" Pedrito... cariño... yo también lo deseo .. pero no... no podemos... soy una mujer casada... entiéndeme".- mientras decía esto con voz suplicante ofrecía los carnosos labios al joven, logrando que este se apoderara nuevamente de la deseable boca de mi esposa.
Marian abrazó amorosamente a su joven admirador y él recorrió con ambas manos lentamente la espalda de Marian. Luego bajaron a la cintura, para mover el cuerpo de Marian y restregar su miembro en el sexo de mi esposa. Ella disfrutaba y se deleitaba con la caricia. La lucha de las lenguas era de seguro indescriptible. Nuevamente las manos del muchacho bajaron acariciando sobre el vestido las deliciosas piernas de Marian y con la pasión del beso, llegaron hasta el borde del vestido y lentamente empezó a subirlo... su manos de apoderaron de las macizas y torneados muslos de mi mujer.. con esta caricia Marian empezaba a gemir.. el borde del vestido estaba ya en la cintura y ahora la blanca braguita de mi mujer estaba sobre el paquete de Pedrito... Empezaba la situación a ponerse más caliente... cuando nuevamente Mariana se separó y cogiendo las manos del joven le dijo....
" No Pedrito... no podemos... no puedo... Solo besémonos... besémonos pero nada más... recuerda mi situación... por favor..." dijo suplicante....
" Pero Marian... yo lo deseo y siento que también tu lo deseas.....no me dejes así.....- protestó el chico.-
" Si yo también quiero... pero no debemos.... mi marido, mi familia... no Pedrito....no. " .- se defendió mi mujer.
Como salida, tomó de la mano a Pedrito y lo llevó nuevamente al sofá donde antes habían estado y cogidos de las manos,, se sentaron, ahora muy cerca..... Pedrito nuevamente se apoderó de los labios de mi mujer y ella lo abrazó y se abandonó a la caricia. Disfrutaban como locos de ese ardiente beso. Marian era maravillosa besando, de modo que al chico lo estaba volviendo loco con el manejo de la suave lengua de mi esposa dentro de la boca del muchacho. Pedro se apoderó con su mano izquierda del seno derecho de Marian.. ella gemía.. al rato la mano después de masajear el redondo y suave seno por encima del vestido, empezó a bajar y se apoyó en las desnudas rodillas de Marian, suavemente empezó a masajear los suaves muslos de mi mujer y se perdió debajo de su vestido acariciando la pierna derecha.. llegando casi al borde del calzoncito... Marian estaba ardiendo, pero por enésima vez, controló la progresión de la traviesa mano del muchacho y la extrajo cuando esta ya estaba camino de su entrepierna.
" Cariño no... por favor... yo también lo quiero, pero no, Por favor,,, Bésame, solo bésame pero lo otro no. por favor... no seas malito..- suplicó nuevamente.-
" Pero por qué si tu quieres y yo también.. por qué no?..- preguntó desconcertado.-
" Porque.... Porque...ya te he dicho, estoy casada, amo a mi marido,,, no puedo traicionarlo así... además yo soy mucho mayor que tu.. casi una vieja... podría ser tu mamá.- protesto Marian, pero, por su voz de arrecha esta negativa era solo un motivo para poner más deseoso al chico... realmente ella se lo estaba pasando en grande...
" No Marian, no.. tu no eres ninguna vieja... eres la más hermosa de las mujeres que yo jamás haya conocido... Entiendo eres casada, pero me deseas y yo a ti, ¿por qué negarnos algo que ambos queremos...?. Yo respeto a tu marido, le debo mucho.. pero no me importa sacrificarlo todo por ti.- decía al borde de la desesperación el pobre muchacho...
" Pedrito, mi amor, mi niño... por ahora solo besémonos,,, tu crees que yo no sufro? ,,, también sufro quisiera lo mismo que tu.. pero no por ahora.... sino tendré que pedirte que te marches y... no quiero que te vayas...Me encanta que me beses..
Nuevamente ambos se besaron apasionadamente y luego, calmando sus arrestos, quedaron abrazados... muy quietos...Luego Marian, se puso de pié y él la imitó,,, :
" Bueno precioso.- dijo coqueta.- ahora vayamos a cenar... te he preparado unas cositas ricas, que espero que te gusten.....- mientras decía eso, lo tomó de la mano y lo llevó por el corredor, camino al comedor. Pedro, la igualó en el paso y tomándola de la cintura caminaron cual enamorados hacia el comedor.... lo hicieron lentamente, Marian pasó su brazo y tomó la cintura de su amiguito e inclinando su hermosa cabeza la apoyó en el hombro de Pedrito. Mientras ello caminaban hacia el comedor... yo aproveche para colocarme frente al gran ventanal para no perderme nada de la noche romántica de mi mujer.
Ya en el elegante comedor... Mariana se sentó en la cabecera y a su derecha Pedrito, La mesa estaba adornada con velas encendidas y flores y junto al sitio de mi mujer un atril conteniendo una hielera conteniendo una botella de vino blanco. Mariana le pidió a Pedrito que sirviera y el chico lo hizo temblándole la mano de la emoción. Con las copas llenas, chocaron las mismas y brindaron, antes de beber, mi mujeres le ofrecio los labios a Pedrito y el se apoderó de la sensual boca y parado, apoyándose en la mesa, sus manos estrujaban y acariciaban con pasión los regios senos de mi mujer... el beso seguía y la mano de Pedrito se deslizó por el vestido camisero y su mano derecha se introdujo dentro del blanco sujetador... Marian tembló con la caricia, pero a poco de disfrutarla, con delicadeza retiró la mano del muchacho..al sacarla, se llevó esa mano a los labios y la besó mientras miraba a su joven amante. Pedrito se sentó, mirando a mi mujer con los clásicos ojos de "carnero degollado" . Marian, luego de mirar al muchacho intensamente y de darse un casto beso en los labios, se puso de pie y anunció:
" Bueno Pedrito... te he preparado algo yo misma, que espero te guste. Comeremos filetes de un pescado llamado congrio, gratinado con leche y champignones, la guarnición queda a tu elección: arroz blanco o legumbres cocidas....Espérame un minuto que traigo todo de la cocina. Tu quédate aquí.. no te muevas.. .- dijo mimosa y al pasar junto a él le estampó un sonoro beso en los labios, cogiéndole la cara con ambas manos y salió rauda hacia la cocina.
A Pedrito le faltaban ojos para apreciar la elegancia del comedor. Cubiertos de plata, copas de cristal, mantel y servilletas de fina tela bordadas a mano, en fin, todos los detalles de una casa bien equipada. Al instante regresó Marian, empujando un carrito donde había dos platos tendidos protegidos por dos tapas plata y un recipiente adicional que rápidamente colocó frente a ellos. Retiró las tapas y calientes y apetitosos se veían los filetes de pescado en crema de leche.. con arroz el de Pedrito y solo el de Marian. En el recipiente adicional se encontraban las legumbres del que ella se sirvió una porción.
Brindaron nuevamente y con una animada charla en la que Mariana tomó la iniciativa, empezaron a comer y a beber el vino helado. Luego, Mariana ofreció un postre, pero Pedrito que estaba entusiasmado por otros postres (como los pechos de mi mujer), le dijo que no deseaba. Mariana le propuso tomar un café o un plus café en la sala y hacia allí se dirigieron no sin antes besarse nuevamente... Así, de la mano, como dos enamoraditos, fueron nuevamente a la sala, Yo corrí a ocupar mi lugar de observación de primera fila.. estaba con mi sexo duro y parado al tope y casi chorreante de observar la función que me estaba dando mi mujercita.
Llegaron a la sala y Marian sirvió dos generosas raciones de Amaretto di Sarono y de pie, mirándose a los ojos brindaron y tomaron parte de la bebida. Nuevamente se besaron dulce, pausadamente, sin la voluptuosidad de las veces anteriores. Entonces Marian propuso poner algo de música... fue hasta el lugar donde se encontraba el moderno equipo y accionó el cd player. De los parlantes, estratégicamente distribuidos empezó a escucharse una lenta melodía. Ella se acercó al interruptor de luz y bajo la intensidad de la misma, quedando en una semi penumbra, Yo desde mi lugar de observación, veía perfectamente a la pareja. Pedrito se cercó y Marian le hecho los brazos al cuello y él la enlazó por la cintura. Al unísono empezaron a moverse y con cada movimiento se empezaron a acercar más. Así abrazados, él oliendo los suaves y perfumados cabellos de mi mujer y ella incrustándole sus hermosas tetas en el varonil pecho. La unión era tan intensa que desde mi lugar veía como el vestido de Marian se trepaba por sus lindas piernas, pudiendo yo apreciar el borde de su breve tanguita blanca.
Así unidos, empezaron a besarse nuevamente, primero suave y luego con más intensidad y vehemencia. Ya el movimiento no era solo por el ritmo de la canción, sino por la fricción que ambos daban a sus cuerpos, ella colocando su pubis sobre el paquete de Pedrito y él empeñado en que Marian sintiera la dureza de su pene en su abultado monte de Venus. Ella acariciaba la cabeza y la espalda del joven y él después de recorrer la espalda de mi mujer, se apoderó de sus deseables nalgas que estrujaba y empujaba para que ella sintiera su falo con más intensidad. Marian empezó a gemir y a mover sus caderas como deseando ser penetrada en ese instante. Pedrito se detuvo y elevó a mi mujer que con la calentura que traía se trepó sobre él, abrió las piernas y cruzándolas por detrás aprisionó las caderas del muchacho, refregando su sexo en el paquete de Pedrito. Yo estaba a punto de darla, sin tocarme siquiera, al ver como estaba prendida mi mujer sobre el joven. Cuando él, acomodando su deliciosa carga, puso sus manos directamente sobre las nalgas de Marian, por debajo de los vestidos... mi mujer de nuevo reaccionó, se bajó de tan arrecha postura y acomodándose el vestido le dijo sofocada
" Pedrito, mi amor... no me hagas perder la cabeza.. me besas, te siento así duro y ardiente y me desconozco... por favor compréndeme, no puedo.. no puedo serle infiel a mi marido....No me tientes,,"
" Marian.. esto es una tortura... en un momento estás ardiente y dispuesta.. rendida a mis caricias... y luego no quieres nada conmigo..... No me tortures por favor.....
.- suplicaba el muchacho..
" Pedrito, ya te he dicho que no puedo... es más fuerte que yo... nunca le he sido infiel a mi marido, Contigo no se qué me pasa, te permito que me beses, me acaricies, lo que a nadie le he consentido.... Si no te puedes controlar, voy a tener que pedirte que te vayas... . dijo firme y resuelta.-
" Pero Marian, yo quiero estar aquí contigo,,, aunque sea solo para conversar... disculpa mis arrebatos, pero es que cuando te beso pierdo la noción del tiempo y quisiera acariciarte toda... tenerte para mí.... .- me vuelves loco Marian.
" Pero tenemos que tranquilizarnos ok?. Sentémonos y solo abrázame me hace sentir tan bien...-
Diciendo esto se sentaron en el sofá, Pedrito en la esquina y Marian se sentó a su lado, apoyando su espalda en el pecho del muchacho, él la abrazó y permanecieron largo rato en silencio. Pedrito besaba los cabellos y el cuello de mi mujer y ella ronroneaba al sentir las caricia, Marian había estirado sus piernas sobre el sofá y el vestido se había ido trepando y en la posición en que estaba, recostada sobre su amante, el borde su vestido estaba recogido en hasta la ingle. Sus hermosas y torneadas piernas se exhibían en toda su belleza, dejando ver incluso el inicio del pequeño calzoncito blanco de encajes. Pedrito, miraba extasiado todo ese portento de belleza. Marian que tenía perfecta conciencia de la nueva exhibición que estaba dando se acurrucó más en el muchacho. En eso, el gran reloj que tenemos en el vestíbulo marcó cadencioso las 12 de la noche
" Las doce de la noche .... con razón empezaba a tener sueñito.- comentó mi mujer sin perder la posición que tenía.-
Pedrito abrazándola con más efusión....trató de incorporarse y le dijo
" Marian.. estas cansada,, creo que me voy... tienes que descansar,- dijo apenado.-
" No Pedrito... no te vayas... me vas a dejar solita,,, en esta casa tan grande..me va a dar miedo,,.- fingió con voz temblorosa y se apretó más al joven.
" Pero Marian, estas con sueño....
" No. no, ya se me pasó... quédate un poco más... acompáñame a ver tele ¿quieres?
" Si, por mi encantado, lo que tu quieras.- expresó feliz el muchacho.-
" Bueno, pero la tele está en mi dormitorio .... vamos, acompáñame y se puso de pie y tendió la mano al joven. Este se puso de pie y tomando de la cintura a mi mujer la empezó a besar. Ella devolvió la caricia y luego jalándolo lo llevó en dirección a la escalera. Yo me apresuré y fui casi corriendo a la escalera del fondo y subí veloz al segundo piso. Sentía que ellos entre besos y caricias empezaban a subir por la escalera. Decidí meterme a mi closset y observar desde ese privilegiado mirador lo que pasaría entre mi querida mujercita y su joven pretendiente.
Acababa de cerrar la puerta de mi escondite cuando sentí que caminaban en dirección a la habitación. A través de las rendijas tipo persiana de mi escondite vi que entraban a la habitación. Marian traía de la mano a Pedrito y ya en la estancia ella tomó el control remoto que estaba sobre la cama y encendió el TV que con sus 52 pulgadas, de inmediato iluminó el cuarto. Desde mi escondite miraba la gran cama donde me había echado inolvidables polvos con mi mujer y le había desvirgado su culito y que ahora recibiría a un invitado que no era yo. El tv, pegado a la pared a los pies de la cama podía verse cómodamente desde el lecho. Marian le indicó a Pedrito que se sentara en el amplio lecho en lo que era mi lugar habitual de dormir y ella, lo hizo en su lugar de siempre. Pedrito un poco temeroso, se sentó en la cama y Marian se echó acomodando a su espalda los muchos cojines que había en la cabecera. Al ver que el muchacho no se animaba a echarse,, lo incitó diciendo:
" Pedrito, recuéstate hombre... no tengas temor.. mira, esta película que recién comienza es buenísima, es con Clint Eastwood y Merryl Streep, se llama " Los Puentes de Madison". Es super tierna... veámosla... Vamos, échate ....- decía entusiasmada.-
Pedrito se echó y se arrellanó en lo que era mi lugar...Marian, se acercó a su joven amante y se acurrucó a su lado. Pedrito pasó su brazo izquierdo por los hombros de ella y la atrajo hacía si. Me arrechaba el ver a mi mujer echada en la cama con este hombre joven... que la deseaba.. Ella tomó la mano derecha de él con sus dos manos y dándole breves besitos sin soltarla la colocó sobre su pecho. Ambos veían o por lo menos aparentaban ver la película. De cuando en cuando, ambos se acomodaban mejor. Pedrito se sentía cada vez más cómodo en mi cama y Marian apretándose al pecho de chico. Ella tenía las piernas encogidas y el vestido le caía cubriéndola, pero conforme se acurrucaba a Pedrito el vestido fue subiendo, ahora el vestido lo tenía por la cintura y sus hermosas piernas, sus gloriosos muslos se exhibían sin ningún pudor. El calzoncito estaba expuesto a las miradas del muchacho que fue perdiendo el interés por el film y se concentró en la exhibición que Marian le estaba dando.
Ella, levantó su carita para mirarlo y él se apodero de sus labios. Marian abrió la boca y se entregó a la caricia. Las manos de Pedrito recorrían por sobre el vestido las tetas de Marian que al sentir el contacto empezó a friccionar sus piernas entre si. Pedrito se acomodó y sus manos empezaron recorrer las piernas de Marian. Ella gemía y temblaba y su boca seguía besando al joven con verdadera y arrebatadora pasión. Pedrito finalmente tenía sus manos en la entrepierna de mi mujer, le sobaba el dilatado conejito sobre la fina tela del calzoncito y Marian abría sus exquisitas piernas disfrutando la caricia. Así, él resultó montado entre las piernas de Marian, presionando con su cuerpo la pelvis de mi mujercita y ella abriendo sus piernas las enrollaba a la cintura del muchacho presionando con sus talones las nalgas de él para que la presión de su pene sobre su sexo hiciera se tornara más intenso.
Las manos de Pedrito empezaron a echar abajo el calzoncito de mi mujer... cuando ella nuevamente reaccionó y se zafó del abrazo del joven, que sin saber cómo ya no tenía a mi mujer bajo su cuerpo.
" Pedrito.. no...no debemos... tu me haces perder la cabeza...Si lo hacemos después me voy a sentir culpable... no podría mirar a la cara a nadie... por favor no me tortures.. Tu me has prometido que solo me besarás... por favor no me tientes...
" Discúlpame Marian, discúlpame. Tenerte junto a mí... ver tu maravilloso cuerpo... sentir y disfrutar tus besos me enloquece.. pero descuida.. ya no te molestaré más, creo que es mejor que me vaya... dijo apenado.-
" No, No me dejes.- dijo ella suplicante.- necesito sentirte cerca de mi... veamos la película, te va a gustar, yo la he visto mas de dos veces. Mira, mientras están en la tanda comercial te la resumo para que no pierdas ilación".- dijo entusiasta mi mujer.-
Pedrito se acomodó nuevamente en mi lado y Marian volvió a acurrucarse junto a él. Mientras le resumía la parte de la película que se había perdido por la breve lucha amorosa que habían tenido, Pedrito nuevamente la abrazó y ella como antes cogió con sus dos manos, la mano derecha de Pedrito y las colocó sobre su pecho. Siguieron viendo la película y al rato Marian empezó a dormirse... o mejor dicho a hacerse la dormida. Al darse cuenta Pedrito la movió y la llamó por su nombre, Marian "despertó" y el le dijo
" Marian, mejor me voy, tu ya te estás durmiendo, es mejor que te deje descansar.
" No.... no te vayas... quédate a dormir conmigo por favor... no me dejes sola" .- esto realmente me trastornó. No podía creer lo que escuchaba... quería que se quedase a dormir con ella.. Mi pene ya no daba más... estaba super parado y tanta tensión me tenía con una arrechura empresionante.-
" Pero Mariana... que quieres de mi... yo quedarme a dormir contigo... o me muero de un infarto o reviento por la tensión.- dijo con toda razón Pedrito.-
" Mira mi amor... tu te metes a la cama conmigo.., si quieres te presto un pijama de mi marido y dormimos abrazaditos... como si fuéramos hermanos... podemos besarnos, pero nada más OK?.. por favor.. di que sí, sabe Dios hasta cuando no podremos tener un momento tan mágico e increíble como el de ahora.. por favor, duerme conmigo.".- realmente mi mujer me tenía asombrado y cada vez más arrecho.-
Las razones de Marian vencieron la débil negativa de Pedrito.
" Ok, Marian.....me quedo.. pero va a ser un calvario tenerte así y no poder hacerte mía.. pero acepto... acepto todo lo que tu quieras.....
" Te saco un pijama de mi marido y nos metemos a la cama....
" No Marian... yo no estoy acostumbrado a usar pijama y si estuviera... no sé, me daría vergüenza usar el de tu marido, prefiero dormir como yo acostumbro, con mi camiseta blanca que ahora llevo debajo de mi camisa y en calzoncillos." .- se franqueó el chico.
" Bueno... ya que es tan fácil... metete a la cama. .- urgió Marian.
Pedrito se sacó la camisa y quedó con una camiseta blanca, ceñida, que ponía de relieve su amplio torax y musculosos brazos. Luego lentamente se sacó los pantalones y quedó en slip blanco que evidenciaba la gran erección que tenía. Marian, abrió el edredón que cubría la cama y él después de descalzarse entró al lecho...
Marian, se puso en pie y coqueta comento:
"Bueno, yo sí tengo un ritual antes de dormir... quitarme el maquillaje, los aretes, colocarme mi crema astringente.... mira la TV mientras yo me preparo .- diciendo esto, entró al baño. Conociendo a Marian, seguro iría al inodoro a orinar y quizás a cambiarse de braguita, que a estas alturas debía estar empapada con tanto flujo que habría destilado mi mujercita. Sentí que bajó la palanca del inodoro y apareció nuevamente en el cuarto. Se acercó al espejo del tocador y rápidamente eliminó el maquillaje... sin él, se le veía más joven, más hermosa... pero sus gestos de arrecha.. la hacían más deseable. Luego, dándole la espalda a Pedrito, se sacó el vestido... ¡si se sacó el vestido!, quedando en calzoncito y en sujetador. Abrió su closset y sacó una camisa de dormir color rosado pálido y antes de ponérsela se quitó el sujetador, conservando el calzoncito y se colocó la camisa de dormir, que le quedaba a medio muslo... todo lo hizo con una parsimonia y lentitud que traía boqueando a Pedrito. Seguidamente se cepilló vigorosamente el cabello, éste empezó a lucir más bello y le daba al terminar su tarea un aspecto de leona, felino,,, riquísima, finalmente se perfumó y lentamente se acercó a la cama desde donde el joven la miraba embobado.
Marian se metió a la cama y se arrimó a Pedrito, clocando su hermosa cabeza sobre el pecho del muchacho, cruzando su brazo izquierdo, de modo que esa mano empezó a acariciar el hombro derecho de él; elevó su lindo rostro y ofreció sus labios al rendido amante... Se besaron lenta y pausadamente, por el bulto de las sábanas, las piernas de mi mujer estaban sobre las de Pedrito y el pubis de Marian se adhería al muslo derecho de su joven víctima. El beso se alargó y ella empezó a gemir cuando la mano derecha de Pedrito, empezó a acariciar y a masajear la teta izquierda de mi mujer, por debajo de la transparente camisa de dormir. Desde mi privilegiado veía como mi mujer se apretaba más al muchacho. Ella volvió a acomodarse y terminado el beso, cerró sus grandes ojos y quedó quieta... aparentemente dormida. Pedrito la dejo descansar y tomó el control remoto y empezó a cambiar los canales sin encontrar en los 100 canales de cable nada interesante que ver. Estaba en eso, cuando de pronto Marian, sin abrir los ojos empezó a besar el pecho del chico, lentamente llegó a las tetillas y las acarició lentamente con su lengua, chupándolas suavemente. El cerro los ojos y se abandonó a la caricia. Marian lentamente siguió bajando, ahora besaba el ombligo del muchacho y metía la punta de su suave lengua en el pequeño hoyo.. siguió besando las caderas del joven... De pronto Marian empezó a bajar lentamente el slip de Pedrito y al hacerlo emergió duro y vanidoso el pene del muchacho. Mi mujer empezó a darle pequeños besitos al rojo glande, lamiéndolo luego y después introduciéndolo en su bella y armoniosa boca. Sin abrir los ojos, Marian empezó a chupar rítmicamente el falo de Pedrito, hasta que incorporándose brevemente se acomodó y engulló toda la herramienta, empezando una mamada de campeonato.
Cada recorrido de la boca de mi mujer en el pene de Pedrito hacían que éste blanqueara los ojos, temblara y gimiera... el placer que estaba recibiendo era inédito para él. Parecía a punto de correrse cuando con voz casi inaudible le dijo a mi mujer:
" Marian... detente... la voy a dar y no quiero darla así... quiero vaciarme dentro tuyo..."... por ffffavor.-
Al escuchar ese apremio mi mujer con una rapidez pasmosa, se quitó el calzoncito blanco que voló por los aires igual que la camisa de dormir y terminando de bajar el slip de Pedrito se montó sobre él y sin miramientos se sentó sobre el dilatado pene que presuroso ingresó violento en la mojada vagina de Marian. Ella descontrolada empezó a cabalgar furiosamente sobre el muchacho que en ese momento acariciaba las piernas y el culo de la preciosa hembra que le estaba dando tanto placer. Mariana, movía a velocidad de vértigo sus fabulosas caderas y empezó a gemir y gritar:
" Cáchame Pedrito... cáchame... hazme tuya... dame fuerte... mas ... masssss"
"Marian... Marian....- Gritaba él.-
" Vamos.... Dame con todo.... Aquí estoy... soy tuya chiquito.... Mátame.... Mátame
A cada movimiento de Marian, tus hermosas tetas se balanceaban como queriendo escapar de su cuerpo y más aún cuando ella se elevaba para que el pene del chico saliera hasta rozar sus labios vaginales para luego dejarse caer y hacer desaparecer la dilatada herramienta en su ardiente grieta. De pronto Pedrito empezó a gemir y lo tenso y rígido de sus músculos anunciaron que empezaba a eyacular. Mi mujer se seguía moviendo pero conociéndola como la conozco aún no llegaba al orgasmo. La cantidad de semen que estaba expulsando el muchacho era abundante, pues un grueso hilo de esperma empezó a deslizarse por su entrepierna. Con la liberación del néctar vital al parecer empezó a ceder su erección del muchacho. Marian seguía moviéndose hasta que sintió que el pene de Pedrito ya vencido se escurría de su vagina, entonces detuvo su galope y abriendo los ojos... incrédula.. dijo:
" Pedrito, cariño.. qué pasó?
" Marian, preciosa... has estado deliciosa... no sabes como lo he disfrutado... eres grandiosa..
" Pero Pedrito... me vas a dejar así?... yo todavía no llego al climax mi amor... anda... recupérate papito... yo te voy a ayudar... quiero que me metas esa rica pinga que la he sentido deliciosa...
Y diciendo eso, dirigió su sensual boca al pene de Pedrito y empezó a chuparlo primero suave y después más fuerte... estuvo en ese empeño casi cinco minutos y el objeto de su atención no respondía... chupó los huevos del muchacho, volvió a apoderarse del apéndice y este siguió sin reacción... miró al joven y este se había desmadejado y dormía plácidamente, con los brazos abiertos en cruz y con una seráfica sonrisa de satisfacción en el rostro. Marian esbozó una maldición entre dientes y se estiró a lo ancho en nuestro lecho marital y empezó a acariciarse las tetas y una mano se dirigió veloz a su vagina. Dos dedos entraron a su inflamada cueva y entre gemidos y gritos de placer, empezó a satisfacerse, solitaria y frustrada. Saciada en parte, se colocó la camisa de dormir y empezó a despertar a su frustrado amante
" Pedrito, Pedrito....despierta cariño...
El muchacho abrió perezoso los ojos y al ver a mi mujer estiró lánguidamente su mano para acariciar la linda cara de mi mujer. Mariana se dejó hacer y poniendo una cara de arrepentida le dijo:
" Pedrito... ha sucedido lo que no debía.... no me siento bien por lo que ha pasado... jamás le había sido infiel a mi marido y ahora, en esta noche loca... lo he hecho... Por favor quiero que te vayas... necesito pensar y poner mis ideas en orden. Por favor vete.- Conozco a Marian y eso solo era una excusa para deshacerse del chico. Este cayó en el juego y balbuceando una disculpa se vistió rápidamente. Marian, lo acompaño hasta el primer piso, abrió la puerta y con un fugaz beso en los labios lo despidió.
Yo aproveche para tomar la escalera del fondo, ganar la puerta del jardín y retirarme también. Llegaba ya a abrir esa puerta, cuando sonó mi celular, respondí rápidamente y adivinen quién era... si era Marian:
" Alo.. .- dije inocente.-
" Mi amor... te necesito...ven pronto a casa por favor... te necesito mi amor....- su voz suplicante me anunciaba que la calentura estaba a tope.-
" Si mi amor, en menos de lo que tu piensas estoy contigo .- y colgué
Di media vuelta y subí a trancos por la escalera y al instante estaba en la puerta de nuestra habitación. Allí estaba Marian, terminando de cambiar las sábanas y se sorprendió que a los diez segundos de haberme llamado ya estuviera allí... asombrada me dijo:
" Cómo llegaste tan pronto..... no me digas que....
" Si te digo mi vida..... desde ese closset lo he visto todo... y me tienes arrechísimo.- respondí acercándome y abrazándola.-
" Tramposo, se supone que yo te contaría....- protesto.-
" Mi morbo fue mayor preciosa y sabes... me has tenido totalmente descontrolado.. deseándote, queriendo ser Pedrito para sentirte como él te sentía....
" Si mi amor... pero el chico resultó un fiasco... y sabes?, yo no te cambio y no cambio esta rica herramienta tuya por nada ni nadie... .- mientras me ofrecía sus carnosos labios y sus manos se apoderaban de mi pene.-
No recuerdo y mi mujer tampoco haber tenido mejor sexo entre nosotros que a partir de esa noche. Un glorioso 69 permitió que mi lengua liberara dos orgasmos seguidos de Marian, que los disfrutó con verdadero deleite, mientras su boca recorría mi respetable falo. Pasamos amándonos de todas formas y tanto la vagina como el culito e mi mujer fueron refugios de mi deseoso pene que no se saciaba con una sola penetración, sino que manteniendo al tope mis deseos exacerbados por el magreo que Pedrito le había dado a mi mujer, pudimos llegar a infinidad de orgasmos continuos y maravillosamente compartidos... rendidos nos dormíamos abrazados y al despertar encontrábamos la forma de arrecharnos recordando los manoseos de Pedrito a mi mujer.... Esos nos encendía y empezábamos a chuparnos y a darnos mutuo placer. La noche de amor se prolongo hasta las doce del día del domingo, hora en que nos bañamos, vestimos con ropa casual y salimos al club a almorzar, demostrando a todo el mundo lo que sentíamos.... que estábamos tan enamorados como el primer día.....(CONTINUARA)