La Mujer del Portero (10)
El lance de mi mujer y Luna de Miel con Virginia.
LA MUJER DEL PORTERO (X)
El reloj marcaba las 7:45 p.m. y estaba llegando a mi oficina a recoger a Virginia, cuando sonó mi celular. Era Marian, quien dubitativa me informaba que había dado permiso a los criados y al chofer desde el medio día del sábado, hasta el domingo en la noche y que también había llamado a Pedro para invitarlo a cenar como habíamos quedado, un poco con ánimos de justificarse dijo:
" Realmente no se si le permitiré algo... pero he recordado tus palabras y mejor enfrento la situación. No te parece?
"Por supuesto mi amor... me parece bien. Pero no olvides, has prometido contarme todo con lujo de detalles y ya verás como cachamos rico, recordando tu encamada con el chico...".- le dije comprensivo y ansioso.- Pero dime, que dijo Pedro cuando lo llamaste, como recibió la invitación?.- pregunté
" Realmente se sorprendió. Yo le dije que tu no vendrías hasta el lunes y que todo el mundo se había ido fuera de Lima, que me sentía muy sola y que si él no tenía que hacer, que lo invitaba a cenar y a conversar un rato. Lo sentí primero incrédulo por lo que escuchaba y luego atropelladamente me agradeció la deferencia y tartamudeando me dijo que a las 8 de la noche del sabado estaría en casa.... Qué te parece?
" Me parece que lo traes muerto mi amor. Espero que todo vaya bien y que puedas tener siempre el control. Disfruta el momento y has lo que te provoque. Recuerda no me estas siendo infiel ni nada por el estilo. Saborea el momento.. es casi como un baño de juventud el que te vas a dar y como solo será sexo, lo que ocurra será placentero y a la larga enriquecerá nuestra relación.... No te preocupes mi amor... todo saldrá bien. Recuerda mañana viernes llego a casa a eso de las 8 y podremos salir a un cine o al teatro y a comer algo. El sábado estaré contigo hasta el medio día y luego de iré al club y me alquilaré una habitación e el Country Club Hotel, que está cerca de casa y estaré esperando tu llamada cuanto termine tu reunión con el chico.
" Si mi amor... no te preocupes. Te espero mañana a las 8 de mañana.... Te quiero mucho... y gracias por darme esta fantasía ... te adoro. Cuídate mucho...chau.- y colgó.
Bueno, todo estaba saliendo según lo planeado. Lo que mi mujer no sabía es que yo vería todo en vivo y en directo, pues pensaba escabullirme en la casa y tener así una información de primera mano....la pregunta estaba puesta: Se tiraría Marian a Pedrito? Cómo lo seduciría?..... Cómo gozaría mi mujer con este compañero de cama joven? El morbo que me producía era increíble y en el fondo sentía temor...., pero el morbo era más fuerte y de solo pensar en las escenas que vería la noche del sabado... ya estaba empalmado... Necesitaba la carne joven y deseable de Virginia... esta noche sería también inolvidable para mí... tendría una segunda luna de miel con la mujer del portero, la increíble y bella Virginia.
A las 8 de la noche estaba en mi oficina y a los pocos minutos llegó Virginia. Vestía de sport, un conjunto de saco y pantalón blancos y una blusa verde esmeralda de fina seda con cuello camisero que sobresalía del saquito, le daba un aspecto más juvenil. El pantalón ceñido revelaba las curvas de su excepcional cuerpo. Los pies calzados con unos mocasines también blancos, completaban el atuendo. Pero lo que destacaba más en la muchacha, era el lindo rostro y los grandes ojos pardos. El cabello cepillado concienzudamente le daba una apariencia estudiada de haber sido revoloteado por el viento... En fin se veía realmente espectacular, hermosa y sexy. Se acerco y nos besamos. Al sentir el contacto de su cuerpo... yo que venía empalmado pensando en lo que pasaría mi mujer en la noche del sabado, continué con mi fogosa erección y ya estaba que refregaba mi sexo contra el prominente y dispuesto monte de Venus de Virginia. El beso de lengua bajo tales circunstancias fue más apasionado y seguro la joven pensaba que era resultado de ver su figura... de modo que su entrega a la caricia fue total.
Aprecié que Virginia, traía consigo varias bolsas y un maletín de mano y le pregunté de qué se trataba:
" Mi amor.- explicó.- esta es toda la ropa, zapatos y cosméticos que la Señora de la Boutique me proporcionó. Mi problema es dónde ponerlos. Si lo dejo en mi casa el lío que me armará Alejandro será tremendo y lógicamente pensará lo peor. Esta ropa de marca y de calidad no la puedo comprar ni con cinco meses de mi sueldo. Ayúdame por favor... no me quiero deshacer de ella... quiero lucirla para ti... para nuestros momentos, aunque no vayamos a ningún sitio... quiero ponérmela, para que tu me la saques... me desnudes y me hagas tuya... así como anoche.. .- al terminar me volvió a besar... su lengua llegaba hasta mi garganta....-
" Ya había pensado en eso. En el Departamento hay un cuarto de huéspedes y el closset está vació. Ese será para ti, para tu ropita y para que guardes lo que quieras.. te parece?
" Hay mi amor... que lindo eres... Uy, también pondré allí el vestido de ayer... pero antes tendré que mandarlo a lavar...
" No te preocupes. Ya lo mandé lavar y cuando lo entreguen, lo pondremos allí... solucionado el problema... Algo más?.- pregunté.
" Si, que lleves a donde tu quieras... que me ames, que me hagas tuya... hacerte yo mío... que me des por todos los lados hasta que te pida chepa....- diciendo esto con una voz de arrecha incorregible y de mover y apretar su sexo sobre el mío, como promesa del placer que me daría, nos volvimos a besar.
Llevamos las bolsas y el maletín al departamento y colocamos todo en el closset del cuarto de huéspedes. Nos disponíamos a salir cuando le pregunté por qué llevaba el maletín y no lo dejaba
" Porque, en este malentincito, llevo una ropita que quiero que me la veas puesta y después me la saques con los dientes...ya verás... ya verás....-
Riéndonos por su ocurrencia, abordamos mi camioneta de lunas oscuras y salimos del desierto y silente edificio. Tomé en dirección a la carretera central y al poco tiempo ingresábamos a esta vía. Fácilmente pasamos Vitarte y a los pocos minutos doblábamos a la derecha en dirección a Santa Clara y a la subida para alcanzar el exclusivo Hotel El Pueblo. Llegamos y los mozos se hicieron cargo del maletín de mano de Virginia y del mío, que extraje de la maletera del vehículo. En la recepción nos registramos rápidamente, gracias a que yo había hecho la conveniente reserva.
Rápidamente el botones nos hizo abordar un rústico pero cómodo vagón jalado por un pequeño tractor graciosamente decorado y empezamos a ascender por un sendero asfaltado. Los faroles que circundaban la senda dejaba preciar los hermosos y bien cuidados jardines del local. Circundamos la primera gran piscina y seguimos ascendiendo hasta que desembocamos a una calle empedrada que semejaba una típica calle de la sierra peruana, el vehículo se detuvo frente a la suite que nos pertenecía y nos ayudó a bajar. Ingresamos a la amplia y cómoda habitación, estudiadamente decorada con muebles rústicos y en las blancas paredes colgaban cuadros de la escuela cuzqueña con marcos finamente trabajados, recubierto de pan de oro. La amplia cama, era mullida y cubierta con una manta de fina fibra de alpaca, con motivos incaicos, debajo de ella las finas sábanas de seda, prometían una suave y delicada caricia a los cuerpos que descansaran en ella. Sobre la cómoda de madera tipo colonial, colgaba un fino espejo también enmarcado en pan de oro...en otro mueble un fino arreglo floral y en otro lado una cesta con frutas de la estación.
En cuanto quedamos solos, me acerqué a Virginia. Como ya dije, estaba bellísima, la tomen en mis brazos y la besé. Que rico era sentir su lengua jugando con la mía y sentir su cuerpo pegarse a mi cuerpo...así como sentir que mi erección iba en aumento y ella al sentirme trataba que nuestros sexos se unieran por encima de las ropas. Terminando la caricia, Virginia...se separó y con su maletincito me pidió ir al baño un instante... desapareció tras la puerta del servicio con una sonrisa misteriosa que aniñaba aún más su linda carita. A los pocos minutos salió del baño... había cambiado los pantalones por una minifalda del mismo material y color, que le quedaba preciosa. Sus largas, torneadas y apetecibles piernas quedaban bellamente enmarcadas con tan diminuta prenda. Contrariamente a lo que se pueda pensar, la faldita caía graciosamente sobre el cuerpo de Virginia realzando su figura, contribuyendo a ello lo plano de su abdomen y que a pesar de haber tenido dos hijos no se le hubiera formado la famosa "pancita" que es el trauma de las mujeres.
Yo, que estaba arrecho por la conversación que había tenido con mi mujer,,, ver a mi pareja así de deseable... exhibiendo su magnífica figura me puso como suelen decir los españoles "como una moto" . Nos besamos apasionadamente, uniendo nuestros cuerpos y no obstante el estorbo que en ese momento significaba la ropa, sentíamos nuestros sexos comprimirse y presionarse mutuamente. Mis manos acariciaron esos muslos jóvenes, duros, elásticos y llegaron rápidamente a la entrepierna de la hembra.... Solo de tocarla empezó a mojarse....ella sin quedarse atrás, sobró sobre mi pantalón mi enhiesto pene, totalmente parado y listo para el ataque. La caricia cesó, pues yo quería disfrutar lentamente esta noche...primero quería exhibir a mi hembra... que los demás vieran y apreciaran ese maravilloso cuerpo y esa carita de arrecha... que al mirarme parecía reclamar sexo... solo sexo.
Sin dejar de prodigarnos besos y caricias, como dos recién casados en su luna de miel, le propuse salir a pasear por el resort y aprovechar de tomar un trago... quizá comer algo y luego ir a la discoteca o a la sección de juegos de salón. De acuerdo en ello y alegres y felices, salimos de la suite. Así nos dirigimos a la plaza central del resort. Esta representaba con mucho realismo una típica placita de pueblo de los andes peruanos, a un lado la iglesia con una torre campanario construida en piedra pulida, a su lado la panadería del pueblo (realmente allí fabricaban los panes, panecillos y pasteles que se consumía en el hotel), al frente el local municipal con placa, escudo y todo y al lado circundando la plaza, una serie de tiendas de artesanías y souvenirs. Realmente toda una belleza. Obviamente con frenta a la misma plaza, estaban los restaurantes que ofrecían una variada carta, todos ellos muy elegantes. Virginia estaba encantada con lo que veía y todo le llamaba la atención, parecía una chiquilina entrando a una y otra tienda de souvenirs. Realmente la veía contenta, feliz, liberada... Virginia es una mujer joven de 23 años, pero ahora parecía no tener más de 20.. su belleza era avasalladora, expontánea. Los hombres, en su mayoría turistas.- miraban con ojos de deseo a ésta belleza... se la comían con la mirada. En cambio las mujeres también la miraban pero con miradas no muy amistosas al ver la reacción que Virginia causaba en el otro sexo.
En la joyería le compré un anillo que ella misma escogió. Era la primera vez que le regalaban una joya y no podía creer que fuera verdad que le obsequiaba la dichosa joya. Al salir de la tienda me abrazó y besó... tenía los ojos húmedos de la emoción:
" Gracias papito.... Eres muy consentidor conmigo.... te adoro.. me decía pegando su cuerpo al mío.-
" Cariño, no es nada... es solo una joyita.... Digamos que es la sortija de compromiso que hoy te obsequio para que sea mi novia.- dije romántico.-
" No solo tu novia, tu amante, tu mujer, tu amiga... todo lo que tu quieras que yo sea...siempre...- al decirlo me abrazaba apasionadamente, lo que nuevamente me estaba produciendo una erección.
Luego, abrazados como novios, fuimos a uno de los restaurantes del hotel. El sitio estaba con regular cantidad de parroquianos. Obtuvimos una buena mesa y mientras nos desplazábamos a ella cogidos de la mano, percibía claramente las ardientes miradas que los varones lanzaban a Virginia. Pedimos unos cócteles y algo para picar y conversamos animadamente sobre lo bien que ella se sentía conmigo... me decía que jamás hubiese imaginado estar en sitios tan lujosos y cosas por el estilo... yo la dejaba explayarse... me gustaba escucharla, tenía una voz grave pero armoniosa. Era de aquellas personas que al hablar se le ilumina la cara, sus gestos eran suaves y cualquier persona que la escuchara, se imaginaría que era una chica de clase media, quizás secretaria o asistente de alguna empresa y no se imaginaría que era la mujer de un humilde portero... humilde también ella, pero con un porte y belleza singular, con una voluntad y ánimos de aprender rápidamente... era como una esponjita.. aprendía y absorbía rápidamente... tomaba de modelos a Silvia y a mí y en los gestos y en su forma de hablar, había algo tan natural en ella, que si alguien la conocía en ese momento tan especial que vivíamos en el Pueblo Resort, podía pasar fácilmente como una hija de familia.... Virginia para mi, era todo un descubrimiento... una super mujer y una super amante.
Casi a las 10:00 p.m., luego de una animada conversación, nos fuimos en busca del salón de juegos. Mientras caminábamos, hacíamos pequeños altos para besarnos... para acariciarnos y luego continuar nuestro camino.... Eramos unos recién casados en pleno descubrimiento y yo lo disfrutaba a morir. El gran salón de juegos, tiene fundamentalmente juegos de salón, mesas para jugar cartas, futbol de mesa, algunas máquinas de juegos interactivos y dos mesas de billar entre otras distracciones. Habían pocas personas jugando, todos ellos hombres que al entrar con mi deseable hembra, paralizaron momentáneamente sus distracciones para regodearse mirando a Virginia, algunos disimuladamente y otros sin mayor empacho. Ella me pidió que le enseñara a jugar billar, así que tome dos tacos y coloqué las bolas de billar en posición. Le mostré la forma como debía coger el taco y la manera de golpear las bolas para que triangularan en el verde paño para ingresar ordenadamente en las buchacas existentes en las troneras de cada esquina de la mesa. Le mostré la forma y ella imitándome ensayó su primer tiro. Yo le corregí la posición y sin querer queriendo estaba detrás de Virginia, sobando mi paquete en esas portentosas nalgas. Los ojos de los asistentes al salón de juegos se desorbitaban al ver mi accionar y me envidiaban definitivamente. Luego Virginia sola quiso probar un tiro y allí estaba, ésta deseable y hermosa hembra inclinada sobre la mesa, intentando triangular las bolas de billar y al mismo tiempo exhibiendo su lindo culito, con calzoncito y todo. En ese momento parecía que toda actividad se había detenido en la sala... solo se escuchaba la respiración agitada de los machos. Si las miradas hicieran ruidos, éste habría sido ensordecedor al admirar las perfectas piernas de mi amante, las rotundas nalgas y su cuerpo todo, así como la carita de hembra arrecha pidiendo ser amada a muerte. El primer tiro de billar de Virginia fue un éxito, sin saber ella cómo, tres bolas entraron a las buchacas de igual número de troneras de la mesa y la alegría de Virginia por el acierto fue como si hubiese ganado el campeonato mundial... saltaba de alegría. Me abrazó y besó con singular júbilo...convirtiéndome en la envidia de los demás hombres de la sala. Yo estaba en el sétimo cielo. Jugamos por un buen rato, la muchacha estaba feliz. Finalmente y cerca de las 12 de la noche, decidimos ir a la discoteca.
La estridencia que reinaba en la discoteca impactaba a quienes recién llegábamos. Virginia estaba entonada y nada más de ingresar y seguir al mozo hacia nuestra mesa, el cuerpo de esta regia hembra se movía al compás del moderno ritmo. Al llegar a la mesa, muy cerca de la pista de baile, ella se despojó del saquito blanco y quedó solo con la blusa de seda verde esmeralda que para mi sorpresa y beneficio era totalmente transparente....debajo Virginia no llevaba nada... sus redondas y armoniosas tetas lucían retadoras, paradas, desafiantes a la gravedad.... el juego de las luces cortadoras y la luz blanca hacían que el verde de la blusa se difuminara y parecía que ella solo estaba en minifalda con el torso totalmente desnudo... era impactante, sorpresivo y lujurioso. Yo agradecí que cuando estaba en casa o en fiestas en la que participaba mi hija, ella me diera lecciones de bailes modernos y hacíamos siempre una buena pareja de bailarines. Ello me sirvió para esta ocasión, salimos a la pista y nos movimos al ritmo alocado, afiebrado del rock... Virginia se exhibía en toda su belleza, sus movimientos felinos, rítmicos, acompasados, su vestuario, toda ella era sexo....riquísima.
Bailamos hasta cansarnos ... yo bebí como siempre Whisky ( Shivas por cierto) y Virginia se decidió por probar tequila, de modo que las margaritas fueron obligadas. Hacia las 2 de la madrugada, tocaron un ritmo lento y dulzón y salimos a bailar. Los brazos de Virginia enlazaban mi cuello como un amoroso dogal y los míos abrazaban el portentoso cuerpo de la hembra pegándolo al mío... mi sexo empezó a crecer y ella a sentirme. Nuestros cuerpos se refregaban y en la penumbra de la disco. Aprovechando que el resto de parejas estaban bailando, bajé mis manos y me apoderé del hermoso trasero de la muchacha, amasé desesperado sus redondas y duras nalgas y las atraje más a mi, entonces Virginia acercando su boca a mi oreja me dijo:
" Llévame al cuarto papito... quiero que me hagas tuya... quiero sentirte dentro mío... vamos..." - su voz en tu tono bajo, grave... era definitivamente apremiante... mi erección y mis ganas también, así que rápidamente salimos del local y nos dirigimos a nuestra suite.
Al cerrarse tras nuestra espalda la puerta de la lujosa suite, se desató el volcán que ambos teníamos dentro. Los besos y caricias nos acompañaron hasta que llegamos al amplio lecho. Las ropas de ambos volaron por los aires en la desesperación de sentir nuestros cuerpos sin la limitación de las vestiduras, de modo que al sentir nuestras pieles desnudas en contacto, caímos en la cama y nos revolcamos a gusto en ella. Así, sincronizadamente, me apoderé de la vagina ardiente y chorreante de Virginia y ella de mi falo que lucía una vibrante erección; ambos chupando, explorando, lamiendo y sintiendo un exquisito placer .. tácitamente ambos habíamos acordado hacer durar al máximo el placer que mutuamente nos dábamos en cada una de las caricias que nos prodigábamos.
Mi lengua se regodeaba al profundizar en la suave vagina de Virginia... alcanzaba su clítoris y sentía el placer que le otorgaba a mi hembra, luego salía lamía y chupaba sus labios mayores y la caricia se prolongaba hasta llegar a su culito rosado y deseoso de recibirme como visitante, para luego regresar a mordisquear suavemente el dilatado botoncito de la muchacha, hasta que de pronto, la tensión de su cuerpo me anunció que la energía liberada de la expulsión de sus flujos, iniciaba un orgasmo largo y compulsivo que no tuvo mejor respuesta que acelerar el recorrido de su boca en mi pene, sintiendo que mi glande llegaba a la misma garganta de la preciosa joven.
Amainado el primer orgasmo de Virginia, yo como siempre trataba de retardar mi corrida, así que me acomodé sobre la muchacha, nuestros labios se unieron, para la gran batalla de las lenguas, bajé luego a sus gloriosos pechos y me apoderé alternadamente de cada uno de ellos.. con las tetas duras y a punto de reventar, mi lengua chupaba sus pezones que erguidos y retadores pedían más guerra. Seguí bajando y me apoderé de sus subyugantes y maravillosas piernas.. las besé íntegramente, mientras ella se retorcía de placer y repetía en distintos tonos que me amaba...... chupe y lamí sus rodillas y me deleité con los carnosos y firmes muslos... dándole la vuelta de modo que ella quedó boca abajo, ascendí hasta sus nalgas duras y paradas, besando y lamiendo... abrí las turgentes esferas y lamí, besé y chupe su deseado agujero posterior, profundizando con mi lengua el ingreso de la puerta de Sodoma, mientras mis dedos recorrían su vagina apoderándome de su clítoris. Virginia se contorsionaba con la caricia y sus gritos los ahogaba en las suaves almohadas del blanco lecho... a poco de esta febril caricia... nuevamente mi joven amante empezó a liberar sus ardientes fluidos y convulsionando el hermoso cuerpo, me obsequió un nuevo compacto y prolongado orgasmo.
Mientras Virginia se recuperaba, mis manos no dejaban de recorrer el deseable cuerpo. Así, me fui acomodando junto a mi pareja, pegando mi cuerpo al de ella, luciendo orgulloso una erección a tope. Entonces Virginia tomo con sus manos mi rostro y me estampó un delicioso beso, reiniciando nuestras lenguas otro combate singular. Con la caricia, me coloque sobre ella y mientras nos besábamos, mi falo fue entrando suave y lentamente en la íntima cueva de esta mujer maravillosa, todo sexo, todo deseo, todo pasión. El movimiento ondulante del cuerpo de la muchacha y la fuerza que empecé a imprimir a un constante mete saca, se conjugaron armoniosa y rítmicamente sumiéndonos en un estado de excitación tal que todo a nuestro alrededor parecía volar. Moviéndonos así, Virginia se impulsó y con mi ayuda se montó sobre mí. Su cuerpo joven y ardiente ondulaba sobre el mío, cabalgaba como si estuviera en una competencia y sus gritos, palabras de amor y mil cosas que salían de su boca, constituían un combustible permanente, constante para el fuego de nuestra pasión...
" Asi papito... cáchame así... así... soy tuya mi amor... solo tuya... Te quiero.. Te quiero..."
" Mi vida... eres deliciosa... te amo... que rico te siento....." le decía acariciando sus piernas a los lados de mi cuerpo.-
" Dame más... más mi amor..... ahhhh la doy... la doy... siénteme mi amor.... todo es tuyo ahhhhhhh".- explotó la muchacha.-
Nos corrimos al mismo tiempo... toda la energía acumulada en mi cuerpo fue expulsada y depositada en las profundidades de mi joven amante.... ella, mientras yo eyaculaba, empezó a mover a una velocidad increíble su portentosas caderas y lanzando un grito cayó sobre mi pecho.... temblando y ondulando su felino cuerpo, habíamos llegado juntos a un grandioso orgasmo. Poco a poco nos fuimos calmando, Virginia permanecía desmadejada sobre mi y los besos, caricias y palabras de amor empezaron a fluir espontáneas:
" Cariño eres deliciosa... que rico la hemos dado...".- ponderé con voz queda
" Mi amor, quiero que me creas lo que te voy a decir... nunca... fijate bien... nunca me sentido tan mujer como me siento contigo,,,, me haces el amor y quedo satisfecha, relajada.- ni en los mejores tiempos de mi matrimonio con Alejandro me he sentido así... él me tomaba.. duraba cuando me penetraba... pero salvo unos cuantos besos no me preparaba como lo haces tu.... me haces muy feliz, sabes?. .- y al decirlo me besaba y abrazaba.-
" Cariño, yo también me siento satisfecho, saciado... totalmente feliz, cuando estoy contigo. Es diferente a todo, Tu eres tan ardiente, apasionada, pero al mismo tiempo tan tierna que contigo disfruto del sexo... de nuestro amor....me haces muy feliz. .- realmente esto lo decía con sinceridad, en ese momento así era.-
" Si, pero quiero que me entiendas lo que te digo.... cuando tu me besas, cuando me acaricias... siento lo mismo que la primera vez que me besaron y sentí ese cosquilleo raro entre las piernas. Cuando me penetras... siento la gloria y cuando la estoy dando quisiera que esa sensación de éxtasis se acabara porque ya no doy más, pero al mismo tiempo quiero que dure hasta el infinito....Ahora mismo.. casi me he desmayado del gusto que me estabas dando... eso jamás lo había sentido..... por eso te digo... estoy enamorada, no, enamoradísima de ti papito..." Lo decía con convicción y se le humedecían los grandes ojos pardos....
Mi erección fue cediendo y mi pene flácido pero cumplidor... se escurrió entre los labios vaginales de mi hembra. Al sentir que se escapaba así, reímos de buena gana. Nos acomodamos en el amplio lecho y así juntos, abrazados, nos ganó el cansancio y caímos dormidos. Serían las cuatro de la madrugada cuando desperté. Estaba solo en la gran cama y me incorporé buscando a Virginia.... la luz del baño estaba encendida y la puerta abierta. De pronto apareció ella... parecía una aparición...ataviada con un baby doll rojo, estaba esta real hembra, mirándome con una cara de arrecha y pasando la punta de su lengua por los rojos y apetitosos labios. Se veía espectacular con una tanguita roja que cubría brevemente su prominente monte de Venus. Arriba un breve sujetador que a duras penas cubría los pezones de su firme pecho. El conjunto se complementaba con una camisa de seda transparente, también roja, de mangas largas que se cerraba con un cinturón del mismo material a la cintura. Ese atuendo la hacía verse además de más sexy y deseable, como una diosa del amor, de la lujuria, de lo esotérico....
Se acercó a la cama y se arrodilló en ella y así de rodillas se acercó a mí. Yo la tomé por la cintura y poniéndome a su altura, arrodillado también en el lecho, empecé a besarla apasionadamente. Mis manos recorrían febriles ese grandioso cuerpo, cuando de pronto y terminando el beso, Virginia me dijo:
" Papito, ahora échate, deja que yo sea quien te de placer... tu quédate quieto y déjame hacer a mí , ¿ok?.- su voz ronquita, incitante me convenció, de modo que yo quedé echado en la cama, boca arriba, con los brazos extendidos.-
" Estas preciosa mi amor... que arrechante el baby doll que te has puesto. ¿Esta es la ropita que querías que te sacara con los dientes?.- pregunte mirando goloso a esta hembra tan rica..
" Si amorcito... quiero estar rica para ti... si, esta es la ropita que quiero que me arranques con los dientes, pero después que yo te haya dado placer... déjame adorarte"
Y dicho eso, la joven se colocó sobre mi cuerpo. Empezó con un beso de lengua, chupando la mía, sorbiendo mi saliva y poco a poco fue bajando a mi mentón, mi cuello que chupaba con suavidad, mientras sentía la caricia de sus erguidos pezones en mi abdomen, sus muslos en mis rodillas y sus manos cogiendo fuertemente mis muñecas para obligarme a seguir con los brazos abiertos sobre el suave lecho. Los labios de Virginia siguieron a mis tetillas que alternadamente fueron sorbidos, mordidos y acariciados con la suave lengua de esta poderosa belleza. Siguió bajando por mi abdomen, mientras sentía que sus tetas atrapaban mi pene en la depresión central de tales esferas. Mi sexo recuperado, creció más al suave contacto de esas tetas duras, jóvenes, turgentes. El trabajo de los labios y lengua de la muchacha era alucinante, sentía que todos los vellos de mi cuerpo se erizaban a cada beso, a cada chupada y mi virilidad seguía creciendo cuando la boca de la joven atrapó mi pene y lentamente, regodeándose con cada avance, empezó a introducirlo en su boca.
Yo quería coger su cabeza y empezar a marcarle el ritmo de tan fenomenal mamada, pero ella no lo permitió; sus manos seguía aferrando mis muñecas y cuando sentía que mi sexo empezaba a tocar su garganta, Virginia inició un ritmo lento, suave, cadencioso extrayendo mi pene hasta atrapar con sus labios el glande y volver a engullirlo con deleite nuevamente hasta el fondo... esto se fue repitiendo varias veces y tuve que hacer acopio de toda mi voluntad para no correrme aún en la boca de la muchacha. Ella dejó libre el falo y sus labios buscaron mis huevos llenos nuevamente de leche que depositaría en lo más profundo de mi deliciosa amante. Los lamía y chupaba con suavidad, con delicadeza, con respeto y devoción...siguió luego a mis muslos y luego se apoderó de mis rodillas. Nunca pensé que una caricia labial en esa parte de mi cuerpo, me iba a causar tanto placer, pero ocurrió. Virginia imitando la caricia que antes yo le había prodigado, me volteó boca abajo y se apoderó de mis nalgas que mordió, besó y chupó ... abrió mis nalgas y empezó a lamerme el culo.. sentía su lengua abrirse paso en el oscuro anillo y luego subir por mi espalda hasta llegar a mi cuello. Sentía los duros pechos de mi joven amante incrustarse en mi espalda y el cosquilleo de sus suaves vellos pubianos en mis nalgas. Parecía que su cuerpo se había convertido en una gran ventosa que se comprimía a mi cuerpo... la sensación era indescriptible. Luego me volteó y así boca arriba, observé que gatuna ella, se despojó de la camisa de dormir y acercándome sus tetas a mi boca me pidió que le quitara la prenda con mis dientes... así yo arranqué la diminuta prenda liberando las hermosas esferas que saltaron retadoras, duras, paradas. Ella, acercó también su pubis a mi boca y arranqué también la breve tanguita, la misma que sentí húmeda y caliente... quedó así totalmente desnuda, hermosa, preciosa....
Con suaves movimientos se colocó sobre mí, sin abrir las piernas, extendiendo las suyas sobre las mías. Comadrejeando el cuerpo logró que mi exaltado sexo quedara incrustado en su misma entrepierna, sin penetrarla y empezó a comprimir esos bellos muslos dándole un masaje espectacular y subyugante al ardiente falo.... la sensación era tan rica, tan deliciosa que empecé a expulsar líquidos preseminales... pero nuevamente mi voluntad venció..... Estaba en el cielo, flotando en el espacio... realmente tenía razón, me estaba dando un placer infinito, inusitado, cuando de pronto sentí que sus lindas piernas se abrían y poniéndolas a cada lado de mi cuerpo, casi de rodillas, empezó a introducir mi pene en lo profundo de su cueva... sentía como los músculos vaginales de mi hembra lo acogía succionándolo, dándole paso poco a poco, Mi dilatado apéndice llegó a lo más profundo de Virginia... al unísono ambos empezamos a gemir y a disparar frases que solo se le ocurren a uno cuando está disfrutando de una cogida tan espectacular y rica como la que estábamos dando:
" Papito.. papito.... dame mass, dame más ..que rico sentirte así... rico... rico..".- gritaba la bella
" Amor, amor, quiero sentirte, mójame con tus flujos... damela mamita, damela todita...- respondía yo.-
" Si, si mi amor.....toma, toma la doy, la doy... ahhhhh, ahhhhh .- yo sentía que sus líquidos calientes, ardientes, bañaban mi falo... sentía que se escurrían y mojaban mis huevos, mientras Virginia tensaba su cuerpo, convulsionaba el mismo ante esa erupción de pasión y placer... sus gemidos se trasformaron en gritos y así sin solución de continuidad otro fuerte orgasmo empezó a crecer en su cuerpo, el temblor del mismo era incontrolable y la emoción fue tan intensa que los gemidos de placer se transformaron en un llanto angustioso, desesperado, que la hizo caer y desmadejarse sobre mi pecho. Sin perder la penetración... mientras la abrazaba para calmar su desesperado y repentino llanto, me puse en la posición del misionero y acariciando su rostro, alisando sus cabellos, sentí que la joven empezaba a relajarse. Virginia abrió sus hermosos ojos y acariciando mis brazos me dijo:
" Papito... no se que me pasó... estaba gozando como no te imaginas... la estaba dando.....cuando de pronto como si fuera una ola gigantesca empezó a surgir otro orgasmo,,, la felicidad, el gusto ya no cabía en mi pecho y tonta yo, solo se me ocurrió llorar, pero llorar de felicidad, de placer, de alegría.....nunca antes me había pasado y ha sido riquísimo...."
Solo le sonreí y empecé a empujar nuevamente mi pene dentro de la hermosa mujer. Ella plegándose a mi movimiento, abrió sus piernas y las cruzó sobre mis nalgas, presionando con sus talones para profundizar mi falo en su ardiente cueva. El movimiento conjunto de ambos cuerpos en perpetuo movimiento, exacerbó nuevamente los deseos desbocados y entre gritos y gemidos... a un mismo tiempo un grandioso orgasmo se desató en cada uno de nosotros... gozamos hasta el último estertor la voluptuosidad del placer infinito y abrazados... caímos en un profundo y reparador sueño.
El murmullo de cientos de avecillas y unos deliciosos rayos solares que se filtraban por los bordes de la ventana hicieron que poco a poco abriera los ojos. Virginia dormía a mi lado acurrucada a mi... la miraba y parecía una niña, parecía que sonreía y su carita aniñada me hizo evocar a una niña al amanecer el día de navidad, con la felicidad del juguete nuevo.... qué joven era.. pero que balazo de mujer... pura dinamita... puro sexo... dispuesta siempre a disfrutarlo a morir.... y esa noche yo había recibido sus favores y ella había expresado su rendido amor por mí.... la había hecho disfrutar de la sesión amorosa como nuca, según su propia expresión, eso me hacía sumamente feliz.
El reloj sobre la mesa de noche marcaba las 8 de la mañana... m la habitación olía a sexo a pasión desbordada... era un aroma dulzón, agradable... arrechante. Sonreí al ver la ropa de Virginia y la mía desperdigada por todo el cuarto, sobre los muebles, sobre la alfombra. El calzoncito rojo de su baby doll estaba sobre una lámpara... qué noche.....
Estaba en eso cuando, despertó Virginia, abrió sus grandes ojos pardos y se arrimó a mí...
" Buenos días mi amor".-le dije al tiempo que le daba un suave beso en los labios....
" Buenos días.....ummmh... que rico he dormido" .- dijo respondiendo al beso y estirándose, desperezándose.- "... ayy.. me arde mi cosita.... tu tienes la culpa.. malito..." me dijo engreída....
" Pobrecita... le arde su cosita " .- repetí imitándola, mientras mi mano se colocaba en su entrepierna.- " sana, sana cosita de rana" .- sonreí bromeando .-
" Sabes... me arde un poquito, pero es que anoche me has destrozado papito, pero que rico te he sentido... has estado delicioso... pucha, me has hecho hasta llorar del gusto que sentía... ha sido lo máximo. Te advierto, no te voy a dejar nunca... quiero que siempre me hagas sentir sí".- expresó apasionada.-
Nos besamos dulcemente, luego reímos despreocupados y divertidos al ver el desorden de nuestras ropas por todo el aposento.
" Papito, qué locos hemos sido.... realmente ha sido una noche inolvidable, jamás me olvidaré de nuestra "noche de bodas" .- dijo esto mostrándome el anillo que le había comprado la noche anterior.-
" Si mi amor... ha sido deliciosa....Pero dime... que quieres hacer ahora?. Alejandro está llegando a las 6 a Lima, de acuerdo a lo que me informó Silvia, a quien pedí monitoreara sobre el viaje de tu marido, de modo que podemos estar aquí hasta las tres o cuatro de la tarde. A silvia le dije que tu me habías pedido permiso para hoy, de modo que este viernes es nuestro, ¿qué te parece?
" Papito me asombras... tu piensas en todo. O sea que podemos quedarnos aquí, ir a la piscina, almorzar y regresar a Lima en la tarde?.- preguntó alborotada.-
" Correcto... pero entre piscina y almuerzo.. podemos hacer cositas también..." .- le respondí con una sonrisa pícara .-
" Pensé que no lo ibas a decir..... pero después del almuerzo, luego de una siestecita podemos seguirla, verdad?
" Claro mi amor... todo, todo lo que tu quieras... pero ahora a bañarnos e ir a desayunar, después a la piscina.. vamos, vamos, levántate flojita...."
Nos levantamos y fuimos al baño. Este era amplio con jacuzzi incluido... nos cepillamos los dientes y mientras yo me afeitaba, Virginia ingresó al inodoro privado ubicado a un extremo del baño. Mientras ella estaba en lo suyo, yo salí y ubicándome frente al espejo del tocador, empecé a afeitarme meticulosamente. Cuando terminaba el rito, sentí que la palanca del inodoro era accionado por la joven. Regresé al baño y fui al inodoro a lo mío. Virginia, meticulosa ella, empezó a recoger la ropa esparcida por toda la habitación, ordenándola y luego a escoger dentro e su maletín, las ropa que se pondría para ir a desayunar...
Salí del inodoro, cuando Virginia acomodaba sobre la cama el breve bikini amarillo intenso, que usaría mi joven amante para bañarse en la piscina, completaría su atuendo un pequeño short crema y una blusa de crepé también crema... en el suelo unas alpargatas del mismo color. La imaginaba con el atuendo y la veía riquísima. Ambos seguíamos desnudos y me acerqué a ella. La atraje hacia mí y nos besamos, suave, lenta, dulcemente y nos encaminamos a la ducha. El agua convenientemente tibia corría por nuestros cuerpos... el espumoso gel de baño, corriendo por nuestros cuerpos, despedía un agradable aroma a miel y coco..... Ambos friccionábamos nuestros cuerpos... ella a mí, yo a ella.....así nuestras manos llegaron a los sexos y los higienizamos concienzudamente. La vagina de la muchacha estaba realmente inflamada y los primeros toque de mis dedos la hicieron reaccionar... "me arde papito".- fue su protesta.... Seguí friccionando su cuerpo y distribuí gel en sus portentosas nalgas.... empecé a besar sus carnosos labios y ella a pegarse a mí, de modo que poco a poco, empecé a meter mi dedo medio en su culito... luego entró mi índice y posteriormente el anular. La muchacha disfrutaba de la suave caricia... yo empecé a erectarme al sentir los primeros gemidos de la hembra... abandonada a la suave fricción
Bajé la intensidad del regaderazo y di vuelta a la muchacha.. ella se apoyó en el borde del muro de la ducha que servía para colocar las esencias, jabones y aromas de baño, separó las piernas y elevó el hermoso potito, dejando a mi disposición el dilatado culito. Yo dirigí mi inflamado pene esa deseada prisión y facilitado con el gel de baño, empecé a ingresar con suavidad al tunel prohibido.... la dilatación de mi amante era ideal y el placer que ella sentía desde siempre a esta forma de copula facilitó la penetración.... la tenía firmemente empalada... mis manos masajeaban sus tetas y cuando el mete y saca empezó a acelerarse, la mano de Virginia llevó la mía a su vagina... atrapé allí el dilatado clítoris y empecé a masajearlo suave, lentamente .... los gemidos de ambos, desencadenó un orgasmo mutuo, mis huevos golpeaban rítmicamente en las nalgas de la muchacha y cuando sentía que mi hembra se retorcía del placer, mi pene empezó a liberar cantidades de semen que depositaba en su recto...
" Papito.. siento que me lleva al estómago... pero sigue... sigue.... me encanta..."
Los movimientos de nuestros cuerpos se aceleraron y por poco caemos enredados al piso de la ducha. Nos repusimos y temblándonos las piernas, separados... nos recostamos en las paredes del cubículo. Aumenté la intensidad de la ducha y el agua... bañó nuestros cuerpos.... recuperados.. salimos de la ducha y con los amplias y finas toallas nos secamos.... Después nos acercamos y besamos con inmenso cariño.... Nuestra piernas vibraban y nos dejamos caer en la cama a descansar de la rica enculada que acababa de darle a Virginia,
Algo repuestos y más hambrientos que antes, procedimos a vestirnos. Yo me puse un short de baño azul marca Addidas y sandalias del mismo color, combinado con una playera a rayas azules y blancas de la misma marca. Mientras me vestía, observaba a Virginia ponerse su bikini amarillo, que se ajustaba a la perfección a las curvas y planos de su cuerpo. Definitivamente la dueña de la boutique del Centro Comercial El Polo, donde envié a la muchacha, había acertado en toda la ropa y accesorios que le había recomendado. Todo lo que había usado hasta ahora le quedaba muy bien y la hacía lucir espectacular. Antes de salir, enfundada ella en el conjunto de crepé crema, Virginia se puso unos lentes de sol Dállessio que la hacía ver más joven, mas casual....salimos juntos después de besarnos y fuimos al encuentro del desayuno y luego a la busca de las refrescantes aguas de la piscina del lujoso resort.
El desayuno servido en uno de los restaurantes con frente a la plaza central, discurrió con tranquilidad y de verdad, después del desgaste de energías, ambos estábamos famélicos y devoramos todo lo que teníamos delante: huevos revueltos con tocino y jamón, panecillos con mermelada, salchichas mexicanas, jugos y café. Saciado nuestro hambre, fuimos en busca de la piscina... el sol reverberaba y un chapuzón nos iba a caer muy bien. Caminamos por el sendero hacia la parte baja y allí estaba la alberca, amplia, con sus límpidas aguas calentadas por el sol.... a un extremo de la alberca, había un bar al cual se llegaba nadando y podía sentarse en lindos banquitos forrados en pepelma de colores dejando medio cuerpo en el agua y medio cuerpo al aire libre, para apoyarse cómodamente en el mostrador. Buscamos dos shailones cerca de la piscina y nos acomodamos en ellos, para disfrutar del sol. Virginia observaba curiosa las instalaciones y sus ojos se asombraban al descubrir la comodidad de las instalaciones. Luego, se despojó de su conjunto de crepé crema y emergió el escultural cuerpo de mi joven amante,,,,de pie junto al shailong lucía su grandiosa anatomía, que empezó a ser el centro de las miradas de quienes estaban en los alrededores. Incluso los camareros, tan discretos y respetuosos, disparaban miradas furtivas, golosas y cargadas de deseos al espectacular cuerpo de mi hembra. Yo, con los anteojos de sol simulaba dormir, pero no me perdía detalle de la impresión que causaba mi amante.
Luego de un tiempo tomando sol... Virginia me pidió que la acompañara al agua... el clima estaba delicioso y la temperatura del agua también... muy quedo a mi oído, la muchacha me confió que no sabía nadar... yo le dije que no sintiera mal por ello y nos posicionamos en la parte menos profunda y avanzamos hasta una zona en que el agua nos cubría hasta el pecho. Allí le propuse, tomándola de ambas manos, que se dejara flotar, mientras yo retrocedía, siempre dentro de una zona no profunda... Virginia estiró sus piernas y empezó a flotar, Era espectacular ver su delicioso culito cubierto brevemente por la minúscula tanguita sobresalir por la superficie del agua, varios hombres en la piscina y fuera de ella de seguro estaban teniendo una erección con la demostración de este portento de mujer. Estuvimos largo rato jugueteando en la amplia piscina, cuando no flotaba o intentaba nadar, Virginia se prendía de mi cuerpo, abrazándome juntando sus cuerpo al mío, sintiendo como sus piernas se enroscaban en las mías y frotando su pubis en mí. Protegido por la masa de agua, yo pasaba la mano por todas las partes del cuerpo de esta deseada mujercita; ya estaban mis manos frotando sus duras nalgas, acariciando sus muslos, metiéndose en su entrepierna, amasando sus turgentes tetas... no había parte de ese cuerpo que mis manos no acariciaran y la hembra respondiendo, besánome el cuello, buscando mis labios....indudablemente, en ese momento yo era el hombre más envidiado de ese Resort.
Fue increíble, ver salir a Virginia de la piscina. El bikini, firmemente adherido a su cuerpo, revelaba claramente la depresión de su vagina y los relieves de sus pezones y por atrás, la línea divisoria de sus nalgas se notaban con plena claridad..... De verla así, nuevamente empezaba a empalmarme... felizmente, cubrió con una gran toalla sus hermosas extremidades desde la cintura y se volvió a echar en shailong para tomar sol. Un camarero nos sirvió dos piñas coladas y ambos empezamos a degustarlas con calma... cerca de las doce del medio día decidimos regresar a la suite, para preparanos para el almuerzo....Cogidos de la mano, besándonos como enamoraditos regresamos a nuestra pieza.
Mientras Virginia se bañaba , salí al la calle empedrada donde estaba la suite y llamé por mi celular a la oficina. Me contestó Silvia informándome que no había novedades. Luego del informe sobre las gestiones regulares que se desarrollaban dentro de lo previsto, me preguntó directamente:
" ¿ Y como va la luna de miel? .-Noté cierto retitin en la pregunta.-
" Bien... en líneas generales bien... Pero nadie como tu mi amor.- mentí descaradamente.- Contigo aquí hacía mil veces más locuras... tu sabes Silvia que contigo me vuelvo loco... Tu eres diferente, inigualable.- la ponderé.-
" Si, pero no me digas que lo pasa mal. Virginia es una linda chica y con los arreglos y la pulida que le hemos dado todo este tiempo que esta en la oficina es una mujercita más que deseable.- retrucó
" Si pero nadie se iguala a ti Silvia. Eso tu lo sabes de sobra. ¿ o estas celocita?
" Si, siento algo de celitos, pero no me hagas caso.- respondió
" No mi amor, tu eres única para mí... no solo porque no nos conocemos de ahora, sino porque yo te hice debutar por todos lados.. porque tu eres mi chiquita... mi mujercita llinda, ¿no es cierto?
" Si, si mi amor... de verdad no me hagas caso... lo nuestro realmente es único...ya me desquitaré contigo cuando vayamos a Cancún el próximo mes... te voy a exprimir ... ya verás .- lo dijo sonriente.- al parecer el fastidio se le había pasado.- ¿Cuándo regresas, hoy?.
" Si, definitivamente a eso de las 4 p.m. mando a Virginia en un taxi. El marido llegará seguramente a las 8 y le doy tiempo para que se prepare a recibirlo. Yo estaré legando a la oficina a las 5:30 p.m., de modo que podré verte.
" Correcto... nos vemos entonces, Un beso...y colgó.
Al parecer todo estaba en orden. Entré a la suite en el momento en que Virginia salía del baño, envuelta en una gran toalla y otra más pequeña enrollada como un turbante en la cabeza. Le di un beso y fui a ducharme. Cuando salí del baño, Virginia estaba estupendamente vestida para ir a almorzar. Tenía puesto un vestido de fina seda estampada verde agua, de línea recta y que le quedaba a medio muslo. La caída de la tela era suave y armonizaba con las curvas de la joven. Realmente no pude aguantarme y la estreché en mis brazos... ella se plegó a mi hacer y empezamos a besarnos, profundizando nuestra lenguas y poco a poco fuimos resbalando al lecho....como era natural el lindo vestido quedó en el suelo, así como la ropa interior pequeña y delicada.... sin más preámbulos, mi urgencia necesitaba la suave vagina de Virginia.
Mi pene se ajustaba exactamente a las dimensiones de la amada funda de mi joven pareja. Ella, ya estaba humedecida y su cueva empezó a funcionar succionando mi herramienta y sin que yo empujara, la rugosa caverna empezó a comerse literalmente mi sexo. El clítoris de la hembra erguido y caliente luchó con mi glande y esa batalla empezó a hacer efectos en la joven que abrió más sus piernas de modo que empujó con su talones mis nalgas y raspando el apéndice sexual de ella, a los pocos instantes sentía que ya no podía profundizar más.
El ritmo de la cópula, tan antiguo como la vida misma hizo lo demás.... los gritos, alaridos, gemidos y de ambos fueron coronados por un mutuo orgasmo, largo, intenso, que parecía no tener fín. Era increíble, cuanto más gozaba de esta mujer, más quería. En ese momento tuve conciencia de algo. Si para mí ella era un descubrimiento... con esta relación afectiva conmigo, Virginia se estaba descubriendo a sí misma y en este momento lo disfrutaba a muerte.
Obviamente no llegamos al restaurante a almorzar, pedimos algo al servicio de cuartos y comimos en la cama, acariciándonos, besándonos, amándonos. También caimos en un rico sueño, del que despertamos cerca de las 3 de la tarde.... nos bañamos y salimos rápidamente con destino a Lima. La Luna de miel había terminado.... por ahora.
Llegamos a la ciudad a las 3:45 p.m. y en la estación de taxis de la Cínica San Borja, hice que Virginia abordara un taxi que la llevaría directamente a la oficina. La muchacha, se había vestido con el conjunto que usualmente lleva en la oficina, de modo que su apariencia no iba a levantar ninguna sospecha. El famoso maletincito con la ropa, entre ellas la que le arranqué con los dientes, quedó en mi vehículo para ser guardada en el departamento. Allí también iba, la "sortija de compromiso" hasta que se nos ocurriera algo para justificar su existencia ante Alejandro el Portero, el marido de Virginia. Nos despedimos con sendos besos y quedé allí hasta que vi alejarse su taxi.
Decidí en ese momento no ir a la oficina, sino a mi casa Me sentía agotado, necesitaba descansar y cargar energías ... necesitaba la tranquilidad de mi casa y prepararme para lo que sería la cita del sábado en la noche de mi mujer con Pedrito.