La Mujer del Portero (03)

Como entre virginia y silvia me siento en la gloria.

LA MUJER DEL PORTERO (III)

A las 6 en punto de la tarde Silvia hizo entrar a tres importantes ejecutivos de una empresa chilena que deseaban asociarse a una de mis empresas para un proyecto siderúrgico en Chimbote al norte del Perú. Los tres de mediana edad y con dos de ellos ya me conocía pues hacía poco habíamos asistido a una convención de negocios en Santiago.

El más joven de ellos no perdía de vista a Silvia, que como siempre estaba radiante y bellísima, luciendo un elegante conjunto sastre color azul, la falda a medio muslo permitía admirar sus hermosas piernas. El rostro lozano y ligeramente maquillado hacía destacar sus grandes ojos pardos y una boca tentadora. El cabello castaño prolijamente cepillado realzaba la belleza del rostro. Los elegantes y finos ademanes de mi secretaria, sumados ala descripción que acabo de hacer traía embobado al ejecutivo sureño.

Al iniciar la reunión, ocupamos la mesa de directorio ocupando yo la cabecera de la misma dos ejecutivos chilenos a mi izquierda y a mi derecha el más joven. Cerca de mi sillón y ligeramente detrás del mismo se sentó Silvia, con su libreta de notas. No se me escapó la cara de idiota que puso el joven, cuando Silvia cruzó sus soberbias piernas y le dispensó una generosa visión de sus blancos muslos. El tipo estaba totalmente hipnotizado.

Pero aún fue más impactante para los otros hombres, cuando apareció Virginia empujando el carrito con las tazas de café, los vasos y los thermos conteniendo las bebidas. Ambos quedaron impresionados en primer lugar por el tipo tan peruano de la muchacha, mestiza de hermosa cara, cabellos claros y figura de antología, que casi se les cae a ambos los anteojos cuando con un gracioso movimiento les sirvió a uno un café y al otro una Coca Cola y ello porque al hacerlo se inclinó solícita a servir y dejó a la vista de los visitantes una generosa porción de sus redondos senos, sujetados parcialmente con el brassiere de encajes de media copa y solo "cubierto" con una blusa transparente. El colmo fue que al terminar de servir la gaseosa el hombre embobado con las tetas de Virginia botó algo de la bebida mojando la alfombra, mientras él se deshacía en disculpas, Virginia se puso en cuclillas para absorber con un papel toalla el líquido derramado, al hacerlo le dispensó al chilenito un generosa visión de sus muslos y el pequeño triangulo de su tanga, de modo que al tipo casi le da un infarto.

Yo reía para mis adentros de la situación de los tres, dos se comían con los ojos a Virginia que les enseñaba sin quererlo su calzoncito y el otro babeaba por exhibición de las regias piernas de Silvia...realmente de película. Todo ello, con un "tip" adicional, yo gozaba a morir con los favores sexuales de aquellas portentosas hembras.

Entramos en materia y la reunión de negocios duró casi dos horas, lapso en el cual Virginia sirvió dos veces refrescos y café. Yo solo tomo agua mineral y cada vez que Virginia me servía me lanzaba cómplices miradas cargadas de deseo que yo devolvía con sonrisas o algún guiño. Al terminar la reunión y despedirse los chilenos me elogiaron por la belleza de las chicas que trabajaban conmigo y que tratarían de venir más seguido a mi despacho para poder contemplar tanta belleza.

Quedé en mi Despacho recogiendo mis cosas para retirarme y de pronto entró Silvia, lista también para irse. Cerró la puerta tras de sí y se acercó a mí....nos abrazamos y un delicioso beso, apasionado, voluptuoso, candente empezó a generar en mí una erección. Mis manos se posaron en las nalgas de mi secretaria y sentí que su mano acariciaba mi paquete suavemente.

"Querido, quisiera quedarme para hacer el amor y continuar lo que dejamos inconcluso ayer..me dejaste con las ganas y tuve que consolarme con mi marido pero no puedo porque tengo que ir con él a una reunión del colegio de mi hijo.- me expresó mimosa

"No te preocupes, pero mañana nos escapamos al depa para almorzar y amarnos y de paso te cuento lo de esta tarde con Virginia, así como mi plan para que te tires a Alejandro, ¿que te parece?

¡Fantástico! .- Me dijo con alegría.- Yo inventaré un permiso para tener toda la tarde libre y fingiré salir, así todo lo tenemos controlado y cuidamos nuestras imágenes. Tu puedes decir que vas a trabajar en tu despacho y que bajo ningún punto se te pase llamadas o se te moleste....finalmente dejamos activada la PC Camera de tu lap top y solucionamos cualquier imprevisto.

"Querida.-le dije admirado.- eres super eficiente hasta para programar una buena revolcada...por eso eres mi preferida

Nos dimos un rico beso y se retiró apurada. Su marido la esperaba en el primer piso.

Al retirarme en mi auto, vi que Virginia estaba con su marido en la caseta de portería. Estaba vestida como usualmente acostumbra, con unos vaqueros ceñidos y una camiseta suelta, pero que revelaba su hermoso cuerpo que yo tan bien conocía. Su mirada cómplice al darme las buenas noches fue como una promesa de los placeres de los siguientes días. Alejandro como en broma me dijo:

"Doctor, espero que la Virginia se haya portado bien en este su primer día de trabajo"

Yo le respondí, sabiendo que la intención de mis palabras solo iba a ser entendida por Virginia:

"Pues si, se ha portado muy bien y a medida que se adapte a las normas de la oficina, creo que se portará mejor".-

Alejandro me agradeció son una sonrisa franca y satisfecha y Virginia con una sonrisa cómplice y pícara.

(CONTINUARA)