La mujer de mis sueños

Logré hacer mia a la mujer de mis sueños y de paso, a mi hermana.

Cuando estaba en la preparatoria, estaba obsesionado por una chava que era mayor que yo, se llamaba Norma, y déjenme decirles que Norma tiene un cuerpo precioso. Tiene unos pechos erguidos y grandes, y se nota a simple vista que son firmes y redonditos. Sus piernas vuelven loco a cualquiera que la ve porque suele vestirse muy provocativamente, y su trasero hace que su ropa se le pegue de una manera por demás excitante.

Mi mejor amigo y yo nos masturbábamos mientras platicábamos acerca de nuestras más locas fantasías sexuales con ella. De cómo la cogeríamos y de cuanto la deseábamos. Por cierto, debo mencionar que Norma es amiga de una de mis hermanas, por lo que seguido venia de visita a mi casa. Así que yo ya tenia casi irritado el miembro de tanta puñeta.

Hasta que no pude más y decidí que no podía seguir así. Norma tenia que ser MIA a como diera lugar.

Elaboramos un supuesto plan para tirarnos a Norma. El cual fue el siguiente, fuimos a un sex shop buscando por la famosísima yumbina, de la cual yo no creía nada. Pero aun así la compramos, e invitamos a mi hermana y a Normita a tomar unas cervezas en la casa de mi amigo, que estaba sola por supuesto. Yo, de barman, pues serví los vasos y les puse yumbina a las 2, ya que era ilógico pensar que nos coceríamos a Norma ante la mirada complaciente de mi hermana, así que bebimos y bebimos y las gotas nada que hacían efecto, así que mejor empezamos a jugar cartas, y para poner emoción jugamos de apuesta, pero no de dinero sino de prenda.

Pasado el tiempo y cada vez poníamos mas gotas en las cervezas, y en cuanto a nosotros habíamos perdido bastantes prendas y ellas casi nada. Todo se estaba yendo a la mierda, cuando empecé a notar que la respiración de mi hermana se hacia pesada y me emocione tanto que casi nos delato.

Me logre contener y nos quedamos observando, ya que se levanto y fue al baño, y se tambaleaba notoriamente. Mientras Norma se jalaba la playera, como si tuviera mucho calor, y también movía sus piernas, lo que aumentaba mi emoción.

Yo fui el primero en actuar, me acerque a ella y la agarre de los hombros, preguntándole si se sentía mal, me contesto que solo mareada y acalorada, por lo que la lleve a un sillón, la recosté, y yo me acosté junto a ella, para medir el terreno le di un beso en el cachete, como no se quejo le di un beso en la boca y le metí la lengua. Hizo un quejido leve pero no se opuso así que puse mi mano en uno de sus senos, y le desabotoné la blusa, que ya era de por si escotada. Cuando le iba a desabrochar el pantalón mi hermana regresó del baño, y yo temiendo que interrumpiera mi festín le dije a mi amigo que la entretuviera. Yo pensaba en una plática pero mi amigo tenia otra idea. La agarro directamente y la metió a una recamara, donde no pude observar. Yo volví a lo mío y con esfuerzo le quite el pantalón, ya que era muy ajustado, y no pude menos que impresionarme ante la vista. Era un par de piernas increíbles y las bese y acaricie como un loco.

Le quite la pantaleta y la coloque boca abajo, me acosté encima y empecé a moverme pero aun no la penetraba, lentamente le abr su raja con mis dedos y coloque mi glande en su entrada, ella estaba en un estado en el cual podía gemir e incluso balbucía algunas cosas. No peleaba así que le metí mi pene, mas erecto que nunca y comencé a sacudirla con fuerza, me sentí en el cielo, mientras agarraba y apretaba sus hermosos pechos y le daba durísimo, no tarde mucho en venirme y lo hice adentro de ella. Pero estaba tan caliente que mi erección volvió casi de inmediato.

Fui a la cocina por más cerveza y cuando pase por el cuarto escuche un golpeteo. Entre por curiosidad y descubrí que ese golpeteo era la cabecera de una cama que pegaba contra la pared al tiempo en que mi amigo embestía con su pene la vagina de mi hermana, lo cual me excito muchísimo, nunca la había visto desnuda y menos aun cogiendo, la estaba cogiendo de lado y sus tetas se mecían al ritmo de cada empujón que le daba, y gemía como toda una estrella porno. Mejor los deje solos y con mi cerveza regrese a la sala donde Norma ya se había sentado. La tome de la cintura y la coloque en el sillón de manera que pudiera penetrarla de a perrito, cuando se la metí ella dio un jalón de aire y apretó con sus manos el sillón, así que continué dándole aun mas duro y la agarraba de los hombros o el cabello para tener mas impulso, quería llegar hasta el fondo.

Había pasado un poco mas de una hora y ya me había venido 3 veces adentro de Norma, y faltaría unas mas por el ano. La cual disfrute mucho.

Mi amigo la estaba pasando muy bien también, ya que no dejaba de embestir a mi hermana una y otra ves. De repente se acerco a mi y me dijo que quería tirarse a Norma, ya que ese era también su sueño desde hacia tiempo, así que me senté a verlo mientras la penetraba salvajemente.

Volteo y me dijo, por que no te coges a tu hermana, total, yo ya le di bastante y esta sabrosa. De primera impresión me dio mucha risa, pero al verla acostada, con sus nalgas duras y con la vagina chorreando semen, me excite tanto que de un empujo se la metí toda y ya no me detuve hasta que me vine. Para ese momento ya los cuatro estábamos en la recamara, bueno, podría decir que los dos y nuestras muñecas inflables que gemían mientras las fornicabamos una y otra ves. Era delicioso, sentir esas vaginas calientes y esos culos cada vez mas abiertos.

Acabamos cansadísimos, pero contentos, ya que nuestro plan había funcionado y había sido incluso mejorado. Conseguimos una noche de sexo increíble y cada ves que veo a mi hermana con Norma espero por otra noche igual.