La mujer de mi hermano

Se dio de casualidad, cuando con mi cuñada (10 años mayor que yo) tuvimos un encuentro sexual en el auto.

Primero debo presentarme y describirme. Me llamo Martín, y esto ocurrió cuando tenía 17 años.

Como todo pibe de esa edad, vivía para el cuerpo femenino: películas, revistas, mujeres en la calle; miraba y miraba de todo, y me masturbaba permanentemente. Muchas veces andaba en la calle, seguía de cerca de una mujer con un buen culo, para terminar entrando a algún bar, y me masturbaba en el baño, imaginando que me cogía a esa mujer que había devorado con los ojos.

Mi hermano, de 30 años, estaba casado con una preciosura de mujer, de 27 años.

Natalia es su nombre, pelo corto castaño claro, unos ojos negros preciosos y grandes, una cola espectacular, muy bien cuidada; pero lo mejor de todo son unos pechos que me vuelven loco, y varias veces he usado (en mi imaginación) para masturbarme.

Nunca me dio entrada, ni filo alguno, pero mi imaginación volaba, lo que me servía para acabarme en mi soledad, pensando en esos pechos y esa boca carnosa.

Era víspera de año nuevo, y estaba la familia toda reunida en casa de mis padres. Como en todas estas fiestas tradicionales, se reunía toda la familia, por lo que éramos como 25 personas en casa. Yo había coordinado salir con unos amigos a bailar, por lo que debía estar en la ciudad a las 12, en casa de un amigo. Vivimos en un balneario, por lo que estoy a 50 km de la capital, cosa que me complicaba la ida, ya que a esa hora no hay transporte público. Eso no complicaba demasiado, ya que había varios autos en la casa, pero no tenía licencia yo por ser menor; a lo que había coordinado con mi hermano que él me llevaba, ya que tomaría unos 30 minutos llevarme, y no le complicaba demasiado.

Estuvimos todos entre comida y bebida, poniéndonos "alegres", y acostumbramos bailar también. En eso, mientras bailaban todos (yo no era muy afecto a bailar en familia) observé Naty, la mujer de mi hermano. Estaba con un vaquero ajustado, que le definía impecablemente esas piernas hermosas y el culo bien parado. Pero aparte, estaba con una camisa blanca, mangas arremangadas, y no suelta, sino atada un poco más arriba de su ombligo, lo que dejaba ver su buena figura, así como marcaba bien sus pechos, de lo cual debe tener como 110. Bailaba muy sensualmente, y los pechos se le movían de una manera que me enloquecía. Me sentí muy enfermo, pensando en esa hembra, sabiendo que era mi cuñada, y que nadie más la debería estar mirando como la tremenda mujer que era, pero ya mi imaginación volaba, y me tuve que ir un rato afuera, porque mi erección ya se estaba notando.

Ya se acercaba la hora en que tenía que irme (eran las 11) por lo que fui a buscar a mi hermano para ver si ya estaba como para llevarme. Estaba bailando con su mujer, y cuando le dije qué hora era, que me tenía que llevar, me contestó:

Sí, dale, no hay problema.

Pero le ví en los ojos que se le había ido la mano con la bebida, por lo que no me gustó para nada que fuera a manejar a la ruta.

Por suerte su mujer, Naty, se dio cuenta, y le dijo:

Ni loca te dejo manejar así, dame las llaves que yo lo llevo.

Mi hermano no opuso resistencia, por lo que nos encaminamos hacia el auto, para emprender el viaje.

Íbamos en la ruta, y el cinto de seguridad se le metía entre los pechos, marcándoselos imponentemente. Yo no podía evitar mirárselos, lo que provocaba que mi verga comenzara a pararse nuevamente. Aparte, Naty es muy simpática y da gusto hablar con ella de cualquier tema; aparte, es de esas personas que mientras te habla te toca, sin intención alguna, pero cada vez que me daba una palmadita en la pierna mientras bromeaba, me ponía a mil.

En la ruta hay algunos semáforos, por lo que en uno nos tocó detenernos (para los que conocen Uruguay, se trata de la Avda. Giannattasio). Al detenerse en el semáforo, Naty se echó hacia atrás para desperezarse, lo que hizo que levantara sus pechos, y quedaran aún más excitantes.

No aguanté más, y llevé mi mano derecha a sus pechos, agarrándole uno, al tiempo que le decía:

Qué pechos hermosos tenés!

Qué hacés, nene?! Contestó Naty, enojada.

Qué te creés, que podés tocarme así como así? Esperá que le cuente a tu hermano, y vas a ver….

Yo me puse re nervioso, pensando en que mi hermano me mataría, y le pedí por favor que no dijera nada.

No va a volver a pasar, disculpame.

Claro que no va a pasar, imbécil, qué te creés?

Yo estaba casi sollozando, muy nervioso por lo que pudiera pasar con mi hermano y mis padres. Ya me imaginaba el lío en el que estaba metido; un lío bárbaro por haberle tocado un pecho a mi cuñada. Me sentí un gil de primera.

Natalia se dio cuenta de lo nervioso que yo estaba, y ya menos enojada, intentaba calmarme un poco. Detuvo el auto en la banquina, y me decía:

Bueno, no va a pasar nada, quedate tranquilo. Fue una estupidez, pero ya pasó

Sí, pero ahora le vas a contar a mi hermano, y me va a matar.

No, no te preocupes, que no le cuento nada, queda entre vos y yo.

No me mientas, yo sé que luego le vas a contar, y a mi me matan.

Naty me acariciaba la nuca, mientras me hablaba. Me dijo:

Te juro que no, y para demostrártelo, te pregunto: Vos me tocaste porque te gustan mis pechos, no?

Si, la verdad es que son espectaculares.

Bueno, me lo dicen siempre. Vamos a hacer lo siguiente. Para que te saques la curiosidad, y no hagas mas idioteces, me voy a sacar la camisa, y te voy a dejar verme, ok?

En serio? Me encantaría

Sí, pero vos tranquilo, si?

Se sacó la camisa y quedó en soutien. Era increíble, esos enormes pechos estaban bien atrapados en un soutien blanco, que le quedaba perfecto.

Ahora estás mas tranquilo?

Sí, pero ahora mas que nunca le vas a contar a mi hermano.

No, vos tranqui. Dame tu mano.

Me tomó la mano derecha, y me la acercó a su pecho. Me dejó apretárselo, y me preguntó:

Te gusta? Es como te lo imaginabas?

Bueno, en realidad me lo imaginaba sin ropa alguna….

Te estás pasando, pero para que luego te portes bien, te voy a dejar tocármelos sin ropa.

Se sacó el soutién, y quedaron esas tremendas tetas al aire. Los pezones marrones divinos, bien grandes.

Yo no podía más, ahora ya se las tocaba con las dos manos, las apretaba y estrujaba fuerte.

Así era como te imaginabas? Dijo entre suspiros..

Sí, así, qué tetas divinas tenés!

Y no me aguanté más, y llevé mi boca directamente a su pezón izquierdo, comenzando a lamer.

  • No!, me dijo, eso no era lo que habíamos arreglado!

Pero no hacía nada por resistirse; por el contrario, se arqueaba hacia atrás, disfrutando.

Yo seguía chupándole las tetas como desesperado. Nunca había tenido tetas tan preciosas en la mano (y en la boca).

Naty puso una mano encima de pi verga, que estaba a punto de estallar y romper el pantalón, al tiempo que decía:

Pendejo, que rico me las chupás!. Me imagino toda la leche que debés tener guardada acá.

Me apartó de sus tetas, y mientras me miraba a los ojos, me bajó la cremallera del jean, y me bajó de un tirón el pantalón.

Quedó a la vista mi calzoncillo mojado, con mi verga bien parada. Me miró nuevamente a los ojos, y me dijo:

Te mojaste todo, nene. Te voy a tener que limpiar.

Alguna vez te la chuparon?

Alguna vez, sí, pero una que otra puta, y no le ponen muchas ganas

Vas a ver que esta puta, la puta de tu cuñada, sí te la chupa con ganas.

Y dicho esto, acercó su cara a mi verga. Comenzó a darle besos a la cabecita, mientras comenzaba a pajearme despacito.

Luego, sin dejar de pajearme despacio, le pasaba la lengua por la cabeza de mi pija, que se llenaba cada vez más de leche. Entonces, de repente, se la metió toda en la boca, hasta el fondo. Sentí como la cabeza de mi verga tocaba su garganta. Comenzó a subir y bajar, masajeándome la verga con esos labios carnosos, y moviendo la lengua de una manera que nunca había sentido.

Yo estaba enloquecido, recliné un poco el asiento, y la miraba lamerme la pija con ganas.

Sos toda una experta, Naty

Te gusta, cuñadito?

Síiii, me encanta. Me vas a hacer acabar como loco.

No, no te acabes todavía.

Me dijo sacando su boca de mi verga, y poniéndose arriba mío, comenzó a rozar mi verga con su concha súper mojada. Me miró a los ojos, y me dijo:

Pendejo, ahora vas a ver qué bien que coje tu cuñada. Me voy a meter esa verga preciosa y dura bien hasta el fondo.

Si, por favor, mamita, enseñame que bien lo hacés!

Mmmm, sentís la cabecita de tu pija adentro mío? Cómo me gusta! –decía mientras metía y sacaba sólo la punta de mi verga de su conchita, y acariciaba mis huevos con su mano.

De repente, se sentó hasta el fondo encima mío, provocando que toda mi verga caliente y dura quedara adentro de ella.

Aaaaah, que pedazo de pija, pendejo! La tenés mucho mas gruesa que tu hermano!!!!

Y comenzó a subir y bajar, cojiéndome, mientras yo veía como saltaban esos enormes pechos. Se los agarré con ambas manos, y se los estrujaba fuerte, mientras ella seguía cojiéndome.

Ella subía y bajaba, cojiéndome, y yo le chupaba las tetas divinas que tiene, le mordía los pezones, ya totalmente descontrolado.

Sí, papito, que divino. Como me gusta cojerme a mi cuñadito!

Dale, Naty. Que divina y que puta que sos. Cuanto hace que me pajeaba pensando en vos, mamita.

En serio? Que divino, ojalá me hubieras mostrado como te pajeabas, me encantaría verte algún día

  • Sí, si, si, me acabo, mami, no pares de mover esa concha divina.

  • Dale, papito, apretame las tetas, mordeme los pezones que yo también me acabo contigo. Llename de leche, puto!

Y en ese momento no pude más, y llené de leche a mi cuñada, que también se vino conmigo, retorciéndose y gritando como loca.

Se recostó encima mío, apoyando sus grandes pechos contra mí.

Estuvimos unos minutos abrazados, reponiendo fuerzas.

Luego nos miramos a los ojos, y Naty dijo:

Pendejo, qué rico polvo me diste. Espero que no sea el único

Naty, te cojería todos los días si me dejaras.

Pero no te confundas, amo a tu hermano y seguiré casada con él. Lo nuestro es sólo sexo, ok?

Sí, ok. Está más que claro, quedate tranquila.

Retomamos la marcha, y me dejó con mis amigos. Claro que esa noche no me compliqué en intentar levantar nada, ya que estaba más que satisfecho con el polvazo que me mandé con la mujer de mi hermano. Después de todo, una mujer 10 años mayor, casada, puede enseñarte una barbaridad, no?

En breve estaré contando otros encuentros.

Sugerencias o preguntas: tincho-uy@hotmail.com