La mujer de mi amigo (3)
Como el deseo por la mujer de mi amigo llegó a un clímax todavía más intenso
Maite la madre de Marisa había observado durante la noche como follaba con su hija, al verla en la puerta en el momento que me corría sobre su hija, me había dado un plus de excitación, después de eso Maite se metió en su habitación y Marisa se fue a la suya sin percatarse que su madre había observado cómo nos desfogábamos. A la mañana siguiente, al entrar en la cocina Maite estaba haciendo el desayuno y al verme una ola de furia quiso desatar sobre mí. -“Eres un sinvergüenza, no te ha bastado conmigo si no que lo has hecho con mi hija, vas a pagar lo que has hecho, pienso hacer que Pedro anule tu ascenso en la empresa en la que trabajas” Pedro, su marido, era el director de un conjunto de empresas en la que en una de ellas yo estaba de gerente y estaba pendiente de un ascenso a adjunto de dirección. -“Pero tú no te retiraste, y estuviste en la puerta observando cómo lo hacía con tu hija”-le respondí Un rayo de furia invadió su cara, acercándose a mí e insultándome, cuando un sonido en su móvil detuvo sus intenciones, al observar el mensaje se quedó parada y estupefacta, había grabado la escena con su cuñada la noche anterior y se lo había enviado. -“¿No querrás que Pedro y la gente de la empresa vea lo que hiciste anoche con Marian verdad? - “Eres un chantajista, borra eso ahora mismo “- me dijo toda acalorada - “Lo haré, pero antes deberás hacer algo por mí, es lo justo y en su momento lo sabrás” Maite salió de la cocina inmediatamente, tenía un plan y me excitaba pensar en ello y que se cumpliera. Pedro había salido temprano al trabajo, Marisa se levantó bastante tarde y al hacerlo me miró con cara de niña traviesa, antes ya lo habían hecho Marian, la cuñada, y sus hijos. La mañana transcurrió plácidamente en la piscina, pensando en lo vivido en estos días de vacaciones en casa de mis amigos. Durante la comida, yo me senté al lado de Maite enfrente estaba su cuñada, una mujer entrada en carnes grande pero sin ser gorda muy atractiva y que después de haberla visto la noche anterior como disfrutaba con su cuñada todavía me excitaba más, en un momento puse la mano sobre la pierna de Maite que intentaba separármela disimuladamente, veía que estaba nerviosa ante la situación, llevaba un vestido suelto de estar por casa y mi mano empezó a subir por sus muslos , el mantel nos cubría, al llegar a su entrepierna la yema de mi dedo empezó a jugar con su vulva aunque estaba cubierta por el tanga que llevaba, empecé a notar que se humedecía de vez en cuando la miraba de perfil y pude comprobar cómo a través de su vestido sus pezones marcaban, estaba excitada aunque intentara disimularlo, todo el mundo estaba charlando y yo sacaba la mano para evitar se dieran cuenta, en uno de los momentos que Maite bajó la mano se la cogí y se la puse encima de mi pantalón sobre mi polla que estaba en erección, quería quitarla pero al oído le dije: -“Masajéala disimuladamente, es lo mejor para los dos” Con mi mano derecha retiré la tira del tanga y empecé a separar sus labios húmedos , con mi dedo corazón empecé a penetrarla, y subirlo doblándolo hacia arriba en busca de su punto G , ella aumentaba el ritmo sobre mi polla , deseaba sacarla, pero la situación lo impedía, una sensación caliente y chorreante invadió mis dedos, al mirar a Maite comprobé como cerraba los ojos y un pequeño temblor en su cuerpo la estremecía, su cuñada que estaba enfrente le preguntó si se encontraba bien a lo que ella respondió que sí. -“Es que hace mucho calor, vaya tiempo”.- intentando salir del paso Cuando terminamos de comer, me acerqué a ella y le dije: -“Cuando todos se acuesten esta noche, quiero que me esperes en la habitación del ático……..con Marian, convéncela para que vaya contigo pero sin que sepa que yo voy a presentarme”.- le dije Me miró despectivamente pero le sujeté la mirada y le guiñe el ojo. La tarde transcurrió entre charlas, alguna que otra cerveza y risas, al llegar la noche yo me quedé con Pedro charlando sobre temas de trabajo, los chicos salieron a la discoteca y Maite y Marian se quedaron en un lado de la piscina hablando, de vez en cuando las miraba y me excitaba la idea de estar junto a ellas por la noche Yo deseaba que Pedro se acostara cuanto antes, hasta que a medianoche dijo que él ya no aguantaba más y se iba a la cama, yo dije que también me acostaba y mirando a Maite les dimos las buenas noches Tumbado en la cama la excitación me invadía, cuando noté ambas mujeres subían las escaleras, salí de mi habitación poco después, y subí despacio no quería me oyeran. La puerta estaba entornada y pude ver como las dos mujeres hablaban, Maite llevaba el vestido suelto de hombreras que había llevado en la hora de la comida y Marian una camiseta negra que marcaba sus enormes pechos y un pantalón vaquero corto, Marian cogía de la mano a Maite y se la llevaba a su pecho , Maite miraba a su cuñada y bajaba la mano para metérsela por debajo de la camiseta, un pequeño gemido salió de los labios de Marian, y facilitando el trabajo a Maite se desprendió de su camiseta , eran dos pechos grandes , aunque algo caídos pero firmes , sus pezones estaban erectos y eran gordos, la visión me excitaba mucho, cuando entreabrí la puerta …Maite ya se había percatado de mi presencia, pero Marian metió un respingo de sorpresa intentando taparse con las manos sus abultados pechos. -“¿Qué haces aquí?- dijo Marian sorprendida -“Quiero veros disfrutar igual, que hicisteis ayer”.- respondí Marian no salía de su asombro mirando a Maite sin entender como me podía haber enterado de lo sucedido la noche anterior, Maite no sabía dónde mirar y su cuñada se sonrojó Me senté en la butaca observándolas mientras mi polla se desprendía del pantalón corto que llevaba , estaba excitado y empecé a tocarme, Marian no quitaba ojo de mi polla dura y erecta apuntando hacia ellas, sus manos descubrieron sus pechos , le pedía a Maite saboreara los pezones duros de su cuñada, notaba la excitación de ambas aunque hubieran intentado disimularla, Maite puso los labios sobre los pezones de Marian que absorbía y chupaba con calma , su cuñada empezó a abrazarla y sus manos bajaron los tirantes del vestido dejando al descubierto los pechos de Maite que estaba excitada, yo seguía masajeándome la polla suavemente , lo quería todo despacio, ambas mujeres se fundieron en un beso apasionado con la lengua entrelazadas, desnudándose del todo sus dedos buscaron sus coños y de rodillas una frente a la otra empezaron a masturbarse mientras se besaban Me levanté de la butaca y me acerqué a ellas estaba a un palmo de ellas que estaban abandonadas en la excitación, me puse de rodillas a su lado y junté mi lengua a la de ellas los tres fundimos nuestras lenguas , Marian cogió mi polla y empezó a masajearla , Maite me acariciaba la espalda, nos separamos y Marian se agachó para pasar mi lengua por mi polla dura y caliente mientras yo besaba a Maite , bajé a sus pechos y los lamí con frenesí y deseo, Maite soltaba gemidos mientras Marian aumentaba el ritmo de su mamada sobre mi polla, disfrutaba muchísimo con aquellas dos mujeres. Me separé de Maite y sin que Marian me soltara la polla de su boca la puse boca arriba tumbada y abriéndole las piernas empecé a lamerle los muslos y acerqué la punta de mi lengua a su coño totalmente empapado, era un perfecto 69, el coño de Marian con su vello púbico por encima del coño me deleitaba, era hermoso abrí sus labios vaginales y busqué el clítoris que estaba duro y sobresalía como un micro pene, lo cogí con mis labios y lo absorbí, un espasmo la invadió y bebí sus abundantes jugos mientras apretaba mi polla contra su boca . Maite nos observaba con las piernas abiertas, masajeando con una mano su clítoris y con otra pinzaba sus pezones con los dedos, gemía y aumentaba el ritmo viendo como su cuñada se corría en mi boca, -“Acércate, quiero compartir contigo los jugos de tu cuñada”.- le dije Se acercó y empezó pasar la lengua por el coño de Marian , lo lamía con ganas, deseos, hambrienta de sexo y de placer, la levanté la cabeza y la besé y juntamos las lenguas mezclando los sabores que había desprendido Marian mientras sus dedos penetraban su coño empapado que no dejaba de fluir jugos. No podía continuar con ese ritmo o me correría rápidamente en la boca de Marian, -“Fóllame por favor”.- me imploraba Marian que no paraba de gemir Maite se puso de rodillas sobre su cara con las piernas abiertas, para sentir la lengua de su cuñada y esta sujetando sus caderas empezó a lamerlo desde el agujero del culo hasta su clítoris, como si fuera el mejor manjar. Abriendo bien las piernas de Marian acerqué la punta de mi polla a su clítoris frotándolo. -“Cabrón, métela soy tuya”.- me decía entre gemidos No me costó nada empezar a penetrarla, un calor intenso invadió mi polla al roce con sus paredes vaginales, cuando entró por completo paré, notaba mis huevos chocar contra su coño babeante, Maite se inclinó y la empecé a besar sus labios sus pechos mientras su cuñada la lamía el coño, yo empecé a mover mis caderas y aumentar el ritmo, mi excitación aumentaba, ambas mujeres gemían desesperadas. Pero había algo que deseaba, me separé y Maite poniéndose encima de su cuñada empezó a besarla delante de mi tenía el coño de Marian y el culo de Maite, empecé a lamer el agujero del culo y puse la punta de un dedo embadurnado de los jugos que habían soltado ambas mujeres lo empecé a meter muy suave, el esfínter de Maite se contrajo -“Nunca me lo han hecho por ahí”.-volviendo la cabeza con cara de asustada pero a la vez excitada me dijo Maite -“Tranquila, voy a ser muy suave, si te hago daño paro”.- le dije Fui despacio penetrando el dedo parando y continuando mientras mi lengua jugaba con su coño, en un momento determinado sustituí me lengua por un dedo y la empecé a penetrar con tranquilidad con los dos dedos, cada uno en un agujero. -“Aghhhhhhh, ¡que placer, me gusta mucho sigue!!!!”.- decía Maite Cuando noté que el agujero de su culo se había adaptado a mis movimientos con el dedo, lo saqué. Mi polla no podía aguantar mucho más tanta excitación , así que saqué los dedos y monté a Maite por detrás , fui muy despacio, estaba muy estrecha, Marian poniéndose de rodillas al lado empezó a masajear el clítoris de su cuñada mientras con la otra mano masajeaba mi polla y ayudaba en la penetración a Maite, hasta que quedó enganchada, un grito profundo salió de la garganta de Maite, una mezcla de dolor y placer pues Marian aumentó el ritmo sobre el coño de su cuñada para contrarrestar el dolor del comienzo de la penetración. Empecé a moverme despacio hasta que gran parte de mi polla desapareció dentro de Maite , el roce era intenso el placer sublime , empecé a gemir gritar , padecía un clímax total , apoyé mis manos en los pechos que colgaban de Maite y empecé a masajearlos con deseo , aumenté el ritmo más, veía a Marian pajearse mientras me daba su lengua para besarla , una corriente inmensa me empezaba a correr por mi cuerpo, cuando sacando la polla del culo de Maite , las hice tumbarse con la cara juntas y abrieron la boca, “-Ufffff, Uffff “.- era lo único que salía de mi garganta, y poniendo la polla ante sus bocas, solté toda mi leche cayendo en sus bocas , ambas se besaron con el sabor de mi leche , que les resbalaba por los labios Aquello fue un sueño hecho realidad, aquel vídeo que envíe a Maite como una especie de chantaje quedó para mí pues nunca lo envíe a nadie ni hubiera sido capaz de hacerlo, pero reconozco me dio resultado A partir de ese momento hubo encuentros con estas dos mujeres casadas, infieles de acuerdo, pero que necesitaban sentir del sexo de una forma que sus maridos no les daban.