La mujer de la limpeza
Nunca la habia visto como mujer, pero me echó el polvo mas salvaje de mi vida.
No te lo vas a creer.
Este viernes pasado he vivido la aventura mas rara y excitante que te puedas imaginar. Ni yo mismo me lo creo. Pero pasó. Ahora te cuento.
Viernes tarde. Como a eso de las 4,15h estaba solo en la oficina, ya que a mi socio le había salido trabajo por un seguro cerca de su casa y me comentó que ya no volvería esa tarde. Con lo que puse el ordenador en marcha para conectarme al Messenger contigo y en eso que llaman a la puerta. Mierda, pensé, precisamente ahora. Abro la puerta y aparece la señora de la limpieza, y me comenta que si no me importa que limpie esa tarde, ya que el sábado, que es cuando la hace, tiene que ir no se donde con su hija.
Bueno, hágala, le dije.
Carmen, la señora de la limpieza, es una mujer alta, mas o menos delgada (para que te hagas una idea, debe usar una 40 de pantalón) rubia (teñida por supuesto), pelo corto, y de unos 45 años, o sea bien conservada y de buen ver.
Bueno, pensé, cierro el Messenger, no sea que vea algo, y me pondré a navegar un rato mientras hace la limpieza.
Ella se fue al baño a cambiarse, y salió con una bata de esas de faena azules, pero sin los pantalones ni el jersey.
Con el calor que hace no debe querer sudar la ropa, pensé.
Y empezó a limpiar por el piso de abajo. Yo seguía en lo mío, y empecé a descargar unas pelis porno del emule.
Ella iba a lo suyo, ya había limpiado abajo y empezó por las otras mesas. Al rato me dijo que si podía limpiar la mia.
Claro, le contesté.
Y comenzó con el armario que tengo detrás.
Yo mientras, iba ordenando la mesa, ya que la tenía hecha unos zorros de montones de papeles y expedientes, y no me di cuenta que una peli se había descargado y en pantalla salía el "reproducir?".
Sin darme cuenta y con un fajo de papeles le di al enter y empezó la película, de una chica que le estaba haciendo una mamada de escándalo a un tío en una oficina.
Mira el picarón, me dijo.
Yo corrí a quitarla cuando me dice:
No por mi no la quites que me gusta ver que por lo menos en las películas pasan cosas de esas.
Y yo como un jilipollas, con los ojos clavados en la pantalla y ella detrás de mí.
Pasaron un par de minutos cuando me di la vuelta y me di cuenta que una mano había desaparecido entre los botones de la bata y se estaba haciendo una soberana paja.
Entonces fue cuando me levanté frente a ella y su otra mano fue a parar directamente sobre mi acusada erección. Yo retiré su mano y la cambié por la mía y noté su más que evidente humedad.
Ella ni corta ni perezosa, me desabrochó el cinturón, bajó la cremallera y de un movimiento me bajó hasta las rodillas el pantalón y el calzoncillo. Y de rodillas empezó a chuparme la polla con una habilidad desconocida. Se la tragaba hasta las bolas para sacarla lentamente y volver a empezar. Yo estaba a mil. En eso que la levanto y le voy desabrochando los botones de la bata para descubrir que solo llevaba un tanga debajo. Sus pechos eran medianos, y extrañamente no estaban caídos como corresponde a una mujer de su edad, pero tenían unos pezones gordos y salidos del grosor del meñique. Me lancé a lamerlos, chuparlos y mordisquearlos, y ella empezó a suspirar y gemir como una posesa. Fui bajando hasta el coño y de un tirón le baje el tanga. OH sorpresa, iba totalmente depilada, y de los labios sobresalía un clítoris grande y rosado. No me detuve ni un momento y empecé a lamerlo y a chuparlo, aprisionándolo con los labios y dándole suaves mordiscos.
Ella gemía como una loca. En ese momento se sienta en la mesa y con una mano coge mi polla y se la introduce en el coño, y al mismo tiempo pasa las piernas por mis riñones haciendo que la penetración sea mas profunda.
Empezamos un violento mete y saca y en pocos minutos se corrió con unos gritos que yo pensaba "si los oye alguien llamará a la poli".
Aunque se había corrido, no paraba de empujar con las piernas para que no parara de metérsela y al poco soltó otro orgasmo que me dejó la entrepierna empapada de sus jugos. Yo estaba por correrme y cuando se lo dije se soltó y agachándose se metió la polla en la boca hasta la garganta y con las manos en mi culo empujaba hacia dentro. Parecía que me la follara por la boca.
No puedo mas, dije. Y ella de un empujón se la metió hasta que mis huevos tocaron su barbilla y en ese momento me corrí a borbotones. Ella tragaba sin dejar escapar una gota y sin sacarla del fondo de su garganta.
Cuando la sacó, después de lamidas y relamidas que me hicieron estremecer, estaba limpia y reluciente.
Hacia tiempo que no pegaba un polvo así, me dijo, y con lo de la película me lo pusiste a caldo.
La próxima vez, quiero que me la metas por atrás, que hace tiempo que lo deseo y tienes la medida justa, pero tendrás que ir con cuidado porque ese agujero es virgen.
Yo no atinaba a decir ni mu, y ella se fue al baño, se vistió y se marchó diciendo: "hasta el próximo viernes".
Y me quedé allí sentado con los pantalones por las rodillas y con una cara de tonto que ni te cuento. La verdad es que nunca la había mirado a ella como mujer, sino que solo la veía como "la que viene a limpiar". Y vaya si me dejó limpio.
Si vuelve a ocurrir, ya te contaré.