La montaña blanca (7)

Al día siguiente temprano...

Al día siguiente temprano salíamos del pueblo para ir a buscar las cosas de Noemí para vivir en mi casa, recogimos todo lo que ella quiso cargando el coche, de vuelta paramos a comer por el camino y llegamos a casa por la tarde. Hicimos hueco en mi habitación para que ella pudiera guardar su ropa. Estuvimos todo el día riendo y hablando animadamente sin acordarnos de nuestros “problemas”, cuando acabamos estábamos cansados y ya era bastante tarde, me fui a duchar primero y esperé a Noemí en el sofá, llegó, me miró y se sentó a mi lado apoyando su cabeza en mi hombro.

NOEMI: ¿Lo hemos pasado bien hoy verdad?

YO: Sí, ha sido un poco cansado pero ha estado muy bien.

Le pasé el brazo por encima de sus hombros, cayendo su cabeza encima de mi pecho y nos quedamos dormidos.

Tuve otro sueño erótico con ella: “Estábamos en la misma posición que nos acabábamos de quedar dormidos, ella me bajaba el pantalón de chándal metiéndose mi polla en la boca, chupándola profundamente poniéndomela tiesa como un mástil, me hacía una paja lenta, yo le quitaba las mallas y las bragas, se subía encima de mí metiéndosela despacio, empezando a subir y bajar, adelante y atrás, follándome con mucha dulzura, mientras yo me ponía sus bragas en la nariz, dejando que el olor de su chichi me entrara en el cerebro, supongo que por la paja que me hice el día anterior oliendo sus bragas recordaba perfectamente aquel olor, ella me abrazaba más fuerte corriéndose gritando con su voz tan sensual”.

Me desperté tocándome por encima del pantalón, totalmente empalmado y Noemí mirándome sonriendo, me tapé el bulto con un cojín.

NOEMI: ¿Otro sueño erótico Toni?

YO: Estabas aquí mismo encima de mí follándome y te corrías abrazándome muy fuerte.

Me miraba a los ojos y la cara moviendo los ojos de un lado al otro, me bajé el chándal cogiéndome la polla empezando una paja lenta, bajó la mirada y volvió a mirarme la cara sin parar de mover los labios mordiéndoselos.

YO: ¿Me puedes dar tus bragas por favor?, ayer me gustó tanto que me gustaría repetir hoy.

Se quedó pensando un ratito, se levantó sin decir nada, se apartó a un lado para que no pudiera verla directamente, giré la cabeza para mirarla, se estiró la camiseta para que le llegara hasta los muslos, metió las manos por dentro y se quitó las mallas dejándolas encima de la mesa, se volvió a meter las manos y se bajó las bragas, se estiró la camiseta para que no se le viera nada, dio un par de pasos hacia mí con las bragas en la mano, se paró dudando si seguir o no, yo miraba su cuerpo de arriba abajo poniéndome cada vez más cachondo, le hice una cara de pena pidiéndole que no se parara, acabó sentándose, le puse la mano delante, se la miró, me miró a los ojos y puso su mano encima soltando las bragas, me las llevé a la nariz dando una buena inspiración dejando ir un gemido de placer, me miraba excitada sin dejar de mover sus bonitos ojos azules, me saqué las bragas de la nariz y me rodeé la polla con ellas, siguiendo con mi paja sintiendo su tela en la piel.

Intenté acercar los labios a los suyos, me los paró apoyando un dedo en los míos, estaba sentada en el sofá de lado para no perderse detalle de lo que yo hacía, le cogí su mano y la intenté acercar a la polla, paró las dos manos de golpe mirándome otra vez a los ojos, acerqué un poco mi boca a su oído.

YO: Si crees que me lo merezco por lo bien que me estoy portando, por favor ayúdame.

No dijo nada, me miró y aflojó la mano para que yo pudiera acompañarla con la mía hasta mi polla, quité la mía lentamente sustituyéndola por la suya con la otra por encima, subí y bajé la mano unas cuantas veces con la suya debajo, las bragas debajo de la suya y mi polla debajo de las bragas, noté que ella empezaba a mover su mano y aparté la mía mirando como por fin me hacía la paja lentamente, levanté la cabeza mirando al techo dejando ir un buen gemido, la miré girando la cabeza y ella me miraba sonriendo, fue acelerando su mano poco a poco, yo pasé a mezclar los gemidos con gritos, su mano se abrió un poco dejando caer las bragas que se quedaron enganchadas en la base de mi polla, volvió a cerrarla, sintiendo la piel de la palma de su mano directamente sobre mi polla que estaba a punto de reventar, aceleró los movimientos tocándome el pelo con la otra mano, me giré para mirarle a los ojos y empecé a correrme con unos gritos tremendos, sin dejar de mirar aquellos ojos azules que me tenían abducido, los chorros de semen salían con mucha fuerza hacía arriba, no dejó de mover la mano hasta que comprobó que me había vaciado del todo, la levantó manchada abriendo los dedos, mirando como se estiraban lo hilillos blancos de semen enganchados de un dedo al otro, busqué un trozo de mi camiseta que no estuviera manchado levantándolo, cogiéndole la mano y limpiándosela, bajé la cabeza apoyándola en sus muslos.

YO: Muchas gracias cariño, me ha encantado.

Le besé muy suavemente un muslo con una de sus manos acariciándome el pelo, al sentir el tacto de su piel en mis labios volví a darle otro besito un poco más arriba y otro más arriba, casi podía oler su coño de lo cerca que lo tenía sin verlo.

NOEMI: Cariño, creo que ya has conseguido tu “marranada” del día, yo de ti no tentaría más a la suerte.

Levanté la cabeza de golpe mirándole a la cara.

YO (con ilusión): ¿Me has dicho “cariño” mi amor?

Se levantó de golpe del sofá caminando hacía la habitación.

NOEMI: ¿Yo?, no.

Me levanté siguiéndola.

YO: Me lo has dicho que lo he oído.

NOEMI: Tú alucinas, yo no te he dicho nada.

Cerró la puerta de la habitación detrás suyo, yo desde fuera.

YO (riendo): Lo he oído, lo he oído, no me puedes decir ahora que no.

NOEMI: Es tarde y me voy a dormir, he comido mucho y no tengo hambre, buenas noches y no hagas mucho ruido por ahí fuera, hasta mañana.

YO: Si quieres te ayudo a relajarte cómo has hecho tú conmigo.

NOEMI (riendo): Vete a la mierda.

Me metí en la ducha loco de contento y después me fui a dormir.

Al día siguiente cuando salió de la habitación yo ya tenía el desayuno preparado en la mesa, nos sentamos.

YO: Buenos días mi amor.

Me miró por encima de la taza del café con leche, cuando dio el primer trago.

NOEMI: Buenos días.

Empecé a decir algo sobre lo del día anterior y ella me señaló la cara con el dedo, me callé de golpe y acabamos de desayunar en silencio, nos vestimos y nos encontramos en el salón.

YO (contento): ¿Hoy que toca?

NOEMI: Vamos a ir a ver a tú hermana, nos tienen que coger las medidas para el uniforme del hotel para este verano.

Salimos a la calle caminando uno al lado del otro, yo estaba muy contento, caminaba con una buena sonrisa, el día me parecía maravilloso, le miraba a la cara de tanto en tanto.

NOEMI (con una sonrisa): ¿No sé a qué viene que estés tan contento esta mañana?

YO: Que estoy un día más contigo, eso ya es un gran motivo.

Me regaló una risita y seguimos caminando hasta el hotel, entré yo primero a que me tomaran medidas, después entró ella advirtiéndole a mi hermana que no me perdiera de vista, aproveché para hablar con ella, pedirle consejo de lo que podía hacer para agradecerle a Noemí lo que estaba haciendo por mí.

HERMANA: Mira que llegas a ser zoquete Toni, ves aquí al lado a la floristería y cómprale unas rosas rojas que es el símbolo del amor, no has tenido un puto detalle en tu vida con nadie, no me extraña que no sepas que hacer ahora, madre mía.

Caminaba hacía la floristería y contaba, viernes, sábado, domingo, lunes y hoy martes, cinco, cinco rosas, una por cada día que hemos vuelto a estar juntos, entre ilusionado teniendo que contar con los dedos antes de pedirlas para asegurarme que no me equivocaba, me prepararon las rosas en una especie de ramo chulísimo, volvía con unas ganas tremendas de dárselas a Noemí para ver cómo reaccionaba, en mi puta vida le había regalado flores a nadie, antes de entrar me las escondí en la espalda para que fuera una sorpresa, entré al hotel y me encontré a mi hermana con Noemí, mi hermana estaba sería y Noemí tenía una cara de mala leche tremenda, me paré delante de ellas.

NOEMI (atravesándome con la mirada): ¿Se puede saber a dónde has ido tú solo?, voy a recoger mis cosas y me voy, a la que no estoy contigo desapareces y vete a saber qué coño has hecho cabrón, no me podré fiar nunca de ti.

Mi hermana se la miraba alarmada por lo que estaba escuchando, a mí se me heló la sonrisa quedándome cara de gilipollas sin entender nada, bajé la cabeza cerrando los ojos y saqué de la espalda la mano con las cinco rosas, abrí los ojos para mirarla y entonces era ella la que tenía la cara de gilipollas tapándose la boca con las manos.

HERMANA: ¿No te pasas un poco Noemí?, os dejo solos.

Se fue al restaurante, Noemí daba pasitos hacía mí sin quitarle ojo a las rosas, llegó, se las entregué sin decir nada, las cogió como si fuera un tesoro y las olió mirándome a los ojos.

YO (serio): Son cinco, los mismos días que llevamos juntos.

Empezaron a caerle lágrimas por las mejillas, me abrazó con fuerza, buscó mi oído.

NOEMI (llorando): Lo siento Toni, perdóname, me he puesto muy nerviosa cuando no te he visto.

YO: Está bien, para de llorar cariño, ¿Qué nos toca hacer ahora?

Nos separamos y le limpié con mi mano las lágrimas, salimos a la calle.

NOEMI: Tendríamos que pasar por el supermercado a comprar algunas cosas, la nevera está medio vacía.

YO: Vale, ¿sabes que lo que me has hecho ahora me lo tendrás que recompensar?

Me iba a contestar, le levanté un dedo señalándole la cara como hizo ella en el desayuno conmigo, no dijo nada mirándome con cariño. Fuimos al supermercado y llegamos a casa cargados, ella sin soltar sus rosas, colocamos todo en la cocina. Buscó un jarroncito para ponerlas con un poco de agua, miró el salón para ver donde las ponía, las puso encima de una mesita pero no le gustó, al lado de la tele, tampoco, al final las colocó encima del mueble en un lado que se veían desde todas partes, las volvió a oler y se giró viniendo donde estaba yo de pie cogiéndome la mano.

NOEMI (sonriendo): ¿Con esto te lo recompenso?

Giré la cabeza sin decir nada de lado a lado negándolo, sonrió y me abrazó.

NOEMI: ¿Y con esto?

Lo negué de nuevo con la cabeza, me cogió con una mano por la nuca y acercó mis labios a los suyos dándonos un beso largo y húmedo.

NOEMI (seria y excitada): ¿Y así?

Otra negación mirándole a los ojos, no me apartó la mirada y se quitó el jersey dejándolo caer al suelo, luego la camisa, los pantalones, zapatos y calcetines, quedándose en sujetador y bragas, me volvió a besar pasando sus brazos por el cuello, yo se los pasé por la espalda moviendo mis manos acariciando su piel.

NOEMI (sensual): ¿Y ahora?

Se lo negué, cogió mi polar por abajo estirando hacía arriba sacándomelo por la cabeza, me desabrochó la camisa dejándola en el montón de ropa que ya había en el suelo, los pantalones, los zapatos y los calcetines, miré los calzoncillos y sonriendo estiró de ellos dejándolos en el suelo apartándolos yo con un pie, volvió a besarme con pasión agarrándome la polla acariciándola, separó los labios y sin dejarme la polla.

NOEMI: ¿Crees que ya estas recompensado?

Yo tenía los ojos inyectados en sangre de las ganas de llevarla a la cama.

Giré la cabeza nuevamente muy lentamente, se desabrochó muy despacio el sujetador dejándolo caer, le miré las tetas, ella respiraba aceleradamente, le miré a los ojos y vi una mirada de tanto amor que no pude aguantar más, la levanté en brazos besándola caminando, entré en la habitación dejándola en la cama suavemente sin dejar de besarla, estuvimos de lado acariciándonos todo el cuerpo, los muslos, la barriga, las tetas, la espalda, bajando la mano a su maravilloso culo que hacía tanto tiempo que no veía y tocaba.

La puse boca abajo besándole el cuello, bajando por la espalda hasta el culo, se lo miré un ratito debajo de sus bragas, madre mía como me ponía aquel culo, le bajé las bragas despacio hasta quitárselas, le besé el culo por todos lados, ella sonreía, la giré de nuevo estirándome en medio de sus piernas besándonos con una pasión que no recordaba, me apretaba con sus manos la espalda y el culo, todo sin decir nada ninguno de los dos, metió una mano entre nosotros cogiéndome la polla poniéndosela en la entrada de su coño, empujé con mis caderas a la vez que ella levantaba las suyas penetrándola muy profundamente, dando un grito mirándome a los ojos, follamos en aquella posición lentamente con sus brazos rodeándome el cuerpo, sintiendo cada suspiro, cada poro de su piel, su sudor, el sabor de su piel, cómo se aceleraban los latidos de su corazón acercándose al orgasmo, un largo orgasmo que se juntó con el mío gritando los dos sintiendo nuestros alientos, caímos rendidos, yo me apoyaba en los codos encima de la cama par no aplastarla, nos besamos dulcemente jugando con los labios, me puse a su lado pasándole el brazo por la espalda, ella apoyó su cabeza en mi pecho.

YO: Ayer me dijiste “cariño”.

NOEMI: De eso nada monada.

Nos quedamos dormidos muy juntos abrazados. Cuando desperté abrí un ojo y ella me estaba mirando, abrí los dos y miró para otro lado disimulando, le cogí la carita y la besé.

NOEMI: Es muy tarde, ¿tienes hambre?

YO: Yo no, ¿y tú?

Hizo un gesto con la cabeza como no dándole importancia.

YO: Mejor, así podemos quedarnos aquí que se está muy bien.

NOEMI: ¿Te piensas que ya lo tienes todo hecho, que te vas a quedar en mí cama hasta que tú quieras?

YO: No, me quedaré en tú cama, hasta que tú quieras como dueña de ella.

Apreté mi cuerpo al suyo abrazándola.

NOEMI: Pues me parece que te voy a pedir que te vayas al salón, voy a seguir yo sola que se está muy bien.

Le miré los ojos y empecé a levantarme despacio sin ningunas ganas de irme.

NOEMI: A lo mejor puedes hacer algo para ganarte toda la tarde sin irte.

Le miré ilusionado.

YO: Pídeme lo que quieras, te traeré a la cama lo que me pidas, la comida si quieres, lo que sea para estar contigo toda la tarde mi amor.

Ella sonreía, acercó su boca a mi oído.

NOEMI: Quiero que me comas el coño, y después me vuelvas a follar como lo has hecho antes, si me satisfaces te habrás ganado unas horas en esta cama.

YO: ¿Horas en la cama contigo?

NOEMI: Por supuesto, los dos juntos.

Bajé a buscar su chichi ilusionadísimo, le hice un trabajo como ella me enseñó, todo lo esmerado y concentrado que pude hasta oírla gritar de placer corriéndose, le di unos momentos para que se recuperara besándole las caderas, el ombligo, las tetas, el cuello, acabando en sus labios colocándome en medio de sus piernas para volver a metérsela, nos volvimos a correr los dos juntos muy abrazados.

YO (recuperando la respiración): Cuanto te he echado de menos mi vida.

NOEMI (respirando fuerte): Que ganas tenía de volver a estar contigo “mi amor”.

Nos tumbamos uno junto al otro de lado mirándonos.

YO: ¿Me ha parecido oír?

NOEMI: No has oído nada.

Me cogió la cabeza acercándola a su cuerpo en medio de las tetas abrazándola, yo estiré de la sabana y nos tapamos, estuve horas pasándole la mano por la espalda, bajando al culo, volviendo a subir, acariciando todo lo que no había podido acariciar durante tantos meses, notaba sus labios como me besaban en la cabeza. Después de cenar miramos un rato la tele.

NOEMI: Supongo que no te habrás hecho la ilusión de dormir esta noche conmigo, de que a partir de ahora todo va a ser como era antes.

YO: Seguiré haciendo lo que tú digas mi amor, lo que tú digas va a misa.

NOEMI: Así me gusta, hasta mañana.

Se fue a su habitación cerrando la puerta detrás de ella, cambié la cara entristeciéndome, como coño no me iba a hacer ilusión dormir cada noche con ella, con las ganas que tenía de sentir su piel, de tocarla, de sentirla mía, pero estaba claro que todavía no era el momento, me levanté y preparé el sofá para dormir, me metí dentro y apagué la luz.

Estaba dormido y noté alguna cosa, abrí los ojos y Noemí me estaba cogiendo de una mano estirando, me levanté sin decir nada, me llevó a su habitación metiéndome en la cama tapándome como si fuera un niño, se puso a mi lado mirándome con unos ojos de amor que no había visto desde que estábamos juntos y felices, apoyó su cabeza en mi pecho abrazándome y así nos despertamos el día siguiente.

YO: ¿Qué pasó anoche?

NOEMI: Que el sofá te hará falta solo cuando te castigue.

YO: ¿Me castigarás?

NOEMI (riendo): Cuando no te portes bien sí, dormirás en el sofá de nuevo y te tendrás que ganar volver a mi cama.