La montaña blanca (6)

Mi hermana me llamó el viernes por la mañana...

Mi hermana me llamó el viernes por la mañana para convocarme a una cena familiar aquella noche, llegué a la hora convenida, había muy poca gente en el restaurante.

MI HERMANA: Están todos en el reservado, ve con ellos que ahora voy yo.

Entré a la salita y me encontré con Noemí sentada en una mesa, se levantó rápidamente y me miró, me quedé tan parado que no sabía qué hacer, me fui acercando pasito a pasito y ella lo hacía en mi dirección, nos quedamos uno delante del otro a un palmo de distancia mirándonos a los ojos, finalmente nos abrazamos, estrechándonos poco a poco cada vez más, respiré profundo para oler su pelo, su piel, sentía su cuerpo entre mis brazos y volvía a sentirme vivo, nos separamos después de mucho tiempo con los ojos húmedos, nos sentamos, yo no podía dejar de mirarle su bonita cara sujetándole una mano en medio de las dos mías.

YO: ¿Cómo es que has venido Noemí?

NOEMI: ¿No te alegras de verme?

YO: Estoy loco de contento de verte cariño, me he pasado toda la temporada soñando con un momento como este.

NOEMI: ¿Todavía me llamas “cariño”?

YO: Ya te dije lo que sentía por ti, y lo sigo sintiendo.

NOEMI: He estado hablando por teléfono con tu hermana durante todo este tiempo interesándome por ti, le pedí que no te dijera nada, estoy informada de lo mal que lo has pasado, me llamó diciéndome que te querías ir y me sentí obligada a tomar una decisión.

YO: Hostia, me estas dejando de piedra, ¿me estás diciendo que mi hermana te ha estado informando sobre mí durante toda la temporada y la muy cabrona no me ha dicho nada?

NOEMI: No te enfades con ella, se lo pedí yo, si te hubiera dicho algo no habría tenido más noticias mías.

YO: ¿Y qué me decías de una decisión tuya?

NOEMI: Pensé que si dejaba que te fueras te perdería para siempre.

YO: No entiendo nada, yo pensaba que ya te había perdido hacía meses.

NOEMI: Me hiciste mucho daño Toni, necesitaba coger distancia para poder pensar, saber si podía olvidarte, si tú me olvidarías, no sé, verlo todo desde la distancia.

YO: ¿Y qué es lo que has visto?

NOEMI: Qué ni tú me has olvidado, ni yo he podido olvidarte a ti.

Me salió una sonrisa enorme mirándole a los ojos.

YO: ¿Y entonces?

NOEMI (riendo): Entonces, yo ya he acabado la carrera y estoy buscando trabajo en una ciudad que no está lejos de aquí, tú hermana me ha asegurado trabajo mientras no encuentre de lo mío, si quieres dejaré que intentes volver a conquistarme otra vez.

YO: Hostia puta Noemí me va a explotar la cabeza, no entiendo nada, ¿pero yo no te había conquistado ya?

NOEMI (mala cara): Y me perdiste gilipollas, ¿o no te acuerdas ya?, no te mereces ni que este aquí hablando contigo, debería salir y no acordarme nunca más de ti.

YO: Vale, vale, no te enfades por favor, ¿dime que es lo que quieres hacer?

NOEMI:  Si tú quieres me trasladaré a vivir aquí.

YO: Claro que lo quiero, ya te he dicho que sigo enamorado de ti como el primer día.

NOEMI: Pero hay unas condiciones que tendrás que aceptar, nos vamos a ver cada día, te voy a controlar como no te puedes imaginar y si todo va bien con el tiempo ya veremos donde llegamos.

YO: Perfecto, preparé mi casa para hacerte sitio, no te vas a arrepentir, te lo juro.

NOEMI: No puedo vivir en tu casa, no me vas a coger de la mano, no me vas a abrazar, no me vas a besar y por supuesto no me vas a follar.

Sacó su mano de en medio de las mías mirándome, pensé un momento.

YO: Vale, acepto todas tus condiciones, la única que quiero discutir es la de la vivienda, si quieres controlarme será mejor que estés en casa, ¿no?, te prometo que me portaré bien y haré todo lo que quieras, te puedes quedar en mi habitación para tener más intimidad, yo dormiré en el sofá cama, por favor acéptame mi única condición.

Me miraba a los ojos y pensaba.

NOEMI: Vale acepto.

Avisé a mi hermana y cenamos hablando de cosas no muy transcendentes, cuando acabamos.

YO: ¿Te vienes a casa?

NOEMI: Me parece que ya estás corriendo mucho tú.

YO: Por favor, no me hagas volver a casa solo otra vez.

Noemí cogió su bolsa de la habitación del hotel y se vino conmigo, mi hermana nos despidió con una sonrisa enorme, llegamos a mí casa, entró a la habitación y se cambió poniéndose cómoda, un pijama finito que se le marcaban las bragas, después entre yo a cambiarme, nos sentamos en el sofá separados unos dos palmos sin tocarnos mirando la tele.

YO: ¿Quieres tomar algo?, me voy a hacer un ron con cola.

NOEMI: ¿Te piensas que si me emborrachas voy a caer en tus brazos?

YO: Como quieras, yo me voy a preparar uno.

Me senté de nuevo dejando el cubata encima de la mesita en medio de los dos, hablábamos y ella cogió el vaso dándole un trago mirándome riendo, seguimos hablando y cuando fue a cogerlo de nuevo para beber le acaricié el pelo.

NOEMI: Ves porque no quería venir contigo, sabía que a la mínima empezarías a tocarme.

YO: Noemí cariño, te juro que no haré nada que tú no quieras que haga, pero por favor, déjame tocarte el pelo o un rato la mano de vez en cuando, necesito tener contacto contigo después de tanto tiempo.

Se lo dije cayéndome unas lágrimas por las mejillas.

NOEMI: No llores por favor.

Me pasó la mano por la cara limpiándome las lágrimas, aproveché para atraparla entre mi cara y mi hombro apretándola, ella también empezó a llorar, se levantó, me dio las buenas noches y se encerró en la habitación. Dejé el vaso en la cocina, aparté la mesita y estiré el sofá para convertirlo en cama, apagué la luz y me puse dentro, no dormí en toda la noche pensando en la nueva situación.

Al día siguiente Noemí salió vestida en vaqueros y se metió en la cocina, me presenté a su lado.

YO: Buenos días cariño.

Me miró abriendo los ojos.

YO. Vale, buenos días a secas.

NOEMI: Eso está mejor, buenos días.

Preparamos el desayuno y nos sentamos en la mesa.

YO: ¿Qué vamos a hacer hoy?

NOEMI: Vamos a pasear toda la mañana, comeremos y después ya veremos.

Me duché y me vestí, salimos a la calle uno al lado del otro, manteniendo una distancia prudencial y caminamos por el pueblo, pasamos por delante del restaurante de mi hermana que nos saludó con la mano y una sonrisa, por el bar de Pepe que nos hizo un gesto con el pulgar de aprobación, de la tienda de mi hermano que salió a darnos los buenos días, nos salimos del pueblo, seguimos caminando hasta arriba de una montañita que había un banco para sentarse y mirar las vistas, nos sentamos y le puse una mano encima de la suya, hizo el gesto de apartarla.

YO: Por favor Noemí, deja que tenga una pequeña dosis diaria de cogerte una mano, por favor.

Me miró a los ojos y me cogió la mano con la suya, seguimos mirando la vista acariciándola sintiendo su piel.

YO: No te llegas ni imaginar cuanto llego a quererte.

NOEMI: Lo sé, por eso estoy aquí contigo.

Estuvimos un buen rato, Noemí se soltó de mi mano y volvimos al pueblo, me llevó para hablar con mi hermana, nos reunió en el despacho del hotel, nos dijo que nos dejaba una semana para que estuviéramos juntos, que a partir de la siguiente nos contrataba a los dos la temporada de verano entre el hotel y el restaurante, cuando caminábamos para casa le pregunte a Noemí.

YO: ¿Esto ya lo teníais hablado mi hermana y tú?

NOEMI: Por supuesto, ella estaba muy interesada en que volviera contigo y entre las dos pensamos la mejor manera de hacerlo, necesitaba unas condiciones óptimas para volver a intentarlo, gracias a ella lo haremos.

YO: Gracias a ella, ¿volveremos?

NOEMI: No lo sé, gracias a ella tendrás tu oportunidad, de ti depende Toni.

Ya en casa nos cambiamos con una ropa más cómoda, se puso unas mallas y una camiseta que le marcaban una figura preciosa y sexi, cada vez que le miraba el culo me ponía enfermo de no poder tocárselo, por la tarde nos quedamos escuchando música sentados en el sofá.

YO: Tendrás que traerte más cosas supongo, con la bolsita que te has traído no creo que lleves toda la ropa que te hará falta.

NOEMI: Sí, tengo que ir a casa a recoger algunas cosas más para poder pasar el verano, pero no sé qué día lo haré, tengo que quedar con tu hermana para que se haga cargo de ti y no te pierda de vista.

YO: ¿De verdad, no te fías de mí?, podría quedarme en casa sin salir si me lo pides.

Me miró a los ojos haciendo una mueca.

NOEMI: No me fio una mierda de ti, o te quedas con tu hermana y siempre a su vista o me voy y no vuelvo, ¿tú decides?

YO: ¿Y si tengo una  mejor idea?, podría pedirle el coche prestado a mi hermana, es más grande que el mío y acompañarte el lunes a buscar tus cosas, así no necesitarás dejarme con nadie que me cuide como a un crio, me seguirás cuidando tú que me gusta más.

NOEMI: Hombre Toni, una idea buena, vamos a tener que celebrarlo y todo.

YO: ¿Te puedo pedir que quiero para celebrarlo?

NOEMI: ¿Ya estás aprovechando la mínima para pedir algo?, seguramente te diré que no, pero tú dilo.

YO: Puedo apoyar mi cabeza en tu regazo por favor.

Me miró un poco sorprendida por mi petición, se colocó bien en el sofá, me cogió con cariño la cabeza y se la colocó encima de sus piernas, me estiré de lado encogiendo las piernas y apoyé una mano por encima de sus rodillas delante de mi cara.

YO: Soy tan feliz cuando estoy contigo cariño.

No dijo nada, puso su mano en mi cabeza acariciándome el pelo, estuvimos horas.

NOEMI: Tendríamos que pensar en cenar, ¿no te parece?

YO: No, me tendré que salir de aquí y no quiero.

Ella reía, fue la primera vez que la oí reír conmigo desde el reencuentro, le pasé mi teléfono.

YO: Pide una pizza cariño, así podré estar un ratito más.

Aproveché sin moverme hasta que llamó a la puerta el repartidor, cenamos mirando la tele, cuando acabamos comenzaba una película y volvimos al sofá.

YO: Puedo volver a ponerme como estaba Noemí.

NOEMI: No, quiero ponerme más cómoda, pero si quieres nos cogemos de la mano.

Se la cogí en medio de las mías y se la besé, hizo un gesto con la cabeza moviéndola de lado a lado sonriendo, miramos la película y nos fuimos a dormir.

Esa noche dormí muy placenteramente pero tuve un sueño. Entrabamos en casa Noemí y yo, nos abrazábamos, nos besábamos apasionadamente, yo le quitaba la chaqueta y la camisa, ella me lo quitaba a mí, nos quitábamos el resto de la ropa y nos quedábamos de pie, ella en sujetador y bragas muy sexis y yo en pelotas, nos estirábamos en el sofá sin dejar de besarnos acariciándonos todo el cuerpo, le pasaba la mano por encima de las tetas y ella empezaba a gemir, le soltaba el sujetador, le lamía los pezones dejándoselos muy duros metiéndomelo en la boca chupándoselos suavemente, ella gemía más fuerte, bajaba la cabeza hasta sus bragas besándole el chichi por encima, mientras con la mano se lo tocaba de arriba abajo, se las bajaba y quitaba muy lentamente, estirándome encima penetrándola, dando ella un buen grito, follábamos un rato así, después nos girábamos poniéndome yo debajo, ella antes de metérsela me la cogía y la chupaba un rato lentamente, metiéndosela y sacándosela toda unas cuantas veces, me ponía excitadísimo, luego me cabalgaba un buen rato corriéndose gritando mucho, se giraba apoyando los brazos en el respaldo del sofá sacando el culo, yo se la metía de pie follando como locos gritando los dos, corriéndonos a la vez como animales.

Me desperté, vi a Noemí sentada en la mesa con un café con leche mirándome riendo.

NOEMI: ¿Qué te ha pasado Toni?

YO: ¿Por qué lo dices?

NOEMI (con cachondeo): ¿No sé?, te movías mucho antes de despertarte.

No tenía ni pajolera idea de lo que le había parecido tan gracioso, noté algo por las piernas, levanté la ropa de cama y tenía todos los pantalones manchados de una corrida espectacular, creo que me puse rojo de vergüenza.

NOEMI (seguía con él cachondeo): ¿Me lo vas a explicar?

Yo había escondido la cara en medio de mis manos, una de ellas la tenía manchada de semen, me senté en la cama y le expliqué con pelos y señales todo el sueño.

NOEMI: ¿Seguro que era yo la del sueño?

YO: Te lo juro por mi familia.

Sonrió mirándome con cariño, me levanté recogiendo las sabanas para llevarlas a lavar.

NOEMI: Estaba tomando el café mirándote y te has hecho una paja espectacular dormido, he alucinado.

Me giré para mirarla con las sabanas en la mano.

NOEMI (riendo): Y creo que todavía no te has calmado del todo.

Me miró el paquete, bajé la vista y estaba empalmado otra vez de mala manera, al explicárselo me volví a excitar.

NOEMI: Yo de ti me daba una ducha y me solucionaba el pequeño problema que tienes.

Se descojonaba de risa mientras yo pasaba por delante suyo para entrar al cuarto de baño, tiré la ropa en el cubo de la ropa sucia, el pijama y me quedé en pelotas, puse la ducha en marcha, me fijé que en el suelo se había dejado unas bragas sucias, no dudé un momento en cogerlas y ponérmelas en la nariz oliendo a su coño, se me puso la polla a punto de estallar, me hice otra paja bestial acabando gritando, me duché, salí con una toalla liada en la cintura y le llevé las bragas a Noemí.

YO: Toma, creo que esto es tuyo, me acabo de hacer otra paja oliéndolas de puta madre.

Me las quitó de las manos de un tirón.

NOEMI: Que guarro llegas a ser tío.

Me giré y entré a la habitación a vestirme, preparamos algo para desayunar y nos colocamos en la mesa uno delante del otro.

YO: Ya que sexo está claro que no me vas a dar, ¿me dejarás tus bragas para que me haga pajas?, de alguna manera me tengo que desahogar, ¿no?

Me miraba sabiendo que yo estaba intentando ponerla nerviosa.

YO: Y supongo que tú también tendrás que hacerlo de alguna manera, si te puedo ayudar solo tienes que pedírmelo.

Pensaba que le estaba tocando los cojones cuando…

NOEMI: Si yo tengo alguna necesidad, saldré de casa y me follaré al primer tío que me guste, que en este pueblo siempre hay algún “guiri” rubito con ojos claros suelto.

Me dejó con una cara de gilipollas tremenda, le quise hablar y me temblaba la voz.

YO: No, no, no serás, serás capaz de de hacerlo ¿no?

NOEMI (enfadada): ¿Qué pasa, que tú puedes hacerlo cuando te sale de los cojones y yo no, yo tengo qué llevar unos cuernos qué no puedo pasar por las puertas y encima te tengo qué respetar?

Hostia puta como me dolió aquello, me arrodillé delante suyo juntando las manos.

YO. Por favor Noemí, no me hagas eso, por favor te lo pido.

NOEMI (muy sería): ¿A que duele con solo pensarlo?, pues imagínate que te lo hiciera cada dos por tres como me lo has hecho tú a mí, te lo voy a hacer para que sepas lo que es.

Empecé a llora como un crio suplicándole.

YO: Por favor Noemí, por favor, sé que he sido un imbécil contigo, estoy intentando hacer las cosas bien, por favor no me hagas más daño, me estoy portando bien estos días y he aceptado todas tus condiciones.

Empezó a llorar cogiéndome la cabeza, abrazándola sobre su pecho, antes de que yo pudiera pasar mis brazos por su espalda, me la volvió a separar dándome un golpe con la mano plana en medio de la cabeza levantándose.

Noemí (medio llorando medio riendo): Eres un idiota.

Se metió en la habitación, escuché como caía el agua de la ducha quedándome con unas ganas tremendas de entrar y abrazarla, seguí desayunando y oí como se corría en la ducha, creo que un poco exageradamente para que pudiera enterarme yo. Salió vestida.

NOEMI: Vístete que nos vamos.

Me fui a cambiar sin preguntar nada, salimos de casa y caminábamos por la calle, me tuve que aguantar para no hacerle ningún comentario sobre la paja que se había hecho.

YO: ¿Dónde vamos hoy?

NOEMI: Ayer me dijiste que tenias que pedirle el coche a tú hermana, pues vas a pedírselo ahora.

YO: ¿Me tienes que hablar siempre como si me estuvieras riñendo?

Se paró y me miró a la cara.

NOEMI (seria): Lo hago porque no puedo decírtelo de otra manera.

Se giró y siguió caminando, corrí un poco y me puse a su lado.

YO: Pues no lo entiendo cariño.

NOEMI (seria): Y no me digas más cariño joder.

Apretó el paso como si estuviera cabreada con el mundo. Pedí el coche sin ningún problema por parte de mi hermana dándome las llaves, miró a Noemí y supongo que con la cara que le vio.

MI HERMANA: Noemí, va todo bien, o este zoquete no se comporta como debería hacerlo.

NOEMI: Todo va bien, demasiado bien.

Salimos del local y seguimos caminando por la calle, bueno, caminaba ella, yo la seguía por donde le daba la gana de ir.

YO: ¿Qué has querido decirle a mi hermana con lo de que todo iba demasiado bien?

NOEMI: Cállate.

Seguí caminando a su lado con las manos en los bolsillos sin decir nada más, pensé que no se había levantado con buen pie y mejor dejarla tranquila, volvimos a subir a la montañita de las vistas y nos sentamos en el banco, estaba a punto de decirle algo y ella me puso la mano delante para que se la cogiera, lo hice con las dos mías acariciándosela muy despacio sin parar, Noemí relajó la cara sin mirarme ni decirme nada, estuvimos un buen rato en aquella posición sin hablar, cuando se cansó se levantó y se puso a caminar de vuelta, yo no le solté la mano y recorrimos unos cuantos metros cogidos, al entrar al camino ella muy suavemente se soltó apretando un poco más el paso.

Fuimos a visitar a mi hermano en la tienda que nos abrazó a los dos, se miró algo de ropa, como era verano toda la de invierno estaba de rebajas, se quedó unos pantalones gruesos para cuando hiciera mucho frio y un anorak, mi hermano solo le cobró los pantalones y a casi la mitad de precio del que marcaba rebajado, por mucho que Noemí insistió en pagarle el precio que marcaba en las dos piezas.

YO: Hermanito, ¿por qué toda la familia la trata a ella mejor que a mí?

MI HERMANO: Cállate burro, es la única que puede hacer que cambies y te conviertas en una mejor persona, tendrá nuestro apoyo hasta que no te aguante más y se largue, que será lo más probable, toma, coge las bolsas y haz alguna cosa de provecho.

Qué manía tenían todos de hacerme callar ese día, Noemí sonreía y se despidió de él con dos besos dándole las gracias, volvimos a casa llevándole las bolsas con su ropa sin decir nada por el camino, entramos en casa y se metió en el baño aprovechando para cambiarme con la ropa de estar por casa, cuando salió le di las bolsas.

YO: ¿Por qué no te lo pruebas?, me gustaría ver cómo te queda cariño.

Me las cogió con mala leche de las manos.

NOEMI (enfadada): Te he dicho que no me llames cariño coño.

Desapareció en la habitación y yo me senté en el sofá, salió con las dos piezas puestas y le quedaban muy bien.

YO: Estas preciosa “cariño”, te queda muy bien.

Se le puso cara de mala leche y se metió de golpe otra vez a la habitación, salió con las mallas y la camiseta muy enfadada lanzándome una mirada terrible, se me acabó la paciencia y me harté de aquella situación, me levanté y caminé hacía ella.

YO (enfadado): ¿Pero se puede saber qué coño te pasa hoy conmigo?

NOEMI (muy cabreada): Te he dicho que te calles la puta boca.

YO (enfadado): ¿Por qué?, ¿No te gusta que te diga “cariño”?, ¿que este enamorado de ti?

NOEMI (más cabreada todavía): Que no me hables y menos que te acerques.

Estaba a punto de llegar y alargué una mano para acariciarle la cara.

YO (cariñoso): ¿Qué te pasa mi amor?

NOEMI (con ojos de odio): Que no te quiero ni oír.

Me pegó una hostia con la mano derecha de cojones, no dije nada, me acabé de acercar vigilándole la mano por si volvía a intentarlo, entonces me soltó otra con la izquierda haciendo  un ruido tremendo, empezó a llorar acariciándome la cara con la última mano que me había pegado, como intentando borrar el hostión que me acababa de pegar, le puse la mía cogiéndola por la nuca, acariciándole con el dedo pulgar la carita para que llorara en mi pecho, se levantó poniéndose de puntillas, me buscó los labios enganchándose a ellos con una fuerza y una pasión que no me esperaba, abrí la boca y su lengua entró a buscar la mía enganchando su cuerpo al mío, pasando sus brazos alrededor de mi cuello, yo los míos por su cinturilla, volviendo a recordar lo que era besar a aquella mujer tan maravillosa que me tenía loco perdido, estuvimos un buen rato, se separó dejando de llorar bajando sus brazos y apartando los míos.

NOEMI (con una sonrisa): Ya está bien por hoy.

YO: Como tú quieras cariño.

Bajó la mirada con una sonrisa y se metió en el baño a lavarse la cara, cuando salió yo estaba sentado en el sofá escuchando música tranquila, me miró, yo le hice un gesto para que se sentara conmigo, movió la cabeza negándolo sin demasiada fuerza, le volví hacer el gesto sin decir nada, se acercó despacio y se sentó, le cogí la cabeza con delicadeza, se la puse encima de mis piernas acariciándole el pelo, se estiró de lado poniéndose cómoda echa una bolita con su cuerpo, estuvimos un buen rato sin hablar.

YO: ¿Me explicarás que está pasando hoy?

NOEMI (voz tranquila): No voy a poder hacerlo, no puedo tratarte así siempre, tengo una mezcla de odio y amor por ti que me saca de mis casillas, creo que lo mejor será que me marche y no te vea nunca más.

Me levanté arrodillándome delante de ella en la alfombra.

YO: Nooo, por favor, me portaré bien, haré todo lo que tú quieras, pégame cada día si quieres, me lo merezco, pero por favor quédate conmigo, déjame demostrarte que te quiero con locura, que todavía tenemos una oportunidad para ser felices.

Se sentó abriendo un poco las piernas, yo me metí en medio cogiéndole una mano pegándome yo mismo en la cara, empezó de nuevo a llorar cogiéndome con las dos manos la cara, me miró a los ojos y me volvió a besar, se separó y levantó la mano como para darme otra hostia bien dada, cerré los ojos y esperé el golpe que no llegó, abrí los ojos y estaba mirándome sonriendo.

NOEMI: ¿De verdad me dejarías pegarte cuando yo quiera?

YO: Te compraré un látigo si quieres, pero por favor no me dejes solo otra vez.

Levantó de nuevo la mano, yo esperaba que no me pegara pero esta vez si la descargó sobre mi cara no muy fuerte, levantó la otra y volvió a pegarme despacito, me dio otro golpe en la cabeza y por fin otro en el hombro.

NOEMI: Es que me dan ganas de darte una paliza, de insultarte, de maltratarte y hacerte sufrir, y por otro lado te comería a besos, ¿Qué hago Toni?

YO: Haz lo que quieras, todo me parece bien si estoy contigo.

Nos besamos otra vez durante mucho tiempo.

NOEMI: No sé si podré vivir así mucho tiempo, pero lo voy a intentar.

Le miré los ojos fijamente agradeciéndoselo y recosté mi cabeza encima de sus rodillas, me puso las manos encima del pelo y apoyó la espalda sobre el respaldo dando un suspiro.