La montaña blanca (11)

El domingo comenzó igual, ordenándome hacer el desayuno...

El domingo comenzó igual, ordenándome hacer el desayuno, recogerlo y limpiar la cocina, estábamos por casa sin saber muy bien qué hacer, escuchamos música, no me decía nada y me dejaba hacer, yo miraba por la ventana a la calle, como pasaban algunas personas paseando.

NOEMI: ¿Te gustaría salir y pasear un rato?

YO: Sí, me encantaría.

La miré con ilusión.

NOEMI: Cogidos de la mano o de la cintura, ¿estaría bien cariño?

YO: Sí, sí, salgamos.

NOEMI (enfadada): Que pena que no puedas por portarte mal imbécil, ven aquí y siéntate en la alfombra otra vez.

YO: Si quieres salir tú hazlo, comprendo que no quieras estar todo el día encerrada por mi culpa.

NOEMI: Gracias, pero no me iría tranquila dejándote aquí, a partir de mañana ya hablaremos, cállate ya y habla cuando te de permiso, empieza tu castigo de hoy.

No dije nada y me senté en la alfombra al lado del fuego mirándolo, ella se puso en el sofá a leér, pasó un rato.

NOEMI: Por si lo estás pensando hoy no vas a tener nada de sexo, a no ser que te la quieras pelar como un mono, tú mismo.

Pasamos el día como pudimos y el lunes nos levantamos juntos, desayunamos y ella se preparó para ir a trabajar.

NOEMI: Me voy y te dejo solo, si te quieres ir para no volver puedes hacerlo, pero dímelo ahora y que no me encuentre otra nota cuando vuelva.

YO: Te estaré esperando, no te preocupes.

NOEMI: Y acuérdate de tu castigo, límpialo todo bien, saca el polvo, pasa la aspiradora, limpia los cristales y toda la cocina, cuando llegue quiero verlo todo bien limpio y ordenado.

Se despidió de mí con un beso en los labios y se marchó, estuve toda la mañana haciendo los trabajos encargados, ya estaba bien para hacer algo y que pasara el tiempo más rápido, preparé la comida y puse la mesa para que cuando llegara tenerlo todo a punto, tardó más de lo normal, abrió la puerta y me miró sentado en la alfombra obediente.

NOEMI: Los buenos perros se alegran de ver a sus amos y van a saludarlos con alegría.

Me levanté con una sonrisa y fui a abrazarla y besarla, dejó unas bolsas encima del sofá.

NOEMI: He pasado a comprar algunas cosas, ayúdame.

Abrió una bolsa y me pasó un paquete de leche, algo de fruta, pasta y cuatro cosas más para comer, el otro paquete lo guardó.

NOEMI: Esto te lo enseñaré después, primero guarda todo eso en la cocina.

Cuando salí de la cocina de dejarlo todo ordenado, me llamó para que me sentara en la alfombra delante de ella, tenía el paquete a medio abrir, me senté y sacó una cadena larga y dos candados.

NOEMI: A los perros que no quieres que se vayan los atas bien atados.

Mis ojos se abrieron mirando la cadena y mirándola a ella.

YO: Por favor Noemí no me hagas eso.

NOEMI: Lo siento, cuando no te fías de un perro lo atas, y eso es lo que voy a hacer contigo.

Me reboté viendo que lo iba a hacer me gustara o no.

YO: No me vas a atar, por ahí no paso.

Se levantó rápido muy enfadada, pensé que me iba a dar unas cuantas hostias, me cogió la cara levantándome la cabeza, me sorprendió diciéndome que me quitara la ropa, me quedé en bolas y me empujó para apoyar el pecho en el asiento del sofá sacando el culo, me lo empezó a acariciar con una mano pasándome el dedo por él ojete, pensé que me quería meter un dedo en el culo o algo así, miré para delante esperando, noté un latigazo en todo el culo que me hizo gritar y mover todo el cuerpo del dolor, me giré y la hija de puta se había quitado el cinturón de cuero y me acababa de dar con él, le miré la cara y la tenía totalmente excitada, levantó el cinturón y me golpeó con mala leche de nuevo volviendo a gritar, le supliqué que parara y volvió a darme otro dejándome apoyado en el sofá sin decir nada, totalmente derrotado con los ojos cerrados esperando los golpes que a ella le diera la gana darme, paró y se arrodilló acariciándome otra vez el culo.

Notaba el dolor con el contacto de su mano, acercó su cabeza y me besó suavemente por donde me había pegado, no quería ni imaginarme como me lo debía de haber dejado, me giré para verle la cara y ella me miraba con pena.

Cogió la cadena, me la puso en el cuello y cerró un candado pequeño para fijarla, la otra punta le dio una vuelta en la tubería del radiador de la calefacción y le puso el otro candado, me dio un golpecito cariñoso en la cabeza y un beso en la cara.

Me dejó atado marchándose a la habitación, creo que a llorar porque me pareció oír algún sollozo, me estiré desnudo de lado porque no podía apoyar el culo del daño que me hacía. Después de un buen rato salió cambiada en ropa de estar por casa con los ojos rojos, yo la miré sin mover ni un músculo, se metió en la cocina y me trajo un plato con comida, un tenedor y un vaso de agua que me dejó en la alfombra delante de mí.

Se sentó en la mesa de espaldas a comer, se levantó muy pronto, no creo que comiera casi nada, yo, mi plato ni lo toqué, de hecho ni me moví de cómo estaba. Noemí vino, me pasó un pie por encima del cuerpo, después el otro y puso leña en el fuego encendiéndolo, se metió de nuevo en la habitación y salió con unos cojines, un edredón y un bote de algo que no sabía que era, se agachó apartando el plato y el vaso, me levantó la cabeza con cuidado y me puso el cojín debajo, luego me tapó.

Empezaron a sonar unas gotas de agua al chocar contra las ventanas, empezaba a llover, me destapó la parte del culo y me lo frotó suavemente con algún tipo de crema, me tranquilizó los escozores de los golpes con el cinturón, puso el otro cojín a mi lado detrás mío, se estiró y se tapó juntando su cuerpo, pasó una mano adelante y me acarició la cabeza y la cara, sonó un trueno muy fuerte y empezó a llover con más fuerza.

NOEMI: ¿Aguantarás esta semana cariño?

Me salió una voz floja y triste cayéndome lágrimas.

YO: Lo haré por ti mi amor.

Me abrazó con fuerza sintiendo sus tetas en mi espalda, mientras me daba besitos en el cuello, estábamos de nuevo en otro momento romántico después de lo que había pasado, yo seguía sin moverme pensando cómo podía ella comportarse de aquella manera, como podía besarme con tanto cariño, acariciarme con tanta dulzura, follarme con tanto amor haciéndome salir mis sentimientos por todas partes, y a la vez mal tratarme y humillarme de aquella manera, me tenía subido en una montaña rusa y yo me estaba mareando con tantas subidas y bajadas, estuvimos sin hablar en ningún momento hasta que se hizo tarde.

NOEMI: ¿Quieres cenar mi amor?

Lo negué con la cabeza, cogió las llaves soltándome el candado del cuello, me levantó y me llevó a la cama cogido por la cintura, me metió dentro, me tapó y me dio un beso en los labios mirándome a los ojos con tristeza, se puso a mi lado y me abrazó de nuevo quedándonos dormidos.

Me desperté y ella dormía, me levanté, me duché y preparé el desayuno para los dos esperándola sentado en la mesa, cuando llegó desayunamos mirándonos a los ojos sin decir nada, cuando acabamos me levanté para retirarlo todo, se fue a duchar y vestir para ir a trabajar, se despidió de mí con un beso y un abrazo.

Me quedé toda la mañana escuchando música, limpiando un poco y holgazaneando hasta el momento de hacer algo para comer, a la hora que ella volvía, me desnudé y me puse la cadena en el cuello cerrando el candado, me senté en la alfombra que fue como me encontró cuando llegó, dejó las cosas, se quitó la chaqueta sin quitarme el ojo de encima viniendo donde estaba yo, me miró con cariño, supongo que no esperaba encontrarme así, empezó a desabrocharse el cinturón quitándoselo, apoyé el pecho de nuevo en el sofá sacando el culo esperando más golpes mirándola, dejó el cinturón en el suelo, se desabrochó el pantalón quitándoselo, también con los calcetines y los zapatos, luego el jersey y el sujetador, se quedó en bragas sabiendo lo que me gustaba mirarla así sonriendo.

Yo la miraba sin cambiar la expresión de la cara, total no sabía en qué momento volvería a cambiar y pegarme, para que ilusionarse y desilusionarse, se arrodilló detrás de mí, apoyó su pecho contra mi espalda y me abrazó, me incorporó, quedando los dos arrodillados con ella a mi espalda besándome el cuello, me tocó el culo bajando hasta cogerme los huevos amasándolos suavemente, cerré los ojos sintiéndolo y la polla empezó a reaccionar, me pasó la otra mano por delante agarrándomela, bajándome el prepucio acariciándome la punta con el dedo gordo, me creció rápido y deje ir un gemido, respiró profundamente detrás de mi haciéndome una paja muy lenta.

Me giró, me miró a los ojos y bajó la cabeza para metérsela en la boca, chupándola muy profundamente a la vez que con la otra mano no paraba de acariciarme los huevos, me la puso a reventar cogiéndola con fuerza y succionando el capullo, se puso de pie y me colocó las bragas delante de la cara abriendo las piernas, la agarré por la cintura besándole el chichi por encima apretando con la lengua en el inicio de la rajita, jadeaba lentamente acariciándome la cabeza, puse una mano en su entrepierna tocándola, hasta notar y ver que se mojaba las bragas, se las bajé quitándoselas y metí la lengua lamiéndole el coño hasta donde llegaba, me levantó la cabeza con sus manos agachándose para darme un beso, me metió la lengua en la boca saboreando la mía, le pasé los brazos por el cuello aumentando la pasión del beso, se separó y se encajó abriendo las piernas encima de mi polla metiéndosela despacio, la aguantaba por las caderas, los dos dimos un gemido a la vez cuando llegó al fondo, se empezó a mover arriba abajo, adelante atrás, subiéndome un placer tremendo, pensaba que me corría al momento, empezó a gritar mirándome a los ojos, corriéndose con un orgasmo muy largo, sin parar de moverse, provocando que la acompañara dejando escapar mi corrida dentro de su coño, gritando como un loco sacando toda la tensión de las últimas horas.

Me besó en los labios de nuevo, se levantó tapándose con la mano el chichi para que no cayera nada a la alfombra y se fue al baño, yo me estiré en la alfombra boca arriba para recuperarme, salió con una toalla mojada y me limpió con cuidado la polla y los huevos, se marchó y volvió con los cojines y el edredón estirándose conmigo tapándonos los dos, me abrazaba dándome besos en el pecho, a mi me empezaba a salir un pequeña sonrisa de lo a gusto que estaba con ella encima acariciándome.

NOEMI (seria): Mañana te tendré que volver a pegar con el cinturón.

No dije nada pero se me helo la sonrisilla, seguía sin entender porqué de todo aquello, en aquel momento estábamos bien, y me estaba avisando que al día siguiente me iba a maltratar otra vez, no entendía nada, quise aprovechar aquella tarde que estaba cariñosa, la giré poniéndola mirando para arriba, me coloqué de lado, le pasé un brazo por debajo del cuello levantándole la cabeza, junté mis labios con los suyos besándola despacio con la otra mano sobre su cadera, me enrolló sus brazos por el cuello, la besé durante mucho tiempo sintiendo sus labios y su lengua.

YO: ¿Sabes que te quiero muchísimo mi amor?

Me lo confirmó con la cabeza haciendo una carita de pena por mi tremenda.

YO: ¿Y sabes que no te dejaré por muchas cosas que me hagas, me maltrates o me humilles?

Se le dibujó una sonrisa en sus labios mirándome a los ojos.

NOEMI: No me digas nada más que me vas a hacer llorar mi amor.

Junté de nuevo mis labios con los suyos besándola con pasión, moviendo la mano de sus caderas bajándola despacio hasta sus muslos acariciándolos, la puse en medio y ella abrió las piernas para que pudiera seguir, subía la mano hasta casi el chichi y volvía bajarla, empecé a notar su calor cuando la tenía cerca, sin dejar de besarnos le rocé con un dedo el agujero, dio un suspiro excitándose, le besé el cuello pasando de un lado al otro, a la vez que contactaba con toda mi mano en su coño agarrándoselo fuerte, bajó uno de los brazos que tenía alrededor de mi cuello, poniéndome la mano encima de la polla que ya la tenía morcillona.

La quitó de golpe cogiendo la llave del candado abriéndolo, me quitó la cadena que seguramente le molestaba, la apartó y me volvió a coger la polla pajeándomela lentamente, nos besábamos sin parar, su coño cada vez estaba más mojado, bajé de su boca a su cuello lamiéndolo, a sus tetas chupándolas poniéndole los pezones duros como piedras, y de sus tetas le metí la lengua en el coño, comiéndomelo como a ella le gustaba, sin prisas y con paciencia, haciéndola gemir, después gritar y poco más tarde correrse moviendo todo el cuerpo, cuando acabó la besé de nuevo saboreando su aliento recuperándose.

NOEMI: Podríamos ser tan felices si no hicieras las tonterías que haces mi amor.

YO: ¿Crees que podrás quitármelas para estar bien?

NOEMI: Al paso que vamos, o te las quito o te mato, porque después de pegarte con el cinturón ya no se qué hacer.

Nos reímos, ella me cogió la polla con fuerza.

NOEMI: ¿Y con esto que hacemos?

YO: No lo sé, tú mandas, lo que quieras.

Se levantó, metió otro tronco en el fuego desnuda, la miraba pensando en lo buena que estaba, apreciando sus curvas, su vientre plano, su culo bien puesto y sexi, aquella carita con sus ojos azules, estaba preciosa, se marchó y volvió al momento con un botecito en sus manos, me miró sonriendo, se estiró boca bajo a mi lado, abrió el bote y metió dos dedos llevándoselo al culo mojando el agujero muy despacio, había comprado vaselina, yo metí dos de los míos embadurnándolos bien metiéndole la puntita de uno, mientras se lo dilataba ella me acariciaba la polla con una paja, cuando le pude meter dos dedos me quitó la mano moviéndose para poner mi polla delante de su boca, metiéndosela de golpe toda dentro, pegándole unas cuantas succionadas que me hicieron cerrar los ojos y concentrarme para no correrme en aquel momento.

La sacó toda llena de saliva goteando sobre la alfombra, se la dirigió al agujero de su maravilloso culo, se metió la punta girando la cabeza para verme la cara de excitación, se la seguí metiendo despacio hasta el fondo soltando el aire de sus pulmones, la saqué hasta el inicio volviendo a meterla un poco más rápido escapando un gemido de mis labios, movió las caderas hacía arriba metiéndosela con más fuerza, haciéndome dar un grito de placer, levanté mi cuerpo para dejarle metido el capullo, volvió a levantar las caderas metiéndosela entera con fuerza y yo grité de nuevo, aquello me volvía loco, empezó a subir y bajar su culo sin parar, cada vez yo gritaba más fuerte hasta llegar a un orgasmo brutal, corriéndome dentro, sacándola al final tirándole unos cuantos chorros de semen encima de su culo con una paja, dejándolo mojado por dentro y por fuera, ella seguía mirándome alucinada, me estiré a su lado respirando fuerte para recuperarme, me besó en los labios, en la nariz y en la frene.

NOEMI: ¿Alguna te ha hecho disfrutar tanto como yo?

YO: Nunca he disfrutado con nadie cómo contigo mi amor.

NOEMI: ¿Y no te das cuenta lo capullo que eres?

YO: Hace años que sé que soy un gilipollas, pero no pensaba que lo fuera tanto.

Un poco más tarde nos levantamos y vestimos para comer o casi cenar, miramos un rato la tele en el sofá y nos fuimos a dormir sabiendo que el siguiente día volvería ser duro.

Repetimos las rutinas del desayuno, hasta que se marchó besándome y mirándome con cara de pena, cuando llegó la esperé desnudo, con la cadena puesta y arrodillado con el pecho en el sofá, la manta y los cojines al lado, preparado para recibir mis latigazos de castigo, entró muy seria, se fue a cambiar y salió con el cinturón en la mano.

NOEMI: ¿No has hecho nada de comer?

YO: ¿Para qué?, luego no comemos ninguno de los dos.

Me miró con mucha pena, levantó el cinturón mirándome a la cara, se le empezaron a humedecer los ojos.

NOEMI: No puedo, no puedo más, no puedo hacerlo, ya está bien.

YO: ¿Te gusta que te ponga los cuernos?

Cambió la cara y me pegó con ganas, notando el golpe en el culo y las caderas, cerré los ojos aguantando el dolor, los volví abrir.

YO: ¿Prefieres no pegarme y que me folle a otras?

Me soltó otro golpe más fuerte que me hizo gemir de dolor.

YO: Tienes que hacer lo que sea para que no te lo haga más mi amor, vamos, otra vez que me estás haciendo cosquillas con lo flojo que me pegas joder.

Enloqueció y me pegó tres seguidos dejándome hecho mierda, con la mirada perdida cayéndome unas lagrimones por la cara.

NOEMI: Eres un imbécil, yo no quería hacerlo.

Se fue llorando a la habitación, me estiré con el cojín debajo de la cabeza y me tapé como pude, al cabo de un rato salió con la pomadita, me quitó la cadena, me puso la crema en el culo y se estiró poniendo la cara delante de la mía, me pasó un dedo por los ojos para secarme las lagrimas y me puso la mano en el cuello.

NOEMI: Se ha acabado, no te voy a pegar más, esto es una mierda, sufrimos los dos y no puede ser, ¿pero has entendido algo de todo esto?

YO: Que se está mejor contigo abrazados y acariciándonos que cuando me das las palizas.

NOEMI: Exactamente, no hagas el gilipollas por favor, a partir de mañana puedes hacer lo que quieras, ya eres mayorcito para tener que ir detrás de ti de esta manera coño, tú sabrás que es lo que te conviene.

Nos abrazamos, me pasó la mano por la espalda llegando al culo, di un espasmo cuando me lo toco del daño que me hacía.

YO: Podías haberlo pensado ayer, me has dejado el culo que no voy a poder sentarme en una semana cabrona.

NOEMI: Hay Dios mío, contigo voy a tener que sufrir toda la puta vida.

Nos abrazamos de nuevo y esperamos la hora de ir dormir, esta vez pedimos una pizza para cenar, que me tuve de comer de lado porque no podía apoyar el puto culo.