La montaña blanca (10)
Llegamos a casa muy tarde...
Llegamos a casa muy tarde, me abrió la puerta y me metió dentro cogido del brazo como si fuera un preso, encendió la luz, yo estaba encantado de volver a estar en casa, la miraba como si hubiera estado años sin verla y solo habían pasado cuatro días, me hizo dejar las bolsas en la habitación volviéndome a llamar al salón, salí quitándome la chaqueta, me hizo ponerme delante de ella.
NOEMI: Prepárate que te voy a dar otra hostia para quedarme a gusto.
YO: ¿Es necesario cari…?
Me plantó un guantazo que me callé de golpe.
NOEMI: No vas a hablar si yo no te lo digo, arrodíllate.
En aquel momento me sentía como un perro “apaleao” literalmente, me arrodillé y puse la cara en alto para que pudiera darme bien cerrando los ojos.
NOEMI: Abre los ojos imbécil, quiero que me veas bien cuando te la doy.
Los abrí y me calló otra, y otra, y otra.
NOEMI: Vale ya, siéntate en el sofá, paro porque me duele la mano pero mañana voy a seguir.
Cogió el teléfono y llamó.
NOEMI: Sí, ya estamos los dos en casa…, lo he encontrado a la primera al idiota…, sí Olga, está bien…
Olga era mi hermana, ya sabía con quien hablaba, ella seguía la conversación.
NOEMI: Bueno, con la cara roja como un tomate y mis dedos marcados, de la somanta de hostias que le he dado allí y aquí, y las que le quedan por recibir mañana que es sábado, voy a estar todo el día con él…, vale, nos vemos un beso.
NOEMI: ¿Tienes hambre?
Levanté la vista mirándola.
NOEMI: Sí, te pregunto a ti gilipollas.
Lo negué con la cabeza, levanté el dedo para poder hablar.
NOEMI: ¿Quieres decir algo?
Afirmé con la cabeza.
NOEMI: Hoy no tengo ganas de oírte mentiroso de los cojones, prepárate el sofá para dormir, buenas noches, mañana cuando me levante quiero tener preparado el desayuno.
Me metí en la cama con la luz encendida para poder ver el salón, lo había echado tanto de menos en cuatro putos días, no pude dormir por las “emociones” de las últimas horas. Pasó una hora y media más o menos, se abrió la puerta de dormitorio saliendo Noemí, se dirigió donde estaba yo, ya me estaba esperando otra hostia para darme las buenas noches.
NOEMI: ¿No puedes dormir?
Le contesté con la cabeza para no hablar, me ofreció su mano, pensé que me iba a poner de pie para hostiarme otra vez, se la agarré y me llevó a la habitación estirando de mí, no entendía una mierda de la manera de comportarse de Noemí, me metió en la cama mirando para afuera y me tapó, dio la vuelta y se acostó a mi espalda apagando la luz, yo no las tenía todas conmigo esperando que me hiciera algo, lo que hizo todavía me despistó más, me pasó un brazo alrededor del cuerpo abrazándome, juntando mucho su cuerpo a mi espalda, me besó en el cuello por detrás y me acarició la cara suavemente.
NOEMI: Hay cariño, que tontito llegas a ser.
Me dejó hecho polvo y con cara de idiota toda la noche, me dormí muy tarde, sintiendo su mano en mi cara y el calor de su cuerpo junto al mío, me desperté notando su brazo todavía a mi alrededor, giré la cabeza para mirarla.
NOEMI: ¿Estas despierto cariño?, prepara el desayuno para los dos, cuando esté listo me avisas.
Salí de la habitación, me lavé las manos, la cara y los dientes y preparé el desayuno, llamé a su puerta.
NOEMI: Puedes entrar sin llamar, es tu casa.
Entré y estaba en pelotas poniéndose unas bragas muy sexis.
NOEMI: ¿Te gusta lo que ves?
Confirmé con la cabeza, se puso un camisón grueso para el frio y pasó por delante de mí, cuando la seguí a la mesa se levantó el camisón por detrás enseñándome su precioso culo, se sentó y desayunamos como siempre, uno delante del otro, al ratito no aguante más y levanté el dedo para que me diera permiso para hablar.
NOEMI: ¿Qué quieres decirme Toni?, que estás arrepentido, que no lo volverás a hacer más, que me quieres mucho, que no puedes vivir sin mí.
Yo avergonzado se lo confirmé con la cabeza.
NOEMI: Es que esa canción ya me la conozco cariño, me la has repetido muchas veces y luego te lo pasas todo por el forro de los cojones, y sí, te he dicho cariño varias veces, ¿algo más?
Pedí permiso otra vez para hablar.
NOEMI: ¿No entiendes nada de lo que pasa?, ¿te gustaría saber lo que va a pasar contigo?
Se lo confirmé.
NOEMI: Va a pasar lo siguiente, te vas a quedar en casa sin salir toda la semana, harás todo el trabajo de casa, limpiarás, lavarás la ropa, cocinarás, para que cuando yo llegué lo tengas todo preparado y limpio. Estoy pensando en comprar una cadena para atarte como a un perro, porque los perros que se escapan es mejor atarlos para que no lo hagan más, te pegaré unas cuantas hostias cuando me salga del papo, ¿qué te parece la idea?
La miraba aprobando todo lo que me decía.
NOEMI: Y no te preocupes amor, vamos a seguir follando cuando a mi me dé la gana porque estoy hasta el coño de no follar por tus tonterías, me vas a satisfacer a mí, y si tú te quieres correr te haces una paja en el baño después.
Le miré los ojos con cara de pena.
NOEMI: ¿Tienes algo que decir?
Lo negué con la cabeza, a ella se le escapó una sonrisilla.
NOEMI: La siguiente semana empezarás de nuevo a trabajar en el hotel, cuando te recoja harás los trabajos de la casa igualmente. Si tienes ganas de irte otra vez, me esperas a que llegue del trabajo y me lo dices en la cara cobarde, en la puta cara para poder discutir contigo y arreglarlo. ¿Me has entendido?
Moví la cabeza de arriba abajo.
NOEMI: Ahora te voy a dejar hablar un poco, quiero que me digas lo que sientes por mí, que nunca más en tu puta vida te vas a ir sin decirme nada, no sabes el susto que me diste cuando llegué a casa y vi tú nota.
YO: Te quiero más que a mi vida, no puedo vivir sin ti, te juro que nunca más me volveré a ir de casa sin hablar antes contigo.
NOEMI: Muy bien, ahora retira lo del desayuno a la cocina y vente conmigo a la alfombra para recibir tu castigo diario.
Me acerqué a ella que estaba de pie junto al fuego que ya lo había avivado, cuando estaba enfrente me hizo una señal como a un perro para que me arrodillara, se puso muy cerca de mi cogiéndome la barbilla levantándome la cara, dejándomela expuesta para pegarme un tortazo, levantó la mano lanzándola y parándola justo antes de impactar, quedándome cara de estar a punto de recibir una buena hostia, le miré y ella sonreía, bajó la misma mano y se levantó el camisón dejándome delante las bragas.
NOEMI: ¿Te gustaría olerlas y hacer el guarro?
Le miré los ojos confirmando.
NOEMI: ¿Has echado de menos su olor?
Confirmé de nuevo.
Se las bajó hasta los muslos.
NOEMI: Mete la nariz y huélelas con las manos en la espalda.
Acerqué mi nariz buscando la parte que me interesaba, inspirando profundamente metiéndome el olor en todo mi cuerpo, la polla me reaccionó al instante poniéndose dura.
NOEMI: ¿Se te ha puesto tiesa cariño?
Confirmé.
NOEMI: Sácatela que quiero verla, pero no te la toques.
Me bajé el pantalón del pijama y la dejé al aire apuntando para arriba, se la miraba con una sonrisa, se dio la vuelta poniéndome el culo a un palmo de la cara con las bragas todavía sujetas por sus muslos, me excitaba tanto que la polla la tenía a punto de estallar.
NOEMI: Bésame y lámeme todo el culo muy despacio.
Lo sacó un poco hacía atrás, empezando a darle besos y lametones por todos los rincones, cuando acabé, se lo abrió con las dos manos.
NOEMI: Ahora me vas a comer el ojete dejándolo todo lo mojado que puedas.
Le metí la legua directamente soltando toda la saliva que pude encima lamiéndolo.
NOEMI (cariñosa): ¿Te gustaría follarme el culo hasta correrte cariño, con esos movimientos que te gustan tanto que te haga cuando estas a punto que te vuelven loco?
Se lo confirmé excitadísimo con la polla totalmente tiesa.
Se giró, se subió las bragas, se bajó el camisón y me pegó un hostión que me retumbó toda la cabeza.
NOEMI (enfadada gritando): Pues vete a buscar a la guarra con la que me la pegaste la última vez gilipollas.
Caminó hasta la puerta y la abrió.
NOEMI: Venga vete, vete a buscarla, cuando estés bien satisfecho vuelve a casa imbécil.
Se me aflojó la polla de golpe, me quedé arrodillado con la cabeza baja llorando.
NOEMI: Te dejo la puerta abierta, puedes entrar y salir cuando quieras.
La dejó abierta de par en par y se fue a la habitación, me levanté, la cerré con llave y fui detrás de ella que estaba acostada, me estiré por su espalda pasándole un brazo por el estomago, me cogió la mano con las dos suyas y se la llevó a la boca dándole besitos, poniendo su cara encima buscando su contacto, se quedó dormida, no me extrañaba porque la noche anterior no pegamos ojo ninguno de los dos, yo también acabé dormido, me desperté a medio día solo en la cama, me levanté, ella estaba sentada en el sofá bebiendo algo.
NOEMI: Ven aquí, estírate delante del fuego en la alfombra.
Le hice un gesto con los hombros preguntando como quería que me estirara.
NOEMI: Como un perro, lo que eres, un perro que se escapa.
Me estiré en la alfombra de lado mirándola donde ella me dijo, al lado de sus pies.
NOEMI: Lámeme los pies perrito.
Se le escapaba la risa, yo estaba serio por verme tan maltratado sabiendo que me lo merecía por capullo, saqué la lengua y se la pasé por los pies, levantó la planta para que siguiera chupándosela, me apuntó a la boca con el dedo gordo, la abrí un poco y dejé que lo metiera chupándolo con fuerza, echó para atrás la cabeza dando un suspiro.
NOEMI: Ya está bien, quítate el pijama y arrodíllate en pelotas.
Lo hice, se levantó el camisón enseñándome las bragas.
NOEMI: ¿Te gusta ver esto verdad?
Confirmé, se empezó a tocar las tetas poniéndose los pezones duros.
NOEMI: Tócate la polla muy despacio, no quiero que te corras, has sido un perro malo y tengo que castigarte para que aprendas, como te corras te pegaré hostias hasta dejarte la cara más marcada de lo que la tienes, y el castigo será peor.
Empecé a tocarme suavemente, bajó una mano de su teta a las bragas jugando y acariciándose por encima, se puso un dedo encima del coño subiéndolo y bajándolo, apretando sobre el agujerito manchando las bragas al momento de lo caliente y mojada que estaba, yo seguía haciéndome una paja lentamente para no correrme, me miraba con excitación a los ojos, se bajó las bragas hasta los tobillos levantando un poco el culo, abrió las piernas y se hizo una paja gimiendo, se frotaba el clítoris bajando al agujero de tanto en tanto metiéndose un dedo volviendo al clítoris, volvía a bajar metiéndose dos dedos follándose ella misma, con dos dedos de la otra mano se frotaba de nuevo el clítoris muy rápidamente, estaba a punto de correrse, yo con la polla al máximo cuidando mucho como me hacía la paja para no pasarme, me hizo una señal para que acercara la cabeza, cogiéndomela y metiéndose mi boca en medio del coño, me dijo que no parara de lamérselo y se corrió al momento gritando.
Se relajó apoyándose en el sofá mirándome, se levantó, se subió las bragas bajándose el camisón, me miró con desprecio, me dio un golpecito con un pie en la polla empalmada como la tenía dándose la vuelta, no me podía creer que fuera tan cruel conmigo, empecé a llorar intentando ahogar los sollozos, intentando sufrir en silencio.
Se giró, aparte mi vista de ella girándome para que no viera como me caían las lágrimas, vino rápida hacia mí, me cogió de los hombros estirándome en el suelo, me agarró la polla con la mano haciéndome una paja muy rápida que me la empalmó de nuevo, dejé de llorar para echar la cabeza atrás del gusto volviendo a mirarle la cara, me miró a los ojos metiéndosela en la boca, pegándole unas chupadas hasta verla desparecer del todo y como volvía a aparecer entera, me succionó con fuerza el capullo mientras me pajeaba por abajo rápido, haciendo que me corriera en un momento cogiendo todo mi semen en su boca, se levantó con la boca llena, me miró a los ojos y me lo escupió todo por encima, caminó hacía la habitación.
NOEMI: Límpiate, cámbiate, y haz la comida perro asqueroso.
Después de comer me hizo quitar la mesa y lavarlo todo, se sentó en el sofá con los pies en alto y me dijo que me estirara a su lado, fui hacerlo en la alfombra y me rectificó dando palmaditas encima del sofá, me puse a su lado con la cabeza encima de su regazo, ella me acariciaba el pelo.
NOEMI: Eres un perro muy malo que me hace sufrir mucho, lástima que no te puedo sacrificar.
Levanté la cabeza preocupado mirándole la cara, me miró fijamente.
NOEMI: No te preocupes, no lo voy hacer, te quiero demasiado.
Me estiró fuerte del pelo y volvió a acariciarlo con suavidad, me salió una risita de tranquilidad, todo lo que me importaba era que ella me quisiera, sabía que aquello pasaría y volveríamos a estar bien. A media tarde llamó a Noemí mi hermana para saber si podía venir a verme, le contestó que pasara cuando quisiera, a la media hora llamaban a la puerta, me dijo que me quedara en la alfombra arrodillado y la abrió, se saludaron con dos besos y un abrazo, mi hermana entró y me miró.
HERMANA: ¿Qué hace hay arrodillado?
NOEMI: Lo tengo castigado y lo trato como un perro por escaparse de casa.
La cabrona de mi hermana se reía mirándome.
NOEMI: Levántate y saluda a tú hermana.
Nos abrazamos y pedí permiso para hablar, mi hermana miró a Noemí.
NOEMI: Los perros no hablan, lo tiene prohibido si no le doy permiso, además, no le hace puta falta hacerlo, ¿qué quieres?, ¿pedirle perdón a tu hermana?
Lo confirmé.
NOEMI: Ves, ni puta falta que hable.
Mi hermana me cogió la cara con las dos manos mirándosela.
HERMANA: Y esa cara tan hinchada y roja.
NOEMI: De las hostias que le he dado, ¿quieres un café Olga? y hablamos tranquilamente.
OLGA: Sí por favor, ¿puedo hablar con él mientras tanto?
NOEMI: Perrito habla con tu hermana.
OLGA: ¿Estás bien Toni?
YO: Estoy bien y contento de estar en casa.
OLGA: No sabes el disgusto que nos diste, ¿Cómo coño se te ocurrió hacerlo sin hablar antes con nadie?
Le iba a contestar lo desesperado que me encontré en ese momento, pero llegó Noemí y me cortó.
NOEMI: Vuelve a tu sitio y cállate.
Me senté en la alfombra mirándomelas, como las había echado de menos aquellos días fuera, ellas hablaban sentadas en la mesa.
NOEMI: Me abrió la puerta recién duchado con la toalla por la cintura, estaba guapísimo, para comérselo.
HERMANA (riendo): ¿Y te lo comiste?
NOEMI: Sí, pero antes le di hostias hasta que las manos me hicieron daño, y aquí en casa le han caído unas cuantas más, durante esta semana que se va a quedar encerrado le van a caer más seguro.
HERMANA (riendo): ¿No te pasas un poco Noemí?
NOEMI: Nena, es que he descubierto que cuando le pego me mojo las bragas, tengo en mi cabeza una mezcla de odio y amor por él que me vuelve loca.
Rieron las dos a carcajadas, yo me las miraba pensando cómo podía ser tan capullo, hacer sufrir de esa manera a una persona que me quería tanto, de la que yo estaba enamorado como un imbécil, levanté la mano para hablar y no me hacían ni puto caso.
NOEMI: ¿Qué quieres ahora, tienes que estar molestando todo el rato?
Insistí con la mano levantada.
OLGA: Déjale hablar mujer.
NOEMI: Habla, pero por que está aquí tu hermana.
YO: ¿Cómo me encontrasteis tan rápido?
NOEMI: ¿Lo ves como es idiota este niño?
OLGA: Solo tuve que llamar a Juan el director de la estación tonto, lo conocemos de toda la vida y me lo explicó todo al momento, también está enfadado contigo por cierto, después llamé a la persona que él me dijo y me dio tú dirección.
NOEMI: No fui a buscarte antes por que no podía pedir permiso en el trabajo haciendo tan poco que he comenzado, tuviste suerte, porque si llego a ir cuando me enteré te mato allí mismo del “cabreo” que tenía contigo idiota, cállate ya y duerme si quieres pedazo de perro.
Pasó un rato y mi hermana se despidió, me levanté para darle un beso y me hicieron sentar otra vez.
NOEMI (riendo): ¿Quieres ver cómo le pego Olga, o quieres pegarle tú?
OLGA (riendo): No, mejor no verlo, aunque alguna vez me he quedado con las ganas, dale en la intimidad, y si puede ser que no venga a trabajar con esa cara.
NOEMI: Lo intentaré pero no te aseguro nada.
Mi hermana se fue, Noemí cerró la puerta con llave y vino donde estaba yo.
NOEMI: ¿Qué hago contigo, te pego un poco más?
Estaba sentado y me arrodillé levantando bien la cabeza, poniéndole la cara para que me diera desafiándola con la mirada, me miró a los ojos levantando la mano, yo subía y bajaba un poco la cabeza confirmando que me pegara, soltó la mano y me dio una sonora bofetada en la cara.
YO: Otra vez.
Volvió a levantar más la mano al oírme hablar y me soltó otra hostia más fuerte.
YO: Te quiero.
Me abofeteó de nuevo.
YO: No quiero separarme nunca más de ti.
Levantó la mano otra vez con una cara de mala hostia tremenda, cuando estaba esperando otro hostión se arrodilló conmigo besándome, metiéndome la lengua en la boca buscando la mía, separó los labios mirándome la cara, me la acarició con las dos manos y me abrazó muy fuerte.
Fue la primera vez que noté que ella estaba contenta de que estuviera de vuelta, me hizo levantar y sentarme en el sofá, me bajó el pantalón de chándal mirándose la polla que estaba totalmente flácida, la cogió y me bajó el prepucio dejando el glande a la vista, fue bajándolo y subiéndolo jugando, empezó a despertar mi excitación haciéndola reaccionar, la agarró y esperó que creciera poco a poco, subiendo y bajando la piel de tanto en tanto como disfrutando de sentir que mi polla estuviera creciendo dentro de su mano, cuando tuvo un tamaño aceptable empezó a pajearla lentamente, poniéndomela en seguida tiesa del todo, ella seguía embelesada mirando el glande, me miró los ojos apartando rápido la mirada, sacó la lengua acercándola muy lentamente a la punta de la polla, hasta hacer contacto con ella pasándola por encima del agujerito, me salió líquido pre seminal, separó un poco la lengua quedando enganchado entre la lengua y la punta de mi polla, me estaba poniendo cachondo a más no poder, separó un poco los labios y se metió la punta despacio.
Podía ver como sus labios la envolvían, notando como la lengua empezaba a lamerme la punta por encima y por los lados, fue bajando la cabeza, metiéndose la mitad succionando subiendo de nuevo hasta la punta, levanté el culo del sofá del gusto que me daba gimiendo, bajó hasta el fondo, con toda la polla dentro de su boca me miró, succionando fuerte poniéndome cara de excitación y placer, ella no se perdía detalle, la fue sacando haciendo paradas para succionar con fuerza, pensaba que me corría allí mismo de los latigazos que me daba el cuerpo, me miró la cara.
NOEMI: ¿Alguna te la chupa de esta manera?
YO: Nadie lo hace como tú, ni nadie me pone más cachondo que tú.
Se puso de pie sacándose el camisón por la cabeza, se quitó las bragas sentándose encima de mí, me besó con dulzura, con amor, sintiendo cada roce de sus labios y su lengua en los míos, poco a poco fue metiendo más su lengua juntándola con la mía, pasando a un beso apasionado tremendo, después de un rato separó sus labios de los míos.
NOEMI: ¿Alguna te ha besado así?
YO: No, nadie me hace sentir con un beso lo que me haces sentir tú.
Me quitó la camiseta quedando los dos totalmente desnudos, me cogió la polla pajeándomela despacio comprobando que estaba tiesa del todo, movió un poco las caderas metiéndosela poco a poco hasta el fondo gimiendo los dos, me abrazó colocando su cabeza al lado de la mía, mientras movía lentamente las caderas metiéndosela y sacándosela profundamente, podía oír perfectamente su respiración y gemidos que se juntaban con los míos, aquella forma de follar me volvía loco, me hacían aflorar sentimientos que tenía muy guardados y que solo con ella salían, fue subiendo el ritmo, se incorporó un poco quedando delante de mí, sujetándose en mi cuello y mi hombro con sus manos, mirándome a los ojos aumentando los gemidos y la cara de excitación, aumentó de nuevo la velocidad de sus movimientos de cadera, notaba como estaba totalmente mojada, bajando liquido por la piel de mis huevos escuchando algún chasquido, yo tenía puestas las manos sobre sus caderas sin moverlas desde el principio siguiendo su ritmo, me acarició la cara, sin dejar de mirarme a los ojos subió el volumen de los gemidos, empezando a gritar haciendo que me subiera de la polla al cerebro atravesando todo el cuerpo un placer enorme, descargando chorros de semen sin parar, oyendo como ella se corría volviendo a estar muy abrazados los dos, era el placer de correrme junto con el de sentir que lo hacía con alguien especial, que conseguía ponerme los sentidos y los sentimientos a flor de piel, en aquel momento sentía un amor por ella tan grande que me hacía llorar, ella todavía abrazada me hablaba al oído.
NOEMI: ¿Alguna te ha follado así?
Yo (cayéndome lágrimas): Nadie, soy un imbécil por poner en peligro esto.
Se incorporó poniéndome la cara delante.
NOEMI: Ves porque me dan ganas de pegarte sin parar, eres muy tonto tío.
Me pareció que se iba a levantar, la abracé con fuerza.
YO: ¿Todavía me quieres con todo lo que te hago?
NOEMI: No te mereces que te conteste.
Se levantó metiéndose en el baño, cuando salió fui yo, al salir me la encontré estirada en la alfombra con la cabeza apoyada en un cojín tapada con un edredón junto al fuego, me señaló otro cojín que había al lado suyo para que me estirara, me tapó y juntó su cuerpo desnudo con el mío apoyando su cabeza en mi pecho, me acariciaba con la mano desde el pecho hasta los muslo subiendo y bajando, como comprobando que no me faltaba nada, le pasé un brazo por la espalda apretándola un poco más, estuvimos en silencio mucho tiempo, levantó la cabeza de golpe.
NOEMI: Porque no preparas un par de cubatas, me vendría bien algo de alcohol.
YO: ¿Los perros beben cubatas?
NOEMI: Si vas a decir tonterías cada vez que hables no hace falta que lo hagas.
Nos sentamos en el mismo sitio con la espalda apoyada en los cojines tomándonos la bebida poco a poco, cuando ella se había tomado la mitad.
NOEMI: ¿Qué te paso Toni, porque lo hiciste?
YO: ¿Por qué quieres que te lo cuente cariño?, solo puede hacerte daño.
NOEMI: Quiero intentar descubrir por qué haces esas cosas.
YO: Ese día tenía que entrenar a una esquiadora extranjera, de un país del este, era alta, rubia y muy guapa, no podía quitarle la vista de encima sabiendo que la estaba cagando, en una subida en el telesilla me dijo que me había elegido a mí por guapo, me pidió que la acompañara a su habitación y yo la seguí como un gilipollas sabiendo que la estaba liando otra vez, algo dentro de mí me decía que me fuera antes de entrar pero no pude resistirme.
NOEMI: Y te la follaste.
YO: Por favor Noemí.
NOEMI: Dímelo todo, quiero saberlo todo.
YO: Me la follé con prisas y de mala manera pensando en lo que te estaba haciendo.
NOEMI: Eso no te lo crees ni tú.
YO: Te juro que fue así, tenía tanta mierda por el cerebro dándome vueltas que salí de allí corriendo para hablar con el director, en muy poco tiempo estaba subido en un avión que no tenía ni puta idea donde iba, esos días antes de que llegaras cada noche acababa con una borrachera encima que no sabía ni volver al apartamento, si no llegas a venir por mí creo que hubiera pillado una cirrosis de puta madre.
Me dio un golpe con el codo en el brazo sonriendo.
NOEMI: ¿Fuiste tan gilipollas de que encima de que me la pegabas no lo disfrutaste?
YO: Así fue.
NOEMI: Pues eres más tonto de lo que me pensaba chaval.
Reímos un poco dentro del drama.
YO: Sabía que aquello me separaba de ti para siempre, o así lo veía yo, ¿Cómo iba a disfrutarlo?, te lo había prometido, la cagué y te merecías ser libre para hacer lo que quisieras.
NOEMI (con pena): ¿Y sabiendo todo eso y lo mucho que te quiero, porque me lo haces?
YO: No lo sé, no tengo una respuesta, es lo que he hecho siempre cariño, te dije la verdad de que tú eras la primera mujer de la que me había enamorado, la primera vez que te lo hice fue por puta ignorancia, yo pensaba que queriéndote y haciéndote feliz ya lo tenía todo perdonado, no entendía porque si estaba con otra a la que no quería ni nada te podría perder, todos me avisaron, todos, pero yo no lo veía, hasta que te enteraste y te fuiste. Se me abrieron los ojos de golpe, estar tantos meses sin verte fue terrible, pero esta vez fue sabiéndolo todo, yo sabía que te hacía daño, sabía que te perdía para siempre, y aun así no pude evitarlo, no sé qué me pasa. Lo que no entiendo es por qué me viniste a buscar, podías haber hecho lo que quisieras, tener una mejor vida conmigo lejos.
NOEMI (enfadada): Por qué te quiero imbécil, te quiero y no quiero tener otra vida con otro, la quiero contigo, llegar y ver tú puta nota me puso de muy mala leche, si quieres separarte de mí dímelo a la cara y vete donde quieras o échame de tu casa, pero si me quieres no puedes desaparecer así como así, ¿lo entiendes?, ves, ahora tengo ganas de hostiarte otra vez.
YO: Haz lo que quieras cariño, ¿es verdad que pegarme te pone cachonda?
NOEMI: Me desahogo y luego me arrepiento, pero no creas que tú castigo se ha acabado por que estemos ahora así, una parte de mi todavía te odia y no sé si te podre perdonar.
No quise seguir con la conversación para no ponerla más nerviosa y romper aquel momento de los dos juntos, nos acabamos las bebidas y volvimos a taparnos hasta la hora de cenar que me ordenó hacerla, recogerla y dejar la cocina limpia, después nos sentamos a ver una película en la tele cogidos de la mano. Cuando acabó la película.
NOEMI: ¿Quieres venir a la cama conmigo o prefieres quedarte aquí?
YO: ¿Me lo preguntas de verdad?
NOEMI: Es para castigarte, si me dices que aquí te haré dormir conmigo, si me dices lo contrario te haré dormir aquí.
YO: Estoy muy interesado en quedarme en el sofá.
NOEMI: Perfecto me voy a dormir, hasta mañana, que pases una buena noche en el sofá.
YO: Como puedes ser tan tramposa me has di…
Me puso la mano en la boca para hacerme callar, me cogió la mano y me llevó a la cama.