La misteriosa sala

Temidas salas de tortura.

lololo

Muchas eran las salas destinadas al castigo de las esclavas. Los nombres que las designaban eran ya de antemano expresivas del destino que habrían de sufrir aquellas que a cada lugar eran conducidas: " Sala de los Mil Fuegos", " Sala del Empotramiento", " Sala de la Cruz", " Sala de Empalado", " Sala de las Fustas",....cada lugar adaptado a cada al capricho cruel de quien las condenaba y a la sensibilidad y anatomía de cada chica. Como decían las implacables sentencias: " Serás llevada al tormento mejor para tus carnes".

Cada una de las esclavas temblaba con la sola mención de aquella que mas temía. Y los amos sabían de ese temor invariablemente . De tal manera que si a alguna esclava le espantaba , por encima de todo, la idea de ser desnudada y abierta en un potro, con toda seguridad, los amos lo deducían tras un estudio de su cuerpo aunque no hubiesen nunca confesado ese intimo terror. Su castigo sería con toda seguridad ser llevada a la Sala de Empotramiento y allí , desnuda y abierta de miembros, ser atormentada hasta la locura.

Así Victoria se estremecía secretamente temiendo adivinasen el espanto que le producía en su espíritu una de las salas: la "Sala Candente". Había oído hablar de ella. Había oído los alaridos de otras esclavas allí dentro. Pero no eran aquellos gritos lo que la producían el miedo porque de todas las salas se oían los desgarradores lamentos pidiendo piedad y rogando cesase el suplicio. Sino que los gritos eran acompañados de increíbles peticiones de las que alli estaban siendo atormentadas. En más de una ocasión había oído, desde el exterior, las frases de la chica en manos del verdugo: " Por piedad, no sigáis con esto...... ¡Esto no, esto no!,...... prefiero que me crucifiquéis, prefiero que me empaléis cien veces, pero esto no, esto no . mas no ,por piedad" Pero ni era llevada a cruz ni era empalada, seguía allí, en aquel tremendo sitio, pidiendo todos los demás sufrimientos sin ser atendida. Tan espantosa debía de ser la tortura.

Victoria no habia sido castigada demasiadas veces. Hoy iba a ser azotada. Resistiría al principio, pero luego sabia que gritaría y lloraria y sabia que le verdugo llegaria hasta los 100 azotes sin ninguna piedad. Estaba resignada y ni siquiera gimio cuando la desnudaban para la flagelación y la amarraban a las anillas brazos y piernas bien abiertos. Era fuerte de muslos y los primeros latigazos que allí cayeron los resistió con valentía. No pudo más cuando siguieron con su culo y ya daba desgarradores gritos cuando le flagelaban espaldas y sobretodo los pechos. Luego los verdugos se divirtieron flagelándola rítmicamente muslos y brazos. Llegado ese momento la tuvieron que estirar fuertemente, tan fuertes eran las sacudidas de su cuerpo mientras la azotaban. Pero llego lo peor. El director de suplicio dio la atroz orden a los verdugos:"¡ Azotadla el coño para que confiese en que sala no quiere ir destinada!" Y le aplicaron la flagelación con dos varas y dos colas de gato a su sexo mientras le preguntaban"¡ Confiesa cerda! ¿ Que sala temes?". Por mucho que gritaba no cesaron ni las preguntas ni los espantosos azotes . Peor aún, fue más abierta y estirada aún , y con el cuerpo tensado siguió recibiendo azote de coño hasta que confesó. ¡ La Sala Candente!.

Allí fue llevada de inmediato.

Fin