La miss (2)
Continúa el relato caliente con la Reina del Turismo, esta vez es anal y oral.
LA MISS 2
Dejamos al final del primer polvo con Karina la flamante Reina del Turismo; fue sensacional y nos dejó momentáneamente agotados a los dos.
Serví más champagne y encendí cigarrillos.
Sergio, fue un polvo de película. Nunca había gozado de esa manera, tu verga es una maravilla, grande y muy activa. Me encantó mamártela y que me comieras la concha. Sos el amante ideal. Claro, sos mayor que yo y más experimentado.
UMMMM , no lo se chiquita, vos mamás verga como si hubieras nacido con una en la boca.
Hubo un solo hombre en mi vida, vos sos el segundo. El primero fue mi novio, como yo no me animaba a dejarme coger lo conformaba mamándosela. Durante dos años se la mamé todos los días. Hasta que no pude más y me desvirgó.
Veo que no has perdido el tiempo. Una sola verga pero la gozaste bien
No creas, nunca me cogió como vos, ni me comió la concha como vos lo hiciste. Me asusté porque jamás había tenido esos orgasmos interminables. Empiezo a gozar y sigo sin interrupción, parece que me fugo del mundo. Con mi novio tengo que ayudarme con los dedos, con vos no hizo falta, me llenaste tanto la concha.
Vos Karina me hiciste gozar mucho también, tenés la concha bien apretadita, me hacés sentir muy bien cuando te la meto. Y eso que recién empezamos. Nos falta mucho todavía.
Sí quiero que sigas gozando de mi concha, es toda para vos.
¿ Te gustaría que te la pusiera en el culito?
Me da miedo Sergio, no me lo han hecho nunca, y la tenés muy grande.
Confiá en mí, antes tuviste temor de que te la pusiera en la concha, y viste cómo te gustó.
Prometeme que me vas a cuidar, y que si me duele mucho me la sacás.
Algo te dolerá la primera vez, pero en cuanto te adaptes vas a gozar tanto como por la concha.
En mi adolescencia le di por el culo a una chica, y fue una carnicería. Luego aprendí que no debo separarme del gel que me permite hacer muchas cosas lindas, va conmigo a todas partes, por las dudas.
Nos duchamos juntos y volvimos a la cama, volví a comerle la concha mejor que la primera vez porque ya conocía sus puntos sensibles. En medio de su largo orgasmo fui a lamerle el ano. Una aureola marrón claro que se oscurecía hacia su interior. Mi lengua sintió el sabor a limpio y la textura rugosa. Karina acomodaba su culo para recibir mi caricia lingual. La penetraba suavemente con la punta de mi lengua mientras acariciaba sus nalgas espléndidas. El ano respondía aflojándose, ella estaba tranquila y gozando aún su orgasmo.
Con un poco de gel le introduje mi dedo índice que se deslizó con facilidad. Cuando agregué el mayor se quejó, pero fue sólo un instante. Pronto empezó a ronronear con satisfacción y mis dos dedos girando dentro de su recto que se dilataba asombrosamente. Fui agregando gel en el interior de ese culo maravilloso mientras besaba todo lo que estaba a mi alcance y murmuraba palabras cariñosas y alentadoras.
Karina estaba entregada y muy caliente.
La coloqué boca arriba, con una almohada bajo sus caderas, y levanté sus piernas abriéndolas. Los dos orificios se ofrecían a mi vista y a mi verga, pero mi elección ya estaba hecha.
Apoyé la cabeza de mi poronga en el estrecho ano e hice una ligera presión para afirmarme allí. Karina se quejó un tanto, pero me alentó a seguir. Parecía que no iba a lograr entrar; más presión y un grito.
Me duele querido.
Aguantá que lo que cuesta vale.
No aflojé mi presión, todavía no le había metido nada. Con esfuerzo mi glande traspasó el esfínter, y el grito fue más estridente. Pero ni cien elefantes tirando me sacarían de mi tarea que ya estaba iniciada con éxito.
El resto de la penetración anal fue más aliviada para los dos, aunque Karina ya lloraba de dolor. Hacia delante y hacia atrás, metía y sacaba, pero cada vez que la metía entraba algo más. Pronto choqué con sus divinas nalgas, y se las separé un tanto con las manos para llegar a que mis huevos rozaran su zona perineal.
Karina se iba calmando, ya no lloraba, ahora eran apenas sollozos. Estaba totalmente empalada. Yo besaba su boca y sus tetas, y con cierta dificultad acrobática tomaba su clítoris entre dos dedos. Esto causó su excitación y olvidó el dolor mientras su culo se acostumbraba a la barra de carne que lo había invadido. Le estaba induciendo un orgasmo con mis dedos, cuando empezó a moverse ya no se quejaba para nada. Allí se la saqué casi entera del culo para volver enseguida a metérsela hasta el fondo.
Sentía con mi poronga la estrechez de su conducto rugoso y caliente por el que mi verga ya se deslizaba con facilidad.
Ayyyy Sergio, me estás abriendo al medio. Me dolió mucho, pero ya casi no me duele. Es hermoso sentir tu verga en mi culo, me hacés gozar otra vez, y nada que ver con la concha, siento todo en el culo y es muyyyyyy lindo. Dale Mi Vida culeame fuerte, reventame el culo y haceme acabar.
¿Te gusta mi Nena? ¿Sentís como tu macho te está desvirgando el orto?
Me encanta MI MACHO, estoy por acabar, llename el culo de leche caliente.
Me era imposible mantener la objetividad mientras Karina, rápida para aprender, contraía y aflojaba su recto brindándome un placer infinito. Esta jovencita era una máquina de placer.
Mis embestidas iban en aumento, hasta que ante sus gritos, esta vez producto de su tremendo orgasmo, me hicieron soltar la leche que entró toda en sus intestinos.
¡¡ Sergio, qué enema más hermosa me diste!! Qué estúpida lo que me estaba perdiendo, se puede gozar por el culo tanto como por la concha.
Y tu culito es de lo mejor, nunca cogí un culo tan hermoso, me apretaba la poronga mejor que una mano. Y lo tenés muy caliente.
Mi verga se fue ablandando hasta escapar de su cárcel dorada. Estábamos cansados. Dormimos un rato, me despertaron las manos de Karina jugando con mi instrumento que hasta en sueños se ponía duro. Volvimos ducharnos juntos. Jabonó mi verga erecta de nuevo, y yo me dediqué a jabonar sus tetas y su culo.
Bien despiertos regresamos a la cama y al champagne.
Sergio, la mamada que te hice al principio no estuvo completa.
Estuvo deliciosa mi Nena.
NOOOO, no me acabaste en la boca. Me has dado tanto placer que quiero regalarte una mamada completa, tragarme toda tu lechita tibia.
Habló y actuó, se puso en posición y se tragó toda mi verga de una sentada, la sacaba casi entera y la volvía a comer, muy golosa la nena, me apretaba el glande con sus labios en O mientras lo acariciaba con la lengua. Se metió en la boca mis huevos uno a uno. Me pajeaba a gusto con su boca. Yo ya no sabía qué me excitaba más, si la sabiduría de su boca o ver su cara de hembra caliente, gozaba con su mamada mientras me miraba fijo a los ojos.
No tardé mucho en llenarle la boca de leche, y no desperdició ni una gota. Lo que me quedó en la poronga lo limpió delicadamente con la lengua.
Seguimos cogiendo hasta la tarde siguiente, tuvo que irse para que sus padres no sospecharan.
Diez días después me visitó en la capital de la provincia, en el departamento que alquilaba mientras construían mi casa, se quedó dos días enteros en los que no nos asomamos a la calle.
Esto sucedió hace alrededor de diez años, hoy Karina es toda una señora. Casada con un ingeniero industrial, el que era su novio cuando la conocí; el marido viaja mucho por su trabajo, ella colabora con sus padres en la atención de la empresa familiar. Es mi paciente, no ha tenido hijos ni los quiere por el momento. Sabe que cuando se decida le haré un tratamiento de fertilización asistida, porque tiene dificultades para quedar embarazada.
Cada vez que su marido viaja al exterior me visita en mi casa y cogemos tan bien como la primera vez. A su esposo no lo ha dejado que la coja por el culo, dice que ese agujero es sólo mío.
En otra ocasión les contaré cómo siguió la fiesta del turismo, con la modelo y la diseñadora de ropa femenina.
Sergio