La merienda con Carla
Quedo con mi amiga Carla para merendar y animarla un poco.
Buenas a todos llevo un tiempo queriendo empezar a escribir y el otro dia me paso una experiencia que me exito mucho porque llevo mucho tiempo haciéndomelo todo yo sola y me he animado a compartirla.
Empiezo describiendome. Me llamo Silvia, soy una chica de Málaga y tengo 27 años. Mido 158 y tengo un cuerpo normalito, no tengo el vientre plano pero tampoco llegó a estar rellenita. Tengo los ojos azules, llevo gafas y el pelo castaño claro, casi rubio. De culete no destaco mucho pero el pecho si lo tengo grandecito. Y para rematar llevo un piercing en el ombligo, un colgante con un cristal violeta.
El otro dia, lunes 3, quedé con mi amiga Carla para merendar fuimos a una cafetería que a ella le gusta mucho y durante la merienda me estuvo contando sus penas recientes.
Carla es una chica algo más alta que yo, medirá 160 o así. tiene el pelo moreno, los ojos castaños y usa gafas, tiene un cuerpo normalito, como el mio pero tiene mejor culo que yo.
Carla me estuvo contando que estaba teniendo problemas de convivencia en su nuevo piso y que no aguantaba más. Tras desahogarse pagué la cuenta y volvimos a su coche para volver a nuestras casas. Por el camino se me ocurrió intentar animarla del modo que mejor sé, que es dándole un buen orgasmo. Le comente que llevaba un tiempo a dos velas, que me estaba volviendo una maestra del satisfayer para que se fuese calentando un poco y funciono.
Cuando llegamos cerca de mi casa le pedí que saliera hacia el campo, vivo cerca del límite urbanizado de mi pueblo. En ese momento creo que se dio cuenta de cuál era mi idea, o al menos en parte, me lanzó una sonrisa tímida y me dijo “vale”.
Paro el coche y me heché un poco sobre ella y empecé a acariciarla por los brazos, ella se giró hacia mí y se dejó hacer. La rodeé con un brazo y la besé en la mejilla.
- No puedo dejarte que te vuelvas a casa tan disgustada Carla ¿Me dejas que te anime un poco?
Carla, que es un poquito cortada, no me respondi pero asintió con la cabeza, pase una de mis manos por debajo de su camiseta y fui subiendo lentamente por su cuerpo acariciándola suavemente mientras le daba besos en la mejilla cada vez más cerca de sus labios para acabar besándola en los labios a la vez que mi mano llegaba a su pecho.
Mientras nuestros labios se unían mi mano bajaba su sujetador y acariciaba su teta. Estuvimos unos minutos así, jugando con nuestras lenguas mientras acariciaba su pecho por debajo de la camiseta. Me aleje un poco de ella y me baje del coche, di la vuelta para ir por su lado mientras ella abría su puerta y se quitaba los zapatos, se puso cómoda y al llegar le baje los pantalones.
Tenía ya las braguitas un poco húmedas, se le notaba, le bese las piernas mientras le bajaba las bragas lentamente. Ya sin nada de cintura para abajo se puso cómoda abierta de piernas, yo de cuclillas en el suelo, la agarre por la cintura y tiré de ella hacia mi.
Acerque mi boca a su coñito y saque mi lengua para recorrerlo de arriba a abajo, de abajo a arriba, suavemente, despacio, pero haciendo presión. Carla agarró mi cabeza por los pelos y me apretó un poco contra ella. Para sobre su clítoris y empecé a lamerlo con más fuerza, cuando ya no podía aguantar los gemidos empecé a chuparselo y succionarselo. Empezó a tirarme del pelo entre gemidos de placer. Le meti dos dedos de golpe en su ya encharcado coñito y empecé a jugar con ellos dentro mientras mi lengua volvia a lamer su clítoris. Tras eso le di un buen lametón, metiendo mi lengua en su interior saboreandola y llenado mi boca de ella, me incorpore y la bese con pasión mientras volvía a meterle los dedos. Ahora metia y sacaba mis dedos de ella cada vez más rápido, mientras con mi pulgar frotaba su clítoris. Aumentaba la velocidad mientras ella se derretia de placer entre gritos hasta que soltó un chorrito, aumente el ritmo y salieron un par de chorritos más mientras ella gritaba y se retorcía de placer. Le di mi mano llena de su squirt para que al chupase y después la chupe yo, nos volvimos a besar ahora con más ternura y cogí sus bragas para limpiarle el coñito lo mejor que pude:
- Ahora no me las voy a poder poner para volver a casa.
- No te preocupes Carla te doy las mías y me las quedo de recuerdo.
Tras intercambiarnos las braguitas, aunque las mías también estaban húmedas, volvimos a subir al coche y me llevó a mi casa, nos despedimos con un tierno beso y ella me dio las gracias por el favor que le había hecho.
Al llegar a mi habitación no puede aguantar más y con las bragas de Carla aún puestas agarre el magic wand y me lo pase por fuera y por dentro de sus braguitas hasta que que me quede satisfecha. Sus braguitas me las he quedado y aun no las he limpiado, de hecho me las he vuelto a poner para escribir este relato de la merienda que me dio Carla.
Este ha sido mi primer relato, si les ha gustado o tienen alguna sugerencia la agradecería, a ver si me animo a hacer más. La historia es 95% cierta, admito que he decorado un poco algunas cosas para intentar hacerlo más entretenido.