La mejor noche de mi vida
Este martes por la tarde cuando regresaba a casa del trabajo me encontré en la puerta a mi vecino Juan, en estos casos los saludos van acompañados de preguntas de rigor y no fue diferente
LA MEJOR NOCHE DE MI VIDA.
Este martes por la tarde cuando regresaba a casa del trabajo me encontré en la puerta a mi vecino Juan, en estos casos los saludos van acompañados de preguntas de rigor y no fue diferente:
- Hola Ana, ¿cómo estás?
- Bien, llegando a casa donde me espera la ducha, jajaja
- Hace días que no veo a Pablo, dijo refiriéndose a mi marido
- Está de viaje y no llega hasta el domingo
- Qué pena, debe ser duro tantos días separados.
- Si, lo es, jejeje, dije sin pensar en segundas intenciones.
- El viernes monto una fiesta con amigos, ¿por qué no vienes?, así no estarás sola.
Para que lo comprendáis tendría que explicaros varias cosas, vivimos en una casa apareada con jardín, Juan es un chico de unos 25 que vive en la casa contigua y además está muy bien físicamente, su ritmo de vida es alto, creo que trabaja de economista en una gran empresa, es soltero y sus fiestas son bastante sonadas, desde la ventana de la habitación vemos su jardín y la piscina y lo hemos podido ver, tampoco se me ha escapado que cuando tomo el sol o me baño en mi piscina en topless algunas veces se mueven sospechosamente los setos que separan nuestros jardines.
Continuemos con la conversación:
- No creo que pueda, dije a modo de excusa, tengo a mis hijos y no quiero dejarlos solos.
- Pero si ya son unos adolescentes y no estarás tan lejos, me respondió
Tenía razón, tienen 12 y 14 años por lo tanto no es un problema que los deje y me vaya a la casa de al lado pero como no sabía como deshacerme de él le dije que me lo pensaría.
Realmente no pensé nada, ni tan solo me acordé hasta la noche cuando me llamó Pablo y repasando lo que habíamos hecho recordé la conversación y se lo conté, me dijo que fuera así no me aburriría como estaba haciendo cada noche, tenía razón pero no se qué podía hacer una mujer de más de 40 años entre chicos y chicas de 25.
La casualidad hizo que dos días después, el jueves, volviéramos a coincidir y lógicamente insistió, le di las excusas típicas pero no se daba por vencido así que sin saber exactamente como acabé comprometiéndome a asistir.
Cuando ya tenía a los hijos en la cama y después de haber hablado con mi marido y decirle que la final iría a la fiesta me senté en el sofá y recordé lo que había visto desde mi ventana no hace mucho tiempo, una noche me desperté a las 4 de la madrugada por los ruidos que provenían de su jardín, mi marido dormía ajeno a todo, a él no hay ruido que lo despierte, todavía recuerdo el camisón que llevaba, me acerqué a la ventana y la poca luz que había me permitió ver que estaba con dos chicas en la piscina, los tres desnudos y jugando en el agua, cuando salió su polla apuntaba las estrellas y no era precisamente pequeña, esta imagen combinada con que hacía varios días que no fallaba me hicieron poner caliente, instintivamente puse mis dedos bajo el camisón y sin dejar de mirarlo empecé a acariciarme, se tendieron en la hierba y una de las chicas se puso a hacerle una mamada mientras la otra miraba, seguía acariciándome, mi coño se mojó mucho, me estaba daba mucho placer, de repente la otra chica también se agacha y a dos bocas se la comían con pasión, estaba a punto de correrme cuando Juan se levantó y agarrándolas de la mano entró en su casa, un poco fastidiada por haberme quedado sin imágenes me fui al lavabo para acabar de masturbarme y ser más libre a la hora de gemir, me corrí recordando su polla y como las dos chicas se la chupaban.
Mientras recordaba todo esto mí coño se fue mojando, me levanté el vestido y puse los dedos dentro de la braguita, efectivamente estaba calado, aprovechando mi soledad me levanté y me fui a la cama, me saqué el vestido y el sujetador y volví a poner los dedos entre la braguita y el coño para acariciar suavemente el clítoris y me masturbé pensando de nuevo en aquellas imágenes de la polla dura de Juan comida por dos bocas, me retorcía de placer con la libertad que da la cama solitaria hasta que me corrí y me quedé dormida sin más ropa que la braguita mojada por los flujos frutos de mis pensamientos y la corrida.
A la mañana siguiente sonó el despertador, había tenido sueños húmedos, estar tanto tiempo sin mi marido me estaba pasando factura, me saqué las braguitas y me metí en la ducha procurando lavar bien el coño para que no se notaran los olores y cuando me vestí busque unas braguitas con la parte que cubre el coño amplio por si seguía mojándome durante el día lo absorbería y a media mañana supe que la decisión había sido acertada.
Por suerte los viernes solo trabajo de mañanas por lo tanto a la hora de comer ya estaba en casa, me cambié las braguitas por otras secas, lo necesitaba ya que estaban muy húmedas, jamás me había pasado nada así, me puse unos shorts deportivos anchos de estos que cubren solo el culo y dejan las piernas desnudas y una camiseta sin sujetador (me gusta estar cómoda en casa), inesperadamente después de comer llamaron al timbre, era Juan que venía a darme detalles de la fiesta, a pesar de que no llevaba la ropa que me hubiese gustado que viera no tuve más remedio que hacerle pasar al salón e invitarlo a un café, no se me escapó sus miradas a mis tetas al ver que no llevaba sujetador, mis pezones reaccionaron y se marcaron perfectamente en la fina tela de la camiseta, además dirigía miradas a mis piernas, mi autoestima se sintió regalada por aquel chico de 25 años.
Me dijo que la fiesta era a las 10, tendría tiempo para dar de cenar a los hijos y cambiarme pensé, le pregunté qué tipo de ropa solía llevar la gente y me dijo que vestidos de fiesta, tengo uno negro y para asegurarme que era lo conveniente lo fui a buscar, al levantarme noté que sus ojos se clavaron en mi culo, podía haberme cambiado de ropa pero no lo hice, me gustaba como me miraba, se lo enseñé y me dijo:
- Seguro que estas preciosa, es ideal
- Esta noche lo veras, dije con una sonrisa.
Cuando volví a sentarme me di cuenta que los shorts al ser anchos entre las piernas si no las mantenía completamente cerradas dejaban ver entre ellas mi braguita y precisamente la parte que cubría el coño, lo noté porque se le escapaban miradas a esta parte, no hice nada para evitar que pudiera verlo, supongo que el que estuviera caliente fue lo que me permitió ser tan atrevida, solo esperaba que la parte de la braguita que podía ver no se notara la mancha de humedad.
Cuando se levantó para irse vi que tenía un gran bulto en los pantalones, si ya estaba caliente esto solo lo agravaba así que cuando cerré la puerta me estiré en el sofá y puse mis manos dentro de los shorts y la braguita para masturbarme, sentí un impulso a hacerlo y no tenía ningún motivo para reprimirlo.
Al acabar totalmente satisfecha pensé que lo de masturbarme lo hacía como mucho dos o tres veces al año y en circunstancias de calentura extrema, la anterior a estos dos días había sido la vez que lo vi por la ventana y para buscar la anterior habría que remontarse medio año atrás, estaba sola en casa un viernes por la tarde, busqué algo para entretenerme y encontré las fotos de mi juventud, repasándolas di con unas hechas por un antiguo novio de una salida al campo con amigos, me puse a recordar aquel día, encontramos un riachuelo y nos bañamos en pelotas, era la primera vez que hacíamos algo así y nos calentó tanto que acabamos follando cada uno con su pareja en distintos rincones del bosque tras los matorrales, lo que no impidió que nos oíamos los gemidos, e incluso nos medio viéramos. Aquello había sido la más fuerte de mis locuras sexuales y al recordarlo me calenté, aprovechando que faltaba una hora para que llegaran los niños en el mismo sofá me masturbé.
Retornemos al relato, intenté pasar la tarde ocupada y sacarme de la cabeza pensamientos e imágenes de Juan, cuando llegaron mis hijos les hice la cena y los metí en la cama, les dije que iría con el vecino y no lo vieron extraño, hablé con Pablo y me deseó que me lo pasara bien, ya solo quedaba prepararme, me duché, maquillé ligeramente y preparé la ropa interior, el vestido no tenía espalda por lo que no admitía sujetador, mejor pensé, busqué qué braguitas ponerme, vestida de aquella manera solo podía ponerme un tanguita negro.
Me lo puse y también el vestido, escogí unos zapatos que me quedaran bien y me miré al espejo, estaba perfecta, no pude evitar recordar las miradas de Juan aquella misma tarde y como se puso al verme los pezones erectos y las braguitas bajo el short.
Me fui a casa de Juan, me abrió él mismo la puerta, me miró de arriba abajo con una sonrisa y me dijo que estaba maravillosa, justo lo que creía, pensé, nos dimos dos besos y me presentó a alguno de sus amigos, chicas y chicos jóvenes todos ellos, había puesto en la mesa canapés y la música era suave cómo la iluminación, y a continuación me dijo:
- No tengo que decirte donde están las habitaciones, tu casa es igual, en cada puerta hay un cartelito con dos caras, las que está puesto el rojo quiere decir que está ocupada, si es verde, está libre.
- Vaya, es bueno saberlo, dije con una sonrisa, pero no creo que lo necesite.
- Nunca se sabe a quién puedas conocer, me dijo también sonriendo.
- Soy una mujer casada, no bromees con esto.
- Perdona pero aquí hay varios hombres y mujeres casados, jajaja.
Pensando que se había burlado de mí continué hablando con gente de la fiesta hasta que sin saber como me pasé mucho rato con un chico que se llamaba Enrique, era quizás más joven que Juan pero estaba igual de bueno, tenía una conversación muy madura y acabamos hablando de política, sus ideas eran opuestas a las mías y me encanta discutir de este tema, salimos al jardín con una copa de cava en la mano y en un banco al lado de la piscina continuamos la charla hasta que sin venir a cuento me dice:
- Me estas volviendo loco, ¿buscamos una habitación libre?
Me quedé perpleja, un chico de poco más de 20 años quería acostarse con migo que le doblaba la edad y me lo decía sin rodeos, cuando conseguí reaccionar le dije que no, que era una mujer casada y no hacía estas cosas, no insistió pero perdió interés por mí.
Cuando necesité ir al lavabo subí al piso de arriba ya que el de abajo estaba ocupado, pasé por delante de las 5 habitaciones de la casa, y solo en una había el cartel en verde ¡!!!!!!, intenté abrir la puerta del lavabo pero también estaba ocupado así que me esperé y al poco salió una chica envuelta con una toalla que se dirigió a una habitación.
Cuando regresé a la fiesta no me costó nada entablar conversación con un grupito de dos chicas y dos chicos, acabamos los cinco en le jardín y de repente una de las chicas dice:
- ¿Nos damos un baño?
- Claro, respondió la otra, y mirándome a mi me dijo, ¿te apuntas?
- Ahora no me apetece, respondí
Y en un abrir y cerrar de ojos se sacaron el vestido por la cabeza quedando solo con un diminuto tanga y se echaron al agua, continué hablando con los dos chicos, al rato ya había más gente en la piscina, todos en ropa interior y las mujeres casi todas con las tetas al aire, de repente, uno de los dos chicos me dice:
- ¿Quieres que nos vayamos los tres a una habitación?
Pero, ¿Dónde me había metido?, en una hora un tío había querido acostarse con migo y dos más querían hacer un trío, nuevamente no supe cómo reaccionar así que les dije:
- ¿Y ellas?
- No creo que se junten, dijo uno riendo, son una pareja lesbiana.
- O quizás sí, respondió el otro, podría ser divertido.
Sin darme cuenta en lugar de esquivarlo estaba entrando en su juego, evidentemente les dije que no y me fui, momento en el que me tropecé con Juan que me preguntó cómo me lo estaba pasando, le dije:
- Teniendo en cuenta que en lo que llevo aquí ya me han propuesto dos veces subir a una habitación, y una de ellas era para hacer un trío, muy bien, dije en tono sarcástico.
- Me alegro que te hayas integrado, dijo riendo.
- Voy a ver qué otras proposiciones me hacen, le respondí también riendo.
No negaré que me había puesto bastante caliente, charle con varias personas y mientras comía unos pastelitos se me acercó una chica y sin rodeos me dijo al oído:
- Mi amigo y yo queremos hacer un trío contigo, ¿te apetece?
- Vaya, respondí, se me han ofrecido un chico para mí sola y he dicho que no, luego dos para mí sola y también lo he rechazado, ¿qué te hace pensar que acepte medio?
La chica se largó con bastante mala cara, mientras la escalera era un subir y bajar de gente, en el fondo me encantaba haber tenido tanto éxito y más teniendo en cuenta que estaba entre gente a los que les ganaba en más de 15 años, ¡no me lo estaba pasando nada mal!
Cuando fueron las tres la gente empezó a irse, no quedaban más de veinte personas, pensé que debía hacer lo mismo así que busqué a Juan para despedirme pero no lo encontré, alguien me dijo que había subido a la habitación y no pensaba interrumpirlo por lo que decidí esperar a que bajara, salí al jardín y era un desenfreno, la piscina estaba llena de chicos y chicas desnudos o casi, en la hierba una pareja follando descaradamente, pensé que necesitaba irme a casa ya, mi pobre tanga estaba absorbiendo los flujos que podía pero pronto sería incapaz de hacerlo, pensaba en cómo me masturbaría por segunda vez en un día cuando una mano me tocó el hombro, era Juan, me giré con una sonrisa y le dije que me iba, insistió que todavía era temprano y que quedaban muchas horas para divertirnos, la verdad es que no podía decirle que necesitaba irme a masturbar en casa, añadió:
- Quizás si te quedas serán tres tíos los que te propongan subir a la habitación, jajaja.
- Si son tres para mí sola quizás me lo piense, dije riendo.
- De momento uno ya lo tienes dispuesto, solo te faltan dos, quizás sirvan los que antes te lo han pedido.
- No creo, dije, ya los he visto subir con una chica, jajaja, tendrás que esperar a que encuentre dos más, jajaja
Ni yo mismo podía creerme que bromeara de este tema,
- Si quieres te ayudo a buscarlos, me respondió.
- Te lo agradezco mucho, jajaja, pero si me interesa ya me apañaré sola, jajaja
- No te olvides contar con migo para el tercero.
- Seguro que si me convencen tu serás el tercero, jajaja, pero creo que por hoy ya estas servido, acabas de bajar de una habitación.
- Si se trata de ti, no lo estoy.
¡Vaya piropo me acababa de lanzar!, me encantaba que fuera deseada por mi vecino, un chico atractivo que tenía allí montones de mujeres de 20 años y quería follarme a mí, esto no era nada bueno para mí tanga, noté como algo de flujo empezaba a resbalar por la pierna, continúe con la charla:
- Así que en tu casa, llena de chicas jóvenes y guapas, serías capaz de irte con migo que seguro tengo 15 años más
- Ni lo dudaría, dijo muy serio, y te aseguro que en esta sala hay un montón que piensan como yo.
- Anda ya, dije, como pueden preferirme a mí que a algunas de las bellezas
- Espérate, dijo.
Y se fue dejando allí en medio del jardín con gente bañándose en pelotas, jugando y tocándose descaradamente en el agua y un par de parejas follando, una de ellas gimiendo a menos de un metro, además, sabía que iba a preguntar a cuantos chicos les apetecía follarme, ¡¡¡¡¡¡¡no creo que pudiera haber una situación que me calentara más!!!!!
Lo veía hablando a los chicos, la mayoría estaban solos pero algunos con una chica, llevaba una libretita y en cada uno apuntaba algo, lo esperaba impaciente como una cría para saber el resultado, que no era otra cosa que cuantos chicos jóvenes que estaban más buenos que el pan querían follarme, buffff.
Cuando acabó con el último vino hacia mí y me dijo:
- 8 chicos y tres chicas.
- ¿qué les has preguntado exactamente?
- Si estaban dispuestos a follarte ahora.
- Vaya, no te has andado con subterfugios.
- ¿Para qué?, ¿no se trataba de esto?
- Si claro, déjame ver la lista
Me entregó la libreta, el primer nombre era él y le seguían 10 más.
- Vaya, dije, si lo hiciera con todos necesitaría una semana para recuperarme.
- Es posible, dijo, pero sería la mejor noche de tu vida.
Me quedé unos momentos callada pensando la respuesta y le dije:
- Creo que tienes razón.
- Entonces…., subimos?
- Qué????, nooooo, no te he dicho que quiera hacerlo
- Pensaba que si, lo siento.
- Además, como podríamos organizarlo para estar con tanta gente, no cabemos en la habitación
- Bueno, de uno en uno, de dos en dos ….., claro que por lo menos yo preferiría a solas contigo.
- Si tuviera que escoger uno también te preferiría a ti, le dije con una sonrisa en los labios.
Y fue el momento que supo que me tenía a su merced, se acercó a mí y cogiéndome por la cintura me pegó a su cuerpo, no lo rechacé, eran demasiadas sensaciones en dos días y fui incapaz de hacerlo, sus labios se acercaron a los míos y no hice nada para evitarlo, en ningún momento pensé en Pablo, solo sabía que un tío de 25 años que había ocupado mis pensamientos las últimas 36 horas me quería a follar y lo necesitaba, me cogió por la mano y subimos las escaleras, su habitación estaba libre, entramos, giró el papel, la cama estaba completamente deshecha, seguro que un montón de gente había follado allí poco antes poro ¿qué más me daba?, yo también quería hacerlo.
De pié volvimos a juntarnos, sin dejar de besarme puso la mano en la espalda desnuda y poco a poco fue bajando hacia mi culo que manoseó tanto como quiso, yo hacía lo mismo con el suyo, fuerte y firme!!!!!!.
Se separó para sacarme el vestido, deseaba que me viera desnuda, que me tocara las tetas, que me hiciera gozar sin importarme ponerle los cuernos a mi marido que estaba a cientos de quilómetros, desabrochó las tiras y se cayó al suelo quedando entre mis pies, cuando me tuvo solo con el tanguita negro se me quedó mirando, especialmente las tetas, yo sonreía y estaba muy caliente, me acerqué y le saqué la camisa para ver su cuerpo joven, sin darle tiempo le desabroché los pantalones que cayeron al suelo, los calzoncillos ocultaban una maravillosa polla que ya había visto de lejos en la oscuridad de mi habitación mientras me masturbaba en la ventana unos meses atrás, me arrodillé y de un golpe tiré de la única prenda que llevaba y su polla dura quedó apuntando mi cara, era realmente preciosa, la agarré con la mano, a dudas penas la podía abarcar, me la puse en la boca, quería que disfrutara de mis labios, casi no cabía entre ellos pero la calentura lo puede todo, cuando ya había disfrutado unos minutos de mi mejor habilidad me hizo levantar y me llevó a la cama, allí muy despacio me bajó el tanga descubriendo un coño que solo deseaba placer, me separó las piernas para poder tener mejor vista del agujero del placer, pasó una mano abierta por mi mejilla, fue descendiendo hasta las tetas y continuó bajando hacia el coño donde abriéndose paso entre los labios puso un dedo encima del clítoris, inmediatamente gemí, estaba tan caliente que pocos roces eran suficientes para hacerme correr y el chico supo llevarme al cielo con un solo dedo, ya tenía mi primer orgasmo pero ninguno de los dos creímos que fuera suficiente, se puso entre mis piernas y bajó la cara, sacó la lengua y rozó mi clítoris suavemente, en dos o tres lamidas empecé a arquearme, de nuevo mi orgasmo estaba a punto de llegar, continuó aplicándose al máximo, sus manos me tocaban las tetas y me corrí, lo hice con gran fuerza, me movía de un lado a otro pero su boca me seguía y continuaba dándome placer infinito, seguí corriéndome una y otra vez, casi no habían pausas entre orgasmos, jamás había sentido nada igual con una lengua, era como si supiera en cada momento que hacerme para que disfrutara el máximo, estuve a punto de perder la conciencia, tuve que separarle para evitar desmayarme y poder continuar gozando, quería su polla en mi coño y le dije gritando:
- ¡Fóllame ya!, ¡me estas matando de placer!
Cogió un preservativo, miraba aquella polla que iba a taladrarme y no pude evitar acordarme de Pablo que debía estar durmiendo pensando que su fiel esposa también lo hacía, no tenía ni idea que una polla dos veces superior a la suya y con 20 años menos se estaba preparando para follarme. Sin moverme apuntó la polla a mi agujero, tenía las piernas totalmente abiertas y las rodillas arqueadas, noté como tocaba el agujero y entraba centímetro a centímetro, consciente de sus grandes dimensiones lo hizo despacio, pensé que nunca llegaría a caber pero por suerte me equivoqué, cuando sus huevos tocaron mi culo me sentí totalmente llena, como si algo inmenso llegara lo más dentro de mí que nunca había llegado nada, empezó a bombear y yo a gozarlo, me sobrevino el primer orgasmo tan rápido que resultó inesperado, tras varios más cambió de posición, hizo que me pusiera con las rodillas y los brazos apoyados en la cama, quería penetrarme al estilo perro, me gusta ya que me permite notar más la polla, claro que con aquella no era necesario, me la clavó ya no tan delicadamente, mi coño estaba dilatado, mientras la entraba y la sacaba pasó las dos manos por los costados, una para mis tetas y la otra para el clítoris, podéis imaginaros como estaba, gozando como una perra en celo ausente a todo lo que pasaba a mi alrededor, gemía y gritaba mis constantes corridas hasta que abrí los ojos y vi que delante de mí había una chica y la puerta estaba entreabierta, me daba igual que vieran lo zorra que soy, cerré los ojos y continué gozando, en estas circunstancias, ya casi olvidadas hasta aquel día por cierto, soy muy morbosa .
Cuando volví a abrir los ojos ya había bastante gente en la habitación mirándonos y justo delante de mi cara quedaba un chico que ni tan solo le vi la cara pero sí el bulto en los pantalones, instintivamente me adelanté un poco para acerqué a él, no sabía quién era pero me daba igual, viendo mis intenciones se arrodilló en la cama, intenté con mis manos desabrocharle los pantalones, todo sin dejar de recibir la maravillosa polla de Juan, una mano de mujer me ayudó, le bajó los pantalones y los calzoncillos y me apuntó la polla ya dura para que me la metiera en la boca, la abrí, la chica seguía agarrándola y haciendo que la pudiera seguir con los labios ya que me movía mucho por las embestidas que me daba Juan, pero su mano también le subía y bajaba la piel y le acariciaba los huevos, jamás había sentido lo que era una penetración doble boca-coño ni correrme con la boca llena de una polla, y en uno de estos orgasmos entre mi mamada y las caricias de la chica el tío disparó gritando la leche en mi boca, sentía un orgasmo en el coño y como borbotones de leche me llegaban a la garganta simultáneamente que me tragaba sin dejar escapar ni una gota. El chico se apartó pero inmediatamente la chica me trajo otro hombre, este ya desnudo y con la polla apuntándome le dimos exactamente le mismo trato.
Cuando ya me había tragado la leche de los dos tíos, Juan sacó la polla del coño, la verdad es que no tenía ni idea de cuánto tiempo llevábamos así ni cuantos orgasmos había sentido, pensaba que se había cansado pero sus intenciones eran otras, noté que una lengua lamía mi agujero del culo y un entraba un dedo, lo estaba lubricando, temí que sus dimensiones fueran excesivas y además hacía mucho que no practicaba por este agujero pero todo me daba igual, con mucho cuidado empezó a penetrarme el culo, al principio me dolió pero sabía que me esperaba mucho placer, cuando se me calmó el dolor me dediqué a disfrutarlo con los ojos cerrados, una mano acariciaba mi clítoris, cuando en un momento de lucidez abrí los ojos vi que no era la suya y solo me dio más morbo, inmediatamente varias manos se unieron y me tocaban todo el cuerpo, mis tetas eran especialmente bien atendidas, la chica que antes me había proporcionado dos pollas para que me las tragara me trajo otro tío al que también le comí la polla pero noté que si bien con una mano seguía agarrándole la polla y acariciándosele con los huevos, pasó la otra por entre mi cuello y el brazo y la dirigió a una de mis teta, tuvo que luchar con varias para alcanzarla, seguía gimiendo y corriéndome y cuando esta tercera polla también me llenó de leche la garganta y se apartó, la chica hizo que me incorporara, sin sacar la polla de Juan de mi culo y apartando todas las manos me agarró con un brazo y puso la otra mano en el clítoris, tardamos poco en marreándonos, las otras manos alternaban entre mi cuerpo y el de la chica, sabía que podía darle también placer, nunca había tocado otro coño que no fuera el mío pero si a mí me gustaba, a ella también así que me dedique a tocárselo, estaba muy mojado y le gustaba ya que también se corría como yo.
Alguien la apuntó y me encontré delante un tío cuya polla se coló entre mis piernas, fue la misma chica quien la cogió y la introdujo en mi coño, que gozada la doble penetración, tenía mis agujeros de placer llenos, Juan y el chico se movían al mismo ritmo.
Realmente Juan aguantaba mucho, jamás me había topado con un tío capaz de resistir tanto, y menos en circunstancias como aquellas, la chica se quedó al lado acariciándonos a los tres, eran varias las manos que lo hacían, vi que un chico se le acercó por detrás con la polla apuntando el coño, se arqueó y abrió las piernas para que se la clavara, puse la mano en su coño y al tocarle el clítoris rozaba la polla de aquel hombre.
Pero todo tiene un final y noté como la polla de Juan se convulsionaba en el agujero del culo y gritaba su orgasmo, el chico que me follaba el coño también se convulsionaba y el que lo hacía a la chica se corrió en el coño de mi desconocida amiga, las dos mujeres y los tres hombres tuvimos un orgasmo simultanea.
Me desplomé agotada sobre la cama, Juan lo hizo a mi lado, poco a poco la gente se fueron todos menos la chica que también se quedó en la cama, Juan se sacó el condón, estaba lleno de leche, la chica se abalanzó sobre su polla y lamió lo que quedaba, estaba agotada pero no podía negarle nada a un hombre que me había dado tanto placer así que le ayudé y entre las dos aparte de dejarle la polla limpia conseguimos que se le volviera a empinar, puse a Juan extendido para colocar a la chica encima y cuando fui a por un condón me dijo que no, sin pensar en ello hice que se colocara entre sus piernas y que bajara el cuerpo para que disfrutara de la polla que tanto placer me había dado, pero además se merecían mis caricias y se las di por igual a ambos, sentía que se lo debía, ella gemía y se corría con fuerza, como lo había hecho yo un rato antes, me encantaba verlos disfrutar y así estuve hasta que Juan se corrió dentro del coño, iba relatando entre gemidos como sentía la leche entrar hasta el fondo, cuando se cayó a su lado se pensé que de aquella leche no había tragado así que me puse entre las piernas de la chica que rebosaba leche y acerqué la boca para lamerle el coño y tragarme aquella leche mezclada con sus flujos, aparte de dejarlo limpio de leche y flujos, le arranqué un último orgasmo lésbico.
Ya todos más tranquilos me di cuenta que la chica era la que me había pedido un trío, además resultó ser la novia de Juan, ósea, mi vecino la había mandado pedírmelo para follarme.
Me fui a la ducha, era muy tarde, empezaba a clarear, al salir Juan me dijo:
- Supe que follaríamos cuando vi como se marcaban tus pezones en la camiseta esta tarde.
- Me puse tan caliente que me masturbé pensando en ti, pero jamás imaginé que acabaría así.
- Ya te dije que esta podría ser la mejor noche de tu vida
- Y lo ha sido sin duda, le respondí a pesar de que no era necesario, mi rostros lo indicaba.
Cuando salí de la habitación ya no quedaba nada, me despedí de Juan y la chica y ya en el paso de la puerta ella me dijo:
- Espero que podamos repetir esto más veces.
- Y yo, dije, no te preocupes, encontraré el momento
Y nos dimos un morreo.