La mejor madre VII
Comienza la vida en común de Iker con sus mujeres con algunas sorpresas
Al día siguiente, Iker se despertó antes que su madre. La encontró boca abajo y abierta de piernas. Decidió aprovechar la situación. Con cuidado de no despertarla se colocó tumbado encima suya, entre sus piernas, con su polla erecta apuntando a la entrada de su coño. Con mucho cuidado de no despertarla, comenzó a rozarse y a acariciar todo su cuerpo. Cuando notó que su madre gemía en sueños y que su coño se humedecía, empezó a meterle la polla suavemente, notando como se abrían los pliegues de su coño. Isabel despertó al sentir la polla de su hijo incrustada en el fondo de su coño.
Isabel: ¡Oh sí, mi amor, así da gusto despertar con tu polla en mi coño!
Iker: ¿Quieres que te folle? – dijo empezando a moverse lentamente.
Isabel: ¡Oh sí, mi amor! ¡Quiero que me partas el coño en dos con tu polla! ¡Dame polla!
Iker comenzó a follar a su madre al mismo tiempo que seguía acariciándola. Isabel se dejaba hacer, pero quería más, necesitaba más. Iker empezó a follarla cada vez más fuerte, más duro, azotando su culo.
Isabel: ¡Oh sí, mi amor, dame más fuerte, azótame, me matas de placer, no pares, así, más, más! ¡Me corro, oh sí!
Iker: ¡Toma polla, puta! ¡Oh sí, que culazo tienes para azotar! ¡Vamos, puta, quiero oírte gritar de placer!
Iker se empleaba en follar a su madre salvajemente viendo cómo ella se corría y encadenaba orgasmos brutales. Luego de unos minutos intensos, Iker sacó la polla del coño de su madre, la dio la vuelta violentamente y situándose entre sus piernas, le volvió a incrustar la polla en su coño, haciéndola gritar de placer.
Isabel: ¡Oh sí, dame más, clávame tu polla, oh sí, no pares, dame, dame, así, más, más, me encanta! ¡Me corro!
Iker: ¡No voy a parar hasta llenarte el coño de leche, puta! ¡Toma polla, putón! – dijo mientras comenzaba a comerle las tetas.
Isabel: ¡Sí, mi amor, quiero toda tu leche en mi coño! ¡No pares hasta dármela, mi amor! ¡Oh sí, cómeme las tetas, mi amor!
Iker: ¡Oh sí, me voy a correr en tu coño de puta, te lo voy a llenar de leche, te voy a preñar, puta!
Isabel: ¡Oh sí, mi amor, preña a tu puta! ¡Dame toda tu leche y préñame, mi amor! ¡Lo estoy deseando, oh sí! ¡Me corro! – dijo haciéndole la pinza con sus piernas para que no pudiera salir de su coño y agarrándole el culo para que se la metiera a fondo.
Iker: ¡Toma, puta, toda mi leche en tu útero! ¡Oh sí, me corro en ti mamá, te voy a preñar! ¡Toma leche! ¡Me corro!
Iker se corría como un animal en celo en el coño de su madre mientras la besaba apasionadamente e Isabel se corría junto con su hijo. Cuando ambos terminaron de correrse, se acostaron abrazados.
Isabel: ¡Me ha encantado tu despertar, mi amor! – dijo mientras lo abrazaba sonriente.
Iker: Y a mí – dijo riendo – Te ha puesto más cachonda cuando he dicho que iba a preñarte, ¿eh? – dijo pícaro.
Isabel: Sí, la verdad – confesó sonriendo – Me gusta ser la madre de tus hijos y que me lo digas me pone muy feliz y cachonda, aunque solo sea para calentarme más.
Iker: ¿Quién dice que no voy en serio? – dijo serio – ¡No pienso parar hasta preñarte y no una sino varias veces, mamá! – dijo mirándola serio.
Isabel: ¡No sabes lo feliz que me hace escuchar eso, mi amor! – dijo sonriendo enamorada – Estoy deseando que cumplas con tu amenaza – dijo besándolo.
Iker: ¡Lo haré! Y ahora vamos a hacer las cosas de la casa, que esta tarde viene Laura – dijo levantándose de la cama, no sin antes darle un bocado al pezón de su madre.
Durante todo el día estuvieron ocupados con los quehaceres de la casa y con los preparativos de lo que pasaría esa tarde. Isabel tenía preparada una sorpresa para Laura y su hijo. Iker, por su parte, tenía preparada una tarde totalmente sexual con sus putas, ajeno a la sorpresa de su madre. Laura, por su lado, estaba nerviosa y deseosa de lo que pasaría esa tarde, ajena a lo que preparaba Isabel. Cuando llegó la media tarde, Laura se dirigió nerviosa a la casa de Iker. Había cumplido con lo que le dijo Iker y llevaba el culo bien dilatado. Cuando llegó le abrió la puerta Isabel, completamente desnuda.
Isabel: Hola cariño – dijo dándola un pico – Pasa y quítate la ropa. En casa vamos desnudos por deseos de Iker – le confesó.
Laura: Hola cariño – dijo dándole otro pico – Así lo haré a partir de ahora.
Laura pasó al salón, dónde se encontraba Iker preparando la mesa con unos sándwiches, para picar y coger fuerzas.
Laura: ¡Hola, mi amor! – dijo entusiasmada al verlo lanzándose a sus brazos y besándolo efusivamente.
Iker: Hola, princesa – dijo galán - ¿Cómo estás?
Laura: Nerviosa, ansiosa y desesperada por lo que mi semental quiere hacerme – dijo traviesa mientras se restregaba cachonda con Iker.
Isabel: Pues tranquila, cariño, primero toma fuerzas que las vas a necesitar – dijo pícara.
Laura le miró cómplice a Isabel para luego volver a besar con ansias a Iker. Iker le agarró con una mano el culo a Laura y con la otra el culo a su madre y las llevó al sofá.
Iker: Hoy me pienso follar a mis putas bien folladas, por todos sus agujeros – dijo mirándolas con deseo.
Isabel: Tus putas están deseosas de que cumplas tu amenaza – dijo agarrando sus huevos.
Laura: Muy deseosas – dijo recalcando el muy.
Comieron entre risas, charlas y miraditas con algún que otro toqueteo de polla por parte de Laura, de tetas por parte de Iker y de huevos por parte de Isabel. Cuando terminaron de comer, Iker se levantó y ambas mujeres le siguieron como corderos hacía la habitación matrimonial. Cuando entraron allí, vieron lo que había preparado Iker. La habitación estaba rodeada de velas, todas encendidas, la cama estaba cubierta por pétalos de rosas rojas, delante de la cama había un columpio de cuerdas de cuero negro colgado del techo, y encima del mueble había todo tipo de juguetes sexuales, desde fustas hasta dildos o strap on. También había colocados espejos en cada pared y en el techo de la cama.
Isabel: ¿Y esto, mi amor?
Iker: ¡Quiero disfrutar de mis putas y que mis putas disfruten! – dijo sonriente.
Laura: Siempre disfrutamos contigo, mi amor – dijo mirándolo con deseo y adoración.
Iker, aprovechando que todos estaban desnudos, se acercó al mueble y cogió la fusta. Se colocó delante de ambas mujeres, que se quedaron quietas, expectantes y deseosas de lo que iba a pasar. Iker comenzó a pasar la fusta por cada parte del cuerpo de Laura y de su madre.
Iker: A partir de este momento, ambas cumpliréis con cada orden que os dé, sin rechistar – dijo autoritario mientras no dejaba de pasar la fusta por sus cuerpos.
Laura/Isabel: Sí, amo.
Iker: Así me gusta. ¿Quién quiere empezar de las dos? – dijo juguetón.
Laura/Isabel: Yo, amo.
Iker: Me alegra que queráis ambas. Puta – dijo a su madre – colócate encima de la cama. Y tú, putita – dijo a Laura – cuélgate del arnés.
Laura/Isabel: Sí, amo.
Isabel se colocó encima de la cama, con las piernas y los brazos abiertos, mientras que Iker ayudaba a Laura a colgarse del arnés. Luego, Iker fue al mueble y cogió un consolador y se dirigió a su madre mientras Laura observaba expectante.
Iker: Quiero que te pajees con esto mientras llega tu turno, puta – dijo entregándole el consolador – Y tienes prohibido correrte – dijo autoritario.
Isabel: Sí, amo – dijo cogiendo el consolador y comenzando a masturbarse.
Iker: Y tú, espero que estés lista para la mejor follada de tu vida, putita – dijo gateando por la cama en dirección a una deseosa Laura.
Laura: Lo estoy, amo. No te imaginas cuanto – dijo ansiosa.
Iker, cogió la fusta y al mismo tiempo que la tocaba todo su cuerpo con una mano, con la otra le azotaba el culo y las tetas con la fusta, sacándola gemidos. Isabel observaba excitada mientras se masturbaba suavemente. Iker, viendo que Laura gemía de placer con lo que él le hacía, fue de nuevo al mueble y cogió unas pinzas y se las colocó en los pezones.
Laura: ¡Amo, me va a matar de placer! – dijo al sentir cómo las pinzas le apretaban los pezones.
Iker: Tienes prohibido correrte, putita – dijo viendo que iba a llegar al orgasmo.
Laura aguantó como pudo y no se corrió, llevaba aguantando desde que la noche anterior comenzó a dilatarse el culo para que se lo follara Iker hoy. Iker se colocó detrás de Laura y comenzó a azotar a Laura con sus manos.
Laura: ¡Oh sí, amo, azota a tu puta, dame más duro!
Iker azotaba a Laura sin miramientos, le puso el culo rojo. Se fijó que, aunque no lo tenía ya muy dilatado, Laura aún tenía el culo abierto. Iker dejó de azotarla y le acarició el culo suavemente mientras le pasaba la lengua por el ojete.
Laura: ¡Oh sí, amo, me encanta que uses tu lengua en mí, oh sí, no pares!
Isabel miraba caliente cómo su hijo torturaba a la pobre Laura, que estaba más caliente que una perra. Laura ya no aguantaba más e Iker se dio cuenta, así que se apiadó de Laura.
Iker: Puedes correrte, putita – dijo susurrando en su oído mientras le metía dos dedos en su culo y otros dos en su coño.
Laura: ¡Oh sí, amo, me corro, me corro, me encanta, amo, no pares, dedéame, me encanta, sigue, así, sí!
Iker siguió comiéndole el culo, dilatándolo más aún. Iker luego de unos minutos dejó de comerle el culo y azotarla y bajó la cuerda que sujetaba el columpio del suelo un poco más.
Iker: Mamá, ponte el strap-on y colócate debajo de esta zorrita, que le voy a reventar el ojete – dijo sonriendo pícaro mientras la colocaba a Laura.
Isabel: ¡Oh sí, amo, estaba deseando que me lo pidieras! – dijo levantándose cómo un resorte.
Isabel se levantó de la cama y fue hacía el mueble y se puso lo que Iker le pidió. Nunca había usado nada parecido, pero ardía en deseos de hacerlo. Laura descansaba ansiosa, esperando lo que seguía. Iker estaba untándose la polla con lubricante y le untó un poco en la entrada de su ojete a Laura. Isabel se colocó acostada en el suelo mirando a la cara de Laura.
Iker: ¿Estás lista, putita mía? – dijo acariciando su cara.
Laura: ¡Listísima, mi amor! ¡No me hagas esperar más, mi amor! ¡Lo necesito!
Isabel: ¡Prepárate para la mejor experiencia de tu vida, cariño!
Laura no podía esperar más, estaba que se subía por las paredes de deseo. Iker se colocó detrás de Laura y restregó su polla por el culo de Laura mientras Isabel, incrustaba la polla de plástico en el coño de Laura. Iker le empezó a meter la polla por el culo a Laura poco a poco.
Laura: ¡Oh sí, rómpeme el culo amo, sí, me matáis de placer! – dijo sintiendo una mezcla de placer y dolor.
Iker poco a poco le metía la polla entera en el culo, despacio mientras Isabel le dejó incrustada la polla de goma en el fondo de su coño. Iker, cuando le metió la polla entera en su culo, dejó descansar a Laura para que se acostumbrara a su polla.
Laura: ¡Muévete, amo, empieza a taladrar mi culito!
Iker: ¡Eso quieres, eso tendrás, puta! – dijo dándole un azote en su teta - ¡Muévete mamá, vamos a reventar a esta puta!
Isabel: Sí, amo.
Isabel e Iker comenzaron a moverse al unísono al principio lento, pero poco a poco aumentando el ritmo de la follada hasta hacerla salvaje, dura, fuerte, con un ritmo vertiginoso y haciendo gritar a Laura, que se corría cada vez más intensamente.
Laura: ¡Oh sí, seguid así, no paréis, me matáis de placer, oh sí, más, más, darme más, oh sí, me corro! ¡No paréis nunca de follarme así, amo! ¡Soy vuestra, oh sí!
Iker la azotaba las tetas y le tiraba de las pinzas al mismo tiempo que se la follaba bestialmente por el culo. Isabel no paraba de martillear el coño chorreante de Laura con la polla de goma. Iker decidió pasar a algo mejor.
Iker: ¡Para, mamá! ¡Vamos a follar a esta puta de otra manera!
Iker y su madre vaciaron los agujeros de la pobre Laura, que ya no podía más de tanta trilla. Iker desató a Laura y la tumbó en la cama, con las piernas abiertas y atada de pies y manos a la cama.
Iker: Mamá, siéntate encima de la cara de Laura, que te va a comer el coño.
Isabel: Sí, amo – dijo subiéndose a la cama - ¡Vamos, putita, abre la boca y ponte a comer!
Iker no le dio tiempo a reaccionar y en cuanto vio que su madre le daba su coño a Laura para que se lo comiera, se colocó entre las piernas de la muchacha y la penetró su chorreante coño de una estocada.
Iker: ¡Toma polla, putita mía, toma rabo!
Isabel: ¡Oh sí, putita, que bien usas tu lengua, así, no pares, cómeme el coño, oh sí, me corro!
Iker no paraba de darle polla a Laura que no paraba de correrse, encadenaba un orgasmo con el siguiente, todos muy intensos. Isabel tampoco paraba de correrse en la cara y boca de la muchacha por la comida de coño que le daba ella y porque Iker empezó a comerle las tetas, que recibía gustosa la corrida de la madre de su amado. Luego de unos minutos intensos de follada, Iker le sacó la polla del coño a Laura y tras levantar a su madre de encima de Laura, se corrió en su cara.
Iker: ¡Toma mi leche en tu cara, putita, toma tu premio! ¡Oh sí, me vacío en tu carita de puta!
Laura: ¡Dame toda tu rica leche, amo! – dijo abriendo la boca y sacando la lengua - ¡Dámela toda, dame de beber!
Iker se corrió como un animal en la cara y boca de Laura que tragaba todo lo que caía en su boca, ansiosa. Cuando Iker terminó de correrse, Isabel, rauda, se puso a lamer la cara de Laura, para limpiársela de restos de su propia corrida y leche de su amado hijo, haciendo que Laura se corriere por última vez. Luego de que terminaran de follar, Iker le quitó tanto a su madre como a Laura todos los juguetes y todos se tumbaron en la cama, cada una a un lado de Iker, abrazándolo.
Laura: ¿Te ha gustado, mi amor? ¿Lo he hecho bien? – dijo amorosa y mimosa.
Iker: Mucho, mi amor, lo has hecho maravillosamente – dijo besándola.
Isabel: Sí – dijo sonriéndola – Te has comportado como una auténtica puta, ¡felicidades! Harás muy feliz a mi hijo – dijo sincera.
Laura: Gracias, cariño – dijo lanzándole un beso a Isabel – Es lo que más deseo – dijo mirándolo con amor y adoración a Iker.
Isabel: Lo sé. Por eso os he preparado una sorpresa. Vestiros y lavaros que en media hora vendrá alguien – les avisó saliendo corriendo de la cama.
Iker y Laura, se miraron sorprendidos, pero le hicieron caso. Media hora después, todos estaban perfectamente vestidos y aseados, y ante Iker y Laura apareció un señor vestido con traje y corbata y portando un maletín.
Abogado: Hola, buenas tardes, soy el licenciado Ronda. Soy el abogado de la familia – le aclaró a Iker.
Isabel: Así es hijo, él es quién llevó el caso de acoso que sufrí. Ha venido a entregarnos algo.
Iker: ¿El qué? – dijo mirando un documento que sacaba de su portafolio el abogado.
Iker cogió los papeles que le daba el abogado y los leyó detenidamente. Se sorprendió al enterarse de lo que iba el asunto. Miró a su madre en busca de respuestas.
Iker: ¿Qué significa esto? – dijo sorprendido.
Isabel: Esto es mi regalo, mi amor – dijo sonriente mirando a su hijo y Laura – Se trata de que, si firmáis este documento ambos, estaréis casados ante la ley.
Laura: ¿Casados? – dijo sorprendida.
Isabel: Sí, se trata de que, cómo sé que os amáis y después de la charla que tuvimos tú y yo – le dijo a Laura – decidí que lo mejor era que te unieras a mi hijo ante la ley al menos y que cuando seáis más mayores si queréis, hacerlo ante la iglesia.
Iker: ¿Pero para hacer eso no es necesario el permiso de sus padres?
Abogado: Y aquí están – dijo sacando del portafolio otros papeles y entregándoselos a Iker.
Laura: ¿Cuándo han firmado esto mis padres?
Abogado: Esta mañana a media mañana.
Isabel: Ayer, mientras hacía la cena, llamé a tus padres y estuve hablando con ellos. Ellos son conocedores de tus sentimientos y los convencí para que aceptaran.
Laura: ¡Gracias, gracias, gracias! – dijo abrazando a Isabel.
Abogado: Sí firmáis ambos esos papeles, ante la ley, ambos seréis marido y mujer. ¿Aceptáis?
Iker: Sí, claro – dijo decidido y feliz.
Laura: ¡Por supuesto! – dijo enormemente feliz.
Iker y Laura firmaron los papeles y se los entregaron al abogado, que luego de un brindis, se fue de la casa. Isabel volvió al salón para encontrarse con los tortolitos.
Isabel: Las sorpresas no acaban aquí.
Iker: ¿Hay más? – dijo sonriente.
Isabel: Sí y son más serias. Veréis que hayáis firmado esos papeles, tiene sus cosas buenas y las no tan buenas.
Laura: ¿Cómo cuáles?
Isabel: Lo bueno, que a partir de ahora podéis dormir y vivir juntos – dijo sonriente – y que, si no habéis leído la letra pequeña, no os habéis fijado que a partir de ahora yo pasaré a ser vuestra puta.
Iker: ¡Genial!
Laura: ¿Y las malas?
Isabel: No son malas del todo, pero son serias. Veréis, a partir de ahora, el dueño de todo eres tú Iker – dijo seria a su hijo – todas mis pertenencias y las de la familia de Laura pasan a ser tuyas, con la diferencia de que las de la familia de Laura hasta que no tengas 18 años no serán tuyas.
Laura: ¿Mi padre le ha cedido todo?
Isabel: Todo – dijo seria mirando a Laura.
Iker: ¿Qué quiere decir todo?
Laura: Todo, la casa, el negocio de los coches, mi madre…
Iker: ¿Tu madre?
Isabel: Sí, su madre. Resulta que Laura ha salido a su madre: es sumisa y se debe a su marido. Pero su marido no esta bien de salud – dijo seria mientras Laura baja la cabeza triste – le han diagnosticado cáncer y es malo.
Iker: Lo siento mucho – dijo sincero – Aprecio mucho a tu padre mi amor. ¿Pero dónde entra su madre?
Isabel: Su padre se casó con su madre, pero no por amor. Aún que se tienen cariño, en realidad son amo y sumisa. Por lo que, cuando el padre de Laura fallezca y tú tengas los 18 años, su madre pasará a ser tu sumisa.
Iker: ¿Estás de coña? – dijo atónito.
Laura: No, mi amor, es verdad. Mis padres son amo y sumisa y yo soy tu sumisa, aunque la diferencia es que yo sí te amo a ti, mi amor – dijo besándolo.
Isabel: Sí, eso lo sabemos – dijo sonriente – Hablé con su padre y quiere hablar contigo mañana.
Iker: Bien, iré a su casa por la tarde.
Laura: Y así recojo mis cosas para venirme aquí a vivir.
Iker: ¿No quieres quedarte con tu padre?
Laura: Quiero a mi padre, pero mi sitio está al lado de mi hombre, de mi amo, de mi marido – dijo besándolo.
Isabel: Me parece correcto.
Estuvieron un rato más juntos y salieron a comprar unos anillos a la joyería más cercana. Encargaron unas alianzas para Laura e Iker y además varios collares en los que grabaron “ propiedad de Iker ”. Laura se fue a su casa deseosa de que llegara el día siguiente. Iker y su madre hicieron el amor esa noche varias veces, haciéndose notar cuanto se amaban ellos también.