La mejor madre III
Madre e hijo comienzan una nueva vida juntos
Tres meses después las cosas seguían igual. Isabel complacía a su hijo, follándolo o pajeándolo, incluso haciéndole cubanas, pero no le dejaba chupársela, decía que eso prefería hacerlo cuando pudiera usar bien las manos. Dormían juntos, prácticamente no salían de la cama. Laura venía todas las tardes a ayudar a Iker con los estudios y cada vez le coqueteaba más, cosa que ponía hirviendo de ira y celos a Isabel. Un día, luego de la rehabilitación, Iker ya podía mover mejor las manos e incluso tenía algo de fuerza. Ese día llegaron del hospital y nada más entrar, Iker cogió a su madre de la cintura sorprendiéndola y la giró colocándola delante suya.
Isabel: ¡Mi amor! – susurró – Cuidado con tus manos – dijo preocupada.
Iker: No te preocupes, puta – dijo tocando y azotando su culo – Ya no me duelen y puedo hacer casi vida normal – le informó.
Isabel: ¡Mi amor! Eso es estupendo – dijo feliz mientras lo besaba.
Iker: Sí, al fin voy a poder usarte cómo me plazca – dijo agarrando su culo y mordiendo su labio.
Isabel: ¡Oh sí, lo estoy deseando, mi amor! – dijo cachonda mientras notaba la erección de su hijo en su vientre.
Iker: ¡Ahora vas a saber lo que es bueno, puta! – dijo sacando su polla de su encierro - ¡Chupa! – le ordenó tirando de su cabeza para abajo.
Isabel: ¡Sí, amo! – dijo colocándose de rodillas y agarrando su culo - ¡Lo estoy deseando!
Iker: ¡Toma polla, puta! ¡Trágate toda mi polla!
Isabel lamió la polla de su hijo desde los huevos hasta la punta de la polla, haciéndolo gemir. Le encantó el sabor. Poco a poco y sin dejar de mirar a su hijo, engulló la polla hasta conseguir alojarla entera en su garganta, aguantando las arcadas.
Iker: ¡Oh sí, puta! ¡Qué buena chupapollas eres, mamá! ¡Sigue, no pares, oh sí!
Isabel aumentó el ritmo con el que engullía la polla de su hijo. Quería llevarlo al límite. Iker, luego de unas succiones más de su madre, le sujetó la cabeza y comenzó a follarle la boca, al principio lento, pero poco a poco más rápido.
Iker: ¡Toma polla, puta! ¿Esto era lo que querías, puta? ¡Trágate toda mi polla! ¡Oh sí, así, toma polla!
Iker comenzó a follar la boca de su madre con rabia, con dureza. Isabel recibía gustosa el tratamiento de su hijo, se dejaba hacer. Iker, luego de unos minutos de intensa follada de boca a su madre, se corrió en su garganta.
Iker: ¡Toma leche, puta! ¡Bébetela toda, puta, no dejes ni una gota! ¡Me corro, oh sí!
Isabel recibió toda la corrida de Iker en la garganta, una gran corrida. Iker no paraba de soltar leche de su polla, llenando la boca entera de leche a su madre que recibía gustosa toda la descarga de leche de su hijo. Cuando terminó de correrse, Iker se apoyó en el recibidor y miró a su madre, con su corrida en la boca. Isabel miró con lujuria a su hijo al mismo tiempo que sin dejar de mirarlo, se tragaba toda la corrida entera de su hijo.
Isabel: ¿Te ha gustado, mi amor? – dijo relamiéndose.
Iker: Mucho, pero esto apenas comienza – dijo levantando a su madre del suelo y llevándola a la habitación cómo un saco de patatas.
Isabel: Con cuidado, mi amor, no vayas a hacerte daño – dijo preocupada.
Iker le dio un sonoro azote a su madre, que lo recibió sorprendida y gustosa. Cuando llegó a la habitación, depositó a su madre en la cama y la colocó a cuatro patas, con las piernas bien abiertas.
Iker: Ahora verás lo que es bueno, ¡puta! – dijo dándole un azote haciéndola gemir – Tienes prohibido correrte – le ordenó.
Isabel: Sí, amo – dijo gimiendo.
Iker comenzó a tocar a su madre, desde la cabeza, pasando por el cuello y la espalda, hasta el culo. Cuando llegó al culo, comenzó a amasarlo, a morderlo, a lamerlo. Isabel gemía, cachonda.
Iker: Que ganas tenía de poder hacer esto, perra – dijo lamiendo el culo de su madre hasta llegar al ojete.
Isabel: Y yo de que lo hicieras, amo – dijo gimiendo más alto.
Iker comenzó a pasar su lengua por todo el culo de su madre, sin dejar de acariciarlo. Pronto, llegó con su lengua a su ojete y comenzó a lamerlo en círculos mientras su mano bajaba al coño de su madre, encharcado, y empezaba a pasar sus dedos de forma circular por su clítoris. Isabel no paraba de gemir.
Isabel: ¡Oh sí, amo, me encanta, no pares!
Iker comenzó a meter un dedo en el coño y otro en el culo mientras su madre no paraba de gemir. Isabel estaba en el cielo, al fin su hijo estaba usándola a su antojo. Ella se dejaba hacer más que encantada, también lo deseaba. No sabía que le pasaba, pero con su hijo quería hacer y dejarse hacer de todo. Iker aumentó el ritmo con el que lamía el culo de su madre y los dedos que le metía en cada agujero llevando a su madre al límite. Cuando la tuvo muy caliente y lujuriosa, Iker le sacó los dedos del coño y de una estocada la penetró sin miramientos, fuertemente.
Isabel: ¡Oh sí, amo, así, dame más polla, no pares, así, oh sí, no pares!
Iker: ¡Córrete para tu amo, putón! – dijo empezando a azotarla mientras no dejaba de dilatarle el culo.
Isabel: ¡Oh sí, amo, me corro, oh sí, dame más duro, más fuerte, párteme en dos, oh sí, destrózame!
Iker comenzó a follar el coño a su madre de manera salvaje, como un potro desbocado, sin dejar de seguir jugando con su culo. Luego de unos minutos, le sacó la polla del coño y los dedos del culo y dirigió su polla al culo de su madre, que se tensó para recibirlo.
Isabel: ¡Con cuidado, amo, soy virgen por ahí!
Iker: Tranquila, puta y relájate – dijo comenzando a meterle la polla.
Iker, poco a poco, metió su polla en el culo de su madre, entera, entre gritos y gemidos de su madre que estaba sintiendo cómo su hijo, su amado hijo, la partía por la mitad con su polla.
Isabel: ¡Me duele, pero me encanta!
Iker: ¡Pienso usar tu culo a diario, perra! – dijo azotándola.
Isabel: Toda tu puta te pertenece, amo, úsame – dijo gimiendo.
Iker, poco a poco, comenzó a follarle el culo a su madre a un ritmo cada vez más duro y salvaje, así ella se lo pedía, mientras la azotaba el culo con una mano y le pellizcaba los pezones con la otra.
Isabel: ¡Oh sí, amo, no pares, dame más, quiero más, reviéntame el culo, párteme el culo en dos con tu pollón, amo, dame más, no pares, oh sí, sí, así!
Iker, al ver cómo disfrutaba su madre de la follada que le estaba dando, comenzó a follarla el coño y el culo a la vez, sin parar de masturbar o dedear el agujero que quedaba libre mientras la azotaba.
Isabel: ¡Oh sí, amo, no pares, dame más, quiero más! ¡No dejes nunca de follarme así, amo! ¡Parte mi culo y mi coño en dos con tu pollón, amo, dame más, no pares, oh sí, sí, así! ¡Me corro!
Iker siguió follándola unos minutos más sin cambiarla de posición, hasta que no aguantó más y viendo que se iba a correr, le preguntó a su madre dónde quería su leche.
Iker: ¿Dónde quieres que te eche toda mi leche, puta? – dijo azotándola.
Isabel: ¡En mi culo, amo, lléname mi culo con tu deliciosa leche, amo!
Iker: ¡Toma toda mi leche en tu culo, perra! ¡Oh sí, me corro en tu culo!
Iker le llenó el culo de leche a su madre, empezó a correrse como un animal en su culo mientras Isabel recibía la descarga de leche de su hijo por primera vez en su culo, corriéndose como loca. Cuando terminaron de follar, Iker sacó la polla del culo de su madre y salieron su leche, heces y flujos que se mezclaron en las sábanas. Su madre se tumbó en la cama y abrazó amorosamente a su hijo.
Isabel: ¿Te ha gustado, mi amor? – dijo amorosa - ¡A mí me ha encantado!
Iker: ¡Por fin he podido follarte cómo quería! – dijo azotándola contento – Pero tengo hambre, así que ves a preparar la comida mientras yo recojo este destrozo – dijo divertido.
Isabel: Claro, mi amor – dijo besándolo apasionadamente feliz.
Iker recogió las sábanas y las echó para lavar mientras Isabel, luego de asearse, hacía la comida. Al pasar Iker por el lado de su madre, siempre se rozaba la polla con su culo, haciéndola gemir y que ella buscara el contacto. Iker siguió calentando a su madre que ya estaba que se subía por las paredes.
Isabel: Mi amor, no seas malo, me estás poniendo muy cachonda – dijo gimiendo con la polla de su hijo en su culo.
Iker: Calla, puta, primero hay que comer – dijo azotándola.
Isabel miró a su hijo con deseo y amor. Iker dejó a su madre tranquila hasta que se sentaron a comer. Mientras comían, uno frente al otro, Iker se dedicó a tocar e incluso masturbas a su madre con el pie. Isabel iba desnuda, ninguno se había vestido.
Iker: Muy rica la comida, mamá – dijo mirándola – aunque me gusta más otro tipo de comida, que por lo que he comprobado, eres una experta.
Isabel: Gracias, mi amor. ¿Cuál?
Iker: Comer polla – dijo mirándola intensamente a los ojos - ¿Siempre se te ha dado tan bien?
Isabel: Nunca me ha gustado comer polla – dijo sincera – de hecho, la única que me comí antes que la tuya fue la de tu padre y no me gustaba, lo hacía por agradarle.
Iker: Pues se te da extremadamente bien – la felicitó - ¿Cómo era tu vida con papá? ¿Lo querías?
Isabel: Mi vida con tu padre era normal para la edad que teníamos, él pasaba más tiempo con sus amigos que conmigo y yo pues con mis amigas de compras. La verdad es que yo creía que le quería, pero cuando me abandonó al saber que estaba embarazada, me dí cuanta de que no lo quería, solo estaba con él para no estar sola.
Iker: ¿No has tenido ningún amante?
Isabel: Nunca. Yo cuando me quedé embarazada de ti, decidí que no iba a estar con ningún hombre. Si tenía ganas de follar me masturbaba y listo – dijo sincera – Pero cuando naciste tú, cambiaste mi vida – dijo enamorada.
Iker: Yo también te amo, mamá y me gusta que quieras ser mía – dijo cogiendo su mano y besándola - ¿Cuándo te diste cuenta de lo que sentías por mí? Yo desde que empecé a hacerme pajas siempre eran pensando en ti, de hecho, la primera fue al verte un día desnuda cuando salías de la ducha – dijo riendo – Desde ese día siempre paso aposta.
Isabel: ¡Serás pillo! – dijo divertida – No te hace falta hacer eso, solo tienes que pedirlo y me desnudaré encantada – dijo lanzándole un beso y guiñando un ojo – La verdad es que siempre te cuidé y te quise como un hijo y cuando creciste te veía cómo hombre, un hombre muy guapo, detallista, protector, mi hombre perfecto – dijo mirándolo sería – Pero cuando pasó lo del accidente y recibí la llamada del hospital yo creía que me moría – dijo seria – No me puedo imaginar mi vida sin ti y no porque seas mi hijo, sino porque en este tiempo me he fijado en ti como mi hombre. Yo quiero que sepas que contigo, me siento completa, tanto cuando comemos y hablamos cómo ahora, cómo cuando me usas a tu antojo.
Iker: No te preocupes, mamá. Siempre voy a estar contigo – dijo sonriente – y te usaré siempre a mi antojo – dijo guiñándole un ojo – así que deja los celos – dijo divertido.
Isabel: ¡Yo no soy celosa! – dijo seria.
Iker: Sí que lo eres – dijo divertido – ¿O no te acuerdas cómo te pones cada vez que viene Laura a ayudarme a estudiar?
Isabel: Esa zorra sólo quiere que te la folles o violarte – dijo cabreada – Te devora con los ojos.
Iker: A ti también te devoran con la mirada los hombres por las calles y yo no me pongo así – dijo divertido – Además, yo solo tengo una puta – dijo riendo.
Isabel: ¡Eso espero! Y sí, me muero de celos cada vez que Laura se te acerca – confesó – Y no me interesa que me miren los hombres por la calle, solo me interesa que mi hombre me mire y me devore.
Madre e hijo terminaron de comer y Isabel, luego de recoger, se sentó en el sofá con su hijo. Isabel vio cómo la polla de su hijo volvía a crecer sólo con mirarle las tetas y se alegró.
Isabel: Mi amor, ¿me dejas ocuparme de esto? – dijo cogiéndole la polla con las dos manos.
Iker: ¿Quieres pajearme o comérmela?
Isabel: ¡Quiero que me folles la boca! – dijo relamiéndose.
Iker: ¡Ponte de rodillas, puta!
Isabel rápidamente se colocó de rodillas delante de su hijo, que se levantó y se colocó con su polla delante de la cara de su madre. Iker agarró su polla y la dirigió por toda su cara, dándole pollazos a su madre, que los recibía encantada y gimiendo con anticipación.
Isabel: ¡Oh sí, dame pollazos!
Iker: Ahora viene lo bueno. ¡Abre la boca y saca la lengua, perra!
Isabel hizo lo que le ordenó su hijo, y sacó la lengua poniendo una cara de puta viciosa. Iker le acercó la polla a su lengua y ella la lamió.
Iker: ¡Así, lámela entera! ¡Déjala bien ensalivada para cuando te folle esa boquita, puta!
Isabel comenzó a lamerle la polla a su hijo, desde la punta hasta los huevos, una y otra vez, sin parar, hasta que la tuvo bien ensalivada e Iker, sin previo aviso, le metió la polla en la boca a su madre, solo la punta.
Iker: ¡Ahora vas a saber lo que es una buena follada de boca, puta! – dijo cogiendo la cabeza de su madre.
Isabel sintió cómo su hijo movía las caderas al mismo tiempo que apretaba su cabeza para incrustar su polla en su garganta y dejarla ahí unos instantes, antes de sacarla y volver a repetir. Isabel miraba a su hijo con deseo y amor mientras su hijo usaba su boca coño si de su coño se tratase.
Iker: ¡Ahora empieza lo bueno, puta!
Iker comenzó a acelerar el ritmo en el que follaba la boca a su madre hasta hacerlo salvaje. Isabel recibía cachonda y gustosa la follada de su hijo, mientras se comenzaba a hacer un dedo. Iker, luego de unos minutos de follada de boca a su madre, se dio cuenta de lo que hacía su madre. Le sacó la polla de la boca, la cogió del pelo y la colocó contra la pared, ensartando su polla en su encharcado coño.
Iker: ¡No te he dado permiso para masturbarte, puta! – dijo azotándola - ¡Aquí mando yo, y se hace lo que yo digo, cuando yo lo digo! – dijo azotándola y penetrándola a lo bestia su coño.
Isabel: ¡Sí, amo! ¡Perdón! ¡No volverá a pasar! ¡Oh sí, no pares, así, dame más, castígame!
Iker se follaba a su madre violentamente contra la pared sin dejar de azotarla. Luego de unos minutos y de que Isabel se corriera varias veces, la cogió y le dio la vuelta, cogiendo a su madre por el culo, la colocó con sus piernas rodeándolo y le volvió a ensartar su polla en su coño.
Isabel: ¡Oh sí, amo, me matas de placer, dame más, oh sí, no pares, así, más, dame duro, sí, así, me corro!
Iker se follaba a su madre violentamente, dándole tanta caña que su madre encadenaba orgasmos. Isabel estaba en el séptimo cielo, pensando en todo el placer que le daba su vástago. Iker, luego de unos minutos y sin sacar su polla del coño de su madre, la llevó a la mesa del salón y la puso encima con las piernas bien abiertas.
Iker: ¡Oh sí! ¡Toma polla! ¡Ahora sí que vas a saber lo que es una buena follada de tu hijo, puta!
Isabel: ¡Oh sí! ¡Cómo me gusta tu polla! ¡No pares, amo! ¡Oh sí! -decía deseosa - ¡Oh sí, no pares, dame más, más, así, dame duro, así, más fuerte, métemela entera! ¡Quiero más polla! ¡Oh sí, dame más, más duro, más! ¡Oh sí! ¡Dale más polla a tu puta, amo! ¡Dale más polla a la puta de tu madre! ¡Me corro!
Luego de unos minutos de intensa follada, Iker bajó a su madre de la mesa y la colocó de rodillas. Le ensartó de nuevo su polla en su boca y comenzó a follársela de nuevo.
Iker: ¡Me voy a correr en tu garganta, puta! ¡Oh sí, me encanta tu boca, te la voy a llenar de leche! ¡Me corro! ¡Bébetela toda!
Isabel recibió toda la corrida de Iker en la garganta, una gran corrida. Iker no paraba de soltar leche de su polla, llenando la boca entera de leche a su madre que recibía gustosa toda la descarga de leche de su hijo. Cuando terminó de correrse, Iker se sentó en el sofá y miró a su madre, con su corrida en la boca. Isabel miró con lujuria a su hijo al mismo tiempo que sin dejar de mirarlo, se tragaba toda la corrida entera de su hijo.
Isabel: ¿Te ha gustado, mi amor? – dijo relamiéndose.
Iker: Mucho, ¿y a ti?
Isabel: Me ha encantado – dijo sentándose al lado de su hijo y abrazándolo - ¿así es cómo quieres follarme? Yo me dejo encantada – dijo riendo.
Iker: Quería follarte así desde que empecé a pajearme – dijo agarrando su culo – Voy al baño.
Iker se levantó y se dirigió al baño, Isabel lo siguió y cuando vio que su hijo iba a mear, lo paró.
Isabel: Mi amor, ¿necesitas ayuda? – dijo entrando en el baño.
Iker: No mamá, gracias, pero puedo solo – dijo divertido.
Isabel: Yo creo que sí necesitas mi ayuda – dijo colocándose a su lado y agarrando su polla.
Iker: ¡Mamá! ¿Qué haces? – dijo sorprendido, pues ya podía valerse por sí mismo.
Isabel: Mi amor, mami quiere que la uses de inodoro – dijo colocándose delante de su hijo, sentada en la taza.
Iker: ¿En serio? – dijo alucinado.
Isabel: Sí, mi amor. Tu puta quiere que la bañes con tu meada – dijo con deseo - ¿La vas a complacer, amo?
Iker: Te has portado bien – dijo acariciando su cara – prepárate para tu baño dorado – dijo sonriente.
Isabel, que tenía cogida la polla a su hijo, soltó las manos de él y agarró con fuerza su polla, guio la polla a su pecho y su barriga y esperó con una sonrisa a que su hijo descargara toda su meada encima suya. Iker, con una sonrisa socarrona empezó a mear encima de su madre, que gimió al sentir el caliente líquido que caía en su cuerpo.
Isabel: ¡Así, mi amor, baña a mami! – dijo llevando la polla de su hijo por su cuerpo.
Isabel se bañaba las tetas, el cuello, el vientre e incluso los brazos y hombros. Cuando Iker terminó de mear, alucinado por lo que había hecho su madre y sobre todo de su excitación, contempló cómo Isabel se masturbaba rápido y en cuestión de segundos y mientras miraba a su hijo con la lengua fuera y cara de puta viciosa se corría.
Isabel: ¡Oh sí, mi amor, mi amo! ¡Cómo me gusta que me uses cómo una puta! ¡Mira cómo pones de bruta a tu puta, amo! ¡Me corro!
Cuando Isabel se corrió, su hijo la levantó y la metió en la ducha con él. Ambos se lavaron amorosamente, con delicadeza y ternura. Isabel no dejaba de mirar a su hijo con adoración e Iker miraba a su madre con infinito cariño. El día no había acabado aún.