La medicina (Final)

el desenlace de este encuentro entre Adrian y Mariana... gracias por sus comentarios y perdon por la demora

Pensando en esas palabras mi mente buscaba una forma rápidamente y al final le propuse:

  • Bueno, existe una forma, mejor dicho dos formas pero espero que de verdad no vaciles en hacerlo y estés dispuesta ciento por ciento. – se lo decía en tono de orden mas que sugerencia.

Levanto su rostro que lo tenía agachado y sonrojado por la pena y con mirada algo expectante y curiosa me pregunto:

  • Ah si, y dime, ¿cuales son?

Mi perversa idea iba a ser fraguada…….

PARTE III

Mariana ahora lo miraba con ojos inquisitorios e investigativos:

-¿Cuáles son esas dos formas?- pregunto de nuevo.

-Pues hacerte un oral o darte por atrás y me refiero bien atrás….- le dije sin perder la posición en la que estaba.

Ella abrió los ojos y no contesto pero el rubor en su rostro me dio la idea, pero aun así no iba a detenerme por la reacción de ella.

  • pero ¿me dolerá mucho? – inquirió Mariana. – solo lo sabremos si lo hacemos Mariana – le conteste.

Sin mediar palabra alguna me agache hasta la altura de su pubis, ella, mirándome extrañada se quedo quieta esperando lo que yo iba a hacer. Acerque mi cabeza y pase mi lengua por su monte de Venus tan suave rosado y sin ningún pelo, se notaba que era una virgen. Rodeándolo, saboreándolo y relamiendo cada rincón de su sexo; inclemente y apasionado en mi tarea, girando su clítoris en con la punta de mi lengua suavemente y con movimientos uniformes, A veces subía mi cabeza para mirar como se encontraba Mariana y la veía con los ojos cerrados, respirando aceleradamente, y dando pequeños suspiros, casi inaudibles pero profundos.

  • porque eres tan cruel…. – decía casi llorando – me estas provocando de una forma tan cruel….la quiero dentro ya – me miraba suplicante.

  • espera, pronto la tendrás pero primero debo ¨¨castigarte¨¨ mas- le conteste con una sonrisa maliciosa en mi rostro.

  • Eres muy malo Adrián, muy malo….- me objeto con una pequeña mueca.

Le saque mi falo erecto hacia su rostro y le pedí que me felara.

  • yo no se como se hace eso- decía con vergüenza. – no te preocupes, yo te dire como hacerlo – le alenté levantando su rostro por la barbilla.

Lo tomo con sus manos temblorosas, y lo empezó o mover torpemente, le dije que esa no era la forma correcta de hacerlo, le dije lo que debía hacer y ella escuchaba con atención todas mis indicaciones. Así que después de aquella cátedra de masturbación, Mariana empezó a mover su mano hacia arriba y hacia abajo, lento….lento…acerco su cabeza a mi glande pero entonces:

  • ¿como debo chuparlo?- me pregunto.

  • recuerdas el helado de vainilla que compramos en nuestra cita y lo comiste con agrado- le dije.

  • si, - decía asintiendo con la cabeza. – Bueno, así es la forma de hacerlo y quien sabe te puede salir algo mejor que la vainilla- le conteste sonriente.

-mmmm eso me gustaría verlo – decía con una muequilla picara.

Sin mas saco la punta de su lengua y la paso por todo el perímetro de mi glande dándole vueltas de arriba abajo y circularmente, ah, si que me estaba volviendo loco con eso lamía y relamía sin parar desde la cabeza hasta el tronco y viceversa, movía esa lengua tímidamente pero no perdía la sensación que ella me estaba produciendo. era la hora no podía soportarlo mas.

  • Estas lista, Mariana – le pregunto. Ella con su culo en pompa y tocándose su sexo asintió con la cabeza y mirándome fijamente. – si metemela toda Adrián – me imploraba.

  • esta bien- le objete. Y empecé a entrar lentamente y poco a poco, ella se quejaba de que le dolía mucho; aun así no la escuche y seguí entrando dentro de su asterisco.

-Ay , me lastimas… para que me haces daño – me gritaba

  • espera y el dolor se ira – le dije aun en mi faena.

Seguí con mis movimientos hasta que note que Mariana ya no se estaba quejando, al contrario, le parecía gustarle. En un rato se encontraba moviendo sus caderas en forma circular. Aquella estreches en su interior, me lo apretaba tanto que no tardaría en correrme.

  • Creo que voy a correrme – le decía resoplando. Iba a sacarlo pero se volteo y se agarro de mi cintura. – lo quiero dentro…..entiendes- me lo decía mas como orden que como respuesta.

ya sin poder aguantar mas libere mi esperma en su interior, ella solo esbozo un largo y ruidoso suspiro para después desplomarse sobre la cama, aun respirando difícilmente me mira a los ojos y después se termina de acostar para decirme:

  • casi me partes en dos…eres muy malo, pero me gusto mucho debemos hacer esto mas seguido; ¿así se sentirá cuando me vayas a penetrar mi concha? – expresó sin tanta restricción ahora.

  • No, se siente mucho mejor, cariño – le respondí.

  • me dijiste cariño… uy que coqueto – me sonrió

Viajando en el tren de la tarde doy un último vistazo a las montañas del Este, lugar en el que no solo cuide de mis seres queridos sino que también encontré una experiencia única, aquel atardecer vespertino con toques rojizos le da una apariencia como de un cuadro hecho por el mejor de los pintores. Después de mirar por un buen rato volteo para ver a Mariana…esta dormida, descansando su cabeza sobre mi hombro y abrazada a mi. (Su abuelo le dio permiso de ir conmigo, conocer la capital y pasar un tiempo conmigo) Solo me dimito a acariciar su largo y sedoso cabello negro. Pero algo llama mi atención, en su mano llevaba algo; me acerque para ver que era y era eso….la medicina con la cual la conocí y mi vida cambio… lo tenia guardado recelosamente. Lo único que hago es abrazarla, darle un beso en su cabeza y seguir viendo el paisaje que ya esta oscureciendo por la llegada de la noche.

¿Que será de nosotros ahora que somos novios? ¿Ella me entregara su cuerpo al final? ¿Ella o yo habremos escogido bien? Eso, mis amigos; es otra historia

FIN.