La medicina

lo que una medicina y ciertos movimientos del destino pueden hacer por un chico afortunado...

Había ido de vacaciones a las montañas del este de mi país, allí vivía mi abuela cuyo corazón enfermo requería de cuidados, era un pueblo pequeño así que debía caminar varios kilómetros hasta la ciudad mas cercana.

Después de unas semanas la salud de mi abuela fue mejorando y se encontraba en buena condición ahora, me pidió que no solo fuera por la ultima dosis de la medicina sino que trajera algunas otras cosas mas del mercado, accedí obedientemente.

Mientras iba caminando hacia la ciudad siguiente me saludaba con los vecinos de ese lugar, después de todo a pesar de ser un chico de ciudad me conocían por parte de mi abuela.

Al llegar me dirigí a la farmacia para comprar la medicina y observe que en el mostrador quedaba solo una; así que rápidamente fui a tomarla pero de pronto otra mano apareció con el mismo propósito. Voltee a ver quien era la otra persona y era una chica como de 20 o 21 tez blanca, ojos grandes y verdes, cabello largo hasta su cintura y un cuerpo que no tendría que envidiarles a las chicas de mi ciudad.

-Disculpa, ¿ibas a comprarlo también? – comenzó ella

  • Ah, si así es, es para mi abuela – objete.

El dueño de la farmacia nos dijo que era la única medicina que había a la venta y no había más existencias. – mmmmm, por lo que veo tenemos un problema – le dije con un tono de ironía.

  • mi abuelo se encuentra muy mal y necesito esa medicina urgente – me rogaba casi sollozando aquella chica-

  • bueno, si tanto la quieres llévatela, no es muy necesaria para mi abuela por el momento así que es toda tuya – resolví con una sonrisa.

-gracias eres muy amable…..eh ¿como te llamas?

-Adrián, me llamo Adrián – conteste.

  • y yo me llamo Mariana, no sabes lo mucho que te agradezco Adrián, y sabes, que te parece si nos vemos aquí en un mes a la misma hora, aquí mismo para darte las gracias.

-Ehhhhh, bueno no es mala idea, esta bien – lo dije con algo de inseguridad.

-Entonces te veo en un mes, no faltes. Me dio un beso en la mejilla, pago y se fue guiñándome el ojo.

Me quede quieto por un breve momento pensando en lo sucedido y concluí en que este era un día muy extraño por la forma en que conocí a aquella chica, Salí de la farmacia y me dispuse a seguir con las compras en el mercado.

Un mes paso rápidamente y sin problemas, no me había topado con ella ni una sola vez cuando iba hacia la ciudad a comprar cosas. Me faltaban unas semanas para regresar a mi ciudad, llego el día señalado por nosotros (porque será que no lo olvide) me vestí bien, le prepare la comida a mi abuela y salí a la ciudad.

Ya en la farmacia espere varios minutos empezando a dudar de su llegada hasta que una voz familiar me saludo:

-¡Adrián!, que bueno verte, no olvidaste la promesa estoy muy contenta – grito

-Eh, ho…hola Mariana ¿como estas?- salude algo nervioso.

-yo estoy muy bien, pero, también mi abuelo te agradece mucho tu bondad, se encuentra mejor gracias a ti.

  • de verdad – decía un poco sonrojado por lo que ella dijo.

  • si, y además como concordamos vine aquí para darte las gracias, ven acompáñame.

Asentí con la cabeza, al salir encontramos a un hombre altísimo y fornido junto a un automóvil; nos abrió la puerta y nos llevo hacia unas cabañas que se encontraban en unos cerros muy hermosos lleno de flores y animales parecía que esos cerros estuvieran alfombrados de ese verde lleno de vida. Durante el viaje Mariana me contó sobre lo que paso después de que nos conociéramos, le contó todo a su abuelo sobre mi y mi ¨¨noble accion¨¨ al llegar ella le dijo al hombre que nos trajo que regresara en una hora, se fue y ella me condujo al interior de una inmensa cabaña, muy hermosa y elegante.

-Mi abuelo me permitió usar esta cabaña para que estuviéramos aquí los dos… solos. – me decía mientras se aferraba de mi brazo.

-¿Qué quieres decir con que te permitió? – le pregunte.

-bueno, mi abuelo es dueño de un enorme hotel de lujo que incluye las cabañas que viste durante el viaje, y esta es una cabaña exclusiva para reuniones especiales…como la nuestra – decía en tono algo coqueto.

No podía creer lo que escuchaba Mariana era nieta de aquel hombre del que mi abuela menciono que era casi dueño del pueblo donde vivía, al fundar ese hotel trajo muchos turistas y por consiguiente trabajo para todos los habitantes, ella trabajo allí hace mucho tiempo. Y se veía tan normal no llevaba ropa costosa como la gente rica frecuenta vestir…..

-pareces asombrado, ¿que pasa? – pregunto

  • pues que no creía que fueras

  • rica – me interrumpió

  • prefiero llevar una vida normal en vez de lujos y ventajas, quiero sentir lo que la gente común siente, por ejemplo lo que hiciste en la farmacia me gusto mucho, la mayoria de la gente que he conocido finge ser amigable y al final te das cuenta que era una farsa, una mentira. – agacho la cabeza.

  • pero entonces porque me pediste esto y me llevaste hasta aquí - fue lo único que pregunte.

-porque tu no me conoces, no sabes de que familia vengo ni las cosas que puedo conseguir, para ti te habría parecido una habitante mas de ese pueblo ¿verdad?.

  • Así que le pedí a mi abuelo darme esta cabaña para estar contigo a solas y decirte que al verte me gustaste mucho.

Me abrazo y no me soltó por un rato, mientras tanto yo quede petrificado, el corazón me latía como loco; en mis adentros pensaba tantas cosas sobre nuestro encuentro, la medicina, mi abuela y su enfermedad , el abuelo de Mariana, todo parecía haberse alineado para esto o algo mas……..

-te pasa algo Adrián- pregunto mirándome fijamente.

-No, nada, es que lo que me dijiste me dejo pensando.

-parece que la única forma de despejarte las dudas es con esto…- y me dio un beso húmedo y apasionado, yo solo me quede asombrado con los ojos abierto aun dudando de que esto pasara, me tenia aprisionado en sus brazos y besándome de una forma muy febril, me acostumbre a la sensación y me deje llevar la tome de su cintura y la termine de atraer hacia mi, y use mi lengua para explorar su boca, sus labios……se alejo un poco y me dijo:

-mmmmm jamás me habían besado así; se siente muy extraño, pero es muy delicioso- me miraba con lujuria y rodeándome el cuello con sus brazos. – puedes hacer que esta ¿sensación sea mas grande? – me pregunto.

  • solo hay una forma mi bella Mariana- le conteste en tono provocador

  • Ah si enséñamela, quiero saber…..

-ya lo veras…..- le dije

La acosté a un sofá muy grande y elegante que allí estaba y mientras le besaba le decía:

-¿Estas lista para saberlo?

-Si, Adrián, estoy lista.

(Le voy a mostrar a Mariana lo que la gente común hace cuando se quieren demostrar su afecto, pero que consecuencias traerá esto, lo sabrán en la siguiente parte)

CONTINUARA