La mascarilla
Relato de azotes y sexo desenfrenado dentro de un matrimonio normal.
Cuando entré a la farmacia me dí cuenta que me había olvidado la mascarilla en casa. Mi mujer se iba a poner hecha un basilisco, le había cogido un miedo tremendo al dichoso virus, y nos llevaba a todos en casa más rectos que velas. Tanto nuestros hijos como yo nos teniamos que lavar las manos después de hacer cualquier cosa que ella considerara peligrosa, y sobre todo después de salir de casa (SIEMPRE CON MASCARILLA), teniamos que hacernos una perfecta desifección.
Me compraría unas mascarillas en la farmacia como las que teniamos en casa, y con un poco de suerte no se daría cuenta, así lo hice, compré la medicación que necesitaba para mi alergia, y un paquete de tres , me puse una de ellas y las otras dos las metería en casa de una manera más o menos disimulada.
Cuando abrí la puerta de casa , mi esposa estaba con los brazos en jarra y con cara de pocos amigos esperándome en el recibidor de casa, y la verdad es que al verme con la mascarilla puesta se quedó un poco sorprendida, pero es lista y enseguida ató cabos.
-¿Se puede saber de donde has sacado esa mascarilla?
Pensé en decirle que era una de las que teniamos en casa, pero la mentira no la tolera, y no quería que mi culo sufriera más de la cuenta, así que tragando saliva y sin mirarla a los ojos le dije:
-La he comprado en la farmacia.
-En la famacia ¿verdad?
-Si cariño, se me ha olvidado ponermela al salir de casa, y cuando me he dado cuenta ya estaba en la farmacia...
-¿Cuántas veces te he dicho lo de la mascarilla, cuántas?._ Dicho esto y con un gesto muy característico se apoyó con su mano izquierda en el quicio de la puerta , levantó su pierna derecha a la vez que la abría un poco , todo ello para facilitar la maniobra de quitarse la zapatilla, se la quitó a más de 100 kilómetros por segundo, aquella arma de destrucción masiva silbó al salir del pie de aquella señora, era una zapatilla de primavera, de paño , rojo sangre , abierta por detrás y un poquito por delante lo suficiente para que se le vieran dos dedos, y con una suela de goma amarilla que hacía añicos el culo de su marido y de sus hijos.
-Cariño, la zapatilla no, que nos van a oir los críos...
Virginia que así se llamaba aquella diosa, había nacido para repartir estopa. A ella le gustaba decir una expresión que su marido adoraba; " ven que te voy a poner al día", era una forma como otra cualquiera, de decir que le iba a dar una buena paliza a alguien, y se puede decir que llevaba "al día" a sus tres hijos y a su marido, eso sí, nunca pegaba a éste en presencia de aquellos, no quería socavar su autoridad como padre, aunque siempre encontraba la oportunidad para "ponerlo al día".
-Tranquilo que los críos están jugando en el sótano, y por la cuenta que les tiene no van a salir , así que sube a la alcoba PLASSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSS.
Las últimas palabras palabras fueron acompañadas por dos duros zapatillazos al culo de su marido.
-Sube delante de mi!!!._ Virginia trataba a su marido como si fuera otro de sus hijos, le salía de forma natural, ella era así, todo arrebato, todo furia.
Fue subiendolo a zapatillazo limpio por todas las escaleras, si el marido se atrancaba recibía ocho o diez durísimos zapatillazos sobre su fino chandal que lo hacían avanzar como quería su mujer, era lo que ella solía decir "subirlo a punta de zapatilla" era raro que en los 16 escalones , incluyendo el descansillo, que tenía la escalera que subía al primer piso , no recibiera al menos 40 zapatillazos, pero lo mejor estaba por venir, una vez subida la escalera, llegaban a un pasillo que los encaminaba a su habitación, o a la alcoba como a Virginia gustaba decir, y en ese pasillo:
-Te voy a moler PLASSSSSSSS PLASSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSS, te voy a dar "un pie paliza" que no lo "vas a cocer"._ Virginia usaba muchas expresiones que ponían mucho a su marido, aunque cuando estaba dándole a él la zurra no tenía tiempo de disfrutarlas, pero ya las disfrutaría a posteriori...
-Para cariño, me vas a matar, para por Dios.
¿Que pare? PLASSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSS, a ti te rompo yo la zapatilla en el culo, vamos con nenico, que se le olvida la mascarilla y después se compra una para intentar engañarme PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSS TE BUFO ME OYES TE BUFOOOOOOOO PLASSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSS,
Por fin llegaron a la habitación donde Virginia sin soltar la zapatilla le dijo a su marido:
-Quítate la ropa.
-Cariño por favor.
-¿Te la quitas tú o te la quito yo?
No hubo más que hablar, en un santiamén se desnudó, se le veía la suela de la zapatilla de su mujer marcada por los muslos, algun que otro zapatillazo en la espalada, pero sobre todo en el culo, donde se confundían unas marcas con otras, lo que no se confundía era el color del culo, en algún sitio ya estaba casi del color de la zapatilla, pero Virginia se iba a encargar de uniformizar ese tono rojizo, se sentó en la cama, se alisó el vestido que le llegaba por encima de las rodillas y sin soltar la zapatilla le dijo a su marido.
-A mis rodillas.
-Cielo mío...
La mirada que Virginia echó a su marido, no dejó lugar a la más mínima duda, así que sin pensarlo demasiado, y como su madre lo trajo al mundo se colocó sobre el regazo de su esposa.
Le pegó un palizón sobre sus muslos que lo dejó baldado, fueron más de 100 zapatillazos a culo desnudo y sobre un culo dolorido que hicieron mucha pupa, Virginia estaba enfada por un doble motivo, el olvido de la mascarilla al salir de casa, y el haber intentado ocultar ese error comprando más mascarillas.
-¿¡¡¡ME QUERÍAS ENGAÑAR VERDAD!!!? PLASSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSS PLSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Aquellos doce zapatillazos entre el culo y los muslos restallaron en aquella habitación, el pobre marido aullaba, se retorcía sobre el regazo de su mujer, pero jamás apartaba ni escondía el culo por la cuenta que le traía, aquello suponía más azotes, y pese a ello, por mero instinto a veces retraía un poco su trasero, aunque su esposa hacía la vista gorda.
Tras desfogarse a base de zapatillazos en el culo de su marido, y como ya estaba más que fatigada por la larga azotaina mezclada con duras reprimendas y amenazas verbales, le dijo con voz autoritaria.
-Vete a tu rincón.
Virginia solía castigar a su marido a un rato de rincón después de los azotes, en principio para que reflexionara sobre su error, pero en realidad lo hacía un poco por humillarlo y sobre todo por verle el culo recién azotado, le encantaba el culo de su marido, era respingón , muy resultón como decía ella, y le chiflaba verlo tan bien azotado, tan rojo, algunas veces con marcas violáceas, la marca de su zapatilla en los muslos... era algo que la ponía caliente, asi que se levantó aún con la zapatilla en la mano.
Se puso detrás de su hombre, éste podia notar su aliento en la nuca, tambien sentía como los pechos se rozaban con su espalda desnuda; ella oía su agitada respiración producida por el miedo, la excitación y también porqué no decirlo por la tunda recibida.
-¿Se me engaña a mi? PLASSSSSSSSSSSSSSSSS
-No amor mío, lo siento de verdad.
-¿Quieres que descuelgue la correa que tengo detrás de la puerta?
-Ya sabes que no , mi amor.
-PLASSSSSSSSSSSSSSSS , no seas zalamero
-Auuuuuuuuuuuuuuuuuuu perdóname.
-¿Prefieres que saque la vara del armario?
-No car...
-PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS, no ¿qué?
-No amor mío.
En ese momento se oyó el ruido sordo de la zapatilla caer al suelo, Virginia se la calzó y entonces se pegó a su marido, le acarició el culo con su mano derecha, mientras que con la izquierda le agarró su polla que estaba absolutamente empalmada, le acariciaba los huevos y la polla de una forma tan sensual, que la excitación era enorme.
-¿Sabes porque te he pegado , verdad?._Le dijo con su boca pegada al oído.
-Lo merecía amor mío, primero se me ha olvidado salir con mascarilla, y después he intentado engañarte comprando en la farmacia por si no te habías dado cuenta.
-PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSSSS.
Esta vez los azotes fueron a mano llena, y pese a que eran menos dolorosos que con la zapatilla, la somanta anterior hizo que el pobre marido aullara ante aquellos durísimos e inesperados azotazos.
-Hoy tienes pilón... ¿lo sabes verdad?
Cuando Virgi quería que su marido le comiera el coño, lo llamaba bajarse al pilón, o ya directamente pilón, así que éste ya sabía lo que le esperaba en los próximos minutos.
Virginia se desnudó rapidamnte y se tumbó en su cama bocarriba, cuando estuvo lista y con las piernas bien abiertas, llamó a su marido y le dijo:
- Venga aplicate, y más te vale que me guste ...que estoy viendo la correa y no tengno ganas de ir a por ella anda.
Aquella loba estaba desatada, y agarraba la cabeza de su marido como nunca lo había hecho, éste aplicándose todo lo que sabía le arrancó un profundísimo orgasmo, que dejó a ambos derrengados, pero Virginia, no tenía suficiente, quería más, y le dijo a su marido.
-Limpiamé.
Cuando fue limpiada,con la lengia por supuesto, estaba otra vez a punto de caramelo, y volvió a ordenar:
-Ponte bocarriba.
Cuando vió a su marido en aquella postura, Virginia como impulsada por un resorte le cabalgó a su marido la cabeza y le dijo :
-Cómeme, cómeme toda, pero ya. Entonces se sentó sobre la boca de su marido y dejó caer todo su peso sobre su cabeza, lo cablagó como una briosa amazona, mientras su marido pugnaba por no ahogarse literalmente, pero se las arregló para con su lengua penetrar a su mujer hasta arrancarle un segundo y salvaje orgasmo.
Prácticamente sin descanso, aquella amazona sin cambiar de montura, si que cambió de sitio, y haciéndose hacía atrás un metro se empaló sobre el durísimo falo de su marido.
-Fóllame, dios si fóllame, quiero que me partas en dos, ay si cariño mio, hazme tuya, si, si, así , así, más, dame más, dámela toda, dámela si , si , me voy a correr cariño,me corro, ahhhhhhhhhh me voy a correeer,, si si SSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII DIOSSSSSSSSSSSSSS QUE LOCURA.