La mansión (2: El Lacayo del Siglo XVIII)

El lacayo fué violado por cuatro pedazos de tíos muy cachondos... y a el le encantó.

LA MANSIÓN

(Segunda parte: El Lacayo Francés del Siglo XVIII)

Raúl y yo recogimos nuestra ropas y salimos de aquel cuarto.

  • ¿Te ha gustado la experiencia de follarte a un macho de verdad como mi primo?- me dijo Raúl. - Que ganas tenia de tirármelo y chuparle esa polla que tiene el cabrón. He disfrutado como nunca. ¿Le viste la cara cuando le destapé los ojos? Tío que morbazo, y como te lo has follado por el culo, si es que me estoy empalmando otra vez de lo caliente que ha sido el polvo. Por cierto tengo que decirte, que me encanta como siempre, tu pedazo de polla, que gusto tu cipote dentro de mi. Me has desgarrado los intestinos. - Le di las gracias a Raúl agarrándole el culo cariñosamente - ¿Te apetece seguir participando de mi pequeña fiesta sexual?-

  • Por supuesto, - le dije - tu eres mi anfitrión.

Entramos en un salón bastante iluminado. En el se podían ver diferentes escenas. En un rincón del salón estaba el chico vestido de lacayo que me había abierto la puerta cuando llegué. Lo tenían atado de las manos con una cadena que colgaba del techo, solamente le habían dejado puestos los pantalones de maya. Cuatro tíos vestidos con chaquetas de cuero negras, gorras negras y taparrabos de lycra blancos transparentes, le metían mano por todo su cuerpo.

El lacayo se quedó quieto mirando aquellos hombres tan guapos y tan buenos, que lo tenían capturado.

  • Echa un vistazo muchacho - dijo uno de ellos - mira que cuatro pollas te van a follar hasta que se harten de gusto. Que culito tiene la nenita mas sabroso … si señor … un buen culo de maricón calienta pollas.-

El muchacho seguía atado de las manos al techo. Raúl metió la mano por debajo y tocó la entrepierna del lacayo. Lo que encontró allí, unos 20 cm. de carne gorda y dura como una barra de acero, le confirmó que ese semental estaba preparado para una buena follada, y por lo tanto se lo comunicó a sus colegas.

  • pero si la nenita tiene la polla babeando … “chicos creo que se abre la veda”. este niñato está pidiendo a voces que le partáis el culo con vuestros nabazos … así que ya podéis empezar pedazos de cabrones.-

Al sentir la mano que le tocaba el paquete por encima del pantalón, el lacayo se retorció debajo de la maya. Le gustaba eso de que le estuvieran tocando su abultada verga, suplicando que se lo follaran todos, uno detrás de otro, rompiéndole el culo y la boca con sus pollas.

De rodillas un tío le comía el nabo por encima de la bragueta, mojando con su lengua el abultado cipote gordo que llorabe en forma de liquido preseminal por que lo liberaran de su cárcel de tela, y aspirando el olor de esa dureza en cautiverio. Con sus hábiles dientes muerde y le desgarra de un tirón, rompiéndole la tela del pantalón y liberando por fin una polla grande y dura. El tío la agarra con la mano y se la mete en la boca tragando y follando hacia dentro y hacia fuera, pasándole la lengua desde el capullo, recorriéndole toda la verga hasta los huevos.

Los demás tíos no paraban de meterle mano, uno le rompía el pantalón por detrás descubriendo su hermoso culo, separándole las piernas y abriéndole los cachetes con los dedos. Este te agachó y clavó su boca en el boquete, taladrando a lametones con su lengua, abriéndole el ojete, preparándolo para lo que se iba a tragar en unos minutos. El lacayo meneaba sus caderas adelante y hacia atrás, disfrutando de la mamada que le estaban dando en la polla y presionando su culo contra la boca folladora de su violador. El tercero de ellos, cogió una silla y la puso al lado del muchacho, se subió encima de ella y le puso la polla en los labios. Presionó con su verga por toda la cara del niñato, restregándosela de arriba abajo, agarrándole con sus manos los pelos de la cabeza con fuerza, hasta que finalmente le metió todo nardo en su puta boca.

  • vamos cabrón, chúpame este pedazo de polla, cómetela entera … que yo se que te gusta maricona.- le ordenó el tío subido en la silla.

El otro tío que quedaba, le agarraba el culo al que subido a la silla, le follaba la garganta al lacayo. Con su lengua lamía los pezones del muchacho y le metía los dedos a su compañero dentro del ano, preparando y calentando ese ojete para después mas tarde ser follado.

  • ¡Como se lo están tirando joder! - decía Raúl caliente y todo cachondo - el segundo en follarle el culo voy a ser yo. Mira como tengo otra vez la polla, empalmada y dura como una barra de hierro. -

Yo al escuchar lo que me había dicho mi amigo, me agaché y cogí con mi mano la polla mojada de Raúl, y sin dudarlo ni un segundo me la metí en la boca. Con mis manos le agarraba el culo, separándole los cachetes y metiéndole un par de dedos. La postura de Raúl, de pie abierto de piernas, en posición de mear, cogiéndome de la cabeza y apretando contra mi cara. Me pegó una follada en la boca, que cuando se corrió, me inundó toda la garganta con su leche, como una manguera de un bombero.

  • ¡Joder! … Santi … ¡Que mamón eres! Como sabes chupar una polla. ¡Que gusto tío! Ahora si que me has puesto burro … quiero follarme ese culo de niñato sabroso. -

El tío que le comía los pezones al lacayo, se colocó detrás del mamón que le estaba chupando la polla al muchacho, se agachó y hundió la cara entre los dos cachetes del tío, y empezó a comerle el culo. Mirarlos era toda una diversión, él chupa pollas abierto de piernas con todo el boquete violado por el otro mamonzazo que lo estaba poniendo a cien. El que estaba detrás del niñato mojándole el agujero, se dispuso a embestir con su lanza. Le colocó el capullo tapándole el ojete y de un solo movimiento, se la clavó toda entera rompiéndole el culo. El lacayo soltó un grito desgarrador, soltando la polla que tenia en la boca.

  • Ahora no, mamón que me voy a correr - le dijo el tío que tenia el nabo en la boca del muchacho - Sigue chupándome la polla … sigue … así, si … si … perra mamona hija de puta … -

Y dicho esto el cabrón le soltó tres trallazos en la garganta, se corrió vaciándole toda la leche caliente dentro de la boca del niñato. El lacayo se lo tragó todo, resbalándole por la garganta todo el semen que el tío le escupía por la polla. Moviéndose aceleradamente adentro y afuera hasta que el muchacho se la dejó seca y limpia con su lengua.

Le follaban el culo que daba gusto, el tío empalaba su agujero con la verga, dispuesto a llenarle de espeso líquido blanco todo ese culo de folla pollas que tenía. De un rápido y violento movimiento, el que se lo tiraba por detrás se echó encima del lacayo, cogiéndolo del pelo con las manos y clavándole hasta el fondo todo el cipote, mientras se pegaba una corrida de vicio. Como jadeaba de gusto ese hombre mientras descargaba su polla en ese culo, por las piernas le chorreaba el semen aun caliente al muchacho. El tío que le comía el culo a su colega, se tendió en el suelo boca arriba, dejando ver como su lengua se introducía en el boquete dejándolo mojado de saliva. Con sus mañazas le agarraba las caderas subiendo y bajando ese culo rico y apetitoso. Chupeteaba con su lengua la raja del ojete y los huevos, pasándosela alternativamente por ambos sitios.

Yo agarré a Raúl y lo senté en la polla del tío que estaba tumbado en el suelo y cogí mi verga colocándosela al otro para joderle el culo bien lubricado. De un golpe se la metí entera del calentón que tenía. Su colega me daba con la lengua en la polla y en los cojones, pues yo estaba de rodillas, con su cara debajo de mi entrepierna y follándome el culo de su compañero en lo alto de su cara. Atrapé con mi mano la polla al tío que me estaba tirando y comencé a pajearle como un bestia, descapillándole al máximo el cabezón palpitante y amoratado de su polla.

  • ¿Qué me estás haciendo hijo de puta …. Que me muero de gusto ….? - me decía mientras me lo follaba - me corro de gusto mamón … ahhh … sigueee -

Raúl salpicó toda su leche en mi espalda, duchándome y mojándome con su espeso jabón baboso. Al que me follaba por detrás, derramó toda la corrida en la boca de su colega, llenándolo de rica leche, que tragó sin derramar ni una sola gota. Yo la saqué a punto de vaciarme y me subí a la silla, metiendo mi polla hasta el fondo de la garganta del niñato, que todavía estaba atado al techo, y me corrí en su boca, agarrando su cabeza con mis manos y pegando su nariz a mi pubis, presionando su cara para que no se escapara ni una sola gota de mi cremosa leche. De este modo lo dejé que el me terminara la follada.

El tío que se había enculado a Raúl se corrió también, llenándole el culo a mi amigo de espeso y oloroso semen.

Continuará ….