La mansión (1: La Fiesta)
Las fiestas de mi amigo Raúl son apoteósicas,y se muy bien que te hartas de follar.
LA MANSIÓN
(Primera Parte: La Fiesta)
Llegué sobre las diez a casa de Raúl, la nota decía que estuviéramos a las diez y media vestidos de algún disfraz de carnaval. Como siempre otra de sus alocadas fiestas de disfraces, pero ya sabia yo que me lo iba a pasar bastante bien. El montaje de las fiesteritas de Raúl eran apoteósicas, a el le gustaba llevarse su tiempo en organizarlas bien hasta el mínimo detalle. Yo en esta ocasión me había vestido de hippi de los 60, con un chaleco de piel de ante marrón abierto en el pecho, una camisa blanca trasparente y unos vaqueros acampanados por abajo y súper ajustados a mi cuerpo, que dejaban ver un paquete bien marcado entre mis piernas.
Tengo que decir que Raúl está muy bien situado y su familia tiene muchísimo dinero. Ellos poseen una de las fortunas mas grandes de toda Andalucía. Tienen tierras, caballos, una fabrica de embasado de alimentos, grandes coches, mansiones.... en fin que además de dinero está bueno,... ¿que mas queremos?
Me recibió en la puerta, un chico vestido de lacayo francés del siglo XVIII, bastante guapo y con un cuerpazo imponente. Me fije rápidamente en el paquete que le marcaba el pantalón de maya, el cual se le ceñía al cuerpo a la perfección. El muchacho era rubito con el pelo cortado a lo militar, ojos azules intenso, cara de tío malo con un toque dulce y picaron, y un culo que cualquiera que se preste a ello, mataría por saborearlo.
Me acompaño hasta el salón donde me esperaba Raúl y con un pequeño guiño se despidió de mi. Mi amigo aguardaba sentado en un sillón, nada mas verme, se levantó y con un gesto de satisfacción me saludó con un abrazo, pegándose a mi cuerpo y pudiendo notar su paquete rozando mi entre pierna. Raúl iba disfrazado de griego, con una túnica corta blanca, trasparente, que apenas le cubría sus atributos mas íntimos. Tengo que explicar, que Raúl era de esa clase de tíos que se pasan horas en el gimnasio curtiéndose el cuerpo. Alto como 1´80, 25 años de edad, con el pelo moreno casi rapado, y con un culo morboso que a mas de uno ya le gustaría poder follarselo... a mi por ejemplo... En pocas palabras que está como un tren.
Bienvenido amigo mío, que bueno que ya estés aquí - me dijo, sonriendo -antes de que digas nada, quiero que me acompañes y que veas a una persona que ha venido a la fiesta, ya verás que morbo.
Pero, ¿qué pasa Raúl, - le dije yo - ya empezaste con tus fantasías sexuales?
Espera y verás - me contestó con una sonrisa pícara - lo que te he preparado.
Me condujo hasta un cuarto no muy grande iluminado con velas, solamente un colchón en el suelo y cuatro columnas de metal en las cuatro esquinas del colchón. Estaba tapizado de rojo granate y había espejos por toda la habitación. Entramos en un pequeño cuartillo pegado a la habitación como si fuera un cuarto de interrogatorios de la policía, de esos que tu puedes ver, pero los que están detrás no pueden verte, y nos sentamos en un sofá detrás de uno de los espejos.
- Ahora quiero que no hables, - me dijo Raúl - solo mira la escena que te he preparado.
El cuadro era muy fuerte, tumbado en un colchón en el suelo, estaba Pedro el primo de Raúl, totalmente bebido y comiéndole la boca a una tía con unas tetas imponentes. Este era totalmente hetero , lo que se dice un verdadero macho rompe coños. La tía seguía chapándole la lengua, mientras Pedro se desnudaba quedándose solo con los calzoncillos blancos. Ella le metía mano en el paquete, mojado de liquido preseminal, restregándose la polla de Pedro con su mano. Yo me estaba poniendo realmente cachondo, se me había empalmado la polla y me recomía con los ojos el bulto hinchado de Pedro. Tenia deseos de lanzarme y quitarle a esa puta la polla de las manos y lavársela a lametazo limpio. La tía se bajó hasta la entrepierna de Pedro y empezó a mamarle el nabo, el se retorcía de gusto y entre gemido y gemido le ordenaba que se la chupara cada vez mas rápido, cogiéndole la cabeza por los pelos y hundiéndole la polla hasta lo mas profundo de su garganta. Raúl me dijo que esperara que ahora venia lo mejor, y tenía razón. De repente entró en la habitación, otra chica desnuda con un antifaz en la mano. Se lo colocó a Pedro tapándole los ojos, dejándolo sin que pudiera ver nada desde ese momento. La mamona soltó de su boca la polla de Pedro mojada de saliva, y se dispuso ayudar a su nueva compañera. Las dos le amarraron los pies y las manos a las columnas pequeñas que había en los extremos del colchón. Pedro esteba tumbado boca arriba con los ojos tapados y atado de pies y manos. Su polla había sido liberada por uno de los bordes de los calzoncillos, toda tiesa y empinada, reposando sobre su vientre. El cabezón lo tenia hinchado y gordo, listo para explotar en cualquier momento. Raúl se daba restregones en el paquete, poniéndose cada vez mas caliente. De vez en cuando, me miraba con una pequeña sonrisa en los labios, para darme a entender lo mucho que estaba disfrutando.
Una de las tías se puso de espaldas a nosotros, sentándose con el coño en la boca d Pedro. Este empezó a chupárselo, metiéndole la lengua hasta el estómago, mientras ella se abría los cachetes del culo con las manos y se restregaba el pubis por la boca de Pedro. La otra tía seguía comiéndole y tragando su pollón, haciéndole un buen lavado en el capullo con la lengua. Raúl me dijo - Mi primo Pedro tenia ganas de asistir a una de mis fiestas, el sabe que no solo invito a hombres, y tu ya sabes, me gusta un buen polvo me da igual con quien, si la follada es buena. Tu sabes desde hace mucho tiempo que quería tirarmelo, ¡como me pone ese cabrón de mierda cuando lo veo en calzoncillos, recién levantado por las mañanas... lo que tiene entre las piernas me vuelve loco! Pero ya te dije que probé de todo para llevármelo a la cama, y sin ningún resultado, hasta que se me ocurrió tomarle la palabra e invitarlo a una de mis fiestas.
Llegó dos horas antes que tu, nos pusimos hablar de tías, del último coñito que se había follado. Según el, una brasileña que le había dado pollazos de todos los colores. Le puse una película porno de bisexuales, tías y tíos follándose a un muchacho de todas las maneras posibles de joder. Bebimos bastante mientras hablábamos, mis dos putillas me ayudaron mucho, calentándolo y poniéndolo cachondo con sus uniformes de criadas muy apretados y cortos. Cada vez que le servían una copa, le ofrecían el culo en pompa con las bragas metidas por el coño. Dime tu... ¿a que tío no se le pone la polla dura con ese espectáculo?... A sin que lo calentaron lo suficiente como para romper la tela del pantalón con la erección que ya tenía. Una de mis chicas se lo llevó a este cuarto previamente preparado por mi. Y ahora esta es la escena, el chupándole el coño a esa tía y regalando ese pollón duro y tieso, a la espera de ser aliviado.
Pedro seguía mamándole el clítoris a la chica que estaba sentada en su boca, mientras la otra masturbaba el nabo de Pedro echándole el aliento con su cara pegada a la entrepierna de ese pedazo de tío. La tía que agarraba la polla de Pedro, miró a Raúl y lo invitó, ofreciéndole para que comiera de ese manjar tan delicioso. Mi amigo se levantó y se dirigió directamente a saborear ese cipote, entró en la habitación contigua, se agachó sin hacer ruido y empezó a chuparle la polla como un loco desesperado, tragando y llenando su boca con ese pedazo de carne gorda y dura. Pedro disfrutaba de lo lindo, retorciéndose del placer que al parecer le estaba dando la tía con la boca... eso es lo que el creía. Raúl era digno de ver propinándole lengüetazos al rabo de su primo, como un animal salvaje, y con todo el culo en pompa, ofreciéndome un maravilloso espectáculo. Se abrió los cachetes del culo con las manos y me enseñó su carnoso y sabroso boquete, como pidiéndome, suplicándome que se lo follara. Se pasaba los dedos por la raja del culo calentándome la polla y a mi me faltaba poco para correrme en el asiento. Me levanté y entrando en el cuarto, me puse de rodillas debajo de su culo, aparté la fina tela del slip, separé con mis manos sus cachetes y acerqué mi lengua propinándole unos buenos lametazos. Le comí todo su agujero, saboreándolo, devorándolo con apetito y follándoselo con mi boca, metiéndole unas sacudidas de placer, de gustazo pleno. - ¡que culo tenia el cabrón, delicioso de verdad como a mi me gustan, respingones!-
Pedro estaba a punto de correrse, después de la chupada que le estaba pegando Raúl en la polla. Empezó a moverse de gusto, retorciéndose mientras escupía como una metralleta, toda la leche dentro de la boca de su primo. Este no hay ni que decir, que se la tragó toda entera, hasta la última gota. Después de limpiarle bien el nabo y de beber el liquido caliente que le resbalaba por la comisura de los labios, Raúl, le ordenó a la chica con la mirada, que le abriera bien las piernas a Pedro, y le levantara con las manos el culo acercándoselo a su cara. Lamió como un poseso, metiendo la lengua por todos los rincones de su agujero, saboreando, follándoselo en una palabra.
Pedro no se daba cuenta de lo que pasaba, el solo gemía disfrutando como un loco. Yo apunté con mi polla al culo de Raúl, que ya estaba a punto para recibir una buena follada. Me lo follé desgarrándole el ojete, a una velocidad bestial, hasta que me corrí llenándole todo su jodido culo de calienta braguetas y mojándole hasta las entrañas. Fueron como cuatro trallazos bien escupidos... y el reculaba para que no se saliera nada de aquel jugo tan rico. Yo aún seguía caliente y con la polla tiesa. Las tías salieron de la habitación y nos quedamos los tres solos. Raúl, se subió encima de Pedro, se metió en el culo la polla de su primo y empezó a - tirárselo. - ¡Como se lo estaba follando, daba gusto ver como le entraba ese cipote bien gordo, pegándole sacudidas de placer. Ese culo entero abierto, comiendo todo un manjar delicioso!-
Mientras, yo me coloqué delante de la cara de Raúl, y antes de que se diera cuenta le agarré de la cabeza y le clavé mi polla hasta el fondo de su garganta, casi no podía respirar, pero no por ello iba a dejar de envergarle esa boca de mamón. Pedro, enculaba como un salvaje dando unos cipotazos de gusto y hundiéndosela hasta el vello púbico, produciéndole a su primo ráfagas de dolor y placer por todo su cuerpo. Sentí que me iba a correr de nuevo, y no solo yo porque Pedro, aumentaba su ritmo de embestidas y en un abrir y serrar de ojos se vació dentro de Raúl, llenándole los intestinos de leche caliente. Yo hacía lo mismo pero por la boca, inundando toda su garganta de semen. Raúl tragaba por ambas partes mientras se corría en el pecho de Pedro, salpicándole el cuello y la mejillas.
Pedro se dio cuenta de que algo marchaba mal, porque normalmente una tía no se corre de esa manera, disparando a distancia liquido por el coño. Le dijo a quien estuviera allí que le destapara los ojos. Raúl con la polla aún metida en el culo le quitó el antifaz. Pedro no se sorprendió .
-¡ pero que hijos de puta estáis hechos, cabrones ! Como sabia que mi primo estaba loco por meterse mi polla en su puto culo. Desde que llegué a la casa, estaba deseando petarte ese culo que tienes de maricón. Así que venga a seguir follando putos maricones.-
Raúl y yo hicimos lo propio ya que nos lo había pedido tan cortes, y ahora fue mi turno. Me arrodillé delante de Pedro, agarré su culo con mis manos y lo levanté a la altura de mi verga. Se la metí de un solo golpe, haciendo que chillara de dolor, desvirgándolo por detrás y follándomelo destrozándole el boquete como un salvaje.
- mamonzazo . ¡ como duele ! Te voy a meter mi polla por el culo, y te lo voy a partir por la mitad hijo de puta -
Raúl seguía moviéndose con la polla de Pedro todavía metida en el culo, y cascándose su nabo como un animal, mientras le besaba la boca a su primo. Volvimos a corrernos los tres, Pedro dentro del culo de su primo Raúl, yo dentro del culo de Pedro, y Raúl se vaciaba en el pecho de su primo mientras se pajeaba el nabo con la mano.
Cuando terminamos, las dos tías volvieron a entrar y tomaron nuestros puestos.
Continuará