La mama que no resistio a su hijo
Una mujer deseosa de sexo nos cuenta sus relacion con su hijito.
Esta historia esta contada en primera por una mujer casada con su hijo.
Al gunas noches entre semana solia estar en el salon de casa con una camiseta que me llega un poco por encima de las rodillas, al sentarme se me subia y dejaba gran cantidad de muslos a la vista, yo no lo hacia con intencion alguna, solo por estar mas comoda y no daba ninguna importancia al hecho de que tambien estuviera mi hijo sentado a mi lado. Pero me parecio que me miraba demasiado como de pasada, yo lo vine observando unos dias y notaba como despues de mirarame furtivamente se levantaba y se iba al cuarto de baño.
Algunos dias despuesde soñar que mi hijo se iba al cuarto de baño para pajearse pensando en mi, eso me ponia tan caliente que me tenia que masturbar pensando en el. Estando las cosas asi, y yo con mi excitacion cada vez mas palpable, decidi ponerle a pruebas para descubrir si de verdad mi hijo me deseaba como yo deseaba. De esta forma, poco a poco, me fui disimuladamente volviendo mas atrevida. El juego, al menos el mio me provocaba un morbo increible, asi que, me arreglaba un poco mas cada noche antes de que llegara para que me encontrara atractiva, pero mi hijo no se comportaba de manera diferente, solo esas miradas furtivas, o al menos a mi me parecian que lo eran. yo que queria soñar que el me dedicaba sus masturbaciones, me sentia cada dia una hembra mas deseosa, y me ponia cada vez ropas de estar por casa mas corta.
Estuve pensando unos dias y me decidi una noche por no ponerme bragas. Me diò mucho pudor el dia que decidi de enseñar mas alla de lo de todos los dias, es decir, no me atrevi a ser mas explicita, la falta de seguridad mia me producia frustacion y calentura, asi que me marche a la cama y me masturbe, tuve un orgasmo que casi no pude contener, los suspiros, sin querer, fueron las altos de los deseados. Mi hijo no tomaba nada de iniciativa, yo era incapaz, me parecia que lo que yo intuia de que me deseaba era una quimera de una cuarentona calentorra y aburrida, asi que decidi olvidar mis provocaciones a mi propio hijo. La vergüenza que sentìa nunca antes la habìa experimentado. Los dias posteriores dejè de provocar, como lo habia hecho los dias inmediatos y quise olvidarme del asunto. Sin embargo, un dia de una tormenta grande de truenos, le dije a mi hijo que no me acostaria hasta que pasara, de verdad que me da panico y allì fue cuando mi hijo me contestò : -vamos mami, ¿como vas a estar aqui hasta que termine la tormenta?, si quieres yo me quedo contigo en la cama. Al escuchar eso me estremeci, tenia tanto miedo que no me pare a pensar y le dije que si. Yo en ese momento, lo juro, no pensaba en sexo, vuelvo a decir que solo tenia panico, en mi casa cuando habia tormentas, como no estuviese mi esposo
Yo me quedaba en el sofa, me sentìa mas protegida. Luego nos dirigimos a mi habitacion, fui al cuarto de baño y me puse un pijama. Cuando llegue mi hijo ya estaba acostado, me meti en la cama y allì el me preguntò- ¿estas ya nas tranquila? - Sii hijito mio contestè
-No te preocupes que estando conmigo no te pasara nada, me dijo. Yo estaba vuleta de espalda a el y me tomo por la cintura. Asi estuvimos un rato, yo no me atrevia ni a respirar y menos a moverme, sentia sus asperas manos en mi cintura y me reconfortaba Pasadas unas dos horas la tormmenta amaino, le di las gracias y le dije que si queria que podia volver a su habiatacion.
no mami. me respondio, aqui estoy muy bien. ¿TE MOLESTA? -no, le respondi. mi hijo subio las manos, y se arrimo a mi, me dijo: -no te pasara nada. Sus manos rozaban mis pechos, y empeze a sentir la calor de una hembra en celo, pero no me queria ni mover su cuerpo. El se apreto mas a mi y senti la dureza de su miembro en mi trasero. Estaba que no podia mas. En ese momento sus manos estaban debajo de la camisola del pijama y me tocaba suavemente los pechos y luego a tocarme los pezones con dos dedos. Yo no podia mas, estaba caliente como una perra !Y CON MI PROPIO HIJO! las caricias en mis pechos me tenian al borde del extasis, y empeze suavemente a empujar mi pompis hacia atras, no me podia contener. Mi hijo me dijo suavemente al oido:
-mami que buena estas. Yo queria decirle que aquello no estaba bien, pero era incapaz, mi calentura tantos dias controlada me lo impedian. Y no dije nada, simplemente me dejaba hacer. me tomo la mano izquierda y me la llevo a su sexo, al principio queria soltarla, pero no podia, asi que se la aprete con fuerza, era una verga enorme, dura y caliente de alrededor de 18 a 20 centimetros. La tenia tomada con mi mano extendida hacia atras, no podia soltarla. Espera mami, me dijo, y volviendome hacia el, me levanto y me bajo la parte baja del pijama, le ayude y me desvesti por completo, quedè totalmente desnuda y excitada para el. Ahora los dos estabamos como dios nos trajo al mundo.
Alli èl no dudo un instante y empezo a empujar sobre mi vulva caliente, y le dije que parara que todavia podia quedarme preñada Yo no tomo nada para evitar el embarazo asi que le pedì precaucion. -Espera. le dije mientras me dirigi a un cajon del ropero, alli debajo de la ropa camuflado, tenia una caja de condones de su padre, tome uno y se lo puse muy despacio.
Ahora puedes tomarme le dije. _ no mami tomarte no. Dime que te folle. me daba verguenza utilizar con el esas palabras, insistia una vez y otra y tuve que decirle: SI FOLLAME. Me empezò a bombear salvajemnte con esa pija tan dura que no tarde en correrme a las dos o tres embestidas. Pero, deseaba mas y yo tambien. Me puse a cuatro patas y le dije:FOLLAME. Se puso detras y me la metio con unas ganas que asombraba.
Nunca lo habia visto a mi hijo asi. Gritaba desaforadamente. me llamaba -puta calentona ¿te gusta que te diga esto mami? - si cariño soy tu putita calentona y te dera todo el placer que quieras. No me queria perder su lechita por lo que le dije que no se corriera - Mama te la va chupar todita hijito. Me incorpore y le chupe su enorme verga -no te corras, le dije, dejandole de mamar, correte en mi boca, me puse tumbada en la cama se lo toque dos o tres veces y un chorro caliente como una fuente salio llenandome la boca y rebosando hasta mi cuello. Aquella noche y las sigueintes dormimos como dos amantes.