La mama de Nina
Una señora mayor me hace disfrutar de algo nuevo
Con Nina teníamos una gran relacion, sin ser una relacion abierta, a veces cada uno por su parte teníamos algo de sexo por afuera.
Con lo que no contaba yo, era que Nina tenía una mama super hot.
Salimos un domingo, me quede a dormir en su casa, y el lunes Nina se levantó temprano y se fue.
Yo me levanté, me puse a desayunar tranquilo, yo entraba más tarde a trabajar.
De repente, escucho la llave, la puerta se abre y entra una mujer.
: -hola, vos sos?
S: sergio, estoy saliendo con Nina y ud es?
: -jaja, soy la madre de Nina, pase a buscar algunas cosas, tranquilo, me podés tutear.
Mujer de unos 50 años, yo en ese momento tenía 32, Nina unos pocos menos que yo, pelo atado, tetas operadas, cintura trabajada y se notaba bajo la pollera una cola bien durita. Seguramente horas y horas de gimnasio.
Fue a la habitación, estuvo un buen rato, mientras yo terminaba de desayunar y me cambie.
Apareció en la cocina.: -no te vayas, tomas unos mates?
Asi que estuvimos hablando durante una hora, de bueyes perdidos. Yo sentía una tensión sexual, pero la verdad no me parecía cogerme a la madre de mi novia.
S: -bueno, me voy
Me acerque a la puerta, y me acompaño. Al saludarme me dio un tierno beso en los labios. Cerré la puerta, y caminé por el palier hacia el ascensor. ¿Y si la madre queria solo una cogida?
Me volvi, toque timbre.
La mirilla se abrió, me miro, se rio.: -, jaja. pasá. me lo imaginaba
Me abrió la puerta, y nos besamos. Se llamaba maría jose. Me tomo de la mano, y me llevo a la cama de Nina. Se desvistió dejando al descubierto un cuerpazo. Como imaginé, bien trabajado, tetas firmes, abdomen plano, una vagina totalmente depilada. Se acostó sobre la cama, y me espero. Me desnudé, y me puse entre sus piernas.
Su concha empezó a mojarse, producto de mis manos que iban haciendo su trabajo. Rozaba con mis dedos su clítoris, y empece con mi lengua a chupar y tragar sus jugos. Majo se retorcía de placer y me pedia que no pare. Baje hasta su culo, hermoso y abierto. Mi lengua entraba un par de centímetros, eso hizo que se dilate y que pueda meter algun dedo tambien.
Volvi a su concha, ya con dos dedos metidos en su culo. Chupaba, mientras la miraba a la cara. Mi lengua recorría todos sus pliegues, llegando a lo más profundo. Quité mi mano de su culo, para poder abrir sus gajos, y hundí mi boca en su concha, que era un mar de leche. Su aroma, y su humedad golpearon mi cara. Fue demasiado para Majo. Exploto, y soltó un chorro de su concha. Era una acabada de campeonato, mientras seguía masturbándola, seguían saliendo sus chorros, con menor intensidad, hasta que la final quedo exhausta, y me pidió que deje de hacerlo.
Me acosté a su lado, estaba con la mandíbula casi luxada, y ella agitada por las múltiples acabadas.
M: -ha…me dejaste muerta. Hacía tiempo que no acababa asi. Estoy agotada.
S: -, jaja. todavia falta lo mío.
Miro hacia abajo, y vio como mi pija apuntaba al techo, y estaba dura como una piedra. Hizo lo mismo que yo, y se metio entre mis piernas.
M: -tengo que devolverte lo que hiciste.
Tomo mi pija con una mano, la descabezo, y con su lengua comenzó muy suavemente a pasarla, de un lado a otro. Solo eso. Mis huevos, y el esto de mi pija seguían sin participar el juego.
Solo era eso. Su lengua, en camara lenta, pasándola por mi cabeza. era un placer diferente para mí, al principio mi pija comenzó a bajarse, pero en unos segundos la cosa se revirtió.
Nuevamente tomaba fuerza, parecía que mi pija iba a quedar descabezada, solo con ese movimiento. Era evidente, la experiencia de majo me estaba llevando hacia el cielo.
Un último esfuerzo, y mi pija comenzó a expulsar leche, de manera muy suave, salía como si apretaras una naranja y su jugo se escurre. Majo iba pasando la lengua, por la cabeza, y a medida que salía semen, ella lo tragaba, mientras no dejaba de mirarme a la cara, para ver mi reacción. Fueron segundos, que parecieron horas, hasta que solo salía agua, casi a punto de morir.
Majo se lamio la mano, paso su mano por la cara, y se chupo los dedos. Mi suegra era un animal en la cama, y me daría cuenta de eso más adelante.