La mamá de Carlos (05)

En parte te envidio, por que lo que estas viviendo, esta en tu propia casa, y me agrada que me lo hayas contado, y me gustaría, que esto sea el comienzo para ser compinche con vos.

La mamá de Carlos (V: Continuan las confesiones).

En parte te envidio, por que lo que estas viviendo, esta en tu propia casa, y me agrada que me lo hayas contado, y me gustaría, que esto sea el comienzo para ser compinche con vos, y si algún día necesitas algo de mi, estoy a tu disposición. Como si algún día necesitas, estar a solas con Miguel y en tu casa no podes, podes contar conmigo.

Gracias, por tu comprensión, pero no voy a volverle a ponerle mas los paños a Miguel.

Te entiendo, de que te sientas culpable, pero te lo digo yo por experiencia, que es mas fuerte el deseo que la culpa. Mira, después de lo que te voy a contar, esta noche vas a estar, esperando que tu hijo no se despierte con una mano entre tus piernas y con la otra masturbándolo nuevamente, y esperando la leche calentita de tu hijo en tus dedos, escúchame.

Vos sabes, que te dejo a Carlitos, una o dos veces por semana, para ir de mi hermana.

Bueno te voy a contar, que hago esos días, los martes voy a vicitarla a mi hermana, pero los viernes cuido a su hijo, espero que te lo vayas imaginando, pero te voy a contar como comenzó todo.

A mí me encanta, ir a visitar a mi hermana, pues me distraigo, y además por que me encanta que me manoseen en los trenes.

De veras... que loca.

Si, me enloquece, cuando esta todo lleno, siempre hay alguno que se abusa y allí comienza mi diversión, siempre y cuando sea de lo más discreto, sino me retiro y a otra cosa. Pero he recibido, caricias que he llegado a lo de mi hermana directo al baño, a pajearme de la calentura.

Me supongo, que estas embarazada, ya no es lo mismo.

Al contrario, yo creía que ya no iba a ser atractiva. Pero como la ropa que uso, por ejemplo los vestidos, por mi panza me quedan un poco más cortos, y ciertos tipos, tienen una preferencia bastante extraña hacia la embarazadas. Una noche que ya venia para acá, me toco viajar de lo mas mal, había un montón de gente, esta del lado de una puerta, pero por un desperfecto no se abría y la gente allí no se movía pues seguía hacia la otra para descender, para colmo y por suerte las luces eran mas bajas por que había algunas que no funcionaban. Tenia a un hombre detrás de mí y un chiquillo delante era como un emparedado y yo en el medio, ya el hombre en la segunda estación comenzó a manosearme y al ver mi aceptación prosiguió con cautela, pero mas decidido, el espacio era reducido y la penumbra se convirtió en oscuridad, Pues la ultima bombilla había dejado de funcionar, yo al contrario, de las demás mujeres que se alejan de tales lugares, yo me quede quieta, gozando cada vez mas de las manos imprudentes de ese desconocido, a la tercera estación nos habíamos quedado casi solos salvo el chico que nos miraba con curiosidad, y disimuladamente con cada movimiento del tren se acercaba mas y mas hacia mis pechos. En eso el hombre de atrás mío, se acerca mi oído y me dice: Ojalá hubiese sido yo quien te hubiese hecho esa pancita, pero no tuve esa suerte mamita, así que te voy a dejar mi lechita por toda tu colita.

A todo esto, yo ya sentía que se había sacado la pija afuera y me la estaba pasando por las piernas y por mis bragas. No supe que hacer pero mi conchita respondió inmediatamente mojándose a mas no poder. Y para no hacértela mas larga, y no desviarme mas de lo que iba a contar, al bajar del tren por mis piernas chorreaba, la leche de ese desconocido.

Y mientras eso sucedió, el muchacho se aventuro a manosearme los pechos, tanto me gusto que lo pajee allí mismo, y sabes como son los pendejos que acaban rápido lo cual hizo sobre mi mano. Hay, yo nunca me anime, a una cosa así, aunque tengo mis cosas también.

Creo que esto va a ser el nacimiento de una verdadera amistad, la amistad de dos almas gemelas.

Pero volviendo a lo que nos interesa, los viernes me quedo sola con mi sobrino, por que mi hermana tiene que trabajar, y el único día que no tiene con quien dejarlo. Todo comenzó un martes que mi hermana y yo estabamos en la pileta y hacia un tiempo largo que mi sobrino había entrado en la casa.

Voy a buscar algo para tomar.

Ok, bárbaro, ya que vas adentro te fijar que esta haciendo Ricardito.

Bien, que te traigo...

Una coca.

Al entrar, veo a Ricardito en la heladera, buscando una gaseosa.

Hola, no me das una coca, para tu mama y un agua para mi.

Si tía.

Vamos, para la pileta que tu mama preguntaba por vos.

Bueno, casi al estar saliendo, me dice me esperas que voy al baño.

Si mi amor.

No se como fue, la cosa que, mire hacia la pileta y mi hermana estaba en la reposera, durmiendo, así que me acerque a al puerta del baño que no estaba del todo cerrada.

Mi corazón, latía a mil por horas y las rodillas temblaban, pero entre igualmente.

No te asustes Ricardito,

Solo vine, a ver que hacías, y ya que estoy aquí, te voy a ayudar a secarte, así vamos a la pileta que te parece.

Si tía..

Pero me tendrás vergüenza de tu tía.

Veni..

Y tomando, un pedazo de papel higiénico, comencé a secarle su pequeña pijita, tire la pielcita hacia atrás y seque hasta la ultima gota, mientras él me miraba, dejándose hacer. En el mismo instante, que la comenze a sentir latir en mis manos, mi entrepierna se humedeció con una rapidez increíble. Fueron, unos minutos, momentos inolvidables e intensos. Al ver y sentir el crecimiento, mis dedos por costumbre o instinto comenzaron a bajar y subir lentamente.

Te gusta como, té seca, tu tía esta linda pijita que tenes.

Si tía..

A mí me vas a decir la verdad no?

Sí, tía...

Vos cuando estas solo te tocas...

Si tía..

Entonces a ella, le debe gustar, que la toque, no te parece...

No se como, comencé a hablarle en tercera persona, pero el enseguida, entendió, mi forma.

Y además, me excitaba a mas no poder, hablar sí...

Entonces le va a gustar como tu tía le hace, una pajita.

Sí. tiaaa..

Pero mira que rápido, le salió la lechita no?

Contesto, subiendo y bajando la cabeza...

Hay, que lindo es, ya es todo un hombrecillo....

Decile que le muestre a tu tía, cuanta lechita tiene hoy para que yo la quiero tener en mis manos, dale i amor decile, que escupa todita su leche sobre tu tía.

No termine de decir mis palabras, cuando tres escupidas de leche me mancharon la falda, brazo y la mano.

Cuanta tiene mi amor, tiene mucha como le gusta a tu tía.

Tía, y si mama...

Tu mama, no se tiene que enterar, esto a quedar entre vos y yo... y él sabes...

Te gusto, lo que te hizo, la tía.

Sí.

Va a ser nuestro secreto, mi amor. Y si no decís nada yo se la voy a hacer, cada vez que él quiera sabes...

Ahora, vamos a la pileta.

Ese día termino, lo mas bien, la verdadera, satisfacción vendría el viernes, que era cuando, me quedaría casi todo el día sola con él. Es viernes me fui preparada.

Incluso, me soñaba a mi misma, hablándole de esa forma a mi sobrinito.....

En eso toco, el timbre de tanto hablar, ya se había hecho la hora en que regresaban los chicos de la escuela....

Mira la hora que es, son los chicos...

Bueno, esta noche te llamo y seguimos hablando.

No, no deja que yo te llamo, cuando se duerma mi marido, así puedo hablar mas libremente sabes...

Ok, espero tu llamado...

Va..va... Tanto apuro.....

Pasen chicos, esta tu mama, Miguelito.

Hola, ma. Podemos ir al club.

Antes a tomar la leche, y después veremos.

Dale, ma..

Continuara...

ddelfin@yahoo.com