La Maldición del Hechicero oscuro. (2.)

Februus elabora un complicado plan para tomar el reino ,tomara como esposa a la hija de la reina Keran, que casualmente también lo es de él. Nuestra reina consentirá obligada por la propia preñez que vuelve a rondarla después de las continuas visitas del príncipe ; su hijo.

Keran se inclino sobre la cuna de su pequeño milagro rozando suavemente la mejilla sedosa con su dedo, era aterciopelada como la sedosa piel de un jugoso melocotón. Se encontraba en la zona mas recóndita del castillo, allí donde nadie osaba adentrarse.

Las leyendas entre la servidumbre hablaban de ruidos extraños, pasos de almas en pena rondando, lloros de criaturas de otro mundo.

Nada mas alejado de la realidad, – se dijo sonriendo por encima de la cuna.

  • Es preciosa... casi tanto como tú-- le susurro la voz al oído besándolo cariñosamente.-- Me siento tan orgulloso madre..., – apoyo la erección sobre el culo de Keran.-- Tanto.. que quizás... debiéramos hacer otro... mmm?

Aguantando la respiración contemplo el pequeño mechón oscuro sobresaliendo de su cabecita, girando su cabeza atrapando la boca del príncipe Regnar en un lascivo intercambio de lenguas. Era tan parecida a él, tan exigente...,los ruiditos agitando los puños reclamándola , la hicieron despegarse de la boca de su hijo con un leve hilillo de saliva uniéndolos, su pequeña hijita deseaba ser tomada entre sus brazos.

El amor olvidado y desterrado en su corazón durante aquellos últimos 20 años parecía haberse acabado, si la observarla entre sus brazos el calor de su amor derretía toda su frialdad, amaba aquella pequeña parte que solo pertenecía a ellos dos. Conociendo a la perfección el cuidadoso examen con el que ambas eran observadas,

Inmediatamente levanto la cabeza pendiente de su hipnótica vigilancia, la perturbaba ser objeto de aquel amor incestuoso, pero ya nada podía hacerse.

Al menos, podían ….. aunque nadie, nadie sospechase que los ruidos que salían de aquella torre eran los de ambos. jamas... Nadie conocería el verdadero origen de los lloros, de los gimoteos, nadie...

Acunándola entre sus brazos se apresuro a procurar el alimento a su pequeña , esta vez seria ella quien amamantara a su pequeña, podía sentir sus pechos hinchados empapar la sencilla túnica de algodón que apenas disimulaba la madurez de sus 34 primaveras. Los ojos de Regnar pendientes de la gota de leche transpirando a través de la burda tela , su cálida mano llevándosela diligentemente prendida a su boca hambrienta, conociendo a la perfección como acabarían encajando en su boca mientras jodían a un palmo de la hija de ambos.

Sus pequeños gorjeos caldeaban su corazón cuando con sumo cuidado se sentó en el antepecho de sus aposentos escondidos en la torre embrujada, apartando la túnica dejando libre su esplendorosa teta hasta que la boquita se engancho al hinchado pezón rosado y mamo con hambre.

  • Que suerte tienes granujilla...-- pronuncio Regnar inclinándose hacia delante para ver a su hija mamando de la teta de la madre de ambos,-- Con que ganas me intercambiaba contigo... hija mía.-- acuno la tierna cabecita de la niña y depositando un ligero beso sin apartar los ojos de la sonrojada reina viuda.
  • Hijo... no digas eso..-- se sonrojo visiblemente encantada-- Mmmmm... se quedo muda al notar la boca de su hijo invadiéndola , la lengua entrando y saliendo imitando lo que realmente deseaba hacer con ella después de que dejase de amamantar a su pequeñina.
  • Mmmmm, madre... sabes ponerme a tono...-- Se despego echando chispas por los ojos.-- Realmente no se si podre resistir el encierro por mas tiempo.-- Al menos, quedate esta noche …, por favor...-- suplico anhelante.

Se levanto acaloradamente, la erección desdibujaba la deshilachada túnica y lo arrastro a la zona mas alejada de la torre, debía serenarse. Por el bien de los tres, dejo su cabeza apoyada sobre la fría piedra intentando que la férrea disciplina de años de estudio lo invadiese.

  • Lo juró...,--

El juramento a fuego y sangre...-- Feb no podría desdecirse , por ello soportaba el aislamiento,sucediéndose año tras año , dejando correr el tiempo con la única compañía de sus redomas , sus ensalmos , sus hechizos, en la solitaria torre donde todos perjuraban escuchar fantasmas.

Pasaron 3 años ajenos al mundo, esperando la consumación del matrimonio de su hermanita con el Rey negro, aun cuando hacia mas de 8 años que era educada en el convento mas alejado del reino, cerraría el circulo y seria liberado.

Tal como fue acordado, dejaría el reino para no volver nunca.

Eso fue antes de que ellas dos aparecieran.... , algo a lo que no pensaba renunciar. .

La serenidad se apodero de él, hasta poder girarse para contemplar a sus dos amores acurrucados junto al ventanal.

Llevaba esos 3 años solo, aislado de contacto humano en la torre clausurada , pendiente del ascenso de su discípulo Feb al trono. Cerro los puños impotente, preso por su propia ineptitud – Rabia por ser un idiota , un iluso... si jamas hubiera llegado a sospechar eso... contuvo la sonrisa oyendo el chasquido de la boca mamando ansiosa-- consintió con la farsa montada sobre su propia muerte a modo de perverso final.

Feb fue los suficientemente astuto y persuasivo para convencerlo, tentarlo .

Y cuando desfiguro la cara del siervo para ser irreconocible, dejo ponerle sus ropas y lanzarlo inconsciente sobre las lanzas, seria libre..., libre...!

Oculto en una gruesa capa, asistió a su propio funeral, observando con frialdad como Su padre se despedía del féretro en la sala del trono, muerto él, las riendas del reino recaerían en su ambicioso primo Paxtor.

no salio de la oscuridad revelando el absurdo disparate.

Verdaderamente no supuso un sacrificio permanecer alejado de las obligaciones de príncipe heredero, poder dedicarse por entero al estudio de la hechicería, alejado de cualquier distracción vana e inútil, temía demasiado las reacciones del inalcanzable rey negro.

justo hasta aquella noche. Hacia casi un año....

Se volvió lentamente contemplando a la hija de ambos sorbiendo glotonamente del precioso pecho de Keran; su madre, su hembra.

Podía notar el poder en ellas, era magnifico... incluso percibía el trémulo latido de la nueva vida prendida en el útero materno, un nuevo hijo … contuvo el aliento imaginándolo hinchado por la semilla implantada en las entrañas maternas.

Un orgullo primitivo le llego a oleadas.

Apoyándose en la pared cruzo sus brazos, observando como su hijita se destetaba entre sollozos, quien no lloraría al abandonar aquellos pechos?-- reconoció divertido-- pronto sus ojos se encontraron risueñamente , se aproximo hasta percibir el delicado aroma a recién nacido y leche . – Ven con papa..., se animo a tomarla en brazos.--

  • Debe...-- recordó Keran cubriéndose el pecho sin levantar la mirada.
  • Lo se, lo se..., echar los malos humos... verdad cariño.. , ven con tu padre!-- paseo con su hija hasta escuchar un sonoro... Grrrruuuuuuuappp.-- Eeeesooo es, mejor fuera que dentro... – Vamos a dormirte cielo, así mama y papa podrán jugar a darte un hermanito o dos, – ehhh preciosa?, le acaricio la pequeña naricilla.-- Esoo es... – la introdujo en la cuna de madera dejándola balbucir.

Enseguida el calorcillo la invadió, apaciguando el ardor que pulsaba en su entrepierna, no podía evitarlo y mientras veía a su pequeña en los brazos de su hijo Regnar: su joven padre.

Lo escuchaba hablarle en aquel tono con el que la desarmaba, ambos estaban perdidos... Atemorizada por los acontecimientos que habían llevado al nacimiento de su preciosa Zoraly , bajo el rostro sonrojada , el otro pequeño secreto arraigaba de nuevo en su entrañas , estaba otra vez preñada..., los síntomas eran inconfundibles...-- Que seria de ellos?

Doce meses atrás, recordó..., un año que había cambiado todas sus vidas..., tal como entonces entorno los ojos de la pequeña cabecita hasta percibir la mano de su hijo guiándola hasta el armazón de la cama que había llegado a conocer tan bien.

Aquel que había llegado a considerar un fantasma de otro mundo, traído de la oscuridad para atormentarla se cernía besando sus muslos, adorando cada pequeña peca salpicada encima de su húmedo coño.

  • Adoraba aquello, Uuuuuuhhhhmm, siiiiii... sentir el roce de su barba en sus muslos subiendo, lamiendo hasta atraerlo hacia ella. Amaba su lengua danzarina, oooooohhhhhhh siiiiiiii! Le encantaba retorcerse bajo su boca, su mentón frotándose contra su clítoris hinchado.

En ese punto en que levantaba sus caderas incitándola con su gutural carcajada rodeándolo con sus piernas a que continuara mamando de su empapada vagina.

Como una vulgar ramera la ordeñaba hasta dejarla caliente y dispuesta, hasta el punto de suplicarle por su tranca una y otra vez. --- Ohhhhhh hijoooo ..., oooohhhhhhh dioooooos miooooooo mnmmmmm, siiiiii cariñooooo. * Mmmmmm, Cada vez meejooorrr , siiii Mamma, dame tu cremaaaaaa!... – torturaba metiendo la lengua una y otra vez con la retahíla de jadeos resonando encima de él.-- Abre tus piernas madre... dame cobijo en tu interiooor....-- rogó suplicante.

En ese punto Regnar levantaba su pegajosa cara del coño de su madre con hilillos brillantes del sabor que lo atormentaba en sueños, el que podía percibir desde el lugar mas alejado del castillo , relamiéndose al alzarse para el primer polvo, luchando por sacarse la túnica con rapidez y adentrarse en las entrañas de su lasciva madre.

Sabia de su inútil propósito, tal como todas las veces anteriores la angustia se adueñaba de él.

  • Mmmm madre... tengo que estar dentro de ti , ohhhhhhhhhh no lo soportare......-- susurro soltándose la coquilla hasta que su rabo salio disparado como un ariete.

Keran contemplo el gordo tronco de carne tieso por la excitación, asombrándose de provocar semejante calentura en su hijo, ahogada entre el deseo por aquello de lo que ya no podría prescindir nunca. Conocía las consecuencias, el reflejo en sus ojos no daba camino a ningún reproche.

Igual que siempre, ella fue la primera en apartar la vista, justo cuando noto el tacto húmedo entre los labios del coño, el grueso cabezón de su polla se apoyaba con fuerza.

Regnar notaba el cremoso homenaje en la punta de su rabo, mojando todo el tronco engrasando tanta polla como pudo, sudaba igual que un cerdo antes de la matanza, el esfuerzo de aguantar la corrida le provocaba espasmos en los huevos, aquella primera vez seria corta, explosiva.

A través de la calentura la veía jadeando con aquellos inmensos pezones rezumando leche a través de la camisola, luego se dedicaría a sorber cada una de aquellas pesadas tetas, hasta secarlas.

Era puro fuego y miel, su vagina rosada y abultada manaba jugos para su polla, hasta que al envestir en el apretado ojete se hinco con un aullido de otro mundo.

  • Oooooggghhhhhhhhhhhhhhhhhhh madreeeeeeee...., cerro los ojos de puro goce enterrándose en lo mas profundo de su vagina.
  • Uuuuuuuuuuuuuuuuffff...., hijoooo mioooo...--- respondió Keran con un jadeo arqueando su espalda ofreciendo la visión de los círculos de leche manando de su camisola.
  • Maaaadreeeeee...., ogghhhh, – inclino su mejilla sobre la mojada tela de leche materna. – Estas taaaaannn apretadaaaaa, taaaannn humedaaaa …. – ohhhgggggggggggggg! – voy a correrme enseguidaaaaaaa! – empezó a mecerse dentro y fuera.

Pronto el ritmo de sus caderas fue seguido por los bamboleos en que aceleraba cada empellón hasta convertirse en un soniquete de Plooop, plooop, plooop, plooop, resonando entre las abandonas paredes.

Su tranca se clavaba retumbando entre chasquidos lascivos que lo aceleraban mas y mas, sus propios gemidos se unían a la de una muy excitada Keran, en el coro diabólico del que todos huían y del que jamas pensaba prescindir.

  • Maaasss hijoooo, maaaaasss fueeerteeee...., rogó al borde de las lagrimas su madre.

No dejo de mirarla mientras con un rabioso gruñido empujo con todas sus ganas hasta follarla como ella quería, duro y fuerte. Hacia dentro y hacia fuera como un ariete de guerra, rápido, profundo , potente..., haaahhh, haahhh, haaahhh – le cegaba el sudor mientra envestía las entrañas de donde había venido al mundo.

Solo el aullido liberador lo animo a seguir empujando, las pulsaciones del coño estaban volviéndolo loco, su madre se corría en una espiral en temblores deliciosos empapando su rabo y liberando la explosión de esperma inyectada con todas sus fuerzas en cada riñonada .

Cuatro, cinco, seis disparos de semen brotaron de su polla a un ultimo topetazo mientras un rugido propio del animal que anidaba dentro lo hizo derrumbarse al percibir el final.

Escupió semen muy profundo dentro de ella, acurrucado entre sus brazos amorosos que lo ceñían con su cabeza encajada entre el hueco de su cuello.

Keran lo acuno tiernamente, notaba la espesa esencia de su hijo recorriéndole las entrañas, nutriendola inundando todo su ser, fundiéndose con la nueva vida que empezaba a desarrollarse en su matriz. Abrió los ojos satisfecha y beso con delicadeza la empapada cabeza agotada.

Aun estaba duro dentro de ella cuando despertó del letargo y subió su cabeza hasta encontrar sus bocas, abriéndose para su lengua, hasta percibir el susurro del letargo de los amantes impacientes.

Permanecerían un buen rato aun enlazados, entre besos y murmullos de amantes secretos, hasta que sin desalojar de su coño empezaran a desvestirse , sus pieles rozándose, su boca glotona pendiente de sus pechos llenos de leche.

Se amarían toda la noche, entre gemidos y traqueteos continuos, follarían hasta que la mañana los sorprendiera enredados entre las sabanas , ella escocida y repleta de su semilla, el sonriente y somnoliento; momentáneamente curado de su insomnio.

Ella se deslizaría del lecho hacia la cuna , tomaría a su hija entre los brazos hasta que su hambre quedara saciada , cambiaría su pañal con aquel amor que había nacido de manera tan abrupta.

Dejaría dormir a su hijo hasta el atardecer, cuando escabulléndose de su inaplazable siesta de la tarde volvería a la torre a dar de mamar a sus dos hijos. Sin pensalo, avanzo por las escalera con la única iluminación de la vela como guía, desplazándose igual a una sombra hasta sus aposentos. No quería ser descubierta por alguna sirvienta madrugadora.

Daría un ultimo toque a sus vestimentas sacudiéndose la suciedad de la torre hechizada, hasta que sus manos dieran con la piedra que activaba el mecanismo de la puerta secreta junto al murete. Luego solo debería permanecer en su lecho de enferma fingiendo la honda desesperación por la perdida de su hijo el príncipe real y su esposo el rey . Hasta que arribaran las damas, podría descansar unas horas.

Con el calor vertido en sus entrañas como única prueba de su inexplicable cansancio, dejaría a las damas murmurar preocupadas por su salud menguante.

Suspiro entristecida abriendo la otra puerta que daba a sus aposentos, al menos tenia algo de él...-- se metió entre las sabanas de algodón, su ultimo pensamiento del día para él, Regnar. Solo entonces reparo en el bulto junto a su derecha.

  • Mi reina madruga demasiado...-- sonó la voz del rey negro Februus.-- Y estando tan enferma, deberíais descansar un poco mas, por el bien de ambos-- la regaño en tono juguetón sentado junto al ventanal .
  • Mi rey... que osáis hacer en mis aposentos-- subió la sabana instintivamente hasta el cuello-- A estas horas pensaba que estaríais torturando o abriendo en canal algún pobre desgraciado.-- contesto fríamente.
  • Vamos, vamos, mi querida reina..., no tan pronto!, para eso tengo las horas de la tarde-- arranco a reír estruendosamente.-- Solo he querido haceros esta visita de cortesía para, digamoos...-- se desplazo hasta el lugar donde la había visto aparecer .-- Así es como lo hacéis, verdad..., ingenioso, desde luego... realmente ingenioso.
  • Lo que haga o deje de hacer con mi tiempo no es de la incumbencia del rey negro,-- termino de confesar Keran sin apartar los ojos de la figura amenazadora.
  • Bien dicho... Keran, no lo es, no!-- pero si cierta niñita que regresara del convento a lo sumo ; mañana?-- Vuestras precauciones de mantenerla alejada de la corte no fueron lo que se dice acertadas, digamos....Imprudentes. – no podéis tenerla eternamente alejada de mi; su esposo.
  • Sois un monstruo...., envenenasteis al rey...., asesinasteis a mi hijo , como voy a ofrecer a mi pequeña a semejante demonio, – Hice lo que hice por su bien, aunque me doliera renunciar a ella todo este tiempo , volvería a hacer lo mismo.
  • Bien dicho... majestad!.-- Pero ya no os queda tiempo, tomare a mi esposa la noche de su llegada, de eso no es quepa duda, vos seréis testigo de ello. – se inclino haciendo la reverencia protocolaria.-- Bueno, de hecho..., también lo serán el notario real y varios nobles de la corte.
  • No lo permitiré..., grito enfadada la reina-- Es solo una niña..., no es como...-- dejo sin terminar.
  • Vos?-- Eso es lo que queries decir?-- En que sentido...-- En el carnal...-- Bueno en eso, no os preocupéis seré lo bastante paciente , tengo experiencia por los dos.-- Volvió a reírse !-- Si os referís, a lo de vuestros poderes..., bueno, eso es distinto... Con sumo gusto despertare esa parte.-- No os quepa duda.
  • Noooo, mi hija no..., ella no entiende de..., deeee …, Hechicería..., nunca ha sido adiestrada... quise mantenerla lejos por eso..., no podéis..., no.... – Si lo hacéis...., yo..., yooooo...
  • No estoy pidiendo vuestro permiso, mi señora, solo os comunico mis intenciones...-- No necesito vuestro consentimiento, no os equivoquéis.-- Si en estos momentos permanezco aquí es para que ,como amorosa y paciente madre recibáis a vuestra hija tal como una madre lo haría después de tantos años.

Pues esta en vuestra mano, poder abandonar el reino de la mano de vuestros hijos; Regnar y Zorali.

Keran callo agarrándose a las sabanas con los nudillos blancos, aterrada . Acaso el también sabia aquello?, nada escapaba a su negra sombra?.--

Regnar le había susurrado en el lecho las condiciones en que abandonaría el reino, jamas hasta entonces había lamentado ser la reina viuda, atada al reino de su difunto esposo hasta el día de su muerte.

Acaso había una posibilidad?, si la hubiera habido no habría dudado en escapar con sus hijos, aunque se tratase a un estercolero.

Pero no lo había..., eso pensaba entonces.

  • Os ofrezco una salida, así de sencillo. Que es para vos un simple : “Hija de mi corazón, te entrego a tu esposo que cuidara de tu alma y de tu cuerpo...,”, ya sabéis; Blaaaa, blaaa, blaaaa... ya sabéis …. la confianza y todo eso...- lo típico.-- gesticulo dándole poca importancia.

Como gratitud por parte mía, podréis abandonar el castillo con vuestros hijos a un lugar en los confines del reino de Pagtar: al otro lado del mundo conocido.-- * No os creo..., no puedo... hacerle eso a mi hijita...-- se revolvió nerviosa en el lecho.-- Que clase de madre seria?-- Haríais de ella una desdichada..., – * Señora mía... , no me como a niñas si esos es a lo que os referís. Tenéis mi palabra, cuidare honorablemente de vuestra hija...-- No estaréis en condiciones de negociar en un par de meses, cuando vuestra barriga vuelva a hincharse con la semilla de vuestro hijo.-- Seamos serios, podréis comenzar lejos en otro lugar,donde nadie os conocerá... podréis fornicar y parir todos sus hermanos-hijos, incluso casaros con vuestro propio hijo, si lo deseáis.-- Se carcajeo complacido con su ocurrencia. * He de pensarlo..., – admitió Keran por primera vez en la noche-- Yo he de tener en cuenta... lo que Regnar...-- se llevo instintivamente la mano al vientre. * Por supuesto, pensadlo..., pero no demasiado..., recordad mi oferta cumple a su llegada, luego sera inservible...-- No dejareis que otro de vuestros hijos nazca en semejante cautiverio?-- Verdad?-- Imaginaos encerrado junto a su padre en la torre.-- se apresuro a deslizarse junto al vano de la puerta. * Esta bien..., tendréis mi respuesta al amanecer...., --retiraos apresuro a despedirlo la reina.

Februus se alejo con paso lento, agradecido por el golpe de suerte con el que se había encontrado. La reina preñada...., enredando el cordoncillo con el que pensaba estrangularla se entretuvo paseando por los corredores, en la soledad de las primeras luces se alegro de haber encontrado aquella solución tan practica.

Admirado de nuevo por su suerte , se divirtió gratamente sabiéndolos lejos de Tarquinia; jamas se arriesgarían a poner un pie en el reino.

Quien se lo hubiera imaginado: después de todo había encontrado al semental en su propio hijo.

Se apresuro a recorrer la distancia hasta su cámara con suma rapidez, la unión se consumaría , no habría vuelta atrás, era cuestión de paciencia despertar los encantos adormecidos de su joven esposa.

Tal cosa lo entusiasmo al deslizarse desnudo entre las sabanas, a lo sumo una noche..., dos... y desvirgaría a su hija en esa misma cama..., estaba impaciente.

Porque, quien en su sano juicio pensaría que la joven princesa era su hija? – Nadie.

El poder heredado de su madre junto con el suyo, dotaban a su hija-esposa de un inimaginable fuente de poder y sus futuros hijos?, así lo había predicho el oráculo , sus herederos serian formidables.

La gutural carcajada nació de su garganta al fantasear con ello.

Sus hijos-nietos...-- era realmente increíble, se adormeció dejando relajarse su músculos recordando.

Acababa de salir de las mazmorras se sentía algo mareado, los sesos del pobre desgraciado salpicaban su túnica negra. Pero al menos, por primera vez en su vida no había utilizado herramienta alguna, solo el poder de su mente... el futuro ya no se adivinaba negro... Regnar era débil, en cuestión de tiempo todo lo que tenia seria suyo, todo.

Se le dibujo una alegre sonrisa al imaginárselo , escucho los lloriqueos del nuevo bebe real resonando con furia.

El calor le subió a las mejillas, sii... era verdaderamente afortunado.

Era demasiado de golpe, y apenas pudo sujetarse a las paredes según iba subiendo, aproximándose hasta las letrinas, vomito el desayuno entre arcadas amargas, algo mas repuesto se acerco a las cocinas, siempre podía robar algo suculento o no podría aguantarse sobre sus pies.

Debía recuperar algo de fuerzas, era necesario si quería volver a dominar el poder que se revolvía dentro de él.

Tomo una manzana mordiéndola con ansias, el bullicio alrededor de las cocinas era el habitual de todos los días, siervos entrando con bandejas repletas de manjares exquisitos. Al igual que siempre, se celebraría una estúpida fiesta donde las damas y caballeros de la corte acabarían rodando por los suelos borrachos y salidos.

Poco importaba si solo acabara al amanecer del día siguiente, comenzaban pronto para tener mas tiempo a vomitar y follar sin reparo alguno.

Que desperdicio, pensó agarrando un jugoso muslo de pollo. Las puertas se abrían y podía escuchar el murmullo de música , risas escapando de las bocas de toda aquella camarilla de la que se rodeaba el nuevo rey.

De golpe asomando de las caballerizas escucho el murmullo de un caballo relinchar, después de todo alguien no consideraba divertido la fiesta-- se dijo tirando los huesos mondados.--

Mala suerte para ti... calzonazos... susurro dirigiéndose al rey borracho,-- Eres un pobre diablo...!-- Solo es cuestión de tiempo-- siguió los pasos tambaleantes del monarca.-- Hasta que mi hija este madura..., entonces..., Todo..., toooodoooo... sera mio.-- dio un firme puñetazo , volviendo sus pasos hasta el inconsolable llanto de su hija. – Ya voy pequeña... papa esta cerca.-- Pero lo primero era entrar al servicio de Regnar y aquello era fácil, solo había que pinchar algo su orgullo, así de sencillo.

Aunque si llegara a sospechar que su pequeña hermanita formaba parte de un elaborado plan que lo derrocaría .., jamas lo tomaría bajo su servicio... Ay si llegaras a sospechar cuanto disfrute follando a tu esposa...-- soltó melancólico.

Sabia lo que tenia que hacer, todos conocían las costumbres de la reina ,así que cuando diviso la capa roja ondeando sobre la grupa del caballo, salio tras ella. Era la mañana de la anual visita conyugal al lecho del rey. Todos en la corte conocían esa fecha, se organizaba una fiesta desde el alba hasta el anochecer culminando en la visita del rey en los aposentos de Keran. – Llevaba celebrándose como una tradición desde hacia mas de 12 años de la llegada de ella.–

Siempre se le permitía alejarse del castillo ese día, solo hasta el atardecer cuando volviese a sus aposentos y se preparase para la visita real.

Allí estaba, puntual como todos los años.-- se dijo escabulléndose hasta las caballerizas partiendo al galope.

  • Muchacho..., eh tu?-- llamo al niño que había sostenido las riendas.-- Donde va la reina?-- le lanzo una pequeña moneda de bronce.
  • Al mercado..., creo que a comprar algo a los artesanos...-- mordió la moneda.-- Porque...?-- Ehhhh.... ese es el jamelgo del Tio Clarus..., – Sueltaloooo...., – se apresuro a cerrarle el paso.
  • Si callas la boca..., tendrás una moneda de plata a mi vuelta..., entendido?-- tentó al niño subiendo de un salto al lomo ,azuzando con los talones.

Galopo con el viento peinando su pelo , hasta que finalmente encontró justo a la entrada de la aldea el ajetreo del mercado de artesanos. Bajo de golpe del caballo , atándolo junto al poste del ahorcado y se dirigió con paso raudo a la multitud que empezaba a congregarse en los puestos.

Vio hojalateros, cereros e incluso un viejo zapatero pero no consiguió distinguir la capa roja de la reina.

Decepcionado , vagabundeo por los puestos sin apreciar nada . Justo cuando sus tripas volvieron a sonar con fuerza se dio por vencido , aun le quedaban 12 monedas en su cinto suficiente para una jarra de aguamiel y un par de huevos cocidos. Con esta idea se acerco hasta la posada de la puta feliz donde espero la hilera de parroquianos fuera disolviéndose.

  • Shhhh, la jarra de cerveza esta servida hija..., añade el pastel de pichón antes de que se enfríe y acercaselo a la dama..., no seas mandrosa Clary llevalo tras el huerto de manzanos...-- allí es donde descansa, apresurate... o te despellejare el culo., ya sabes como..!--- amenazo el tabernero sudoroso.
  • Si padre..., murmuro si levantar la cara de su hinchado vientre.-

Februus había captado la conversación con interés , sabiendo de inmediato a quien iba dirigido los mejores bocados de la posada. Podia interceptar a la muchacha, el frasco sujeto a su cinto se agitaba a cada presuroso paso. Le costo casi de 6 noches de destilación en las que apenas cerro los ojos, tres gotas en la bebida y el narcótico dejaría inconsciente al bebedor del mismo.

Salio de la hilera de hambrientos lugareños siguiendo los pasos de la muchacha, la intercepto justo se adentraba en el sendero tras la posada.

  • Muchacha... no deberías acarrear con todo eso, dejame que lo lleve...!-- se apresuro a sacarle la bandeja de encima.--
  • Oh no..., el me regañara si se entera...-- murmuro echando un vistazo sobre el hombro y sentándose sobre la hierba sin demasiada lucha.-- Me duelen los pies..., ufff... siii, que alivio!
  • Eso es... descansa, yo llevare esto ahí detrás... nadie debe enterarse, no? , Descansa... el niño debe estar a punto de nacer , no?-- adivino por la enorme circunferencia de la barriga de la niña.
  • Bueno si... , eso cree padre!-- se acaricio la rendonda curva. Ahora que me pesa tanto solo me deja salir en días de mercado, Papa me cuida muchísimo, a mi y a nuestro bebe...-- parloteo atropelladamente. hay tanto ajetreo... que..., bueno... esta noche solo le dejare hacerlo dos veces, Si no mañana no podremos levantarnos-- se echo hacia atrás acurrucándose sobre la hierba.-- Solo un poquito, un poquito...-- bostezo con fuerza.
  • Esooo es niña..., duerme todo lo que quieras...-- balbuceo alejándose con la bandeja en equilibrio.

Diviso el huerto de manzanos a una veintena de pasos, enseguida reconoció el brillo de la cabellera de la reina bajo una capa gris algo larga. De ahí que no la reconociera, había cambiado de capa. – Astuta.!.

Contó las gotas con sumo cuidado, removiéndolo con precaución, a lo sumo notaria somnolencia y caería presa de una siesta algo tardía.

Esa era su intención.

junto a ella extendido un cabo de sebo del que prendió una chispa surgida de la punta de sus dedos.

El murmullo de la voz era inconfundible, magia..., pura y simple magia.

Una mujer con poderes era algo realmente extraordinario, pocas eran conscientes ni llegaban a sospechar que poseían aquellos dones en su interior. Keran si, – se dijo admirándola en la distancia bajando la cabeza como otro siervo mas, se aproximo hasta la capa extendida bajo el frondoso manzano.

  • aquí tenéis el refrigerio, mi señora...-- murmuro sin levantar la vista, con los saludos y afectos del tabernero.-- se apresuro añadir.
  • Puedes retirarte..., tomo un bocado del pastel crujiente.-- No me has oído?-- Vete...-- le ordeno en tono altanero.
  • Claro.., se apresuro a regresar sobre sus pasos hasta refugiarse tras un tronco nudoso-- Esoo es, bebe un buen sorbo..., así... muy bien... – palmeo satisfecho por el gran trago de la jarra.

Los minutos se le hicieron inevitablemente largos, la observo terminándose el pastel hasta ver su cabeza agitarse intentando despejarse del sopor , la vio estirar los brazos sobre su cabeza hasta caer rendida sobre la capa que había depositado como lecho bajo el manzano.

Esa era su momento,-- se apresuro Februus saliendo de su escondite.-- llego hasta el manzano casi a la carrera, disponía de 3 horas largas para preñar a la reina, con un movimiento rápido se aproximo hasta la figura dormida voltandola, aplico un leve cachete en su cara –estaba profundamente narcotizada-- se apresuro a mirar a ambos lados del camino solitario. Con sumo cuidado coloco boca arriba a la durmiente Keran , sus manos temblaban mientras recorría el suave brocado borgoña, la excitación de lo prohibido le dio alas a posar sus manos sobre una de las tetas, amasándola con ansiedad.

En seguida los estupendos pezones empezaron a despuntar bajo su mano, siiii... definitivamente valió la pena contenerse durante 40 noches, su semilla arraigaría en sus entrañas con total seguridad.

A sus 16 años era normal estar empalmado continuamente, las mozas en las cocinas, las sirvientas rondando por todos lados, incluso las encopetadas damas abrían sus piernas cuando el alcohol circulaba en aquellas bacanales desenfrenadas.

Solo tuvo que permanecer lejos de toda hembra durante ese tiempo, aunque tuviera deseos de tocarse y vaciar su polla en sus entrañas, jamas desperdiciaba su esencia en la vagina de ninguna de ellas.

Era demasiado valiosa.

Ahora con la reina a sus pies , desmayada seria otra cosa. Ansioso y cachondo después de tantos días, parecia que su verga iba a agujerearle el jubón negro , atontado se peleo con las lazadas de sus calzas y la tranca salio disparada como una pica de asalto.

Se acaricio un par de veces la dolorosa erección, llevaba demasiado tiempo sin correrse y la caricia se torno en una penosa prueba de aguante. Ya estaba dura.

Volvió sobre la reina posando sus manos sobre la túnica borgoña, bajando por su cintura hasta llegar al centro de donde deseaba estar enterrado, apenas manoseo por encima de la tela escucho el gemido profundo de esta salido de su garganta.-- Huuuuuuuuummm...-- ronroneo en sueños Keran.

Continuo bajando la mano hasta llegar al cordoncillo dorado del bajo, engancho la mano y subió la túnica hasta la cintura, unos feos calzones de muselina blanca cubrían las piernas de la reina pero no le impidió introducir su mano entre los muslos abriéndose paso y acomodándose con rapidez entre sus muslos.

Palpo con torpeza la abertura y el crespo vello dorado , el coñito peludo se abrió a su mano cuando comenzó a manosearlo, en apenas un minuto su mano se vio cubierta por la cálida esencia de la reina.

Sobo una y otra vez la rajilla estrecha, clavando un dedo y luego otro, los muslos de su reina temblaban pero no tardo demasiado en soltar un gemido y verter sobre su mano unos cálidos chorros de hembra.

Ya estaba lista, no aguantaría mas..., agarro con brío la tranca venosa y empujo con fuerza el estrecho ojete.

Era tan estrecha, que apenas la hubo penetrado se corrió de un hondo suspiro, le apretaba la polla como un maldito potro de tortura, fue demasiado pero continuo clavándose poco a poco, bañando con la espesa crema todo cuanto encontrara a su paso.

No podía metersela mas o la rajaría, era demasiado grande, pero poco le importo, tenia la mitad de su gruesa polla bien dirigida , eso le bastaría ….

La sujeto con decision de la cintura mientras comenzaba a empujar palmo a palmo , las pegajosa rajilla se trago un trozo mas de carne abriéndose despacito, no le importo, envestía con decisión aun cuando la polla apenas había bajado la erección se clavo una docena de veces, enterrándose mas y mas hasta solo un par de palmos de carne quedaron fuera de su estrecha vaina.

El golpeteo de las partes intimas lo excito a acelerar la follada, estaba a punto... los huevos palpitaban y notaba cada deliciosa curva de coño apretándole la tranca , – Ohhggggggggggggggggggggggggg...., Ohgggggggggggggggghhh-- gruño eyaculando el largo chorro de semen de un fogonazo potente y salvaje.

Los labios vaginales de la reina gotearon bajo su polla cuando la saco de su cálido agujero, nada mas cálido que tu propia semilla bañándote se animo penetrándola hasta vaciarse tres veces , agotado cayo sobre la reina sin importarle si la aplastaba con su peso, el negrisimo pelo del Februs se mezclo con su rubia melena, las respiraciones ahogándolo de puro cansancio, solo después de que su verga abandonase el coñito real se dio cuenta como su semilla goteaba para fuera.

Preocupado, busco apurado y vio la cesta de costura olvidada junto a los restos del refrigerio, busco entre el contenido hasta dar con un paño algo viejo, se apresuro a llevarlo hasta el coño de Keran, taponando la cremosa corrida, espero hasta estar lo suficientemente limpio apartándolo y contemplando el enorme agujero que había perforado las entrañas reales.

Enseguida se empalmo de nuevo, su polla no le dio tregua, aun goteaba algo de su anterior corrida cuando se volvió a situar entre sus muslos , le costo horrores levantar las piernas de Keran y colocarlas encima de sus hombros, esa seria la inconfundible postura en que su semilla preñaria a la reina.

Estando dormida sus piernas pesaban igual que troncos muertos, le dio igual, su vagina arqueada le rogaba a gritos ser follada con fuerza, y el no seria quien se lo negase.

Sus rodillas lo abrazaban por el cuello y sus manos se dirigieron al esplendido culo , aparto aun mas la tela de las calzas , hasta que la punta de su polla se apoyo en la entrada húmeda de la vagina.

  • Oooooofffff Keraaaannn, siiiiiiiiiiiiiii... gimió hundiendo la tranca hasta las entrañas, dejando que toda su enorme rabo descansara enterrado hasta los huevos en la dilatada y empalagosa vaina .

Comenzó a joderla con ardor, los pesados cojones meciéndose en una veloz carrera que se aceleraba mas y mas, el compás de las nalgas de ambos creciendo a cada riñonada, la polla entraba y salia, brillante y pegajosa , saliendo y entrando mientras Februus bajaba la cabeza viendo los labios del coño hinchándose alrededor de su cipote.

La cadencia de los jadeos era cada vez mas rápida, mas salvaje a cada salpicadura contra la viscosa pelambrera, sentía la polla palpitando por la tercera corrida , la pequeña vagina lo ordeñaba hasta cuatro potentes caños de espesa leche.

Se derrumbo como un leño ante la hacha, no podía mas..., dejándolo tendido y exhausto al costado de la desfallecida reina. Los rumores de la feria parecían apagarse cuando se ajusto de nuevo las calzas sin bajar los ojos a la reina.

Se ajusto el jubón con rapidez, en cualquier momento podía despertar y encontrarlo allí. Era necesario desaparecer antes de ser descubierto, su cabeza pendería de la pica del verdugo si era pillado.

Justo cuando hubo recuperado el burdo aspecto de siervo del castillo se percato de la postura algo impropia de la reina, aun lucia la túnica enrollada a la cintura, de la raja de sus calzones rezumaba la espesa prueba de una follada a media tarde.

Recuperando el paño, limpio los últimos restos de la corrida, deslizando el calzón tal como lo encontrara hacia el principio de la tarde, recompuso la túnica en su original aspecto y retrocedió sin apartar la vista del sendero donde había permanecido escondido espiando.

Se refugio tras el mismo manzano, esperando con preocupación al despertar de la joven reina, el ruido del mercado iba cesando hasta que la algarabía se convirtió en un coro de unas cuantas voces, los aldeanos regresaban a sus casas, los artesanos recogían sus puestos.

Acaso se le había ido la mano con la poción, – maldita sea..., volvió a mirar la figura de la reina.-- solo en ese instante se percato de la mano en la cara, el gutural bostezo de alguien desperazandose. Estaba despertando-- suspiro aliviado. – Vio como se levantaba pestañeando lentamente, llevándose la mano a la cabeza.

Se tomo su tiempo en reunir las pertenencias que había dejado en el suelo, sujeto la cesta , prendió la capa oscura a su cuello y se apresuro a pasar junto a él sin imaginarse nada extraordinario.

Solo el leve cojeo la hizo detenerse al principio del camino, se encogió en las sombras satisfecho por su incomodidad, le costaría montar su caballo ahora que la había cabalgado durante toda la tarde.

A cierta distancia la vio detenerse junto a la muchacha aun dormida depositando una redonda moneda dorada , desapareciendo en pos de la montura que la llevaría de vuelta al castillo.

Februus salio de su escondite con paso lento, se detuvo frente a la niña punteando con su bota a la joven dormida.

  • Muchacha..., muchacha...-- se apresuro a coger la moneda y cambiarla por una pequeña pieza de bronce.-- Despierta..., o no querrás perderte la cena...?--
  • Siii..., despertó de golpe...-- oh joven, creía que era mas temprano...-- he de apresurarme se levanto con dificultad del suelo.-- Estoy hambrienta...--
  • La dama dejo junto a ti esta pieza de bronce, ...- toma dásela a tu padre...,-- se apresuro a abandonar el sendero volviendo hasta donde su viejo jamelgo aun estaba sujeto.

La ultima visión de la joven muchacha entregando la moneda a su padre fue su ultimo recuerdo de aquella esplendida tarde.

El resto fue sencillamente lo planeado.

Dejo las riendas del caballo al mozo junto la moneda prometida, se dirigió a su habitual atalaya de vigilancia encima de la cocina , dedicándose a esperar que la fiesta llegara a la medianoche, cuando el rey ya muy borracho seria empujado escaleras arriba hacia los aposentos de la reina.

Dudaba mucho que el pobre espantajo ni siquiera llegara a empalmarse en semejante estado. Era cuestión de puro aguante, llevaban cerca de 16 horas de alcohol . Caería como un árbol en medio del bosque.

No fue enseguida, no.

Pero tal como espero, la reina empezó a mostrar las molestias del embarazo un tiempo después, y para el asombro de toda la corte una preciosa niñita nació a los 9 meses después de aquella jornada en los manzanos. Era su esposa profetizada, sangre de su sangre, carne de su carne.

La sangre real correría por las venas de sus descendientes-- Se froto complacido Februus – Porque sin duda sus herederos serian muchos...., visto el vientre repleto de la reina Keran.

Solo era necesario encontrar el semental adecuado, que mejor semental que sus propio padre. – Sonrió adentrándose en el sueño, a lo sumo al día siguiente empezaría con la doma de su esposa.

Lo estaba deseando....