La maldición de un amor capítulo 2
Daniel se hospedaba en la ciudad en un cuarto cercano al centro, quizás no podía considerarse la gran cosa pero le agradaba la sensación de estar solo y haber puesto distancia de por medio con la tierra que lo vio crecer. Sus padres le hablaban cada semana para brindarle su ayuda, querían saber s...
Los días pasaban uno tras otro sin dar señal de pararse con Daniel y Sebastián indecisos, al igual que Ana no dejaba de mencionar el juego de la siguiente semana y haciendo recurrentes comentarios como viste a ese jugador es guapísimo. El grupo de nuevas amigas del primero lo abordaba a diario en el desayuno, recordando su invitación antes hecho con la intención de persuadirlo y hacerlo decidirse por acompañarlas con la intención de sacarle más información. Los entrenamientos de cara a la apertura de la temporada anual, estos se realizaban a primeras horas de la mañana con los primeros rayos del sol y el segundo en las últimas horas con poca intensidad a modo de dejarlos descansar un poco. Las ausencias en clase no se hacían esperar en las aulas con quejas de profesores, motivo por el cual el director del plantel interesado en la superación de los chicos y sus calificaciones no se vieran afectadas otorgarles asesorías en caso de notal un bajo desempeño en las materias.
Daniel trataba de dedicarle algunas horas a sus tareas pendientes cada noche, además de hacer las actividades actuales sin fallar en ambos aspectos y resultaba un tanto complicado tener varias cosas en la cabeza sin confundirse. Mientras desayunaba en la cafetería con sus amigas, decidió aceptar la invitación de ellas al juego de futbol y considerando que nunca salía a ninguna parte a excepción de la universidad parecía una buena opción para divertirse.
Daniel: he estado pensando seriamente en aceptar su invitación
Alejandra: hablas en serio de acompañarnos al juego
Daniel: no conozco a nadie aquí sin contarlas a ustedes
Alejandra: pensaba que solo eres solitario con las personas
Daniel: además tengo poco tiempo para socializar con ellos
Rosaura: es cierto yo me imaginaba en la universidad saliendo todos los días
Mirian: lamentablemente las tareas consumen mucho tiempo
Daniel: sobre todo en mi caso que llevo unas semanas de atraso
Rosaura: tú tienes la culpa de llegar tarde a las inscripciones
Alejandra: eso le pudo suceder a cualquiera
Mirian: pero le termino por pasar a el
Daniel: lo bueno que estoy algo adelantado con ellas por eso iré
Después de eso su día continuo tranquilo sin ninguna novedad referente a la universidad, Sebastián le contó a su amiga Ana que ira con ella solo porque la quería mucho y no pensaba dejarla sola entre tantos chicos guapos sin supervisión. Ese día decidieron visita la ciudad para variar y romper su rutina, ella aprovecharía para comprar ropa nueva que necesitaba y la opinión de su amigo le serviría mucho al elegirla. Quizás el también compraría una camisa nueva combinándola con un pantalón, no podía darse el lujo de reducir mucho sus recursos del mes y verse obligado a pedir más dinero a sus padres que hacían lo posible por enviarle dinero. Decidió mejor buscar un empleo de repartidor de pizzas en la ciudad, así lograría conseguir un ingreso extra necesario para sus gastos y pagar las entradas del partido cuyo precio desconocía aun. Visitaron al menos 10 establecimientos de ropa antes de encontrarla, dado que parecía siempre encontrar un pero a cada prenda que se probaba y el tiempo transcurría rápidamente mientras perdían el tiempo.
Sebastián: sabes amiga no importaría pasar la noche entera contigo pero tengo trabajo que hacer, bien recordaras que hace días solicite un empleo no muy mejor de aquí en una pizzería y hoy pensaba iniciar mi primer día claro si logramos salir a tiempo de aquí.
Ana: solo dices para hacerme sentir culpable de ti
Sebastián: llevamos toda la tarde con este asunto de tienda en tienda
Ana: yo no tengo la culpa de no encontrar la prenda correcta
Sebastián: me resulto más fácil a mí hallarla sin buscar mucho
Ana: debes entender que si quiero llamar la atención no debo apresurar las cosas
Sebastián: en mi opinión cualquier con cualquier cosa luces hermosa
Ana: muchas gracias sebas pero ya hice mi elección
Sebastián: entonces pagaremos así nos vamos a la casa
Ana: no te pregunte las pizzas serán gratis contigo
Sebastián: eso depende porque no sé cuánto dinero voy a sacar
Ana: solo comemos si no moriremos de hambre
Sebastián: así llegaría a bañarme rápidamente para cambiarme, regresar al trabajo con el estómago lleno porque tengo una larga noche y poner mi mejor empeño en realizar mis pedidos con los clientes.
Ana: hagámoslo
Se encontraban cerca del distrito de restaurantes de la ciudad con diversos gustos, este contaba con una mezcla de diferentes nacionalidades a fin de atraer extranjeros y consentirlos con comida americana, europea, asiática y africana. Además de vendedores ambulantes trayendo carritos con bocadillos exóticos, estos no todos los presentes lo probarían por considerarlos tabú y solo alguien realmente valiente se arriesgarían a consumirlos. Las víboras de cascabel son temibles vivas, alacranes, tarántulas, avispas, ratas y otros más, sinceramente harían vomitara a personas sensibles. Además de riesgo que correrían al ingerir animales venenosos, a pasar de las creencias de los mismos vendedores que los ofrecían y afirmaban ser inofensivos a la salud para quien los ingiera. Caminaron un par de cuadras a un negocio de comida árabe, la dada la hora actual lucia algo vacío con pocos comensales y tomaron asientos en una mesa vacía para ordenar sus alimentos. Miraron a su alrededor observando la decoración en espera de un mesero, no precisamente gastaron en muchos objetos de lujo para ambientarlo y dar una sensación más cálida a los visitantes de allí.
Aunque esa pequeña fuente en una esquina con peces de colores, iluminada con focos de colores que iluminaban su contenido y plantas en macetas colocadas cerca de la entrada. Cuadros haciendo alusión al país de donde provenía su cultura, un estante con figura de animales en cristal miniaturas y las paredes cubiertas de papel tapiz. Este haciendo referencia al desierto mezclado con la naturaleza, resultaba intrigante la razón de haber escogido esa y los meseros solo se veían 5 atendiendo a la clientela. Sebastián se empezaba a desesperar con el mal servicio, Ana no podía seguir esperando y alzando su mano llamo a un mesero para hacer su pedido.
Ana: mesero, mesero, mesero venga aquí tenemos
Mesero: buenas tardes! Disculpen el retraso pero estamos escasos de personal
Ana: es nos hubieran dicho antes por llevamos cerca de media esperando
Mesero: por cortesía de la casa haremos un descuento en lo consumido
Ana: menos mal quiere enmendar su error
Sebastián: crema de berenjenas, kebabs, shawarma de pollo y ensalada fattoush
Ana: Sopa árabe de carne y vegetales, Kafta o Kofta al Horno, empanadas árabes especiales y cuscús con verduras
Mesero: aun no eligen su postre
Sebastián: lo dejares al último por favor traiga eso solo
Mesero: pero las bebidas para tomar?
Ana: Sandia Tropical
Sebastián: Mango Maracuyá
Mesero: no tardare en traer su comida
Se fue a la cocina a toda prisa con la comanda solicitada, varias veces los cocineros se quejaban por olvidar redactarla y presentaban problemas al justificar su preparación de recetas. La tensión en el ambiente se sentía con todos dando vueltas, la gente no paraba de llegar a consumir alimentos del establecimiento y las manos se hacían insuficientes para preparar pedidos. El tiempo apremiaba tratándose de obtener la satisfacción del cliente, otorgar un buen servicio a comensales hambrientos y garantizar una velada encantadora en compañía de amigos. Ana pensaba ojala haya valido la esperar que nos atendieran, si la comida no me gusta pienso quejarme con el gerente y exigir un reembolso total del restaurante. Sebastián solo veía su reloj digital segundo a segundo avanzar, las ansias de salir corriendo aumentaban rápidamente y cuando el mesero apareció trayendo una charola con la orden.
Mesero: mire joven esto es para ti y vuelvo a traer lo que falta
Sebastián: estoy muriendo de hambre por favor
Mesero: vuelvo en unos minutos
Ana: no te preocupes puedes comer de mi plato si quieres
Se llevó la charola consigo para continuar trayendo sus platillos, posteriormente termino con las bebidas frutales seleccionadas y nuevamente ofreció otra disculpa sincera aceptando la responsabilidad. Sebastián no perdió tiempo en conversar durante la comida, solo tomaba un tiempo para disfrutarla en su boca porque no quería ahogarse y volteaba a los lados a personas que entraban a comprar comida. Algunos la pedían para llevar pues se notaba su prisa en la cara, los meseros se hacían bolas con las órdenes porque hasta vio dos tirar platos y el ruido hecho cuando cayeron hizo a todos voltear a verlos. Ana le encanto la comida pero no tenía pensado volver, la primera impresión es la que cuenta sobre todo cuando pagas el servicio y pasaron a pedir el postre para culminar su cena a fin de cuentas. Triángulos árabes de higos y almendras, Gulash fueron las elecciones de postre, el mesero esta vez solo le tomo la mitad de tiempo en traerlos y deseándoles que lo disfrutaran se dirigió a traer su cuenta en el mostrador.
El chico encardo reviso nuevamente el precio de los platillos pedidos, escribió los datos en la computadoras para expedir su nota e imprimió dos en caso de aclaraciones futuras. El precio no les agrado mucho a ambos jóvenes pero ni modo, repartieron la cantidad en partes para saldar su deuda no muy conformes y partieron de vuelta a su dormitorio cercano a la universidad. Tomaron un autobús en el centro para no caminar mucho, Sebastián llego muy reducido en cuanto a su horario se refería y simplemente se metió a la ducha a prisas. Se puso la primera ropa que encontró a la mano, se puso algo de perfume para impresionar en el trabajo sobre todo el jefe y salió del cuarto diciéndole a Ana no me esperes mucho tiempo despierta. Dado que seguramente desearía saber todos los detalles de su empleo, pasaban gran cantidad de horas juntos al día porque se conocían bien y confiaban sin reservas como si hermanos se tratara más que la familia.
Conforme se acercaba a su destino se ponía nervioso con la idea de hacer su trabajo, necesitaba mucho esa fuente de ingresos en esos momentos con los estudios y los materiales que les pedirían a fututo aliviarían la carga de sus padres. Daniel se hospedaba en la ciudad en un cuarto cercano al centro, quizás no podía considerarse la gran cosa pero le agradaba la sensación de estar solo y haber puesto distancia de por medio con la tierra que lo vio crecer. Sus padres le hablaban cada semana para brindarle su ayuda, querían saber si sentía a gusto en su estancia en la ciudad y querían conocer los detalles de las labores universitarias. Las tardes solía dar una vuelta si le sobraba tiempo a distraerse, sentado en el parque muy lejos de donde se hospedaba y veía los novios cruzar le hacía venir a la mente su ex novio. Resulta una ironía tratando de olvidar esos recuerdos del pasado, podría haber sido un final devastador de su parte pues se hizo muchas ilusiones y la relación solo termino rompiendo su pobre corazón en pedazos.
Fueron varios meses de un amor irremplazable como ningún otro, el chico en el comienzo era muy atento a sus necesidades tanto materiales como emocionales y sus detalles marcaban la diferencia en los días venideros. Siempre tratando de buscar hacerlo sonreír a cada momento, tuvieron algunas peleas en la convivencia pero nada serio y le pedía perdón horas más tarde diciendo que lo amaba con todo su corazón. Algunas veces lo sacaba a pasear para ver películas abrazados, hicieron el amor por primera vez juntos como novios y Daniel se entregó virgen creyendo en sus palabras. Aun así debía afrontar la realidad por más cruel que pareciera, lo había engañado de peor forma con otro chico por quien sabe cuánto tiempo y enfrentarlo no sirvió de nada porque negaba los hechos ocurridos. Esa fue su razón de marcharse del lugar a estudiar la universidad, independiente de encerrarse en mismo lo tomaría como una lección y se fijaría mejor a la hora de entablar una amistad o bien una relación sentimental.
Curiosamente se le vino la imagen del chico que vio su primer día, ojala me hubiera atrevido a preguntar su nombre en aquella ocasión y me pregunto que estarás haciendo en estos momentos. Sebastián se encontraba bajando del autobús a un par de calles del local, no lo pensó dos veces antes de correr a prisa para llegar a la pizzería y un poco agitado trato de relajarse para controlar su respiración. Entro por una puerta corrediza de vidrio con el nombre “Angelotti”, seguido de las palabras bienvenido a nuestro establecimiento y un chico de edad similar se le acerco diciendo estamos a sus órdenes.
Sebastián: me temo que se equivoca no deseo comprar nada vengo por el puesto
Empleado: si el gerente me dijo que llegarías hoy para empezar a laborar
Sebastián: me había comunicado por celular que me encargaría de repartir los pedidos a domicilio, quizás le habrá dicho algo de usar uniforme para hacerlo porque tengo la duda y vine vestido así espero no les moleste si trabajo este día como estoy.
Empleado: ven conmigo te daré tu uniforme para hacer sus repartos
Pasaron a la parte trasera del local a un cuarto cerrado con llave, abrió la puerta antes de dejarlo pasar mirándolo bien de arriba hacia abajo y lo dejo pasar entregándole una bolsa con su uniforme a partir de ahora. Una chamarra roja con el logo, este hecho con serigrafía en tintas roja y verde, gorra del mismo color, un pantalón negro, camisa sin margas blanca y el logo como la chamarra.
Empleado: te dejare a solas para que te cambies
Sebastián: está bien
Empleado: mira solo resta enseñarte la motocicleta pero está en el garaje
Sebastián: no demoro mucho en hacerlo gracias
Empleado: en este momento no tenemos ningún pedido relájate
Sebastián: es un alivio saberlo
Dentro de la oficina Sebastián murmuraba en voz baja para no ser escuchado, pensé que me había librado de usar uniforme por hoy y me salen con esto al menos espero sea de mi talla. Me alegra haber aceptado las lecciones de conducción en ese entonces, ahora veamos que quitare mi ropa para ponerme este uniforme y no esperaba este color pero por algo dicen en el trabajo no hay pero que valga. Mientras respeten mis prestaciones no tendré ningún inconveniente con ellos, hasta estaría dispuesto a usar un traje de comido por ejemplo de una pizza o algún otro que se les pudieran inventar para conseguir más ventas. Se colocó la camisa abrochando un botón a la vez, el pantalón mirándose en un espejo que estaba ahí y la gorra estaban perfectos. La chamarra le protegería bien en las noches frías con lluvia, ya estoy listo para conocer las instalaciones estrenando mi uniforme nuevo y suena un tanto raro si llevare casco como luciré la gorra.
El empleado estaba revisando los mensajes de su celular cuando salió, le molesta si dejo mi ropa aquí en lo que termino mi turno de trabajar y recogerlo para marcharme a casa vera no tengo donde guardarlo.
Empleado: ahí se puede quedar mira te presentare a los cocineros
Sebastián: gracias
Empleado: ellos elaboran todos los pedidos con tiempo reducido, el lema de entrega a domicilio si no lo entregamos en 30 minutos es gratis y si llegaras atener una duda de cómo llegar me dices. De lo contrario el pedido saldrá de tu propio sueldo me entiendes, yo suelo encargarme de contestar el teléfono pero otras ocasiones mi asistente lo hace y rápidamente se las entrega a cocina para hacer su magia con los ingredientes.
Sebastián: como se llaman para identificarlos
Empleado: mi nombre Javier, los cocineros son Eduardo, Ismael y el ayudante Kevin, así mi asistente samanta y 2 repartidores José y Alberto
Sebastián: todos se encuentran ahora aquí
Empleado: podía decirse que solo faltan los repartidores en una entrega de última hora, no te preocupes si no puedes memorizar los nombres rápidamente tendrás tiempo y te acostumbraras a trabajar con cada uno de ellos.
Sebastián: donde está la bodega?
Empleado: hasta el fondo del negocio pero te reitero exclusivamente para el trabajo, no queremos que les usos no referentes al rubro porque serás despedido y si tuvieras un accidente te quedaras solo con el paquete. Eso me recuerdas que debes firmar las responsivas antes de montarla, las cosas no gustan claras sin intermediarios del por medio y te entregare tu manual con el reglamento de la empresa.
Sebastián: mi horario cual será?
Empleado: de las 7 pm a 1 am sobra decir que es medio tiempo
Sebastián: me reportare contigo
Empleado: te daremos una tarjeta de registro para comprobar tus horas
Caminaron hasta una bodega amplia con muchas cajas etiquetadas de colores, todo colocado en estantes de 3 m altura iluminado usando lámparas y ventilación artificial garantizaba mantener el ambiente fresco. Muchas de las mercancías necesitan estar almacenadas a una temperatura constante, descubrió la motocicleta cubierta con una lana y haciendo gala le dio las llaves junto a su casco para prevenir golpes, puedes sacarla al frente para probarla si lo deseas y regresas a mi oficina para firmar los documentos por puros trámites legales. Abrió el portón eléctrico para la parte trasera de la pizzería, Sebastián saco la moto para adaptarse a ella pues sería uno con esta y el instrumento para llevar a cabo sus fines cada noche. Después firmo 10 hojas distintas sin tomarse el tiempo de leerlas, el empleado se encargó de resumir la información para él y lo dejo en la cocina con la intención de hacerlo entrar en confianza. Eduardo se animó a saludarlo haciendo el típico interrogatorio, no perdería tiempo en presentaciones formales sin sentido e iría directo al asunto de tan inesperado encuentro para ellos.
Eduardo: así que tú debes ser el nuevo repartidor
Sebastián: si señor mucho gusto
Eduardo: cómo es que decidiste trabajar a aquí como veras no es algo muy glamuroso, estoy seguro que buscar salir adelante pero esta no es la mejor opción y el claro ejemplo soy llevo trabajando 30 años en el oficio.
Sebastián: solo quería empezar con algo sencillo pues estoy estudiando la universidad, necesito dinero para alojarse en esta ciudad por ese tiempo
Eduardo: ya entiendo tu pensar
Ismael: deja en paz el muchacho es su primer día y ya estas sobre él, mi nombre es Ismael bienvenido y este gruñón es Eduardo mi compañero, así nuestro ayudante Kevin debe ser de tu edad
Kevin: bienvenido a la pizzería
Sebastián: muchas gracias
Eduardo: solo te estaba probando no lo tomes en serio