La magia de los gemidos
A veces las palabras sobran y solo se debe disfrutar de la mejor música creada por la humanidad, los gemidos...
El día empezó como cualquier otro, estaba algo frio producto de la fuerte lluvia de la madrugada, bastante agradable para mi gusto, como de costumbre me llamaste a primeras horas del día para vernos, ya hacía unas cuantas semanas que no habíamos podido coincidir eso me alegro bastante, después de mucho tiempo de soledad nos volvemos a encontrar para un tiempo pasajero juntos nuevamente.
Me ducho con total tranquilidad pensando en lo que viene, no he dormido mucho como de costumbre estaba trabajando hasta tarde asi que me motive dándole fuerza a mi cuerpo, hoy quiero lucir ese look que tanto descuadra contigo a veces me pregunto cómo podemos estar juntos siendo dos seres tan diferentes, eso sí en lo sexual nos acoplamos a la perfección. Pero el resto bueno eso es otra historia, me coloco mi camisa de SOA, unos jeans rasgados y unos zapatos negros con rojo.
Siempre he pensado que ese look queda muy bien con mi cuerpo, dudo si llevarme la chaqueta de cuero o no, decido dejarla me termino de arreglar un poco de perfume bastante suave pero que se pueda notar de todas formas. Camino a nuestro habitual punto de encuentro hoy ambos llegamos al mismo momento, me subo y un rápido beso en los labios, te miro estas algo más delgados y noto más canas en tu cabellera, me gusta tu cabello rubio y tu piel blanca contrasta muy bien con el verde de tu camisa.
Llegamos al hotel, hoy no estás muy conversador no por ello dejas de comerme la boca con un beso bastante intenso, espero un rato y entramos al cuarto, nos acercamos besándonos tus manos ya insaciables me tocan por todos lados. Miro mi cabello en el espejo arreglándolo. Me gusta como lo tengo, largo liso y castaño me miras y sonríes, siempre me ha gustado tu sonrisa.
Nos besamos mientras la ropa desaparece de nuestro camino, miras mi braga de color negro, al borde de la cama ambos de pie, subo una de ellas y me pego a ti, mis senos contra tu pecho besándonos tu lengua con la mía dando paso al deseo desatándose poco a poco. No pierdes el tiempo tus dedos hacen de lado mi braga y comienzas a tocarme estoy completamente mojada mientras tu boca se dirige a mis senos los devoras uno a uno, chupándolos sin dejar nada sin lamer.
Mi respiración se acelera en esa posición, me besas y yo a ti, mis piernas tiemblan al roce de tus dedos y mis uñas rozan tu espalda, me recuesto en la cama ves con sonrisa pícara que compre el lubricante para disfrutar al máximo del anal. Me despojo de mi braga, colocándola a un lado me arrastras al borde contemplando mi rajita le das unas lamidas y te separas.
Te levantas y buscas entre tu pantalón algo, veo de reojo un caramelo de menta, lo llevas a tu boca y comienzas a lamer mi rajita, a chuparla con intensidad. La devoras con gusto mis gemidos aumentan, es una mezcla una nueva sensación la frescura de la menta, sacas el caramelo y lo metes con tu dedo en mi interior siento esa especie de frescura que me encanta de sobremanera.
No te detienes juegas con el pasándolo por todos lados, hasta por mi culito lames todo de mí, respiro en una forma acelerada como succionas mi clítoris, lo muerdes y tus dedos entran en acción, gimo cada vez más viéndote con mucha lujuria. Te incorporas a besarme tus dedos siguen en mi interior, el sabor de tu boca mezclado con el sabor a menta, mis flujos y el intercambio de nuestras salivas se me hace un sabor increíble.
Tu verga la veo más grande puede ser la excitación que noto en tu mirada, me agacho a chupar tu miembro hoy lo siento tan grande que me cuesta tragármelo todo pero no me dejas disfrutar mucho de seguírtela mamando pues después de lubricarte con mis labios me recuestas en la cama, ese alarido mutuo que ambos esbozamos cada vez que tu miembro entra nuevamente en mí, una música perfecta. Me preguntas si te he extrañado contesto que sí. Tu boca atrapa mis senos los comes con vehemencia.
Me pongo en cuatro con mi cabeza recostada en la cama, me das unas cuantas nalgadas, muerdes, besas y acaricias. Tu miembro roza mi rajita y lo dejas entrar haciéndome tuya con fuerza, sujetando mis caderas, mis senos. Me vuelves a dar la vuelta subiendo mi pierna en tu hombro el ritmo que mantienes es admirable y no puedo evitar correrme. Me vez a los ojos mi respiración demasiado agitada me besas con muchas ganas.
Recupero un poco mi aliento, me tomas de la mano y me llevas a la pared. De pie tú contra ella, levanto mi pierna colocándola en la cómoda dándote la espalda, muevo mi cabello para dejar al descubierto mi cuello. Tus manos aprietan mis senos mientras me muevo sintiendo como acaparas todo mi interior. Con los besos en mi cuello me enloquecen, me sujetas con firmeza te miro cuando tu mano se posa en mi cuello estas dominante y yo te miro en tono desafiante y te ríes besas mis labios.
Me volteo y seguimos besándonos mis senos rozan con el vello de tu pecho, me muevo lo mejor que puedo pero me volteas, me pego a la pared, elevas mis piernas te mueves con gran agilidad, esa que te da la experiencia. Elevo mis piernas enroscándolas a tu cintura, te aprovechas de lo ligera que soy para cargarme me llevas a la cama, te alejas a buscar el lubricante tus dedos entran en mi culito y embarras tu miembro.
Me coloco en cuatro la metes con rapidez y me quejo a veces me cuesta acostumbrarme al principio cuando profanas mi puerta trasera. Me preguntas si me sigo masturbando analmente y respondo afirmativamente tomas más lubricante y esta vez eres más delicado. Metes la punta y te pido más, que lo hagas despacio y siento como me abres tu cara de placer es indescriptible. Me duele un poquito pero cuando comienzas a moverte y yo a gemir. Tus dedos aprovechan para entrar en mi rajita sentirme asi me encanta con tus dedos dándome sin piedad y tu miembro en mi a la vez.
Te acercas a mis labios, te beso con cada embestida subiendo el ritmo muerdo tu labio inferior con fuerza halándolo me das en esa posición gemimos los dos disfrutando del momento. Damos vuelta me dejas arriba, tomo tu miembro lo dirijo a mi culito y me dejo caer lentamente sintiendo como cada centímetro de tu carne entra en mí. Creo es la primera vez que veo tu cara asi esa expresión de placer, con la mirada fuera de sí, desorbitada.
Si algo he aprendido en todo este tiempo con total maestría es a cabalgarte me estoy disfrutando el momento, pero sobretodo estoy disfrutando de tu expresión me encanta tu cara desencajada de placer. Moviéndome cada vez más rápido y alternando con movimientos circulares, me inclino a besarte a gemir en tu oído apretando las paredes de mi ano.
Me besas ahora con más ganas, consumiendo nuestras bocas. Te incorporas nuevamente, abres mis piernas en total extensión para penetrar mi rajita aprovechas para tocar mi botoncito, enrosco mis piernas en tu cintura y me bombeas con ímpetu. Te apartas y me agacho a succionar con fuerza tu miembro quiero ordeñarte por completo lamo con ganas mientras siento como llenas mi boca con tu leche, saboreo como baja por mi garganta. Subo a besarte nuevamente.
Te acuestas acomodando las almohadas, recuesto mi cabeza en tu pecho y mi mano juega con tus vellos allí, puedo sentir como late tu corazón, hoy no hablas para nada, solo me abrazas con fuerza enciendes la televisión. Cambias los canales sin parar, de vez en cuando me abrazas con más fuerza. Me gusta sentirte asi, cerca de mí. En realidad me da igual que hables o no, no tenemos mucho en común pero de alguna manera encajamos. Rompes tu silencio cuando empezamos a hablar del programa, reímos un rato.
Acaricio tu rostro lo veo con detenimiento, apagas la televisión y me acerco a tus labios a besarlos, uno de esos besos succionadores que intentan sacar todo de mí. Besas mi cuello y mi mano juguetea con tu miembro que nuevamente empieza a recobrar fuerza, tus dedos me masturban y mi boca muerde tu cuello me acerco a tu oído quiero escuches mis gemidos producidos por tus dedos. Como me mojo, me tiemblan las piernas y me corro, me muevo follandome tus dedos y te como la boca con un gran beso apretando tu verga entre mis finos y largos dedos.
Me acerco a ella y comienzo a lamerla con mucho gusto, la saboreo toda lamiéndola de arriba abajo, dándole chupadas a lo largo del tronco, siento como palpita nuevamente y esta endurecida. Me coloco sobre ti dándote la espalda lo respingón de mi culito queda para tu total vista. Me dejo caer con suavidad, me aferro a tus piernas inclinándome hacia adelante para que sientas como entras y sales de mí. Tus manos se posan sobre mis cachetes, los separas para ver mi ano abierto por ti anteriormente.
Me muevo de diferentes maneras, alternando entre rapidez y profundidad. Subo y bajo encima de ti, gimo descaradamente por el placer que estoy sintiendo. Tus manos no dejan de sobar mis nalgas. Por el espejo puedo ver como miras con fijación mi culito abierto. Te incorporas me colocas sobre la cama, abriendo mis piernas besas toda mi espalda, tus piernas sujetan las mías la metes por mi rajita y me das con todas tus ganas.
Tu peso sobre mí y siento tus jadeos como gruñidos en mi oído izquierdo lo agitado de tu respiración tu aliento sobre mi piel. Aprieto las paredes de mi rajita para aumentar el roce mutuo existente. Como aprietas con tus manos mi culo, apoyas tus manos a los lados dándome con mayor intensidad sin cesar un fuerte mete y saca que me enloquece gimo sin reprimir nada del placer que siento, la manera en que me posees.
Agotado te tumbas a mi lado, no pierdo tiempo y me llevo tu miembro a mi boca, lo devoro un rato para que sientas como me encanta saborearlo. Me vuelvo a colocar sobre ti y me dejo caer sobre tu miembro. Pasivo ante mi dejas que me mueva a mi antojo veo tus manos a los lados y como respiras, las tomo y las coloco sobre mi piel, tengo las mías sobre las tuyas conduciendo cada uno de sus movimientos, como las voy guiando las detengo sobre mis senos para sentir tus caricias allí, las subo y bajo por mi vientre lo sujetas con firmeza y las sigo conduciendo hasta que toques mi culito para que lo amases con ganas repito esa acción varias veces, te dejas llevar por mis deseos, de cómo quiero que me toques.
Me das vuelta nuevamente quedando debajo, me asombra la fuerza que tienes, con la cual me penetras pero alternas los ritmos, estas tan agotado como yo pero aun asi no te detendrás hasta correrte nuevamente. Tu pecho se pega a mi espalda y tus piernas no dejan escapar las mías, me corro nuevamente. Ya he perdido la cuenta el día de hoy, gimo con mi suave voz sin mucha fuerza pero no evito aumentar el tono cuando tus embestidas retoman esa intensidad.
Tus embestidas aumentan y te sales cayendo a mi lado veo con mucho morbo como comienza a brotar la leche de tu miembro al cual me aferro nuevamente tomándola toda sin dejar rastro de tu corrida. Sigo lamiéndola hasta que veo como pierde fuerza y tamaño. Quedas agotado es la primera vez que te veo asi de exhausto, me coloco sobre ti besándonos y tu mano acaricia mi cabello. Al recuperar el aliento nos duchamos y nos vamos, despidiéndonos, hoy no hablamos casi pero disfrutamos de la magia de los gemidos.