La Mafia, mi vida y ella...

Capítulo seis De peleas a sorpresas

Rachel

No sabría cómo exactamente describir la nostalgia y el enojo que siento, entrar en mi club que es como otro hijo y saber que en cuestión de meses debo cerrarlo y sólo dedicarme a los negocios familiares, que no es que no me gusten simplemente me aburren ya que tratan de las mismas cosas, en este tipo de negocios si te agarran aburrida o con la guardia baja eso significa una muerte segura, cosa que no puedo permitir ya que tengo muchas personas a mi cargo, en especial mi princesa. Pasan algunas horas cuando el teléfono suena y es el número del colegio de mi princesa, me dicen que debo ir cuanto antes que ha ocurrido un “altercado”; salí tan rápido que creo que no recuerdo si cerré o no con seguro mi oficina, pero eso lo pensaría después en este momento sólo me interesaba llegar con mi princesa.

-Buenos días Señora Moretti- me recibió una secretaria.-

-Buen día, dígame ¿qué pasó con mi hija?- se me olvidaron todos los modales.-

-Pase por acá la Directora la atenderá en un momento- seguí a la señora hasta la puerta da la oficina donde estaba sentada mi princesa con su rostro agachado, su barbilla casi fusionada a su pecho, me agaché silenciosamente junto a ella.-

-Las princesas nunca bajan la mirada- le dije mientras alzaba su rostro con mi mano- Y menos si son princesa italianas.

-Mami- me miró fugazmente y pude ver miedo en su mirada, cerró su abrazo a mi cuello- Yo no quería portarme mal pero él no dejaba de molestar y la maestra Laura no hacía nada- comenzó a llorar y eso simplemente hizo que se me bajara el breque.-

-Señora Moretti ya puede pasar- dijo la misma señora abriendo la puerta de la oficina.-

-Ya regreso princesa- le susurré mientras la apartaba de mi cuello y limpiaba sus lágrimas- Recuerda que eres una princesa- besé su frente, me levanté y entre en la oficina.-

-Buenos días señora Moretti, por favor tome asiento.

-Buen día, gracias pero así estoy bien.

-¿Algo de tomar?

-Disculpe Directora pero mi tiempo es corto, así que le agradecería que vaya directo al grano- la mujer me miró con un poco de miedo y se aclaró la garganta.-

-Buenos Señora Moretti usted fue citada aquí hoy porque Sofía agredió a uno de sus compañeros.

-¿Agredió? Por favor ilumíneme con lujo de detalle ¿cómo fue esa agresión?

-Los niños se encontraban merendando y su hija sin razón alguna saltó sobre uno de sus compañeros y comenzó a golpearlo, como sabrá ese tipo de conductas son inaceptables en esta institución.

-¿Usted escuchó ambos lados de la historia o sólo se dejó guiar por lo que le dijo la incompetente da la maestra?- dije un poco molesta.-

-Señora nuestro personal es el más apto y calificado del país, por favor mida sus palabras.

-No voy a medir nada Directora, mi hija me dijo que ese niño estaba molestando a alguien, que ella se lo notificó en varias ocasiones a su supuestamente apto personal y que nadie hizo nada.

-Seguro eran asuntos de niños, nada relevante como para ser reprendido- esta vieja no es ningún punto imparcial.-

-Así sea que el niño o la niña en cuestión vio al ratón Pérez, su personal debe atenderlos, ya que para eso se les paga más del doble que en cualquier otro colegio de  la ciudad- le repuse ya molesta.-

-Nuestras políticas de cero violencia- me acerqué a su escritorio con mirada asesina y no pudo continuar hablando.-

-Me importan un bledo sus políticas, prepare todos los papeles porque me llevo a mi hija de este chiquero.

-Disculpe Señora Moretti pero estamos a mitad del año escolar lo que usted me pide no es posible- dijo ella intentando mostrar autoridad.-

-Yo no le pregunté si eso era o no posible, simplemente arregle todos los papeles para retirar a mi princesa de este sitio ya mismo- me retiré hacia la puerta y antes de salir volteé a verla- Voy con ella a recoger sus cosas y paso de nuevo, espero tenga todo listo.

Salí de la oficina y cargué a mi princesa hasta su salón, ella me contó que el niño se la pasaba molestando a todos y siempre le decía cosas feas a las niñas, pero que últimamente sólo molestaba a la niña nueva, le halaba el cabello, le tiraba cosas y le decía muchas cosas feas; que siempre le decían a la maestra pero que ella nunca hacía nada y justo ese día ese niño le dijo algo muy feo a mi princesa cuando ella le pidió que dejara quieta a la niña; llegamos a su salón y entró en silencio recogió todas sus cosas y salió con una mirada muy triste y de nuevo su rostro apuntando al piso.

-Princesa mírame- le pedí mientras me agachaba frente a ella- No hiciste nada malo, al contrario hay que ser muy valiente para hacer lo que hiciste  y yo estoy muy orgullosa de ti.

-Pero mami ya no veré a mis amigos- un par de lágrimas salieron de sus ojos nuevamente.-

-Claro que los vas a ver, pronto será tu cumpleaños y los invitaremos a todos- la alcé de nuevo, sólo así podía sentir que estaba segura y nos dirigimos de nuevo donde la directora- Además en tu nuevo colegio harás muchísimos más amigos nuevos.

-Aquí tiene todos los papeles Señora Moretti, sólo firme aquí y podrán irse- firme todo lo que debía firmar y tomé todos los papeles como pude sin bajar a mi princesa.-

-Gracias por todo.

Salí con el orgullo en alto y mi princesa en mis brazos, ahora debía pensar ¿cómo le diría a Dayana que Sofía sería cambiada de colegio a mitad de año? Aparte de eso también debía decirle que mi princesa había peleado en el colegio ¡Rayos! Esos eran muchos gritos seguros, pero por el bienestar de mi princesa aguantaría todo eso y más. Nos dirigimos al club ya que debía cerciorarme de que todo hubiese quedado cerrado; entramos a mi oficina y la senté en mi escritorio mientras revisaba unas facturas.

-¿Mami qué te pasó en la cara?- me preguntó mientras posaba su manito en mi rostro, por lo que tuve que mirarme al espejo y ahí estaba mi pómulo enrojecido y hasta un poco morado.-

-Bueno princesa tuve un pequeño accidente en el gimnasio- un accidente del que me encargaría más adelante- Y me golpee en la cara con una de la pesas.

-¿Así le va a quedar la cara a Orlando?- me preguntó con miedo.-

-¿Orlando?- le pregunté confundida.-

-Sí el niño al que le pegué hoy- dijo un tanto cabizbaja.-

-No princesa, a él sólo le va a quedar una lección aprendida- tomé sus manos y las besé- Ahora dime ¿qué fue eso feo que te dijo?

-Él dijo que yo no era normal porque tenía dos mamás y eso no es bueno- la rabia me invadió a un nivel nuevo, pero no podía explotar frente a mi princesa y esa mentalidad no era culpa del niño sino de sus imbéciles padres.-

-Bueno princesa, esas son palabras tontas que vienen de personas tontas- la bajé del escritorio y la senté en mi regazo- Siempre vas a toparte con personas tontas que dicen cosas tontas, debes aprender a no dejarlos que te afecten porque sólo quieren hacerte sentir mal y si un adulto no te escucha sigue hablando y buscando más adultos, recuerda que tú mamá y yo siempre vamos a estar para cuidarte de las personas tontas- la abracé con fuerza y la llené de besos.-

-Ya mami me haces cosquillas.

-Bueno princesa ¿hoy es el cumpleaños de tu mamá no?

-Sí mamá cumple años hoy.

-¿Bueno qué te parece si le preparamos un almuerzo sorpresa?

-Sí sorprendamos a mamá- dijo con una enorme sonrisa.-

Salimos esta vez me aseguré de cerrar todo, eran las 10 am teníamos dos horas para comprar y preparar todo, fuimos al súper mercado compramos todo lo que necesitábamos para hacer el plato favorito de Dayana, aparte compramos una torta de helado ya que en la repostería mis habilidades culinarias morían; pasamos fugazmente por una florería y armamos un enorme ramo de rosas amarillas y azules con globos, sí a Dayana le encantan ese tipo de cosas cursis. Llegamos a la casa, mi princesa subió a cambiarse mientras yo acomodaba las cosas, por costumbre busqué en las gavetas de la cocina y encontré el primer delantal que ella me regaló uno azul rey que dice “si te gusta dímelo sino, cállate y mastica”, eso me sacó una sonrisa, sin pensarlo me lo coloqué y comencé a lavar y destripar los calamares, las papas se las dejaría a mi princesa, haríamos calamares en salsa, puré de papas y ensalada César, mi princesa llegó rápidamente a la cocina no sin antes activar el reproductor, del cual emergieron las notas de “ ’O sole mío” pero la versión de Il volo que era la que le gustaba a mi princesa, cantamos y cocinamos hasta un poco antes de las 12 que era la hora en la que Dayana siempre llega almorzar.

-¿Qué es todo esto?- su rostro era un verdadero poema al ver la mesa puesta.-

¡FELIZ CUMPLEAÑOS MAMÁ!- gritamos mi princesa y yo mientras emergíamos de la cocina con el enorme ramo y los globos.-

-¿Cómo? ¿Por qué?- ella sí que estaba en shock.-

-Quisimos hacer algo por ti, ya que tú siempre trabajas mucho- la abracé por la cintura y besé su mejilla.-

-Queríamos hacerte feliz mami- dijo mi princesa abrazándola por la pierna.-

-Gracias mi amor- la alzó con una enorme sonrisa y besó sus mejillas marcándole su característico labial rojo.-

-Bueno vamos a comer que la comida se enfría.

La sentamos en la cabecera de la mesa, mi princesa de su lado derecho y yo del izquierdo, le servimos todo el manjar el cual nosotras acompañamos con un vino y mi princesa con un jugo de parchita, hablamos reímos, comimos hasta donde nuestros estómagos nos lo permitieron, fuimos por la torta y le cantamos cumpleaños entre nosotras dos, nos servimos y comimos un poco cada una, la verdad todo estaba delicioso modestia aparte. Acostamos a mi princesa para que tomara su siesta de la tarde, quedamos Dayana y yo en la cocina, mientras ella bebía su café obligatorio para su digestión yo lavaba los platos.

-¿Cuándo planeas decirme qué pasó?- ¡atrapada!-

-¿Qué pasó de qué?- me hice la loca y fingí locura.-

-Para preparar todo esto es imposible que haya salidos a su hora normal de clases y sé que fue al colegio porque yo misma la dejé ahí esta mañana, así que confiesa- a esta mujer rara vez se le escapaba algo.-

-Bueno- respiré profundo y continué en mi labor, ni por el coño iba a voltearme a enfrentar esos verdes ojos- Sofía tuvo una pelea hoy en el colegio.

-¿Una pelea?- preguntó escandalizada.-

-Sí, una pelea, empujó y le cayó encima a un niño que molestaba a otra niña.

-¡Mi Sofía no es así!- exclamó en el mismo tono.-

-El pequeño engendro le dijo que ella no debía hablar ni decir nada porque ella tenía dos mamás y eso no es normal- dije con un poco de dolor y rabia al recordar la escena de mi oficina.-

-¿Quién fue ese pequeño bastardo? Voy a hacer que sus padres se arrepientan hasta de haberse conocido- gruñó ella.-

-Tranquila fiera, la saqué del colegio- comenté sin cuidado.-

-¿Tú qué? Si estamos a mitad del año escolar Rachel ¿acaso estás loca?

-En ese colegio la única culpable era ella, el además no dejaré que mi hija sea educada por gente mediocre, otros colegios hay y sabes que el dinero ni sus notas serán problema para que entre a cualquier otro colegio.

-Bueno más te vale que muevas tu trasero y le consigas un cupo para ayer, no dejaré que tu impulsividad atrase el aprendizaje de mi hija.

-Sí, sí, sí mujer tranquila, por cierto ¿por qué conservas mi delantal en tus gavetas de la cocina?- me giré para ver su respuesta.-

-Yo…- se puso pálida, y apresuró su café.-

-Tranquila- dije estallando en una gran carcajada.-

-No te burles de mí- no sé de dónde sacó un pedazo de torta y me lo restregó en la cara.-

-Mierda Dayana eso está frío- vi la diversión en sus ojos.-

-¿Sí? Perdón no lo había notado- dijo poniendo cara de inocente.-

-Bueno por qué no lo averiguas por ti misma- dije mientras rodeaba la encimera y saltaba sobre ella tirándola al piso para llenarla de helado.-

-No, Rachel no, déjame- decía entre risas mientras frotaba mi rostro lleno de helado contra ella.-

-Ahora sabes que tan frío está.

Ambas nos quedamos privadas de la risa en el piso, pegajosas y sin aliento, hablamos un poco mejor con respecto a la riña de Sofía, decidimos a cuales colegios llamaríamos, de ese tema pasamos a otros y seguimos hablando por un par de horas simplemente tiradas en el piso.

-Bueno mejor voy a ducharme antes de que las hormigas me lleven- dije sentándome.-

-Sabes dónde está el baño y hay ropa tuya en el closet del pasillo.

-Gracias.

No sabía cómo tomar el hecho de que a pesar de los años que tengo fuera de esta casada, mis cosas siguen aquí, seguía siendo mi hogar, me metía a la ducha con esos pensamientos, al salir pude escuchar que Dayana también se bañaba, fui a ver a mi princesa que ya estaba despierta, así que bajamos a la sala a ver televisión un rato, cuando de pronto alguien tocaba a la puerta.

-Buenas tardes- dije al abrir la puerta mientras continuaba secando mi cabello con una toalla y detallaba de arriba abajo a la mujer plantada frente a la puerta con unas margaritas.-

-Buenas tardes ¿está Dayana?- era una chica un par de centímetros más baja que yo, cabello negro, ojos café, bastante delgada.-

-Sí, acabo de dejarla en la ducha debe salir en un par de minutos, dime ¿dónde te firmo la entrega?

-¿Entrega?- dijo ella intentando digerir las palabras.-

-Sí las flores son una entrega ¿no?- sabía que esa chica no era un simple repartidora pero me entretiene molestar.-

-No son una entrega, vengo a buscar a Dayana, tenemos una cita- dijo ella intentando sonar dominante.-

-Bueno, pasa adelante- dije con una enorme sonrisa ofreciéndole la entrada- Ponte cómoda.-

-Gracias.

-Hola Ericka- dijo mi princesa en cuando la flaca chica se sentó casi frente a ella.-

-¿Princesa conoces a la señorita?- pregunté con cierta inocencia.-

-Sí mami- al escuchar esas palabras “Ericka” se puso pálida- Ella es la novia de mamá.-

-Ha pues mucho gusto entonces- le extendí mi mano junto con una enorme sonrisa- Mi nombre es Rachel, soy la otra mamá de Sofía.-

-Mucho gusto Ericka.

-Y dime ¿hace cuánto que son novias?

-Hoy cumplimos 9 meses-dijo con orgullo.-

-9 meses que bien- ¿nueve meses? Y ella me formaba peo porque yo salía con María cuando ella tenía novia ¡mujeres, mujeres!- Princesa porque no vas con mamá y le dices que su visita ya llegó.

-Sí mami.

-Y dime Ericka ¿a qué te dedicas?- le pregunté mientras tomaba posesión del mueble grande.-

-Soy consultora financiera para la empresa de Dayana.

-Qué bueno vale, ¿pero tener una relación con ella no implica un conflicto de intereses?

-Llevamos nuestra relación con bajo perfil y nos vemos sólo fuera de la empresa así que no, no representa un conflicto de intereses.

Nos quedamos unos 15 minutos de un gran e incómodo silencio, claro yo estaba en mi casa y ella invadía mi territorio, así que mi postura era bastante autoritaria, de brazos sobre el respaldo del mueble, pierna cruzada y ceja en alto; la flaca comenzaba a retorcerse, mirar a los lados y consultar su reloj.

-¡Mi amor!- dijo ella levantándose.-

-Hola cariño- dijo Dayana recibiendo un beso en la comisura de sus labios- Te esperaba más tarde.

-Sí, bueno me desocupé temprano y pensé en pasar a sorprenderte ¡Feliz cumpleaños!- le dio un corto beso en los labios y le entregó las margaritas.-

-Gracias- fue lo único que Dayana alcanzó a vomitar, yo por mi parte la acosaba con la mirada muy divertida, es extraño verla nerviosa.-

-¿Nos vamos mi amor?- ¡JA! La flaca está tan nerviosa que no se ha dado cuenta de que Dayana lleva ropa de casa y no de salir.-

-No estoy lista, como te dije no te esperaba tan temprano.

-Bueno mi amor ve a ponerte guapa yo te espero- mi princesa llegó en total silencio y se sentó junto a mí en el sofá.-

-¿Mamá no vamos a cenar juntas?- mi princesa sí que sabe jugar, yo trataba de no reírme.-

-Tú también puedes venir con nosotras bella- dijo la flaca con una enorme y forzada sonrisa.-

-Faltaba más, Dayana ve a arreglarte tranquila, yo me quedo con mi princesa esta noche.

-Bueno mi amor, ya la escuchaste ve a ponerte hermosa- dijo la flaca y se sentó de nuevo en el pequeño mueble.-

-¿Mami hoy no iré a la clase de baile?- se me había olvidado, esta niña siempre obtiene lo que quiere, pobre de sus futuros amores.-

-Claro que sí princesa, vamos por tus cosas- ambas nos levantamos y subimos a su cuarto ignorando totalmente a la flaca.-

-Mami bájame mi bolso por favor- le bajé su bolso del alto perchero, la dejé en su cuarto para que arreglara sus cosas y me dirigí al cuarto de Dayana.-

-¡Sólo a mí me pasan estas cosas! ¿En qué pensaba esa mujer?- la escuche hablando sola, algo normal en ella cuando estaba nerviosa, me acerqué en silencio a su espalda.-

-Deja de pensar tanto- le susurré al oído mientras la ayudaba a subir la cremallera del vestido, muy lentamente acariciando con mis manos todo el recorrido de su espalda.-

-Coño Rachel, me asustaste.

-El miedo es lo único que no causo en ti Dayana- yo seguía pegada a su espalda y hablando a su oído.-

-No juegues conmigo Rachel- dijo en un suspiro.-

-¿Qué no juegue contigo? Tú sabes que yo no juego- mis manos iban y venían en su cuerpo sobre su ceñido vestido.-

-No me hagas esto.

-Que no  te haga ¿qué? ¿Esto?- posé una mano en su vientre y otra en su seno derecho y la pegué a mi cuerpo.-

-Sí, eso- dijo con un gruñido.-

-Mmm entonces esto- comencé a masajear su seno por sobe la suave tela- Tampoco debería hacerlo.

-No- soltó suave gemido- Eso tampoco- pegó su trasero a más a mi pelvis.-

-Bueno eso es para- le besé tras su oreja y fui bajando por su cuello.-

-¿Para qué?- preguntó entre otro gemido.-

-Para cuando ella te esté tocando recuerdes que los secretos de tu cuerpo siguen siendo sólo míos- mordí su hombro y me retiré antes de que ella pudiera reaccionar.-

-Ya estoy lista mami- emergió mi princesa al pasillo.-

-Muy bien princesa vámonos para no llegar tarde.

Salí a toda velocidad de la casa con mi princesa en brazos, no por ser puntual sino para evitar la ira de la fiera luego de esa jugada lujuriosa de mi parte, ni me fijé si la flaca seguía adornando mi sala, subimos a la camioneta y salí con rumbo a la casa hogar; sé que fue un truco sucio pero Dayana bastante que me jodió la paciencia cuando yo salía con María, así que me pareció bastante correcto joderla un poco.

-Buenas tardes- le sonreí a Clariss al verla en la entrada.-

-Buenas tardes ¿cómo están?- respondió ella con una enorme sonrisa.-

-Estamos muy bien Clariss ¿y tú?- dijo de inmediato mi princesa.-

-Qué bueno, pasen adelante- sentí vibrar mi teléfono y al ver el número sabía que no podría quedarme.-

-Yo tengo un par de cosas que hacer pero a las 6 pm estoy aquí para recogerte princesa- la besé en su frente y me despedí con una sonrisa de Clariss.-

-Hoy tenemos consejo de familias- esa era la voz de Dedy.-

-¿Hoy? Pero Dedy hoy Sofía se queda conmigo.

-Déjasela a su mamá- hombres tercos y él.-

-No puedo Dedy.

-Entonces llévala.

-¿Llevarla? ¿Ma cosa dici Dedy? No quiero involucrarla en esos asuntos- toda su vida alejándola de esa parte de mi vida y él quiere que la lleve a una reunión de esas ¡está loco!-

-Va bene- suspiró pesadamente- Déjala en casa con tus hermanos un rato.-

-Muy bien ¿a qué hora en la casa?

-A las 7 pm- sin decir más colgó.-

Gracias por leer, por sus correos y comentarios siempre es un gusto leerlos- Saludos desde Venezuela