La Mafia, mi vida y ella...

Capítulo 10

Rachel

Luego de un largo abrazo, que me ayudó a sentirme mejor, mi estómago comenzó a rugir.

-¿Cuándo fue la última vez que comiste ragazza?- me preguntó separándome de él con su ceño fruncido.-

-Mi última comida fue el almuerzo de ayer- no me había percatado que tenía más de doce horas sin comer.-

-Ven vamos por algo de comer, sabes que no me gusta que pases hambre.

-No puedo dejarla sola Dedy.

-Tranquila no va a estar sola, vamos a comer.

Arrastre mi cuerpo fuera de aquella habitación y nos dirigimos al pequeño cafetín de la clínica, compre un sándwich y un jugo, mientras Dedy optó por un café negro grande, devoré aquel pan relleno con lechuga y pollo en tiempo record, de verdad tenía hambre por lo que me rápidamente me compré otro.

-Tienes que pensar qué le dirás a Sofía con respecto a su mamá.

-Sí, lo sé, pero ¿cómo le explico que su mamá está así por mi culpa?

-No se lo expliques, con que Dayana lo sepa es más que suficiente, no tienes por qué comerte la cabeza pensando en cómo explicarle eso a Sofía.

-Pero es mi hija y debe saber la verdad de lo que le pasó a su mamá.

-¿Y le vas a soltar toda la verdad a sus 6 años?- preguntó con cierto rastro de ironía en su voz.-

-Bueno no tal cual, pero sí un poco o no se ¿de acuerdo? ¡No sé qué rayos hacer!- hundí mi rostro en mis manos, la frustración se apoderaba de mí otra vez.-

-Yo tampoco lo sabía, aprendemos de los errores ragazza.

-Sí claro, porque tu vida ha sido una serie de error tras otro- dije sarcástica con mi rostro todavía entre mis manos.-

-He cometido muchos errores, que tú no te das cuenta de ellos no es mi culpa ragazza- su comentario me hizo mirarlo de golpe con mi ceja en alto.-

-¿De qué hablas Dedy?

-Tú madre…- antes de que pudiera continuar unos de los muchachos vino a avisarnos que Dayana ya había despertado, por lo que dejamos esa charla para otro momento.-

-¿Dónde estoy?- la escuché preguntar aterrada mientras entraba en la habitación.-

-Mi amor tranquila- me acerqué poniéndome a la altura de su rostro para que se tranquilizara con un rostro familiar- Aquí estoy, no voy a dejar que nada malo te suceda.

-Esos hombres… ellos…- rompió en un llanto desesperado, no pude hacer más que acariciar su cabeza ya que me daba miedo tocarla en alguna parte sensible.-

-Esos cerdos nunca volverán a tocarte, ni ellos, ni nadie.

-¿Por qué me paso eso?- preguntó todavía entre llantos.-

-Te pasó por mi culpa- eso hizo cesar su llanto- Hay algunas cosas que no sabes de mí Dayana y parte de esas cosas son esos hombres.

-¡Si le debes dinero a alguien podías pedírmelo y no dejar que algo así pasara!

-No le debo nada a nadie, esos no eran cobradores, eran parte de la mafia rusa, ellos te lastimaron a ti para hacerme daño a mí; por eso tantos secretos todos estos años, te quería a ti y a Sofía lejos de toda esa locura, pero lamentablemente llegaron a ti- me arrodillé tomando su mano- Y ahora te pido perdón de rodillas por todo lo que te hicieron y te prometo que van a pagar con sus vida todas y cada una de tus heridas.

-Tú…

-Hablaremos de esto luego, todo lo que quieras saber te lo diré, pero no ahora, no aquí y no así; Dedy te llevará con Sofía a algún lugar seguro, en lo que esta locura termine yo misma las buscaré.

-No sé si quiera que me busques, no creo que pueda dejarte estar cerca de Sofía- aunque su voz sonaba afligida en sus ojos había una oscuridad que no había visto antes.-

-No puedes…- la miré por varios segundos y sabía que no debía presionarla, luego de un largo suspiro continué- No tengo perdón por todo lo que te pasó, pero no puedo vivir sin ustedes.

-No puedo  asegurarte nada.

-No hace falta que lo hagas, sólo vete con Dedy para que ambas estén seguras ¿puedes hacer eso?

-De acuerdo lo haré hasta que me recupere.

En eso entró una enfermera y salí al balcón a tomar un poco de aire para aclarar mis ideas, en lo que intentaba pensar entró Dedy al balcón.

-Tienes mucho qué explicar Dedy- dije sin mirarlo mientras.

-¿Quieres?- me ofreció una caja de Marbollo rojo.-

-¿De dónde sacaste eso? Tú no fumas cigarrillos- le dije extrañada.-

-Pero tú sí y como tu padre sé que necesitas uno con urgencia.

-Está bien- tomé la caja y el encendedor, con el primer jalón pude sentir que mi garganta ardía pero también sentí un gran alivio al soltar el humo lentamente.-

-Como te decía- dio una gran aspirada a su habano y lo soltó lenta pero pesadamente- Tú madre no te abandonó, yo la obligué a irse- levantó su mano en señal de que no lo interrumpiera porque ya me había visto la intención de hablar- Verás, cuando yo empecé con ella, no era más que joven tonto con grandes ambiciones, tu madre es la única mujer aparte de ti y de Sofía que he amado más que a mi vida, a medida que pase de maleante a mafioso, las cosas se iban haciendo más peligrosas, por supuesto tu madre sabía perfectamente todo lo que yo hacía, nunca me peleó por eso, decía que me respetaba esa parte de mi vida siempre y cuando eso no la afectara a ella y así fue hasta que se embarazó de ti- lo vi tragar con dificultad y dolor en su rostro- Cuando tenía casi nueve meses la secuestraron y la golpearon así como a Dayana- una pequeña lágrima rodó por su mejilla, nunca lo había visto así de frágil sentí ganas de abrazarlo y decirle que le perdonaba todo.-

-Dedy yo…- volvió a alzar su mano para hacerme callar.-

-Nunca estuve más aterrado en toda mi vida, creí que las perdería a las dos, nudillos la encontró  y todavía no sé cómo ninguna de ustedes estaba muerta o gravemente herida, cuando llegaste a este mundo tan hermosa, sana y salva, le juré a tu madre que nunca dejaría que nada malo les pasaría de nuevo- vi en sus ojos una ternura que no recordaba haberle visto pero también reflejaban nostalgia- Cuando tenías casi un año la sorprendí haciendo maletas, me dijo que no podía dejar que vivieras una vida así de peligrosa, que ella no te había traído para que vivieras en esa clase de mundo; yo le dije que si no soportaba vivir así que se largara si tan poco amor me tenía, pero si se iba, se iría sola; de lo contrario la perseguiría hasta el fin del mundo si se atrevía a separarte de mí.

-Es decir- tanta información sobrecargó mi cerebro- Que ella prefirió irse y dejarme contigo que ser valiente y quedarse o llevarme con ella.

-No le permití quedarse, ya que viviría con el miedo de que te llevara lejos de mí cualquier día, ella no se fue lejos y nunca ha dejado de estar interesada en ti- muy bien esa no la vi venir.-

-¿Ella está cerca?- no podía creer mis propias palabras ¿mi mamá siempre estuvo cerca?-

-Sí.

-¿Y a ti nunca se te ocurrió decirme eso antes? ¡NO! ¡Por supuesto que no! El señor orgullo no podía decirme que mi mamá ¡mi madre! La mujer que me dio la vida, ha estado cerca todos estos años y peor aún ha estado al pendiente de mi vida a través de ti ¡bravo Dedy! Ahora sí puedo decir con todo fundamento que jodiste completamente mi vida.

-Tú no lo entiendes Rachel.

-A ver ¿qué según el señor es lo que no entiendo?

-Estaba esperando a que tuvieras una edad suficiente y tu propia idea del mundo, para que ella no te alejara de tu familia.

-¿De mi familia? Tú crees que ella iba a convencerme de dejar todo atrás ¿tan poca fe me tienes?

-Toda tu vida te he exigido tanto porque eres mi más grande logro, desde que sabía que venias en camino a este mundo todas las noches me voy con el terror de perderte al siguiente día, eres lo más perfecto que tengo en mi vida- sonaba tan quebradizo parecía un niño, no sabía que Dedy podía ser así de sensible.-

-¡Joder Dedy! Soy tú hija mayor, tu única hija, deberías tenerle un poco de fe al amor que tengo por ti, eres mi padre y no iba a abandonarte por ella, pero me habría agradado saber esto un poco antes y compartir mi vida con ella.

-Ragazza yo- esta vez fui yo la que alzó la mano para evitar que el continuara.-

-En lo que Dayana despierte de nuevo, te la llevaras junto con Sofía y Antonia, no me interesa donde sólo llévatelas lejos, si las cosas no salen bien tu sabes que hacer, te amo pero en estos momento no soporto verte.

-La cadena en tu cuello, es un regalo de ella no mío, cuídate ragazza.

Besó mi frente apagó su habano y se fue, mi madre si me quiere, meditaba mientras tomaba mi cadena de plata con mi mano derecha y la sentía entre mis dedos, miré mí mano y me había fumado casi media caja escuchando a Dedy; entré de nuevo a la habitación, vi a Dayana dormir, se veía tan tranquila, no podía quedarme aunque quisiera y sabía que estaría muy bien cuidada, así que partí con rumbo a mi casa, le mandé un mensaje corto a Clariss explicándole que saldría de la ciudad unos días, luego convoqué a todo los Moretti más allegados a mí, necesitaba poner manos a la obra antes de que Vladimir tuviese chance de escapar o atentar contra nosotros de nuevo.

-¿Bueno hermanita nos vas a decir a que se debe esta reunión?- preguntaba Beto mientras se tiraba en el sofá.-

-Primero que nada, ninguno va a cuestionar nada de lo que les mande, yo estoy a cargo de todo, si yo no lo digo no se hace y al que no le guste, ahí está la puerta- dije señalando con mi mano.-

-Morte, con nosotros no necesitas esas amenazas tontas dinos de una buena vez ¿qué pasó?

-Vladimir se metió con esta familia dos veces, fuimos decentes y le permitimos retractarse de sus actos, pero en vez de eso nos volvió a golpear y no sé ustedes pero yo no voy a darle una tercera oportunidad para que dañe a los Moretti.

-¡Por fin tendremos algo de acción!- dijo Beto frotando sus manos con gusto.-

-Beto necesito que vayas con Francisco y un par de los muchachos y me traigan el objetivo que le propuse hace varios meses Fran.

-¿Qué? ¿Sólo eso? No vale, dame algo real.

-Harás lo que se te pide y nada más Dalberto, a menos que quieras que obligue a hacerlo.

-Tranquila morte, nosotros te la traeremos.

-No, llévenla a mi oficina en la casa de Dedy y la quiero allí para ayer y si anda acompañada también tráiganse a esa gente, no quiero testigos de nada.

Clariss

Me resulta un poco extraño ese viaje de Rachel, pero debo entenderla, acaba de cerrar una gran parte de su vida y eso no debe ser fácil; pero no puedo negra que voy a extrañarla estos días, desde nuestra cita pasamos casi todo nuestro tiempo libre juntas, en su casa o haciendo cualquier cosa, al punto que me siento una extraña en mi casa, aunque parezca una locura desde que terminé con Sergey no he visto a Vladimir y España sé que está cerca para cuidarme pero ya no somos tan íntimas.

-Recoge tus cosas- España entró a mi cuarto de golpe tirándome una maleta a los pies.-

-¿Qué te pasa? ¿Estás loca es?

-No tenemos tiempo para explicaciones Nastya, recoge lo que consideres esencial y vámonos- se veía algo alterada y hasta asustada nunca la había visto así.-

-¡No hasta que me digas qué pasa!

-Tu hermano se metió con la gente equivocada, ya alcanzaron a Sergey ¡y no tardaran en llegar a ti! Así que por favor ¡muévete!- ¿habían alcanzado a Sergey? No entendía nada.-

-¿Qué?- fue lo único que pude balbucear- mientras España me jalaba hacia la puerta.-

Disculpen la demora, no es intensional, espero no me maten por lo corto y que lo disfruten, gracias por leer, por sus comentarios y correos para mí son una gran alegría leerlos. Saludos desde Venezuela