La maestra

Enseñar a un adolescente es también un acto de misericordia.

LA MAESTRA

I.-  Ella, la protagonista

Natalia es maestra de primaria.  Tiene 28 años y lleva ya varios años ejerciendo tras aprobar sus oposiciones.  Ha recorrido varios destinos hasta llegar a un pueblo mediano,  algo más cerca de su familia.

Es una chica un tanto especial, es difícil definirla.   Se podría decir que es un poco rara, hasta que se la conoce.  Algunos dirían que es seria, otros que introvertida,   quizás demasiado responsable.  Siempre ha sido muy estudiosa y lo sigue haciendo a pesar de tener su trabajo fijo.  Ahora se prepara en la distancia para el ciclo superior de enseñanza.

No es una chica guapa y ella lo sabe, aunque tampoco pasa por ser una mujer fea.     No se despreocupa de su arreglo, pero tampoco le obsesiona.   Su look quizás  también influye en los demás, que la ven un poco antigua en el peinado, en sus típicas gafas de miope, porque no se apaña con las lentillas.  Una vez que se la conoce, ya la opinión sobre ella cambia, y es más natural de lo que parece.

Aunque parece una mojigata,  ya ha tenido algunas aventuras con los hombres.  Y en la cama resulta más mujer de lo que nadie hubiera imaginado.  Pero su problema es que es muy selectiva,  para irse con un hombre tiene que gustarle mucho, transmitirle algo, que sea especial.   De tal forma que si no aparece uno que reúna las condiciones, puede pasarse mucho tiempo sin tener relaciones y tampoco le agobia el tema.

Aunque poco agraciada de cara,  la naturaleza le ha compensado con un bonito cuerpo.  Más bien alta, bien proporcionada,  una piel morena deliciosa,  muy bonita forma de mujer,  buenas caderas y cintura reducida,  pechos abundantes…    Para ella a veces esas buenas formas han sido incluso un inconveniente, pues tiene cierto complejo en el sentido de que piensa que los hombres se acercan a ella solo para satisfacerse por sus encantos, sin fijarse en su verdadero yo.

Cuando la han destinado a este nuevo pueblo,  con 2.000 habitantes nada más,  se ha personado antes del comienzo del curso para tomar contacto.   Se ha entrevistado con la directora del colegio para conocer un poco su nuevo trabajo y sobre todo para buscar alojamiento.  A ella no le gusta vivir en un piso sola, es perezosa para la tareas domésticas, prefiere que se lo den todo hecho y poderse así dedicar más al estudio, pasear, hacer algo de deporte, etc.

La directora le ha recomendado una casa particular, que ya ha acogido a otras maestras en cursos pasados.  Un matrimonio, le dice,  muy agradable, muy honrados, una casa tranquila, donde tendrá una buena habitación para ella, la señora es limpia, buena cocinera y no le costará caro.

II.- La familia de acogida

Así que para allá se encaminó Natalia.   Es buen sitio,  el centro del pueblo y le cae cerca del colegio.  La vivienda por fuera da buena impresión, bien cuidada, amplia de fachada, se ve que es grande.

La recibe Antonia, la señora de la casa.  Unos 40 años,  rellenita, muy simpática.  Le enseña la vivienda y su habitación. Es lo que Natalia necesita, amplia, bien iluminada,  dispone de cuarto de baño propio.  Una buena mesa de estudio, una estantería grande para sus libros y un buen armario ropero.  Mejor que en su propia casa, que es un pisito modesto y estrecho.

Antonia le explica las condiciones económicas, que son muy aceptables:  el régimen de comidas, lavado y planchado de ropa, limpieza, etc.  Todo a un precio razonable.

Manuel, el marido,  es un poco mayor que Antonia.  Un buen hombre, trabajador,  dedicado a sus animales. Tienen una granja de vacas, en una finquita a tres km del pueblo y se pasa casi todo el tiempo atendiendo al ganado.  Regresa ya tarde, y habitualmente, tras darse la ducha y cenar,  dormita en el sofá delante de la TV hasta irse a la cama.  Un marido que no da molestias.

Antonia se dedica a las tareas domésticas,  también hace algún trabajo fuera de casa del mismo tipo, y ayuda a su marido con el ganado ya a última hora del día.   Es limpia, diligente y mujer actual,  a pesar de esos trabajos más bien rústicos. >Una vez al mes  se toma un día sabático con permiso de los dos hombres de la casa y se desplaza en sábado a la ciudad cercana, donde pasa el día con su amiga Marina, hacen compras, comen juntas, etc.

Y falta describir al chico,  el único  hijo del matrimonio. También se llama Antonio, aunque para todos es Tony.  Tiene dieciséis años y medio,  chico bien parecido pero con un problema importante de timidez, introvertido, serio, responsable, ayuda mucho a sus padres en todos los quehaceres.  Pero con muchos problemas para relacionarse, sobre todo con las chicas de su edad.

III. Comienza la vida en común

Ha comenzado el curso.   Natalia se adapta muy bien al pueblo,  a sus gentes y a sus niños.   Es responsable, y aunque es como decimos algo seria,  es muy amable y padres e hijos pronto le han cogido cariño.

Natalia le ha dicho a su casera que a lo largo del curso quiere dar clases particulares, lo suele hacer todos los años.  Su especialidad son las matemáticas, que como es sabido se le suelen atragantar mucho a los chicos. Ella es buena dando esa asignatura a chicos ya más mayores y todos los años tiene cuatro o cinco alumnos; así se gana un extra que le viene bien.

Toni que anda con su bachillerato, también anda algo retrasado en la asignatura.  Así que se une al grupo de los otros chicos.   La clase en la misma habitación de Natalia, que es el lugar más cómodo de la casa.  Allí tiene una mesa grande redonda, donde se sienta con sus alumnos,  a media tarde.   Una hora y media de clase y luego habitualmente Toni se queda un rato más con ella,  pues Natalia quiere que al ser el hijo de sus caseros, con lo bien que se portan con ella,  no tenga problemas con las notas.

Antonia ya terminando la tarde se va siempre a la finca, pues es la hora de más trabajo, para dejar los animales ordeñados y dispuestos para pasar la noche.

Natalia ha sintonizado muy bien con Tony.  Los compañeros de ella son ya algo mayores, casados, y por tanto ella no encaja muy bien en el grupo para pasar algún rato libre.   Con Tony sale mucho en bicicleta,  se acercan a la finca y pasan un rato con los padres. Natalia no está acostumbrada a una granja y le gusta ver a los animales.

Antonia está también encantada con la nueva maestra.  Nada pide, nada exige, todo le parece bien.  No es delicada para las comidas y demás cuestiones domésticas.  Y la madre también muy contenta al ver como prospera su hijo con esas asignaturas que tanto trabajo le costaban.  Se le ve ya más motivado, más ilusionado con los estudios.

IV.-  Comienzan a gustarse

Toni es tímido, como sabemos.   No tiene mucha suerte con las chicas,  esa falta de confianza en si mismo le pasa factura.    También con Natalia al principio se siente inseguro.   Sobre todo cuando se queda a solas con ella.  Evita mirarla,  se sonroja con facilidad, se le atragantan los problemas que le plantea y se despista.  Ella es muy profesional, y con paciencia va consiguiendo que el chico se adapte a sus explicaciones y vaya superando el retraso que lleva en las clases.

Ya sabemos que las clases se dan en la misma habitación de Natalia.  Para separar su cama del resto de la estancia hay un biombo,  y así reserva más su intimidad.   Ese es su mundo, allí tiene su ordenador, una pequeña TV también,  está cómoda.

Cuando se marchan los otros chicos que vienen a clase, Toni se queda solo con ella.  Son momentos de sensaciones contradictorias para él.  Por una parte se siente avergonzado, por otra,  quedarse a solas con la maestra es para él una suerte. Seguro que mis compañeros me envidian, dice.

Natalia le queda un par de problemas matemáticos para que resuelva, mientras ella ya se dedica a sus cosas.  Coloca algo su ropa, sus libros, repasa también alguno de sus temas.  Y también tiene la costumbre de ducharse a esa hora, antes de cenar.  Se comporta cada día con más naturalidad y confianza, como si Toni fuera de su misma familia.

Ella coge su ropa interior para cambiarse,  su bata, su pijama, etc.   A veces se permite salir del baño envuelta en la toalla, con la excusa de que se le olvidó coger el pijama.   Luego se cambia tras el biombo.

Toni está en la edad en la que un joven despierta totalmente a los deseos.  Y de reojo, a pesar de su timidez, no pierde detalle.   El escote de la maestra,  un muslo que se sale de la bata, la transparencia de su cuerpo al vestirse tras el biombo.   Está todo el día salido y en la habitación, mientras ella se pasea arriba y abajo,  a veces no puede evitar una erección, que intenta disimular lo mejor que puede.   Luego en la soledad de su dormitorio, se hará pajas tremendas.

Ella no es tonta, y lo sabe.  Sabe que el chico está necesitado y que sufre por su timidez.  Le tiene gran cariño y eso que parecen descuidos, al enseñar algo,  no lo son realmente.  Quiere agradarle, le está agradecida porque el chico está pendiente de todo lo que pueda necesitar.   Y si le hace algún regalo como mujer,  el chico será feliz y ella también de paso se siente deseada.

V.- Antonia se sincera con Natalia

Es domingo y Natalia ha estado estudiando en su habitación casi toda la mañana.   Ya al mediodía baja a compartir un rato con Antonia, que anda en la cocina con los preparativos de la comida.  El padre y el chico están en la finca con sus quehaceres.

-          Hola, Natalia.  ¿Has aprovechado mucho?.

-          Sí, la verdad, he adelantado con unos temas que tenía por ahí pendientes.

-          Mira que eres estudiosa, da gusto.   Es buena hora para comer algo, tendrás hambre. Te sirvo una cervecita y una tapa de tortilla, que está recién hecha…

-          Vale, me vendrá muy bien, gracias.

Natalia comienza a saborear el aperitivo. Antonia sigue con sus cosas de aquí para allá, sin dejar de hablar.

-  ¿Sabes, Natalia?.  Me encontré el otro día al profesor de Toni.  Dice que ha cambiado mucho, que ya no le tiene miedo a la asignatura, que es de los más avanzados del curso.  No sabes lo agradecida que estoy.

-  Yo también estoy contenta.  Toni lo pasaba mal, ahora se ha relajado.  Es inteligente, su problema es que nunca le habían explicado bien las matemáticas.

-   Mi hijo, ya sabes, es tímido y eso lo traía muy tocado.  El asunto de las chicas también,  es otra asignatura que tiene que superar.

-   Bueno, es jovencito aún. Todo llegará.

-  No creas, en este pueblo somos avanzados para eso.   La mayoría de los chicos se estrenan ya con 15 años.

  • ¿Tan pronto?

-  Sí, ya te contaré.  Mi niño tenía que ser ya estrenado,  a ver si tiene suerte y me lo desvirgan.  Lo quiero ya hecho un hombre… Además, está bien armado, tiene un pollón que no veas…ajajaja. Más grande que el de su padre.

-  ¿Y de verás sois tan avanzados para el sexo, siendo un pueblo?.

-  Pues sí, te parecerá mentira.  Aquí los cuernos circulan que no veas. Y muchos de ellos consentidos. ¿Ya conoces a la chica de la tienda de la panadería, verdad?.  Esa a pesar de estar casada hace poco, ya se lo monta con un vecino, ese del bigote grande, que ya lo conocerás de vista.

-  Caray, que fuerte….

Antonia le cuenta dos o tres aventuras más, que son más que sabidas en el pueblo.

-          Me quedas asombrada, Antonia… ¿Y tú también eres infiel?... Jajajajaaj, lo digo en broma, eh…

-          Pues sin bromas, cariño, sin bromas.  Lo soy desde hace ya algún tiempo…

-          ¿Quéeeeeeeeeeeee…?.  No te rías de mí, no me lo puedo creer.

Antonia deja ahora la cocina y se sienta al lado de Natalia, sonriendo.

-          Te contaré.  Mi marido es flojo en la cama, pasivo, desganado.   Y yo venía aguantando eso desde  hace tiempo.   Mi buena amiga, Marina,  ya se lo montaba con alguien de la ciudad y poco a poco consiguió convencerme.  Su amante me buscó un amigo y ahí estamos.

-          ¿Entonces, lo sábados, cuando vais a la ciudad,  es a follar?.

-          Claro, también a la compra, ya sabes. Pero de paso echamos un buen polvo las dos.

-          Cuéntame, cuéntame…

-          Jajajaja…. Curiosa.     Pues como te decía, Marina se enrolló con un solterón más o menos de su edad que conoció en Internet.  Y al final, me llevó a su terreno.  El soltero tenía un buen amigo,  viudo,  algo mayor, tiene ahora 60 años, y al final acabé liada con él.

-          ¿Y dónde os veis?

-          El viudo tiene una casita de campo, parecida a la nuestra, en la entrada de la ciudad.  Nos vamos cómo tú sabes antes de comer.  Ellos nos esperan, y lo primero es meternos cada pareja en un dormitorio.   Un par de horitas, y salimos como nuevas…ajajaja.  Luego comemos algo y ya nos vamos a la ciudad a la compra.

-          Uuffffffffffff,  tremendo, nunca podía imaginarlo.

-          ¿Que fuésemos tan putas….jajajaja?.  Pues así es, te lo cuento en confianza, eh.

-          ¿Los maridos no sospechan nada?.

-          Supongo que no… Y si sospechan lo llevan en silencio. En cierto modo se lo merecen, al ser dos pichas flojas.

-          Pero sois jóvenes las dos, os podrían quedar embarazadas.

-          Ah, no, eso  no ,querida.  No somos tontas, tomamos las dos la píldora y follamos a pelo, como locas.  Menudas corridas nos pegamos….jajajaa.

-          ¿Son buenos amantes?.

-          Extraordinarios.  Nos quedan agotadas. Para que comprendas lo que es mi marido en la cama, te diré que yo no conocía el sexo oral y de orgasmos prácticamente nada.

-          Entonces está claro, Antonia. Te mereces ser infiel.

-          ¿Y tú que tal?.

-          Pues prácticamente nada…  Hace un año o más que no echo un polvo.  Tengo complejo de fea, ya sabes… Me cuesta.

-          Tienes un cuerpazo, cariño.  Menuda mujer que eres, ya quisiera yo tener ese tipazo y esas tetas.   Aprovéchate que eres joven, no pierdas el tiempo.  Además,  lo tienes fácil, creo yo.

VI. Comienzan los juegos.

Natalia se quedó pensativa el resto del día.  No solo con lo que Antonia le había contado sobre su infidelidad, también con esos comentarios sobre su hijo.  ¿Qué habría querido decir,  con eso de que tengo ganas de que me lo estrenen?. ¿O cuándo dijo también a Natalia, que lo tenía fácil?.

Natalia le va dando vueltas al tema y piensa a veces que Antonia le estaba insinuando que le gustaría que ella desvirgara a su hijo.  Pero después opina que eso es demasiado, el chico tiene dieciséis años,  no puede ser.

Lo que sí le ha despertado un poco a sensaciones que tenía algo dormidas, es el relato de la infidelidad.   Lo ha meditado y llega a la conclusión que Antonia es afortunada, que disfruta bien del sexo.  Sin embargo ella lo tiene algo abandonado y tiene razón Antonia, que es demasiado joven para estar tan dejada.

Así que poco a poco va mirando al chico con otros ojos.  Y esos pequeños descuidos se van convirtiendo ya en una exhibición total.

Cuando se quedan solos  y tras su ducha habitual, Natalia sale del baño muy a menudo con la toalla.  O se pone un conjunto de lencería bonito, bajo un camisón algo atrevido.  Se cambia tras el biombo, sabiendo que se adivinan tras la tela sus formas completas.

El chico ya observa de forma más directa, sin ocultarse. Tampoco se preocupa ya de ocultar su erección, que tanto divierte  a Natalia.

Esta tarde, por ejemplo,  Natalia sale con la bata corta habitual, con solamente el cinturón puesto.  Se acerca a la mesa para ver como va Toni con su problema de matemáticas. En lugar de sentarse,  apoya una rodilla en el asiento de la silla, un codo en la mesa y se inclina sobre el cuaderno para repasar los números,  echándose bien encima del chico.   Sabe bien que no solamente está enseñando todo el sujetador, sino también hasta el ombligo.  Y en esa postura, la bata abierta por debajo le permite enseñar todo el  muslo, que descaradamente se lo echa un poco encima.  Divertida, de reojo, observa al joven que se pone rojo, pálido…   Pero que no quita vista de su cuerpo.  También se da cuenta de la tremenda erección.

-          Si sigo un poco  más aquí, seguro que se corre… - se dice para sí misma-.

Por hoy ya está bien, se dice Natalia.  Poco a poco.  El juego le encanta y sobre todo el hecho de estar haciendo hombre al adolescente.

-          Seguro que no me olvidará nunca,  estoy siendo su primera mujer.

Otra de las actitudes que más divierten a Natalia es cuando recoge su ropa intima para ir al baño.  Tiene una buena colección de ropa interior, muy sexy, le gusta estar elegante por dentro.   Ella saca del cajón el sujetador y la braguita y con las prendas en la mano, antes de entrar al baño, se acerca de nuevo a Toni con la excusa de repasar su trabajo. Y le pone las prendas casi en la cara.

Al final el chico se atreve a un comentario.

-          Que conjunto más bonito… me encanta….

-          ¿Sí?.  Me agrada que lo digas, no sabía si acertaba.  Mira, te lo enseñaré bien.

Ella extiende la braguita con encaje sobre la mesa y el suje a juego.  Él las toca y comprueba la suavidad del tejido.

-          ¿Te gusta este color?.

-          Sí, mucho, y el blanco también.

-          ¿Blanco?... Ah, espera,  te daré una sorpresa hoy. Tengo un conjunto blanco que es mi preferido, muy especial, solo para grandes ocasiones. Pero esta vez lo verás puesto, si te parece bien…

El chico abrumado, ni puede contestar.  Ella se va al armario, guarda el conjunto negro y saca otro, pero lo oculta, pues quiere darle la sorpresa al chico.   Cuando está a medio camino por la habitación se vuelve hacia el armario.

-          Se me olvidaban los zapatos. Este conjunto sin zapato de tacón de aguja, queda soso.

Con todos los preparativos entra en el baño.  Toni escucha la ducha y después un largo rato y ella no sale.   ¿Qué estará haciendo?, se pregunta.

Lo que está haciendo Natalia es arreglarse al máximo, como pocas veces hace.  Cuando lo hace,  su escasa belleza de cara cambia mucho e incluso parece guapa.

Por fin sale, hecha una auténtica diosa.  Hasta Toni se ha puesto de pie, por la admiración.

Perfectamente peinada.   Maquillada, rimel en los ojos, los labios pintados.  Es otra. El conjunto de lencería es precioso. Una braguita alta, estrecha, que deja las caderas desnudas. Por atrás, deja las nalgas también desnudas por la mitad.

Y el sujetador, precioso.   Es un modelo muy extraño, Toni no había visto  ninguno por Internet, por donde navega mucho buscando estas cosas. Es cortísimo de copa, las areólas, que son algo grandes sobresalen en su mitad.  Los pechos, abundantes, se desbordan por arriba, muy subidos.

Y los tacones altos de aguja, le hacen una silueta extraordinaria.  Es una modelo de pasarela. Se pasea vanidosa por la habitación, con las manos en las caderas,  de frente, de lado, de espaldas.  A Toni se le doblan las rodillas de la emoción y tiene que volver a sentarse.  El chico coge el móvil.

-          ¿Pue… puedo… sacarte unas fotos?

-          Sí cariño, pero con tu palabra que nunca se las mostrarás a  nadie.

-          Claro, claro, no lo dudes.

El chico toma  unas fotos de la mujer, para él la primera mujer, la mujer por excelencia.  No se lo puede creer que eso le esté sucediendo a él.  El chico que en el instituto dicen que no se come una rosca. Pues ahora es una tarta entera.

Al final ella se sienta, muy pegada a él.

-          La tienes muy tiesa, cabroncete… eh…

Le agarra el grueso pollón por encima del pantalón del chándal,  es como si el miembro fuese de madera.

-          Madre mía, cielo.. Así no puedes estar, espera que te alivie.

Natalia está decidida a masturbar al chico.   Le baja el pantalón quedando el grueso miembro fuera.  El joven está relajado,  no tiene ahora pudor.

Ella manosea el falo despacio.  Podría conseguir que el chico se corriera al momento, pero quiere prolongar la situación para el deleite de ambos.   Así que acaricia un poco el miembro y cuando nota que el chico se contrae, que está a punto, retira la mano para que se enfríe.  Así prolonga su placer y su excitación durante un buen rato.   Él la mira entre agradecido, anonadado, excitado, sorprendido….   Todo un cuadro.

Ella lo agarra por el cuello con delicadez y acerca su cara a los pechos. El apoya su cabeza entre ellos, siente su suavidad, su tibieza.

Ese gesto hace que el chico ya no pueda aguantar más.

-          Me voy, a…a … correr, Natalia…

Ella ahora coloca la otra mano en forma de caperuza, encima de la cabeza del pene, para evitar que salpique todo.   Con la otra mano acelera el ritmo y al momento tiene en su palma un poderoso chorro de semen caliente. Del agujero del miembro sigue destilando esperma, ella lo aprieta de abajo a arriba para que salga todo el semen.

-  Espera, no te muevas…

Ella entra de nuevo al baño, se lava las manos y vuelve con unas toallitas, limpiando bien todo el falo.

-          Anda vístete, cariño.  Tus padres estarán al llegar….Lo has hecho  muy bien, todo un hombre.

VII.- Natalia también se corre, claro…

Esos ratos después que los demás chicos de la clase se marchan son de un encanto y sensualidad indescriptibles.  Ambos lo gozan con un entusiasmo desmedido.   Es más o menos una hora,  desde que se marchan los chicos hasta que llegan los padres de la finca.

Natalia intenta cada día dar una sorpresa distinta al joven.  Hoy sale del baño solo con la bata sin nada debajo.

Se sienta otra vez a su lado, descuidada como siempre.   Esta vez al abrirse la bata aparecen los pechos desnudos,  bien firmes, grandotes.    Otra vez Toni se queda extasiado sin poder apartar la vista.

-          Anda, jodido, que me vas a desgastar con la mirada….

Natalia agarra la mano al chico y la lleva a sus senos.

-          Anda, cariño, toca, toca, es mejor que mirar, ya verás.

Toni masajea los senos entusiasmado.  Los aprieta, los mueve de un lado a otro,  los sube, los junta, los separa.  Loco de contento.  Natalia se comienza a calentar como una burra.

El joven se anima ahora a echar su boca a los pezones.   Chupa con fuerza, lame.  Los pezones se ponen duros y Natalia gime ya desesperada.  Comienza a mover el culo en la silla, y a contraer los músculos del coño.  Se siente toda mojada.

El adolescente se atreve ahora a pasar un brazo por los hombros de ella y a abrazarla.  Le besa el cuelo y las orejas. Natalia gira la cabeza  hacia él, buscando su boca. Se funden en un largo beso, el chico es inexperto, ella lleva la iniciativa y mete profundamente su lengua en la boca el chico.  La mujer mueve ahora más el culo sobre la silla y al tiempo que dura ese largo beso va sintiendo un fuerte orgasmo que le sale de lo  más profundo.   Así, solo con los besos y los tocamientos, aunque poco expertos del chico.  Hacia tiempo que no se sentía tan hembra.

Se retira por fin,  exhausta y satisfecha.  No le dice nada al joven, se siente algo avergonzada, pero feliz.  Se coloca la ropa y por este día,   ya está muy bien.

VIII. El primer oral para Toni.

Algunas tardes de los fines de semana, que no tiene clases Natalia,  se acerca a la finca y pasa unas horas con la familia.  A veces ayuda en las tareas, es algo novedoso para ella.  Luego cenan en la casa de campo y regresan todos al pueblo.

Hoy, después de la cena, Toni y Natalia regresan en el coche de ella.   Los padres tendrán que quedarse más tiempo, hay una vaca en fase de parto y tienen que atenderla.

Natalia se ha cambiado el mono de trabajo propio de ganadera (todo un espectáculo verla así), y después de asearse se ha colocado un vestido de verano bastante corto.  Al montar en el coche el vestido se sube totalmente y los muslos de la joven se muestran al completo.

Es ya anochecido, circulan por una carreterita estrecha, apenas transitada, que da servicio a las fincas de la zona.   Ella está juguetona y observa como siempre al chico pendiente de sus piernas. Le coge la mano como otras veces y se la lleva a los muslos.

-          Tienes que tocar tú, tienes que ir cogiendo la iniciativa, Toni, no seas tan tímido….

-          Ya, ya.

Ella conduce muy despacio, casi al paso de una persona.  Quiere que los tres km de distancia den mucho de sí.  Es una nueva situación, en el coche, que no habían experimentado. Tiene su encanto.

Toni acaricia los muslos de la mujer, con inmensa ternura, como hace siempre. Ella a medida que se va calentando, abre más las piernas.

El poderío juvenil del chico se demuestra siempre con erecciones casi instantáneas, como ahora sucede.

Ella aparta el coche del camino y estaciona al margen.

-          Anda, desabróchate el pantalón.

Obedece el joven y saca a relucir el poderoso falo erecto.  La chica saca unas toallitas húmedas del bolso y limpia bien el miembro.

-          Se que estás duchadito pero siempre viene bien una última limpieza.

Toni espera acontecimientos, sin saber bien lo que va  a ocurrir.  El automóvil tiene asientos con mandos eléctricos y ella lo acciona para bajar el respaldo del chico, que queda tumbado a medias.

-          Ahora relajado, eh… Déjate hacer.

Natalia comienza la felación, lengua y boca se combinan para lamer y succionar despacio la gruesa estaca.   Comienza con el mismo juego de la masturbación,  chupando y parando para que el chico no se corra de inmediato.  Pero no por mucho tiempo ya que no está cómoda en el lugar donde están. Así que introduce todo lo que puede el pollón en su garganta y lo chupa con fuerza.   Surte efecto al momento.  Siente perfectamente las contracciones de la eyaculación y el chorro que casi la ahoga.  Pero aguanta, no es de esas novatas que en sus primeras felaciones se apartan enseguida al sentir el primer impacto del semen y quedan al hombre a medias.  Ella espera a que termine.  Luego coge otra toallita, escupe el esperma en ella y la arroja por la ventanilla.  Con otra nueva toallita limpia bien el miembro del chico, dejándolo como nuevo.

Toni se incorpora con esfuerzo,  la corrida le ha dejado algo agotado.

-          ¿Qué…?  -pregunta ella-  ¿ A gusto el señor?.

-          Uffffffff…. Ha sido delicioso.

-          ¿No te lo esperabas, verdad?.

-          Para nada, claro.

-          Pues ya tienes nueva experiencia.

Arrancan el vehículo camino de casa.

IX.-  Toni descubre el placer de un coño

Nueva tarde en casa, mientras fuera cae mansamente la lluvia.   La comodidad del hogar, calentito,  invita a permanecer recogidos, la calle ahora es inhóspita.  Como siempre es la hora después de las clases y esta vez Natalia, cada día más atrevida, se ha puesto de nuevo la bata sin nada debajo, pero cerrada por arriba para que el chico  no se distraiga con sus pechos  y muy abierta por debajo.

Al sentarse de forma descuidada al lado del joven,  no solamente se han descubierto las hermosas piernas,  también se ha visto de forma fugaz un poco de vello del pubis.  Toni comienza ya a subirse por las paredes. Ella, traviesa, se ríe para si misma.

Natalia se levanta, se sienta, se cruza de piernas, las descruza, una vez y otra.   Juega con el joven que desesperado ya,  tiene el siempre visible bulto bajo el pantalón. Toni ya se va volviendo algo atrevido.

-          Oye,  no te lo he visto, no es justo…

-          ¿Qué no me has visto? –Natalia se hace la tonta-.

-          Pues eso… el… el coño…. Tú me has visto la polla, no es justo.

-          Jajajajaa, muy bien, muy bien, así me gusta, que te decidas.

Ella se desabrocha la bata del todo, quedando desnuda. Se sienta en el borde de la silla, sacando el culo fuera y coloca un pie en el asiento de la silla de al lado para levantar bien el pubis.   Queda el sexo descubierto. Toni se asoma curioso a la entrepierna, admirado.

-          ¡ Que bonito es….¡.  Es como los que veo en Internet.

-          Jajajajaja, jodido crío.  Te imagino navegando por las páginas porno.

-          A ver,  a falta de otra cosa…

-          ¿Y cómo son esos coños que tanto te gustan?.

-          Como el tuyo, así gordito, de labios grandes e hinchados, coloraditos… me encanta, es precioso.

Natalia tiene depilado el coñito y en la parte de arriba el triángulo del pubis está arreglado, cuidadosamente perfilado y recortado.

-          Me gusta tenerlo cuidado, es algo que toda mujer debe de hacer, aunque no se lo vean a menudo.  Es ejemplo de que se quiere a si misma.  Pero vamos, deja de mirar, tócalo, anda…

-          Es que no se bien como hacerlo, me da algo de apuro.

-          Es sencillo, pasa la yema de los dedos, abriendo los labios… Así, así, eso es, bien.  Arriba, abajo, un poco a los lados, perfecto.

-          Que suave es, que cálido, está muy húmedo.

-          Claro, cariño, estoy cachonda…  Esa humedad es para facilitar la penetración.  Sigue hacia arriba, ahí, ahí.  ¿Notas el botoncito duro?.  Ese es el clítoris.  Tienes que tocarlo con mucha suavidad, en círculos, sin apretar mucho, es muy delicado.

-          ¿Así?.

-          Así, muy bien…Muy bien….

Natalia ya echa la cabeza hacia atrás, sintiendo placer.

-          Bien cielo, sigue… Ahora vete abajo de la rajita.  Eso es, ahí esta la entrada. ¿La notas?.  Bien. Mete despacio dos dedos, así, eso, bien.

La mujer ya comienza a gemir.

-          Ohhhhh,  uuuummmmmmmmm,  cariñoooooooooooo, eso es, eso….saca despacio los dedos, mételos, otra vez…  Dobla ahora los dedos un poco hacia arriba y toca dentro junto a la entrada, ahí… ¿Notas algo distinto, algo como rugoso?.   Es el punto G… aprieta ahí,  rózalo un poquito, eso es, eso es….que ricooooo…. Sigue, sigueeee… lo haces divinamente.

Un fuerte chorro de liquido sale despedido del coño de la chica.

-          Ahhhhhhhhh  - se asombra Toni, retirando la mano-. ¿Qué es eso, te has orinado?.

-          Jajajaajajaja,  no seas torpe, cariño. Es la eyaculación femenina, algunas mujeres cuando nos excitamos soltamos mucho líquido, eso le gusta a casi todos los hombres.

-          Que curioso, de verdad….

Toni se lleva ahora la mano a la nariz y aspira el aroma femenino.

-          Que bien huele…. Me gusta…. Pero no sé explicar a que huele.

-          Claro, cielo. Huele a coño, a coño fresquito.   No se parece en nada a otro olor, es olor exclusivo a mujer.

-          Me encanta….

El chico vuelve a bajar la mano al sexo femenino y lo sigue disfrutando.  Ella vuelve a echar la cabeza hacia atrás, concentrada en las caricias que le hace. El sigue preguntando, con la curiosidad propia de la falta de experiencia.

-          ¿Y sabe también bien?

-          Claro.   La naturaleza es sabia y hace atrayente al sexo y sus variantes.

-          ¿Y cómo sabe?

-          Pues igual que huele, amor.  Sabe a coño y nada más.  ¿Pero por qué no lo pruebas?.   Anda, ven,  ponte aquí de rodillas delante de mí.

El chico obedece y se arrodilla en el suelo, entre los muslos bien abiertos de ella.  Ahora tiene a la vista, de frente, el precioso coño semiabierto y jugoso. Natalia pone ahora el otro pie en la otra silla, bien espatarrada para el.

-          Todo tuyo, cielo. Hazlo despacio, sin prisas.   Al principio el sabor puede sorprenderte algo, luego te gustará.

Toni se agarra a los poderosos muslos y pega la boca a la hendidura femenina.  Comienza a lamer.  Cómo ha dicho ella, el primer contacto es algo sorpresivo.  Luego ese sabor y olor se vuelven embriagadores y lame entusiasmado.   A pesar de su inexperiencia, lo hace bien y Natalia sigue gimiendo cada vez más fuerte.   La lengua de Toni no para.  Arriba, abajo, izquierda, derecha, el monte de venus, la cara interna de los muslos junto al sexo.

Natalia no aguanta más;  está a punto de levantarse, agarrar al chico y tirarlo en la cama para violarlo si es necesario.   Pero en ese momento suena la puerta en la planta baja y la voz de la madre.

-  ¡¡Nataliaaaa….¡¡  ¡¡ Toniiiii….¡¡¡

-   Síiiiiiiiiiiiiii…. Estamos aquí.

-  Vale, bajar pronto,  la cena está preparada y solo es calentarla.

Toni algo asustado ha retirado la boca, pero ella ya desesperada, le agarra la cabeza y le aplasta de nuevo la boca contra su coño.

-          Venga, cabronazo, termina lo que has empezado, será rápido, tus padres ya sabes que no suben.

Vuelve Toni a lamer con toda su fuerza.  Ella ya con el orgasmo en puertas vuelve a soltar varios chorros de líquido en la misma boca del chico, que no se amilana y los traga totalmente.   Por fin, mordiéndose los labios para no gritar,  ella se corre como una perra en celo,  levantando fuerte las caderas, quedando después exhausta.

Se recompone un poco como puede.

-          Anda, Toni, lávate bien la boca y la cara que si no bajarás oliendo a coño.  Yo iré ahora en cuánto me vista y  me lave el chichi que lo tengo que no veas.

X.-  Follando, por fin.

Este fin de semana los padres de Toni se ausentan.  Tienen una boda en otra localidad algo lejana y pasarán allí la mayor parte del sábado y la noche, hasta que regresan el domingo a mediodía.  Han dejado a Natalia y al chico encargados de la granja.

Por supuesto que Natalia considera que es el momento.  Hay que desvirgar a Toni.

Regresan el sábado a casa, después del trabajo con los animales.   Se asean bien, cenan y Natalia sube al dormitorio, mientras el chico se queda recogiendo un poco la cocina.

Para  follar con Toni, no sabe bien que ponerse.   Tiene bonitos conjuntos de lencería, que podrían ser muy adecuados para el estreno.   Pero piensa que a lo mejor producen un efecto contrario.

Así que decide que mejor natural, desnuda.

-          ¡  Toniiiiiiiiiiiiii…..¿no subes?.

-          Sí, ya termino….

Toni entra en el dormitorio y al no verla,  pregunta donde está.  Con el biombo delante no la ha descubierto.

-          Aquí, en la cama, cariño.

La impresión que recibe Toni al verla lo queda paralizado.  Esta tirada en la cama,  desnuda, con los muslos semiabiertos.   Ahora luce un coño totalmente peludo, una mancha grande en el pubis, porque Toni le ha pedido que se lo deje crecer, para tener también la experiencia de un coño sin depilar.

-          Estás preciosa, Natalia….

-          Anda, quítate la ropa, ven…

El joven se desnuda bastante nervioso. Va a ser su primer coito, la primera mujer que penetrará y eso a cualquiera le impone un poco.

-          Ven, no tengas miedo, será fácil, cariño.

Ella sabe de la inmediatez del chico para la eyaculación.   Sabe que no puede andar con muchos preámbulos, pues de lo contrario antes del  acto él se correrá fuera. El miembro está espectacular, se notan las venas, tenso al máximo.    Y para que el primer acto no se frustre con una eyaculación fuera, tiene que andar rápida.

-          Ven, ponte encima de mí, aquí entre mis piernas.

El chico se tumba sobre ella. Siente por primera vez el contacto completo con su cuerpo. Los muslos tan juntos, los vientres pegados,  los pechos ahora separados por la postura,  el aliento fresco de la mujer.   Va a poseerla o al revés, ella lo poseerá a él, según se mire.   El joven tiene el rostro como transfigurado y a ella le divierte la escena, se siente la actriz,  tan deseada.

Natalia le agarra el miembro y lo dirige a su entrada.  Una vez colocado le dice que adelante.

-          Anda, cariño, empuja, así, sin miedo, hasta dentro…..Eso es…. Asi………….Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……Ohhhhhh…. que gustoooooooo…. Cuánto tiempo que no sentía una polla dentro, es delicioso, cielo, así….. empuja fuerte.

Bien dirigido por ella,  Toni la ha penetrado fácilmente. El coño estaba dilatado, húmedo y el miembro, aunque grueso,  ha entrado totalmente.  Ella siente la punta rozando la entrada de su útero.  Levanta las piernas y las pasa por encima de su cintura.  Dos o tres empujones más, ha pasado un minuto y…..

-          Ahhhhhhhggggggggggggg, jodido crío, ya te estás corriendo…Joder….que fuerte…. He sentido como me ha llegado bien dentro, puñetero….

Natalia ha acertado, ha sido rápido.   Normal en el primer contacto.   Ella no ha tenido tiempo de orgasmar, pero no le importa.  Sabe que esa noche habrá más.

El chico se queda medio desmayado.  Ella lo aparta un poquito a un lado y lo arropa con cariño.  Se queda dormido.

Natalia también acierta en que habrá más.  Es media noche y ella, medio dormida, boca arriba, siente que hurgan en su sexo.  Toni está despierto y la está tocando.   El coño sigue húmedo y el chico se vuelve a poner sobre ella y ahora ya, que sabe lo que hay que hacer, la penetra con cuidado.

Ahora dura más el acto y Natalia tiene tiempo a sentir un orgasmo, muy especial, el primero que siente penetrada por Toni, dulcísimo.   Nueva corrida de Toni y vuelta a dormir.  Antes Natalia se levanta a darse un repaso de bidé, que lo necesita, tiene el coño pegajoso de su flujo y el semen.   Y por último, una tercera vez en esa noche, ya amaneciendo.   Ella deja que él decida si le apetece.  Y está vez,  el acto es aún más largo. El chico ya sabe manejarse bien,  hace un largo mete y saca,  suave.  Le roza la hendidura con la cabeza del miembro, le aprieta el clítoris.   Natalia, no ha conocido a muchos hombres, pero este es el que más placer le da.   Esta vez en silencio, como algo avergonzada,  se correrá dos veces.

Desde esa noche, aprovechando que sus dormitorios están en la planta de arriba y que los padres duermen abajo,   se acostarán muchas noches juntos.

Han pasado una semana y es otra mañana de domingo, en la que Natalia baja antes de comer para compartir un rato con Antonia.

La señora la recibe con una gran sonrisa.

-          Hola, Natalia… espera, que te pongo el aperitivo.

-          Te veo contenta, Antonia.

-          Claro, estoy contenta como madre, y mucho.

-          ¿Y eso?.

-          Bueno, te lo diré claro.  Ya se que has estrenado a mi niño..

-          Joder, Antonia… qué vergüenza….

-          Nada de vergüenza, hija.  Ya sabes que yo lo quería.  No sabes cuánto ha cambiado mi hijo.

-          ¿Y esas cosas te cuenta?

-          Claro.  Yo soy la persona que más confianza tiene con él.  No creas que él lo suelta de forma espontánea, tengo que sacarle las palabras. Pero poco a poco, le voy tirando de la lengua y me lo cuenta.  Además, ya sospechaba algo, ya he escuchado algunos ruidos sospechosos por la noche….ajajajaaj.   Me suelo desvelar y te he oído gemir.

-          Que apuro, Antonia, no se donde meterme, de veras.  Me siento una golfa.

-          Solo eres una mujer que ha transformado a mi hijo. Menuda diferencia, verlo con la cara iluminada de felicidad, ver como se ha transformado en un buen estudiante.  Te estaré agradecida siempre y más él, que no olvidará a la mujer que lo inició en el sexo.

-          Uffffff, que fuerte todo esto, de verdad.

-          Ten cuidado no te quedes preñada…

-          Tranquila, he comenzado a tomar la píldora, como tú.

-          Eso me tranquiliza. La pena es que te marchas.

-          Sí, para el próximo curso creo que conseguiré plaza en la ciudad.  Me acerco más a casa y tendré más oportunidades para mi promoción. Pero no te preocupes por Toni, se hace hombre y aunque me eche algo de menos,  tendrá más mujeres, ahora ya no se corta, es un gran amante. De todas formas, yo volveré a visitaros de vez en cuando.

-          Será un placer recibirte siempre en mi casa.

XI.- Epílogo

El resto del curso ya se puede imaginar.  Sexo cada noche. Natalia, sabiendo que a la madre no le importa, ya gime más fuerte.  Y la madre, desde su cama, sonríe satisfecha,  con lo bien que su  hijo se lo pasa.  El padre ronca y de nada se entera.

El curso ha terminado y Natalia se despide.  Pero durante el siguiente curso ha visitado varias veces a la familia y se ha quedado en su casa, en su cama, con su Toni, que ya ha cumplido 17 años.

La madre le cuenta que sospecha que el hijo se ha follado a una vecina, ya casi con cuarenta,  casada.

-          Pues sí, que ha cambiado tu hijo….jajajaja. También las maduras.

-          Tú eres la culpable…jajajaaja.

-          ¿Sigues yendo a la ciudad, con Marina, para follar?.

-          Cómo siempre y cada vez con más ganas….ajajaja.

Unos meses después, Toni, ya con 18 años va a la ciudad a iniciar sus estudios universitarios.   Ahora es al revés.  Es él quien se queda en el apartamento de ella.

Es fácil imaginar como fue la carrera de Toni.  Cinco años espectaculares,  pocos han tenido esa suerte.

Ahora han pasado los años.  Toni acabados los estudios tiene trabajo en otra ciudad.  Natalia ha terminado casándose, ya madurita, con un compañero de trabajo.  Pero en los cumpleaños, navidades, etc., habla con Toni y se felicitan.  Habitualmente siempre acaban con la misma frase…

-          Cualquier día de estos coincidimos, cielo.

-          Y será siempre un placer, cariño, pero solos, eh, sin las parejas.

-          Por supuesto, por supuesto…