La maestra

Continuacion del diario de Laia vista desde la optica de Claudia, el ama y maestra

LA MAESTRA 1

Una semana antes de la fecha de inicio de la reunión en casa de la maestra, Claudia nos llamo a Laia y a mi ”pichafloja” para que acudiéramos a la casa y aprobar y probar las modificaciones y mejoras de las instalaciones y los equipos que se usarían en la reunión. Según nos contara habían  rescatado equipos antiguos a petición de miembros veteranos que los conocían y los habían probado sometiendo y siendo sometidos con ellos. Otras novedades eran un nuevo cuarto de tortura inspirado en los tiempos de la inquisición española, otro inspirado en los bruscos cambios de temperatura el cual estaba equipado con: saunas, baños turcos, salas de vapor,  piscinas heladas, cámaras frigoríficas y otros equipos que no sabía cómo llamar.

El mismo dia que nos llamo Claudia se pusieron en contacto con Laia y conmigo superiores de nuestras empresas comunicándonos que nuestros servicios habían sido requeridos por una empresa (la empresa de revisiones clínicas, de la cual éramos socios) debido a lo cual se pondrían en contacto  con cada uno de nosotros para informarnos acerca de los detalles del trabajo, Claudia no solía dejar nada al azar, le gustaba tener bajo su control la situación y evitar problemas.

El viernes  al mediodía Claudia paso a recogernos a nuestra casa para dirigirnos al aeropuerto y desde allí al aeródromo privado de su casa. En el aeródromo nos esperaba para recogernos Sol acompañado de Fobos, nos saludamos al llegar y cargaron el equipaje en la camioneta tras lo cual nos dirigimos a la casa. Al llegar a la entrada pudimos ver las ampliaciones realizadas en el exterior de la casa, vimos un nuevo barracón bastante grande, una estructura acristalada de grandes dimensiones así como un nuevo campo de hierba que rodeaba estas instalaciones nuevas. Claudia vio nuestro asombro y nos comento que todo aquello lo habían costeado los invitados que vendrían a la reunión, gente de negocios y herederos de fortunas familiares.

Fuimos a las habitaciones de cada uno a cambiarnos de ropa, quedáramos de reuniros en el salón para que Sol nos enseñase las nuevas instalaciones y probásemos alguna si nos apetecía. La primera que visitamos fue la inspirada en la inquisición, allí nos encontramos con Luna que estaba sometiendo a una chica que resulto ser Tete, en ese momento la estaba castigando con dos peras una en el ano y otra en el coño, gritaba como una loca y a la vez le pedía que no parase, estaba a punto de correrse. Luna estaba disfrutando con el sufrimiento que le infligía a Tete y asi lo demostraba  el liquido brillante que descendía a lo largo de sus piernas procedente de su sexo. No me pude resistir y me acerque a ella diciéndole que quería follarla allí mismo mientras sometía a Tete, sin darse la vuelta cogió mi polla y se la introdujo en el coño sin ningún problema, estaba tan húmeda que se deslizo totalmente sin ningún problema, siendo recibida por un coñito caliente y húmedo, comenzó a follarme sin prisa pero sin pausa siendo ella la que marcaba el ritmo a su deseo, en menos de cinco minutos había conseguido que me corriese en su interior, seguía siendo una experta en el sexo.

Cuando soltaron a Tete y Luna acabo de limpiarme la polla continuamos con la visita de las instalaciones guiados por Claudia, en las salas donde se encontraban aparatos nuevo se podían ver en la pared esquemas de cómo funcionaban, además había pantallas de televisión donde podías ver como se usaban mediante demostraciones reales, fijándome en estas imágenes pude reconocer a Laia como una de las torturadoras, iba enfundada en un traje de cuero negro el cual solo  dejaba a la vista: sus pezones. Una pequeña raja a través de la cual se veía la raja de su culo y la punta de los dedos de sus pies , suficiente como para que la reconociera, también pude reconocer a la esclava, se trataba de Tete.  Esa era una de las razones de su entrenamiento mientras duraba el mío con mi jefa Artemis.

Nos llevo más de una hora terminar de ver las salas nuevas, al finalizar nos reunimos en el comedor con el resto de los alumnos para intercambiar opiniones de las nuevas salas y que esperábamos obtener con ellas, en conclusión lo único que quedo claro era que había que probar y después podríamos opinar. Comimos y nos retiramos a nuestros cuartos, solos o acompañados, en ese momento éramos libres de decidir.

Me fui con Laia a una de las habitaciones usada como dormitorio convencional, pasaríamos allí la noche pero antes tenía intención de que habláramos de lo que nos estaba ocurriendo.

P: no sabía que te sentara tan bien el cuero

L: te has dado cuenta de que era yo la del video, debí de imaginármelo, no sé por qué no te lo conté cuando regresaste a casa.

P: me había imaginado que disfrutarias de un plan genial con Claudia y Tete, a la vista de lo que he podido ver debisteis de pasarlo mejor que bien ¿disfrutasteis de los nuevos juguetes?

L: será mejor que lo veas con tus ojos y después opines, Claudia tiene videos de todo lo que ocurrió, solo l@s protagonistas pueden enseñarlos, con excepción de los videos de muestra de los aparatos, nadie debe reconocer a la gente.

P: no hay problema, solo quiero que lo sepas y veas cómo me has puesto con ese modelito, mi polla va a reventar, podrías hacer algo para evitarlo.

L: si me lo pides así, algo se podrá hacer, empezare por mamarte esa dura polla y veremos cómo seguir.

La maestra 2

Nos levantamos al amanecer y después de ducharnos nos dirigimos al comedor para tomar algo de comida y decidir qué haríamos ese día. Claudia nos pidió si podíamos colaborar con ella para seguir preparando videos de cómo se usaban ciertos aparatos para poder enseñarles a los invitados y no hubiera que lamentar incidentes graves por un uso inadecuado.

A falta de otra cosa mejor que hacer accedimos a su petición, nos encaminamos a una de las salas donde se encontraban dos potros de tortura sobre los cuales había poleas y accesorios de todo tipo. Claudia me pidió que me tendiera en el potro para que Luna y Laia pudieran sujetarme con las correas mis extremidades, mientras esto sucedía Claudia lo grababa  con todo lujo de detalles.

Después de amarrado Laia empezó por chuparme la polla para ponerla dura, por su parte Luna se dedico a jugar con mis pezones para lograr ponerlos duros. No tardaron en conseguir su objetivo tras lo cual descendieron las poleas, Laia cogió una especie de calcetín terminado con una argolla y metió mi pene en su interior, lo sujeto a una de las poleas y comenzó a tirar de ella, Luna tomo otros accesorios similares y los coloco en mis pezones. Comenzaron a tirar de las poleas y levantaron mi cuerpo tirando a la vez de mi pene y mis pezones, esa especie de calcetines cuanto más tiraban de ellos más apretaban, dolía un huevo pero también me gustaba.  Mi excitación rozaba el clímax y estaba a punto de correrme, con mi cuerpo totalmente encorvado, parecía un puente elevado, las chicas comenzaron a jugar con cera caliente, agua helada, espuelas, pinzas, electrodos, mordazas, todo lo que tenían a mano, su objetivo era disfrutar conmigo y no dejarme correr, eran muy buenas en este tipo de juegos y lo lograban sin esfuerzo. Claudia también disfrutaba y les daba ideas a las chicas acerca de que hacerme, la sesión duro más de una hora hasta que al fin me dieron permiso para correrme y así poder relajarme y descansar, a pesar de hacerlo todo ellas, resulto agotador tanto físicamente como mentalmente. Al fin me soltaron del potro y me limpiaron con mucho mimo, habían disfrutado tanto o más que yo.

Viendo como se encontraba Claudia decidió que ahora era el momento adecuado para la versión femenina, las sorprendió. Empecé por Laia mientras Luna me ayudaba a amarrarla, estando ya sujeta comencé a excitarle el clítoris chupándoselo, buscando que saliera de su protección y así poder sujetarlo y apresarlo, entre lo excitada que estaba y el masaje que le daba se corrió al instante, por su parte Luna ya había atrapado sus pezones y procedía a tirar de ellos con las poleas, gritaba y jadeaba de placer y dolor era un cumulo de sensaciones. Con su clítoris bien sujeto comencé a levantarla del potro estirando su clítoris el cual masajeaba con mis dedos y también apretaba, no paraba de jadear y derramar sus jugos, parecía un manantial.

Quedo extenuada y derrotada de tanto placer, cuando la soltamos  nos vimos obligados a sujetarla puesto que era incapaz de sostenerse en pie, estaba sin fuerzas y así lo reflejaba su cuerpo, al mismo tiempo lucia una sonrisa maravillosa.

Claudia que lo había grabado todo, estaba muy excitada, incluso se había masturbado  durante la grabación. Dejamos a Laia tendida en un sofá que había en la sala, en ese instante Claudia solicito nuestras atenciones, necesitaba ser usada y humillada, su excitación era demasiado insoportable, necesitaba alivio y no le importaba ni quien ni como se lo diesen.

Nos unimos Luna y yo dispuestos a saciar las necesidades de la maestra, la subimos al potro y la situamos igual que habíamos hecho con Laia, desde el sofá ahora era Laia la que se encontraba grabando. Cuando tenía  Claudia las piernas separadas por las correas vimos como de su sexo brotaba un liquido espeso y blanco, tan excitada se encontraba que se había corrido, era su leche, nada de fluidos lubricantes. Luna se puso a lamérselos compartiéndolos con ella mediante unos besos interminables, Claudia saboreaba su leche con pasión.

Su excitación era total, Laia que se encontraba grabando nos sugirió el uso de ciertos juguetes que había visto en la sala. Para empezar colocamos debajo de la espalda de Claudia un cepillo con puntas de metal afiladas que la obligaba a mantenerse erguida haciendo fuerza sobre sus pies y manos, en caso contrario se clavaria en el cepillo, continuamos haciéndole beber dos litros de agua, para evitar que meara Luna le tapo la uretra con un tapón que fue expandiendo hasta que era imposible que nada saliese por ese conducto , el simple roce de la yema de un dedo en el clítoris de Claudia le hacía dar unos gritos terribles, estaba llegando a su umbral de dolor, quería superarlo y nos pedía más, que no parasemos.

Dimos comienzo a una serie de penetraciones con consoladores de diversos tamaños tanto por su vagina como por su culo, incluso ambos orificios a la vez, saltaba en el potro tanto como le permitían sus ataduras, cada vez que llegaba a un orgasmo terminaba clavada en el cepillo, no tenía fuerzas. Con media hora nos pareció suficiente y la soltamos. Hubo que agarrarla y llevarla a junto Laia, no tenía fuerzas ni para hablar, estaba derrotada y a la vez satisfecha.

Todos los presentes nos encontrábamos agotados, nos fuimos relajar en la zona de spa y así recuperarnos físicamente, después de una última ducha nos dirigimos al comedor para comer algo y retirarnos a nuestras habitaciones a descansar, el día resultara agotador.