La madre y la hija
LLovía y me refugié en un chalet donde ayudé a la madre y terminé jugando con la hija.
LA MADRE Y LA HIJA
Cuando tenia los 17 recién cumplidos iba todos los sábados por la mañana a hacer deporte, a correr por una urbanización de las afueras de mi ciudad. Era una zona tranquila, aún con pocas casas y poca circulación. En el jardín de una de las viviendas estaba como siempre tomando el sol de la mañana una mujer de unos 35 años, preciosa, sobre una hamaca con su bañador pistacho. Me ponía negro solo mirarla todas las semanas al pasar empapado en sudor por el esfuerzo de la carrera, ansiaba llegar a casa para masturbarme en la ducha pensado en aquel hermoso cuerpo.
Era una mañana de octubre y de repente unas grandes nubes blancas empezaron a cubrir el cielo y un gran trueno presagiaba la tormenta que se avecinaba. Empezó a llover de una forma endiablada, de modo que a los dos minutos estaba totalmente empapado, cambié el rumbo hacia casa rápidamente. Pasé corriendo por delante de la casa de la mujer del bañador pistacho y allí estaba ella intentando desenganchar el toldo subida a una escalera metálica con cara de tener muchos problemas y recibiendo todo el chaparrón sin conseguir su objetivo. Me detuve un segundo dudando, ella me miró desde arriba y poniéndose las malos en las caderas resopló mirándome como pidiendo ayuda con un gesto de lástima. Me acerqué entrando en el jardín la hice bajar y subí en la escalera para desenredar aquel toldo, cosa que hice no sin aguantar unos minutos el agua torrencial en mi cara. Cuando terminé bajé de la escalera saludé a la señora e intenté salir del jardín para continuar mi marcha, cuando ella exclamó
Espera! Estás empapado, entra en casa y sécate un poco
Entré delante de ella en el salón dejando un reguero de agua en el suelo de mármol, me hizo esperar y se adentro en la vivienda, me quedé mirando aquel salón muy moderno y en el suelo, sin decir nada, estaba acostada bocabajo, una criatura angelical con el pelo suelto y piernas larguísimas, apoyando los codos en el suelo para sostenerse la cabeza mirando la televisión, a su lado estaba un chico de su misma edad en la misma postura, como aburridos los dos. Desde el interior de la vivienda la señora dijo
Esther saluda al muchacho!
Hola!
Dijo la niña, que giró la cabeza en mi dirección con una suave sonrisa, con el culete ligeramente levantado flexionando las rodillas, en eso salió su madre con una gran toalla, me hizo quitar las zapatillas y enrolló la toalla en mi cabeza haciéndome pasar al dormitorio, me dijo
ve quitándote la ropa y la pondré en la secadora, sécate con la toalla
Salió de la habitación y yo obedecí, me quité la ropa y me enrollé con la toalla, en eso volvió a entrar la señora, con batín de esos que se ajustan al cuerpo de tela de seda, marcando un tipazo irresistible, se acercó a mí y me ayudó a secarme fregando mi cuerpo con la toalla, aquello me provocó una erección incontrolada, la mire a la cara y ella me miró, tenia unos ojos preciosos, verde claro, cabellera melena corta color claro piel morena y labios carnosos. Con la mano extendida me dio otro batín para mí diciendo
póntelo, es de mi hija, te servirá mientras se seca la ropa
Ella no se movió de la habitación esperando con naturalidad mientras yo avergonzado me giré de espaldas y soltando la toalla me puse el batín, parecía que ella no hacia ni caso de verme desnudo. Mi erección se acentuó y el batín de seda de la niña se ajustó a mi cuerpo como un guante formando con mi pene un paraguas enorme, deseé que me tragara la tierra, la señora soltando una carcajada dijo
Que es eso que tienes ahí, cariño?
Nada, ..........el calor
Contesté atolondrado, ella se acercó lentamente con cara de malicia, cogió el cucurucho y lo acarició suavemente con la mano por encima de la tela sedosa
pobrecito está a reventar
Me quedé totalmente inmóvil, ruborizado pero excitadísimo, mientras ella pegó su cuerpo al mío sin soltar lo que tenia en la mano me abrazó y colocó mi bulto entre sus piernas abriéndolas levemente. Los dos batines de seda era como si no existieran, mi pene quedaba aprisionado entre la piernas como si estuviera desnudo, el calor de su sexo se notaba como si no hubiera nada entre los dos, ella moviendo el culo hacia delante y hacia atrás masajeaba mi miembro entre sus piernas fregando la carne con las sedas, besándome en los labios y hurgando con su lengua dentro de mi boca con frenesí, como si buscara allí algún dulce para tragárselo. Se apartó de mí un segundo, fue hacia la puerta de la habitación y la cerró lentamente para evitar ruidos sentándose después en el borde de la cama, se abrió el batín dejando ver su cuerpo con unos senos abundantes y pezones marrones, abriendo las piernas me mostró su sexo provisto de una mata de pelo abundante rizado y negro pero bien recortado, inclinando su cuerpo y dejándose caer de espaldas sobre la cama con los pies en el suelo dijo
ven acércate por favor
le hice caso y me acerqué, ella abrió las piernas al mismo tiempo que pasando su dedo índice sobre la raja abrió levemente su chochito mostrando su clítoris hinchado y húmedo rodeado de aquella hermosa pelambrera tupida y negra, me arrodillé ante semejante maravilla y ayudando con mis manos a que se abriera aquella almeja pasé la lengua a lo largo de toda la raja y me encontré con aquel clítoris duro y erecto, al que chupé con ganas enormes de sorber aquel jugo que rezumaba y que me mojaba los labios y toda la cara.
Mis dedos investigaban el agujero de la vagina mientras con mi lengua no paraba de lamer su clítoris, entre sus gemidos mi lengua bajaba por la raja hacia abajo buscando instintivamente el agujero del culo, a lo que ella respondió subiendo las caderas par facilitar la entrada de mi lengua y empecé a hurgar en su interior. Al rato ella se levantó y se puso a cuatro patas sobre la cama mostrando el culo con la bata de seda arremangada en la cintura y abierta, se giró pidiendo con la mirada hazme algo, me acerqué por detrás y le abrí el culo y seguí chupándoselo, con los dedos le acariciaba el clítoris totalmente mojado aparté la cara y le puse un dedito en la entrada del ano previamente mojado con los jugos de su almeja y se lo introduje hasta el fondo lentamente mientras con la otra mano de masturbaba el clítoris, entonces empezó a gemir mas aprisa, de pronto, los esfínteres de su ano empezaron a apretar rítmicamente el dedo que tenia dentro mientras que daba gemidos cortos y ahogados de placer.
Mi pene tenía la punta totalmente mojada, se giró rápidamente y abriendo las piernas se sentó a horcajadas sobre mí clavándose mi mango hasta el tope, mi leche llenaba la totalidad del conducto que va desde los testículos hasta la punta del glande y solo con dos movimientos de su cuerpo sobre él empezó a derramar leche dentro de aquella vagina totalmente mojada y ahora desbordada de jugos sexuales, mi pene soltó tres chorros de leche en su interior que ella recibió con ganas apretando el culo, entonces se levantó rápidamente y acercando su boca a mi glande lo cubrió con los labios en el mismo momento que salía un cuarto chorro de esperma espeso que ella unto con los labios por todo mi pene, cuando tenía sus labios recorriendo a lo largo del mango de mi sexo, por la punta aún estaba saliendo chorros de leche que mancharon su cara y el batín de seda que llevaba, al mismo tiempo de su rajita goteaba espeso un chorro de esperma sobre las sábanas de la cama.
Caímos rendidos en la cama los dos abrazados un buen rato y después ella se levanto recogiendo su bata y la sábana sucia y me dejó solo en la cama diciendo.
descansa cariño que te los has ganado, .............salgo a comprar mientras se seca tu ropa.
Me puse otra vez el batín y me quedé relajado en la cama, esperando la ropa seca me dormí, al cabo de un rato me desperté mirando el dormitorio y me levanté de golpe, preguntándome ¿que hago yo aquí?, salí lentamente del dormitorio, la casa parecía vacía, pero del dormitorio de al lado se oìa como un cuchicheo, y me acerqué sigilosamente. La puerta estaba medio abierta y metí la nariz. Sobre la cama estaba la hija tumbada boca arriba con las piernas abiertas y las piernas colgando en el borde de la cama, el vestido minúsculo levantado a la altura de la cintura como un cinturón dejando sus preciosos y jóvenes senos señalando el techo, la braguita colgando de uno de sus tobillos, jugando con los dedos con su chochito abierto provocava a su joven amigo. El muchacho llevaba un bañador solamente y leía un cómic sin atenderla, a lo que la niña se puso a cuatro patas sobre la cama, levantando su culo recostada sobre la almohada con una mano se abrió su chochito y le increpó.
¡Santi, .......... me quema aquí detrás, ....... refréscame con saliva un poquito¡
Al lo que el muchacho, con desgana, se colocó de tras de ella y empezó a chupar la raja de su culete lentamente, bajando del ano a la vagina con cierta gracia, ella se abrió más, levantando el culo mas aún y sacando a relucir su clítoris rosado, al que el empezó a chupar en muchacho con ganas. Al poco rato, mi pene totalmente armado, marcaba con una mancha de lubricante el batín, mientras seguía mirando por la puerta entreabierta. El muchacho paró de golpe y le dijo a la niña.
¡Estoy cansado,.............. ahora tu a mí¡
A lo que ella se incorporó y él se puso en su lugar, bajándose el bañador se colocó a cuatro patas, ante mi sorpresa, ella se puso detrás de el y comenzó a hurgar en su culete. Con la piernas abiertas y con las manos se abría el agujero del culo, inmediatamente la niña se puso a lamerle su raja, insistiendo con la lengua en el punto que forma el agujero bajando hasta los testículos y subiendo otra vez al culo rímicamente. El muchacho tenía el pene colgando semierecto entre las piernas, bastante grande por cierto, pero no estaba totalmente armado, al cabo de un rato así el le dijo
Clávamelo................ por favor
A lo que ella respondió ensalivándose los dedos e introduciendo, primero uno, lentamente y luego dos, moviéndolos rítmicamente en un mete y saca que hizo gemir al muchacho de placer, a la vista del pene ya totalmente erecto que colgaba de entre sus piernas. La Chica se acercó mas a el para poder follar al chico con sus dedos mas fuertemente y con la otra mano, agarrarle el pene que colgaba, ordeñándolo subiendo y bajando la piel del capullo, mientras la niña con el culo levantado me mostraba sin saberlo su raja abierta del culo.
El espectáculo era precioso a lo que me aparté la tela que cubría mi mástil y lo cogí con la mano para masturbarme, pero sin querer golpeé la puerta con la cabeza, a lo que los muchachos saltaron instintivamente y la chica preguntó
¿quien está ahí?
Soy yo....................estoy buscando el aseo
La chica salió rápidamente a mi encuentro y me pilló con el pene marcando un paraguas en el batín con una mancha de húmeda en el lugar donde está la punta.
¿Estabas mirando .......... verdad?
Asentí con la cabeza con miedo a su reacción, pero contrariamente, ella me cogió de la mano y me entró en la habitación.
Puedes seguir mirando si quieres
El muchacho era delgado y rubio con melena lisa casi sin vello en todo el cuerpo, guapo como una chica, a mi me pareció homosexual por la actitud que adoptaba con el sexo, y la chica era un ángel con las piernas larguísimas y un culo precioso. La niña me abrió la bata por el corte dejando mi pene a la vista y arrodillándose, con los ojos a pocos centímetros mirando fijamente la abertura, empezó a mover la piel arriba y abajo sacando el glande y escondiéndolo bajo la piel del prepucio, acercando la lengua empezó a lamerlo rodeándolo con los labios y chupándolo como un caramelo, mientras el muchacho se acercó y le dio un lametón a los labios de la chica, después otro y otro acercándose cada vez mas a la raíz de mi pene que estaba dentro de la boca de la chica hasta que sin tapujos empezó a chupar la parte de pene que dejaba libre la chica.
Entonces reaccioné intentando apartar mi pene de la boca del muchacho, pero la niña me agarró fuerte para que no me apartase, aquello me produjo un morbo especial y a la vez contradictorio y les dejé hacer a dos lenguas.
Al rato la chica se apartó y nos ordeno a todos. Puso al chico a cuatro patas sobre la cama, ella detrás a cuatro patas también, levantando el culo me ofreció su flor abierta y empezó a follar al chico con los dedos igual que lo estaba haciendo cuando les miraba desde la puerta, ordeñando su pene con la mano, me arrodillé tras ella y apunté mi glande contra la abertura de su chochito abierto, empujé lentamente clavándolo totalmente en su interior aterciopelado, estaba muy húmeda y caliente, rodeé su cuerpo con la otra mano buscando su clítoris que sobresalía como un guisante y lo acaricié al mismo tiempo que bombeaba mi embolo en su interior lentamente para saborear al máximo la fricción del pene con las paredes de aquella vagina virginal.
El muchacho jadeaba ante el movimiento de las manos de la niña que metía y sacaba los dedos en su ano cada vez mas rápidamente y masturbaba su pene con la otra. Al poco tiempo la chica empezó a tener como unas contracciones de vagina que apretaban rítmicamente mi pene acompañadas de unos gemidos entrecortados, que señalaban un orgasmo, mis testículos habían fabricado ya una buena cantidad de leche, que yo notaba como llenaban todas las cavidades de mi pene hasta la punta empujando por salir Los flujos de la chica se hicieron tan abundantes con su orgasmo que me chorreaban a lo largo de mi pene hasta los testículos quedando pegajosos por la humedad, entonces empecé a bombear mas rápidamente buscando el orgasmo y poder soltar toda aquella cantidad de leche que me aprimía,, pero la chica se apartó de súbito, dejando mi pene balanceándose al aire, cogió al muchacho y lo hizo acostar boca arriba sobre la cama con las piernas abiertas con un almohada bajo las caderas, tenia un pene grande y tieso y ponía cara de vergonzoso pero accedió a las instrucciones de la chica, ella me agarró la punta del glande tirando suave pero firmemente, encaminándolo hacia la abertura del ano del chico, me corté un poco y el pene perdió por un momento erección, pero la chica lo empujo un poquito clavando la punta en el ano del muchacho.
La erección se perdía por momentos pero la chica se puso detrás de mí, se agachó, me abrió los glúteos y empezó a lamerme la raja del culo hasta el ano, metiendo y sacando la lengua en el interior, mientras con una mano me acarició, recorriendo desde los testículos hasta el pene llegando hasta la punta que estaba dentro del ano del muchacho, entonces excitación subió hasta el punto mi pene parecía que iba explotar, se lo clavé todo al chico y empecé a follarlo lentamente aumentando el ritmo mientras la chica chupaba mi agujero negro, apretando los labios contra el, metiendo la lengua en su interior intentando llegar a las profundidades de mi culo, aquello me provocó el inicio de mi corrida, se me contrajeron los esfínteres del culo rítmicamente y la chica notó mi orgasmo levantándose rápidamente, se arrodilló junto a los dos, me apartó el pene desclavándolo del chico y lo agarró con una mano y el del muchacho con la otra, el mío lo encamino a la abertura del culo del chico, mientras movía de arriba a bajo del muchacho, apretando el mío suavemente contra el agujero del muchacho sin clavarlo solo tocando la punta el agujero, en el mismo momento en que solté mi primer chorro de esperma contra el ano del chico rebosándolo y derramando la leche, ella lo apartó un poco mas a unos centímetros del culo y solté tres chorros de leche a presión, que ella dirigió contra los testículos del chico y después clavó con fuerza mi glande en el interior del ano de chico donde solté otros cinco chorros más en su interior. Al mismo tiempo la chica estaba moviendo de arriba a bajo al piel del pene del muchacho que soltó tres o cuatro chorros de leche con fuerza que se acoplaron al ritmo de los míos, y que fueron a parar a la cara de la chica, ella recogió la leche con los dedos y la llevó a mi culo untando mi agujero con la leche del chico, mientras los espasmos de mi pene soltaban las últimas gotas de semen.
Nos quedamos los tres goteando, la cama y nuestros cuerpos estaban untosos de esperma y jugos sexuales, por todas partes había leche, en el batín, en la cama por el suelo, lo recogimos todo en silencio mientras la chica me sonreía con complicidad, me cambié de ropa y me fui, la chica me acompañó a la puerta y me dijo
- Mi madre me ha dicho que cuando vuelvas a hacer deporte pasa por aquí a tomar un refresco, ................ y así de paso podremos jugar contigo nosotros también.