La madre rogando y el hijo castigando. (4)

Domesticando a la bestia.

Teresa logro avanzar a duras penas a trompicones por el pasillo a oscuras, el brazo de su hijo la agarraba con fuerza del cuello casi sin dejarla respirar, con las manos atadas a la espalda no podía darle un golpe , aun recordaba demasiado bien el inútil intento.

Estaba aturdida, algo impensable en ella. No lograba apartar de su cabeza los acontecimientos que la llevaran a caminar desnuda y atada hacia el dormitorio que había pertenecido a sus padres.

Estaba agotada, la tierra del invernadero se le había enganchado por todos lados, los ojos enrojecidos por el llanto, la mejilla dolorida allí donde Arturo la golpeara. Se sentía sucia.

Arturo, llego justo a la puerta que su madre acondiciono tras la muerte de los abuelos, su santuario. Todo rastro del viejo mobiliario de los abuelos se traslado al trastero, la enorme cama de dosel y el armario empotrado eran los supervivientes de aquella limpieza.

Se adelanto hasta la cama donde seguían las correas que utilizara la noche anterior, comprobando a ambos lados la resistencia de los nudos, giro la cabeza contemplando la figura asustadiza de su madre. Quien era ahora el puto amo!.

La vio encogerse retrocediendo al verlo acercarse con movimientos felinos. Rodeo su asustado cuerpo hasta que su mano se poso en la suave piel de su cintura.

  • Sera mejor que vayas tu sólita..., o que se yo... – hociqueo en su oído, puede que te folle aquí mismo de pie sobre el puto tocador...-- le susurro, metiendo la lengua en su oreja.

El miedo se apodero del cuerpo de Teresa, el muy animal seria capaz..., no lo dudaba. Paso a paso , muy despacio se aproximo hasta el borde de la cama sin apartar la vista de su torturador. Sentía la boca seca, helada de frío y de algo parecido a puro terror.

Se sentó al borde de la sabana cerrando los ojos, puede que después de todo la dejara tranquila..., por favor... se decía una y otra vez...., sin abrirlos se acomodo lo mejor que pudo de costado, esperando lo que sucedería a continuación.

Arturo no espero nada, sujetándola con dureza del tobillo enrollo un fular de seda alrededor de este anudándolo al poste de la cama, repitió la operación con el otro, apreciando la incomoda posición de su madre.

Retrocedió para contemplar su obra.

Allí estaba, sus piernas abiertas y atadas a los postes de aquella vieja reliquia de la abuela. Desde donde estaba el podía contemplar perfectamente una preciosa panorámica del sabroso coño de su madre. Tendría que desatar las muñecas de nuevo para atarla al cabezal.

Y si se la estaba jugando ? Intentaría algo?. Debía adelantarse a los acontecimientos.

No tardo en llegar a la cocina, rebusco en los cajones hasta dar con el instrumento justo. El pequeño cuchillo de fruta le pareció ideal para cortar las ataduras, pero no la acojonaría como quería, por fin encontró lo que buscaba .sujeto con malicia el gran cuchillo carnicero con la mano derecha.

Apareció en la puerta empuñando el cuchillo , avanzando paso a paso hasta la asombrada cara de su madre.

  • Voy a cortarte las ataduras Puta, así que sera mejor que ni se te ocurra nada extraño, entendido?-- agito la cortante arma delante de las narices de Teresa.-- Porque... no querrás … que se me escape...-- le confeso Arturo arrodillándose junto a ella y posando la punta del tremendo cuchillo en el cuello de su madre.

  • Noooooo meeee movereeeeee!, – castañearon los dientes de Teresa al sentir el frío acero balanceándose arriba y abajo.

  • Esoooo esss, Puta! Porque tu eres mi puta verdaaaaad?.... – apretó la punta en el nacimiento de la teta derecha....
  • Siiiiiiii..... – cerro los ojos Teresa aterrorizada.

Arturo contemplo el fenomenal par de tetas de subiendo y bajando , menuda suerte la suya. Aparto el cuchillo carnicero, y corto la atadura de las muñecas de un certero tajo , dejando a su madre suspirando hondamente. Solo cuando sus ojos se encontraron de nuevo, la tuvo bajo su poder. Suya para joderla , suya para azotarla y follarla de la manera que quisiera.

No tuvo que pelear esta vez, su madre fue lo suficiente inteligente para saber que no debía provocarlo. Solo verla desviar los ojos cuando ato su muñeca de nuevo al poste y repitió de nuevo con la otra, ya valía la pena.

Retrocedió para contemplar su obra, allí estaba estirada de nuevo , esta vez lo miraba fijamente acercarse .

Arturo movió su mano sobre las tetas de su madre. Le pellizco el pezón sin apartar la mirada de ella, el quejido de ella lo excito mientras se le endurecía y bajaba la cabeza para mamarlo. Menudo gustazo, mordió estirando la tierna carne mientras notaba como su polla se endurecía hasta dolerle.

Dejo el pezón con un pequeño chupeteo delicioso y continuo mortificando la otra teta.

Oía los sutiles jadeos de su madre acompañándolo a cada lameton, mmmmmmmm, como gozaba la muy guarra, se recordó, arturo alzo la mirada sonriendole cuando bajo la cabeza hasta su coño expuesto, metiendo la lengua en su coño aun rezumante de su propio esperma.

Probo el sabor amargo de su semen, pero la quería hacer chillar. Entonces , se dedico a enroscar la lengua alrededor del clítoris sorbiendo y mamando duramente,sus dedos enterrados profundamente en el coño maternal.

Ahora si que chillaba.

  • Ahhhhh, ahhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhh-- repetía una otra vez contoneándose en la boca de su hijo. Gemía y temblaba sintiendo todo aquello en oleadas de placer.

Labios, lengua y dientes mamaban su coño con rabia, encendiendo le la sangre ,haciéndole que sus pezones apuntaran al aire, era mas de lo que podía soportar, chillo como nunca antes hiciera. su hijo le clavaba tres dedos y no podía aguantar mas, se corrió violentamente sobre su mano.

Podía verlo tragándose su corrida, y las mejillas le ardieron, allí entre sus piernas aprecio su enorme polla tiesa apuntando furiosa, era tan gruesa como recordaba, enorme.

Este podía oler la excitación de su madre flotando , después del primer polvo su coño ya sabia de lo bien dispuesto que estaría, se agarro la polla frotándola suavemente contra la raja abierta, los pezones de Teresa se endurecieron hasta dolerle, tenso las mandíbulas con fuerza al notar el primer empujón de la tremenda seta trabajándola como mantequilla fundida.

  • Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu hijoooooooooooooo miooooooooooo! Nooooo sigaaaaaaaaaaaaaas!-- suplico respirando con dificultad. – su mano agarrándola intentando no moverse.

Arturo la sujeto de la cintura para apoyar todo el peso de su cuerpo.

  • Vamoooos, vamoooossss-- solo estoy al principio Maaamiii, – ahora comienza lo buenooooo!. Aulló mientras embestía las paredes vaginales mas y mas dentro. Penetrando aquel coñito cerradito.

Tenso por el esfuerzo que le requería no lanzarse a follarla como un animal, se acomodo con un profundo envite hasta quedar enterrado e inmóvil. Su cuerpo aplastandola por el peso extra. Agggggggggggghhhhh! --- Un quejido delicioso.

Con los ojos desorbitados, sentía las gotitas de sudor de su hijo salpicándola – Casiii estaaa Mamaaaa!--susurro malvadamente Arturo, balanceándose hacia atrás y clavandole un leve empellón, este la estaba dando largas...., vaya si lo hacia..., su hijo seguía moviéndose muy suavemente dentro y fuera de su vagina.

Levanto algo la cabeza , observándola . Excitado sus ojos vagaron por las voluptuosas curvas, su madre clavada a su rabo sumisa , sus manos atadas a los postes del cabecero.

  • Ummmmm Mamaaa!-- hociqueo lamiendo su mejilla-- voy a joderte bien jodida...--luego descansaremos y volveré a joderte otra vez-- ronroneo Arturo.

Sin duda debería estar haciéndose a la idea, pues los ojos parecían haber perdido aquella mirada airada y furiosa cuando se miraron. Por fin había aceptado la ciega obediencia, no le importaba si lo dejaba seco. Moriría con la sonrisa pintada en la cara.-- pensó Arturo.

Estiro los brazos doloridos, procurando que la sangre circulara por sus maltrechas muñecas, apenas podía moverse, inmóvil con su enorme rabo hundido profundamente hasta los huevos mientras comenzaba a moverse en hondos envites. Tuvo que cerrar los ojos pues la sensación de tanta carne latiendo en su vagina ya la ponía cachonda , tan excitada que enrojeció mortificada ante la idea de ser follada como un animal en celo por su propio hijo. Teresa gimió débilmente, no quería abrir los ojos mientras su hijo aceleraba el ritmo y empezaba a taladrarla mas duro y mas profundo.

  • Vamooos mamiii, mirameee...-- le atosigaba Arturo.--

Estaba avergonzada, la montaba como un perro furioso y ella disfrutaba de lo lindo. Aun así, el siguió taladrando su tierna carne, hundiéndose mas y mas profundamente , jadeando sin control mientras su hijo la destrozaba bombeando dentro y fuera del coño con pistonadas fuertes y feroces.

  • Ahhhhh, ahhhhhh, de tu coñooo al cieloooo – dijo roncamente Arturo.-- Dimeee que te gustaaa, ahhhhh, ahhhh, ahhhhhhhhh, – dimelooooooo!

Teresa podía oír su carne tragándose glotonamente la bestial polla de Arturo, aprisionando su rabo bien dentro, añorando cada segundo que permanecía fuera . Madreeee miaaa!-- consiguió pensar Teresa asombrada al sentirla golpeando furiosa hasta la mismísima matriz. Abrió los ojos encontrándose la de su hijo fija en la suya.

  • Se Bueenaaaaa Mamaaa...., dimeloooo, dime como te gusta que te joda así.---murmuro apalancando las manos a los constados de la cama para poder profundizar las envestidas.-- Tu coñooo es deliciosooo... – susurro clavándose mas hondamente en las entrañas de su madre.--
  • Hijoooooooo ….. porrr favoooor....-suplico Teresa totalmente derrotada-- Maaasss...

No tuvo que decírselo dos veces, apretó su teta enterrando su cara entre ellas, mamando como un borracho de cada pezón mientras taladraba su coño dentro y fuera con todas sus fuerzas. Menudo gustazo!-- su rabo marcando furiosamente el pegajoso y húmedo coño de Mama-- pensó Arturo gimiendo.

Los topetazos de su polla jodiendola parecían ganar al delicioso soniquete del chupeteo de sus esplendidos pezones saliendo de su boca mientras sentía como sus cojones latían furiosos ansiosos de vaciarse.

Teresa siseo, notaba cada palmo del tremendo cipote enterrado en sus entrañas, y mortificada bajo la vista espiando como su hijo la follaba sin tregua, Uffffffffffffff solo contemplar la enorme tranca envistiendola una vez y otra, la excito tremendamente.

Los espasmos del orgasmo la atravesaron como un rayo, y ya no pudo evitar chillar sin control alguno,-

  • Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh Hijooooooooo mioooooooo-- aulló al sentir la sangre latiendo , su cuerpo convulsionándose por el placer.
  • Maaaamaaaaaaa! – gruño Arturo follandola al escucharla llamarlo redoblando las pistonadas mas y mas

hondo, jodiéndola como un puto animal aullando mientras sus cojones se vaciaban y regaba sus entrañas vaciando su esperma durante lo que le parecieron horas.

Reventado cayo sobre ella, aplastandola de nuevo a la cama ambos respiraban entrecortadamente intentando recobrarse, permanecieron callados mudos ante el polvazo sin mover un solo musculo.

Atada como estaba, Teresa intento no pensar en lo que había sucedido, aun podía notaba la polla dura en su coño , cerro los ojos suspirando apenada.

Por primera vez en mucho tiempo había disfrutado jodiendo!, observo la cabeza rendida de Arturo descansando sobre su pecho y noto las primeras lagrimas corriendo por sus mejillas.

Aquello era horrible, pero lo peor era sentir como cada vez se iba haciendo adicta a la polla de su hijo.

Durante aquellos días Arturo se tiro a su madre de mil maneras, parecía no tener hartura de ella, atada a la cama, en la cocina sujeta a la silla, a cuatro patas en el lavadero, sobre la mesa de la cocina, encima de su mesa de escritorio.

Aquellos días lúbricos seguían una rutina muy especifica, ambos se despertaban en la gran cama de dosel de la abuela, arturo la jodía hasta descargar la primera lechada entre gruñidos. Luego se duchaba para prepararse para el instituto, mientras el desayunaba ella era la que se duchaba con la puerta abierta, mientras el la contemplaba despojarse del semen seco que frecuentemente salpicaba sus muslos. Excitado ante semejante espectáculo, solía darle la primera comida del día a su madre de rodillas en la cocina.

Apurando los minutos antes de entrar al instituto, su madre le ordeñaba el rabo magistralmente, llevándose así la nutritiva dosis de leche grumosa y caliente.

Saciado solía dejarla almorzar el resto de su desayuno, mientras el la ataba de nuevo al viejo butacón del abuelo, sitio donde permanecería hasta que el volvía al mediodía, y comían.

Primero solía comerle el coño hasta saciarse de los flujos que daban un gusto de lo mas agradable a cualquier minucia preparada con prisa. Luego ambos sentados a la mesa , comían lo preparado sin dejar de observarse.

Tras terminar de apilar los platos en la pila, y según el grado de excitación de Arturo, solía follarla furiosamente sobre el fregadero, la mesa, la encimera ,aplastada contra la puerta, solo conseguía saciarse cuando salia con las piernas abiertas con la grumosa prueba de su hijo piernas abajo.

Luego según seguía la tarde, el terminaba los deberes del instituto dejando a su madre reposar sobre el viejo diván del abuelo.

Siempre lo suficientemente cerca para aliviarle la erección contante a la que sometía al verla pasearse por la vieja caserona con una braga minúscula y una vieja camiseta transparente.

Puede que entre medio de los deberes de mates o física tuviera que follársela solo para llegar a concentrarse de nuevo en lo que hacia.

Era una pasada, cabalgarla con la cara de ella aplastada sobre las ecuaciones de segundo grado. Solo cuando conseguían correrse era capaz de enhebrar dos ideas coherentes y respirar tranquilo.

Ella volvía a estirarse sobre el diván, con las piernas bien abiertas para que él pudiese contemplar cada pliegue del espectacular coño , según se le antojase.

Solía acabar los deberes rápidamente, imprimía los trabajos por los que los cuatro tipos del insti le iban a pagar una pasta y volvían a la planta de abajo. Donde solían pasar el rato viendo la televisión, o jugando a quien se corría antes.

Siempre ganaba ella, sin duda tragaba polla de lo lindo.

Completamente feliz y satisfecho preparaba la cena de nuevo en la cocina, contemplando la lubrica cara de su madre masturbarse para él encima de la mesa.

Entre jadeos y gruñidos, salteaba el pescado, picaba la verdura, siempre atentos al punto álgido del orgasmo.

Travieso, lamia cualquier resto de jugoso fluido materno enterrando dos y hasta tres dedos dentro de su coño, provocandole otra corrida digna de ser tragada gustosamente.

Solo entonces, tras el segundo orgasmo ambos estaban listos para cenar frente a frente.

Tal como la había enseñado , masticaba la cena con su pie enterrado entre sus piernas, poniéndolo a tono para llegar al postre con la polla a punto de estallar en los pantalones .

Cuando ambos dejaban sus servilletas sobre la mesa, Arturo sabia que le dolería llegar a la cama de dosel, por eso antes de llegar , puede que por el pasillo o por las escaleras, la apoyara sobre la barandilla y la follase por el culo.

La mejor de las maneras de someter a su madre era esa, solo por ver la cara entre suplicio y placer reflejada en la cristalera principal ya valía la pena. ya la conocía lo suficiente para saber los oscuros placeres de Mama;Como solía llamarlos.

Verla enculada agitando su culazo al ritmo de cada riñonada era sublime, es mas …, ella era la que se autoempalaba en su polla cuando en medio del delirio encajaba el glande entre los cachetes de su culo, confiando en la lascivia de su madre que apenas aguantaría un instante sin ensartarse en el cipote de su hijo.

Luego ambos follaban con lentitud, el lanzándose a magrearle las tetas ,mordiéndola y dejándola una nueva y vistosa marca. Entre jadeos y bufidos la agarraría del pelo tirando hacia atrás para que pudiera verse reflejada en la cristalera, gozando desatada, siempre cerraba los ojos.

Ojos que no ven , culo que no es petado...-- pensaba Arturo corriéndose entre convulsiones.

Tras eso, solía tener que sujetarla medio desvanecida hasta conducirla de nuevo al que había llegado a considerar su verdadero hogar; el dormitorio.

Puede que aunque siguiese usando su habitación de la planta de arriba, solo lo hacia para cuestiones de estudiar y poca cosa mas.

Podía decirse que el traslado de todas sus cosas era el siguiente paso lógico. Pasaban mas tiempo jodiendo entre esas cuatro paredes que en ningún otro sitio, así que lo normal era no separarse del objeto de deseo.

Semana tras semana, la actitud arisca y altanera de su madre se volvió menos evidente, ya no tenia aquel tono cortante, y aunque cuando terminaban de follar volvía a cerrarse en un caparazón de silencio y de culpabilidad, sabia por los jadeos y los gritos como gozaba abiertamente de su hijo.

Arturo dejo de atarla a la cama al cambiar de actitud, adoraba sentir las piernas de su madre apretándose a su cintura cuando la follaba, puede que después de todo hubiese domesticado a la bestia.

Cuando volvía al instituto , tenia la mente en las nubes. Supo como todos de la vuelta de Eva a su casa, le extraño muchísimo no echar de menos otra sesiones de jodienda con ella, el que solía matarse a pajas estaba bien servido.

Durante las clases no dejaba de espiar el reloj, contando las horas y minutos para volver a casa y volver a tirarse a su madre.

A la tercera semana, dejo que ella llamase al instituto para comunicarse con el director--, estuvo delante todo el tiempo mientras la charla vacía se alargaba durante casi 10 minutos, el tono de su madre era el habitual , solo él sospechaba el volcán de emociones que sentía al hablar con el exterior.

Cuando colgó, permaneció con la cabeza gacha, la cara oculta por la melena suelta. Arturo se adelanto para apartar el pelo , comprobando el rastro de lagrimas. Secándolas afectuosamente levanto su cara hasta que pudo contemplarla.

  • Que voy a hacer ahora?... Como... voy a seguir con todo...?-- rompió a llorar desconsolada.

Arturo cerro sus brazos aferrándose al cuerpo de su madre, aun sacudido por las lagrimas. Su cabeza acunada en el hueco del cuello.

  • Shhhhh....-- susurro bajito-- Todo volverá a ser como antes!-- se apresuro a susurrarle al oído. – Sera lo mejor, no?
  • Nada volverá a ser como antes...-- dijo Teresa desembarazadamente de su hijo.-- Acaso crees..., que....
  • Te juro, te prometo...-- levanto la mano en alto Arturo-- que tras esta ultima semana no volveré a perseguirte..., – Es eso lo que quieres... Verdad?--
  • Siiii....-- respondió en tono confuso.- Clarooo....--

Arturo la vio sentarse derrotada en el butacón, siguiendo su mirada al calendario situado en el escritorio. Estaba contando los días, suspirando fuertemente levanto el mentón y seguidamente levantar una rodilla para colocarla encima del butacón, repitiendo el movimiento para ofrecer a su hijo la fabulosa contemplación de las bragas.

Había que ver como entendia a la perfección su madre-- suspiro admirado Arturo al abalanzarse hacia ella hurgando primero su lengua y sus dedos , provocandole el primer orgasmo , dándole alas para follarla con ansias.

Solo empalar la estrecha vagina de su madre lo enloquecía, redoblaba las envestidas hasta escuchar los aullidos de ella excitándolo si cabe mas.

La cara de ella transformada en una mascara de goce y lujuria, adoraba besarla cuando las paredes de su vagina apretaban su polla como una presa, comiéndose a besos lascivos al notar la corrida materna sobre su polla.

Eso lo espoleaba a derramar su simiente como un animal, hasta vaciarse totalmente en las entrañas maternas con el cerebro medio fundido.

Después de aquella frágil promesa, una especie de tregua se instalo entre ambos. Arturo dejo que su madre pudiera vestirse, siempre y cuando dejase de llevar ropa interior. Teresa empezó a moverse por la casa libremente, procuro mantenerse ocupada con el ordenador. Espaciando cada vez mas los encuentros explosivos con su hijo.

Este la observaba calladamente..., procurando que no dejase de mamarle la polla un par de veces al día, pajeándose frente a ella en la cena.

Haciéndola desear mas y mas su polla.

Cuando el final de la tercera semana llegaba, los dos parecían nerviosos. Teresa desaparecería, y volvería Isabel..., la eficiente secretaria del instituto.

Aquella ultima noche, follaron poseídos por una extraña urgencia..., Teresa convencida de ser la ultima vez, Arturo consciente del deseo despertado en su lubrica madre.

Tarde o temprano... ella volvería, pero por primera vez, tendría que ser ella quien lo buscase...,

Sin duda, estaba deseando que llegara el día siguiente....