La madre, la hija y yo

Soy un chico joven tengo 24 años. Marta me enamoro, a pesar de sus 48 años pero su hija de 17 acabó por volverme loco de pasión.

Soy un chico de 24 años, siempre he cuidado mi cuerpo y mi aspecto. Voy al gimnasio a diario y hago más deportes. Desde que yo recuerdo, siempre me han dicho que soy muy atractivo. Nunca me han faltado las mujeres. Siempre me ha resultado fácil encontrar una amante, por lo cual, tampoco me planteaba tener una pareja estable.

Hacia lo que muchos jóvenes de hoy en día; vivía con mis padres, trabajaba y los fines de semana salía con mis amigos a divertirme y a ver si encontraba alguna chica atractiva con la que pasar la noche. Generalmente acababa en mi coche, alcanzando lo que más me gustaba por aquel entonces ,un orgasmo. También me gustaba que ellas disfrutaran así es que les daba placer pero no quería relaciones serias, por eso, todo acababa esa misma noche. En ocasiones, las volvía a ver pero cuando veía que se empezaban a enamorar, cortaba radicalmente. Yo solo quería divertirme y tener sexo, disfrutar de la vida y del cuerpo de las mujeres bonitas pero nada mas.

Mi vida transcurría así ,hasta que una noche, en una discoteca ,una mujer madura pero sumamente atractiva llamó poderosamente mi atención. Tenía un cuerpo bien formado y fibroso. Unos pechos bellísimos que asomaban por su exuberante escote, una melena rubia ,larga que le llegaba por los hombros y una cara sumamente bella con unos rasgos perfectos. Me acerqué a ella, estaba sentada en un sillón, mirando la gente pasar. Al principio se mostró ,un tanto recelosa, pero yo con toda sutileza y encanto logre llevarla a mi terreno y despertarle más de una sonrisa. La invité a una copa, luego a bailar. Fue entonces, cuando cogiendola por la espalda y por la cintura, apreté sus duras nalgas contra mi polla y esta se puso dura como una roca. Marta notó enseguida mis 20 cm de excitación y se dio la vuelta ,me miró a los ojos y sonriendo ,me beso. Me puse mucho más cachondo, era increíble besando .Necesitaba tener sexo ya y se lo hice saber. Ella que estaba muy caliente, accedió, nos fuimos rápidos a un hotel y allí, en la habitación, cuando quise desvestirla, me frenó y lo fue haciendo ella lentamente, dejando ver su hermoso cuerpo de tigresa lasciva y su pubis rasurado y mojado.

Me desnude y contube mis deseos de penetrarla, antes quise darle mucho placer. Chupe sus pechos con muchísima pasión y lentamente fui jugando con mi lengua hasta llegar a su hermosa y jugosa rajita .Cuando estaba a punto de acariciarle el hinchado y duro clítoris y ella no podía contener su entrecortada respiración ,le dije que se sentara en mi cara. Accedió encantada y desde allí, note el olor a hembra caliente, el jugo rico, sus muslos prietos y temblorosos y ante todo su placer que expresaba en sus jadeos, en sus expresiones de estar llegando al clímax , diciéndome "¡¡¡ay que rico!!!""¡¡¡asi,asi!!"¡¡¡siii siii!!!"¡¡ummm!!"¡¡ufff!!."

Notaba como movía sus caderas para que el placer fuera máximo. Cuando llegó, estaba desenfrenada moviéndose de forma desesperada y gritaba diciendo "¡¡SIIIIIIIIIII!!""¡¡ASI!!!!"".

Pero lejos de tranquilizarse, se excito más y me dijo:

"¡Ahora fóllame con ese enorme y gordo pollón!¡¡Hazlo ya!!!

La penetré a cuatro patas, mientras la daba fuertes cachetadas en sus duras nalgas .Ella se mostraba sumamente excitada ,parecía una puta de lujo recibiendo su merecido. ¡¡Como gritaba!!.Me puse muy pero muy cachondo y logré correrme. Salió de mi muchísima leche. Fue un orgasmo increíble.

Aquella noche comprobé ,como Marta era una excelente amanazona, ya que cabalgaba a una velocidad increíble para mi y nunca vista, y como su verdadero vicio era chupar y chupar mi falo.

La penetre en cinco ocasiones.

Al amanecer ,una bella y salvaje mujer se arrodillo ante mi y me imploró que no la dejará que sería mi esclava ,que estaba muy enamorada.

La verdad es que me dejó muy aturdido Marta, porque nunca había conocido a una mujer tan salvaje en la cama. Tan sedienta de placer y con tantísimas ganas de que yo me corriera una y otra vez.

Es como si estuviese en celo. Además, no tenia nada que ver con las niñitas a las que yo me había tirado. Ella sabía muy bien lo que quería y era toda una experta del placer

A partir de esa noche ,todos lo días volvíamos a quedar para follar como dos salvajes.

Sus gritos de placer, sus felaciones, su raja húmeda ,ya formaban parte de mi vida cotidiana. Marta se enamoró completamente de mi. Empezó a hacerme regalos, a pagarme cosas que yo no me podía permitir y a rogarme que me fuese a vivir con ella y con su hija de 17 años.

Ella era una mujer separada de un empresario. Además también tenía su pequeña empresa. Es decir vivía bastante bien. No me pude resistir y accedí a irme a vivir a su chalet.

Cuando llegué ,estaba Inés, su hija .Era una modelo. Escultural, perfecta. Una rubia cañón con ojos de lascivia. Unos pechos grandes pero perfectos. Un culo duro y respingón y una figura escultural. La belleza de esa criatura me aturdió. Marta notó que Inés y yo nos habíamos gustado mucho pero intentó no darle importancia. Si la vida sexual con Marta era desenfrenada fuera de su casa, dentro de ella, lo fue mucho más ,ya que no paraba de pedirme sexo a todas horas. No se cortaba nada en gritar y gemir .Aun sabiendo que la hija nos iba a oír. Me pedía que la follara en cualquier parte. La cocina el salón, la piscina. Aunque sabía que la niña podía entrar.

De echo en más de una ocasión nos pilló follando o comiéndole el coño.

Eso a mi me excitaba mucho, la verdad.

A mi Inés me volvía loco. Era tan hermosa y tan callada. Un día fui a entrar al cuarto de baño y la pille desnuda .Lejos de echarme ,me miró con ojos tiernos y me dijo en tono infantil y dulce:

"yo también quiero"

Eso acabó de enloquecerme. Tenía que darle sexo a esa niña ¡ya! Pero no sabía como, porque la mayor parte del tiempo Marta y yo estábamos follando como dos bestías.

Decidí faltar un día al trabajo. Inés tenia, unos días libres en los que no iba al instituto y allí la pille con su camisón y sola.

Nada más verla ,no pude contenerme y le dije.

-Necesito follarte ya!!

Ella me dijo:

-Si ,¡¡por favor!!!

Era tan delicada, tan hermosa. Tan exuberante. Le comí su peludo felpudo con suma ternura. Le comí el culo , las tetas , cada rincón de su cuerpo. Ella no gritaba como su madre, solo daba unos pequeños gemiditos.

Al ir a penetrarla , me dijo que la hacia daño, era virgen. La desvirgue con suma ternura y delicadeza. Su coño estaba muy prieto. Mi leche inundo su hermosa rajita, mi cara se hundió en sus grandes y duros pechos. Noté el temblor de su cuerpo, oí por fin un grito de placer contenido que estallaba de una vez y me sentí el hombre más afortunado del mundo...