La madre de Quique (2/2)

La relación entre una mujer separada y un joven maduro para su edad, donde la edad no importa, lo que importa son las necesidades humanas. Llega el desenlace.

Tras separarme de Berta, aquella misma tarde quede con Natalia, me resarció en la cama.

Durante la semana intente ver a Berta pero no fue posible, no se encontraba en casa, estaba decidido a hablar con ella, y fue el jueves cuando, aprovechando que Quique estaba en la biblioteca, me fui a verla. No se sorprendió al verme.

-          “Pasa, estaba deseando verte” me hizo entrar y cerro la puerta.

-          “Creí que me estabas evitando” le dije.

Me dio la espalda, la cogí por la cintura y la atraje hacia mí, haciendo que mi paquete quedase pegado a su trasero.

-          “¿Que haces?” dijo dándose la vuelta, y separándose de mi.

-          “Creí que lo de verme...” dije casi tartamudeando.

-          “Precisamente, no voy a negar que el fin de semana lo pase bien, muy bien, pero soy la madre de Quique, tu compañero, tienes 16 años y yo 36 años” hizo una pausa.

-          “La edad no importa, son las necesidades humanas” intente defenderme.

-          “En este caso la edad si importa, como ya te dije es como hacerlo con mi hijo” se explico.

-          “Pero no soy tu hijo” le respondí

-          “Pero como si lo fueses...” dijo alzando la voz “...espero que lo comprendas, a partir de hoy yo seré simplemente la Madre de Quique, y lo del fin de semana quedara como un grato recuerdo...” dijo Berta “...comprendido”

-          “Si, pero...” intente hablar.

-          “Sin peros, además tienes a Natalia” se dirigió a la puerta.

Abrió la puerta y me despidió, quede desconcertado, pero debía saber encajarlo, y como ella misma dijo siempre me quedaba Natalia.

Habían pasado unos meses, mi relación con Berta era un vello recuerdo, ahora era la madre de Quique. Este me comentaba que la relación de sus padres había mejorado. Por el contrario mi relación con Natalia era más que satisfactoria, me había convertido en su amante principal, pero eso será otro relato paralelo a este.

Una Tarde finalizando las clases, ya ni me acordaba de Berta, cuando sonó el teléfono, mi madre descolgó el auricular, yo también lo descolgué, pero no dije nada, quede a la escucha.

-          “Buenas tardes…” dijo mi madre.

-          “Buenas tardes, soy Berta la madre de Quique, esta el allí” reconocí la voz de Berta.

-          “No esta, ni ha pasado por aquí” dijo mi madre.

-          “Si lo ve dígale que estoy en casa y que no me moveré de aquí”

-          “Se lo diré a José Antonio”

-          “Si, él seguro que tiene que verlo, hasta luego” y colgó.

Mi madre vino a mi habitación

-          “Ha llamado la madre de Quique, que cuando lo veas le digas que ella estará en casa y no se moverá de allí”

-          “O.K. mama, me voy a ver a Quique espero que no se me olvide decírselo”

Mi celebro intentaba asimilar y descifrar lo que había escuchado: Quería verme y estaba sola, durante algún tiempo . Salí de casa, dirección a casa de Quique, esperando haber descifrado el mensaje.

Llame y me abrió Berta, me hizo pasar y una vez cerrada la puerta se me echo materialmente encima.

-          “Estaba nerviosa, excitada no sabia si habías entendido el mensaje”

-          “Si que lo entendí“

-          “Estoy hecha un lio, llevo toda la semana confusa, quería hablar con alguien, cuando Quique dijo que se iba con su padre y que volvería tarde, no lo pensé y te llame, al cogerlo tu madre tuve que improvisar”

-          “De que quieres hablar” le dije.

-          “El fin de semana pasado me acosté con mi ex marido, me acorde de aquel fin de semana, y como me sentí, y para rematar Natalia, me cuenta donde, como y cuando lo hace contigo, una y otra vez. Llevo unos días que solo pensar en ti me excito”

La cogí por la cintura con una mano y la otra la metí bajo la falda.

-          “¿Que haces?”

-          “Comprobar lo excitada que estas”

Realmente debía de estarlo, pues las bragas las tenia muy húmedas, cole los dedos por el lateral de las bragas, para introducir un dedo en su rajita y acariciar su clítoris, ella gimió.

-          “Ves, lo que te digo, vamos a la cama, estaremos mas cómodos” me dijo.

La seguí a la habitación y allí nos desnudamos, y entre caricias y besos nos tumbamos en la cama; mi polla se restregaba contra sus muslos, con una mano oprimía sus pechos y mi boca buscaba sus pezones, con los dedos de la otra mano los pasaba por su raja, acariciando sus labios vaginales, pellizcando su clítoris y introduciendo uno y dos dedos por su vagina.

-          “Si, así mas, mas ….” repetía sin parar, hasta que casi suplicándome “…métemela, ya”

No la hice esperar, la penetre, las posturas se fueron sucediendo, así como los orgasmos yo contabilice hasta tres, antes de correrme, aunque ella me dijo que solo había sido uno pero que había durado desde casi del principio, hasta que me corrí.

Me fui a levantar pero ella me lo impidió.

-          “No te salgas quiero sentirte dentro” me rogo ella.

-          “¿Y si viene Quique?”

-          “Ahora mismo no me importaría, es mas creo que me gustaría”

-          “Seguro, hasta creo que te excitaría, para volverlo hacer, pero y Quique”

-          “No hace falta que venga el pensarlo ya me excita, pero tienes razón hay que pensar en el”.

Me vestí y me dispuse a marcharme.

-          “Mañana sábado por la mañana, Quique tiene partido, se ira temprano a eso de las nueve y no volverá hasta la tarde pues almuerza fuera con el equipo, ¿Vendrás?” dijo Berta.

-          “No se, pero por si acaso tu deja ese coñito preparado” y me fui.

Pase la noche pensando en Berta. No tendría una doble personalidad: Berta la caliente y la madre de Quique la seria y puritana.

Me levante temprano, llegue a casa de Quique cuando este se marchaba con otros compañeros suyos, no me llego a ver. Unos minutos para que se alejasen y llame, me abrió Berta me hizo entrar rápidamente, llevaba una bata.

-          “Has venido”.

-          “Pues claro, ¿Como esta ese coñito?”.

Se quito la bata quedando desnuda.

-          “Listo para revista” dijo.

Le metí un dedo por la raja, ella soltó un gemido.

-          “¿Que te parece?” me pregunto.

-          “Algo frio habrá que calentarlo” le dije.

Nos fuimos a la cama y allí lo calenté, hasta que ella me pidió que se la metiera, como la ultima vez alcanzo un orgasmo rápidamente, no pare seguí y su segundo orgasmo coincidió con el mío.

-          “Hoy no tenemos prisa sigue dentro de mi”

No llevábamos ni cinco minutos cuando sonó el timbre de la puerta, ella se levanto protestando, al salir se puso la bata, abrió la puerta. La conversación no la escuchaba pero adivine que era su ex marido, también escuche algo de que ella se iba a duchar, así que me cole dentro del bañó, tal y como estaba desnudo.

Unos minutos después ella entraba en el baño.

-          “No tardare mucho” cerrando la puerta.

Al girarse me vio.

-          “¿Que haces aquí...?” dijo en voz baja.

-          “No te lo imaginas...” le dije “esperaba ducharme contigo”

-          “Chis, habla mas bajo mi marido, bueno ex marido esta fuera” dijo.

-          “No te gustaría hacerlo sabiendo que él está al otro lado” le dije.

-          “No me tientes” se había quitado la bata, quedando nuevamente desnuda delante de mí, me dio la espalda.

Le agarre las tetas desde atrás y mi polla la apalanque en su trasero, y lamí su cuello. Sentí como toda ella daba un respingo, su cuerpo se envaraba.

-          “No, ahora no” dijo.

-          “Déjame, solo un poquito” dije.

-          “¿Por qué no me dejas entrar? en recuerdo de los viejos tiempos” dijo su ex.

-          “No puedo, estoy acompañada” dijo en tono de burla Berta.

-          “Con quien, con el jabón y la esponja” dijo el ex riendo de la gracia que acababa de decir.

-          “Se dice el pecado pero no el pecador” le costo decir esto ultimo.

Con una mano apretujaba sus pezones y con la otra metida en su entrepierna acariciaba su coño.

-          “Date prisa” dijo el sintiendo como se alejaba de la puerta.

Berta se giro.

-          “Quiero hacerlo, el sentir a mi marido al otro lado de la puerta me ha excitado” dijo besándome en la boca.

Me senté en el borde de la bañera ella, se sentó sobre mi, pasando las piernas por detrás, metiéndolas dentro de la bañera, lentamente se acerco para quedar ensartada. Mi boca y mi lengua juagaban con sus pezones, los mordisquee. Era una posición incómoda, pero muy placentera, pues la penetración era muy profunda.

-          “Date prisa, no es momento para jugar con el agua” dijo su ex desde fuera.

-          “No estoy jugando con el… agua” dijo Berta, a punto de alcanzar el orgasmo.

Alcanzo el orgasmo, y yo me corrí, nuestras bocas se juntaron para no dejar escapar ningún sonido que nos delatase.

Nos duchamos juntos ella me enjabono y yo la enjabone a ella, terminamos de ducharnos ella salió de con una toalla puesta, cubriendo su cuerpo. Fuer le estaba esperando su ex.

-          “Espera aquí, me voy a poner la ropa” dijo Berta.

Sentí como cerraba la puerta de la habitación y su ex salía al salón. Aproveche para entrar en la habitación de Berta.

-          “No te he dicho…” dijo Berta creyendo que era su ex, estaba desnuda delante del espejo.

-          “Soy yo” dije, sonriendo.

-          “No puedes estar aquí, no hay cerradura en la puerta, ¿Si a mi ex le da por entrar?” dijo, parecía que adivinaba el pensamiento.

-          “Puedo entrar” dijo desde fuera su ex.

-          “Noooooooo, estoy desnuda” dijo apurada.

Recogió mi ropa que estaba por el suelo, me la dio y me indico el armario, en ese momento se abría la puerta, justo me metía en el armario (parecía una secuencia de película cómica).

-          “No será la primera vez que te veo desnuda” dijo su ex dentro de la habitación.

-          “Si pero ahora no eres mi marido” dijo Berta, desde el armario entreabierto vi como cogía la toalla y se tapaba.

-          “Si no te veo yo quien te va a ver”

-          “Ya te dije antes que se dice el pecado pero no el pecador” dijo mirando al armario.

El la agarro por la cintura, le quito la toalla, y comenzó a acariciarle todo el cuerpo, sobre todo los pechos.

-          “Deja, no tenias tanta prisa”

-          “Podemos perder algo de tiempo”

Desde el armario podía ver perfectamente la situación, como el ex empujaba a Berta sobre la cama, y se desnudaba. Berta ya no se resistía, debía pasarle como a mi estaba excitado. El ex desnudo con la polla en la mano se metía entre las piernas de Berta y se la follaba, yo en el armario, termine por masturbarme, mi leche salió despedida manchado la ropa que tenía delante.

Berta grito al alcanzar el orgasmo, y el se corrió dejándose caer sobre Berta. Unos minutos después salía de la habitación quedando Berta sobre la cama abierta de piernas y jodida. Salí del armario, me entraron ganas de meterme entre sus piernas y follarla, pero me contuve.

-          “Siento que hayas tenido que verlo” dijo Berta.

-          “Yo lo que siento, es haberte manchado la ropa con mi leche, pero era demasiado excitante verte hacerlo con el” dije.

-          “¿De verdad te ha excitado? Para mí ha sido excitante saber que me estabas viendo” dijo mientras se terminaba de limpiar, y comenzaba a vestirse.

-          “Si mucho” le conteste.

-          “Voy a ir ver jugar a Quique, esta tarde pásate intentare que Quique y su padre se vayan fuera…” dijo se había vestido “… cierra al irte”.

Unos minutos después sentía como se iban. Me vestí lentamente y me fui a casa. Mi madre había recogido un mensaje de Natalia, decidí no hacer caso.

Por la tarde fui a ver a Berta, pero estaba Quique, disimule y me marche, me quede espiando, poco después llego su ex, y unos minutos después se fue Quique, estuve tentado de volver, pero me lo pensé. ¿Qué me estaba sucediendo? me estaba encoñando de Berta, tenía que reaccionar, que mejor medicina que ir a ver a Natalia, esta sí que estaba y me consoló.

Pocos días después se acababan las clases, comenzaban las vacaciones, fui a verla, mi sorpresa fue saber que estaba el marido.

-          “Quique esta fuera, ¿Le esperas? ¿Que como han ido el año?” me pregunto el ex de Berta.

-          “Bien todo aprobado, no se si esperarlo” le respondí.

-          “¿Quien es cariño?” pregunto desde dentro Berta.

Aquel cariño , me molesto.

-          “Un compañero de Quique” dijo el ex.

Salió Berta y al verme se quedo algo parada.

-          “Quique no está, y creo que tardara” dijo Berta.

-          “Solo venia a despedirme, me marcho de vacaciones, serán un par de meses, hasta finales de agosto” era mi despedida.

-          “Que pases buenas vacaciones, y nos vemos después de vacaciones ¿No?” dijo Berta.

Me marche, pero el final de sus palabras me dejaba confuso.

Pero el destino me volvió a jugar una mala pasada, aquel verano fue un punto de inflexión en mi vida, fue la separación de mis padres, me traslade a vivir con mi abuela a otra ciudad.

No he vuelto a ver a Berta, aunque por Quique se que se encuentra bien y que volvió con su marido.