La madre de mi novia (01)
Unas vacaciones con mi novia y sus padres me llevan a descubrir cada rincón de su madre.
LA MADRE DE MI NOVIA. Introducción y Capítulo 1
Un saludo para los webmasters y la gente de esta web.
Lo que les contaré a continuación ocurrió este pasado mes de agosto durante mis vacaciones en un pueblo de la costa cantábrica donde cada año van a veranear mi novia y sus padres.
Me llamo Carlos, tengo 21 años y llevo casi dos años saliendo con Marina de 17. Este año mi novia y sus padres me invitaron a pasar unos dias con ellos en el pueblo; a mi me pareció estupendo, ya que no me apetecia nada separarme 20 dias de mi novia.
Yo llegué en mi coche cuando ellos ya llevaban alli 4 dias, ya que tenia que quedarme a trabajar hasta algo más tarde que ellos. Los primeros dias que pasamos allí estuvieron bien, pero al estar todo el tiempo con sus padres, Marina y yo no teníamos demasiadas oportunidades para "estar a solas", así que nos íbamos apañando con pequeños escarceos y aprovechándo cualquier instante para meternos mano o lo que pudiésemos.
Pero lo verdaderamente increible fué lo que sucedió el dia en que Jorge (el padre de Marina) y ella se fueron a la capital a visitar a los padres de él. Pensaban ir por la mañana, hacer noche allí y volver al dia siguiente. Sonia (la madre de Marina) no iba a acompañarles, pues no tenia buena relación con la familia de su marido; y a mi, la verdad es que no me apetecia nada ir, aparte que que ya habia conocido a gente con quien echarme unas risas por la noche.
Total, que ese sábado Marina se fué con su padre y yo me quedaba en el pueblo con su madre. El dia se presagiaba aburrido hasta que llegase la noche, de modo que fuí a mi habitación a tumbarme un rato y dejar pasar el tiempo mientras ojeaba unas revistas de videojuegos.
Me levante al cabo de un rato con intención de bajar a la planta baja de la casa y cojer una lata en la nevera, pero me detuve a la altura del baño; la puerta estaba entreabierta y se oia dentro como un llanto apagado. Abrí la puerta y vi que Sonia estaba mirándose al espejo de espaldas a mi y con un monton de ropa encima del lavamanos; estaba desnuda de cintura para arriba, asi que solté un rápido "perdón" y cerré de golpe. Al momento oí como su madre me decia que esperase y que entrase. Entré y vi como simplemente cubria sus pechos con los brazos. Por sus ojos era evidente que habia estado llorando asi que le pregunte qué era lo que le pasaba; me dijo que necesitaba que fuera sincero con ella, que llevaba un tiempo obsesionada con una cosa y queria saber mi opinión. Me dijo que habia estado probándose un montón de prendas y que no se veia bien con ninguna sin ponerse un sujetador, que se veia con el pecho caido y queria que le dijese como se lo veia yo; a todo esto apartó sus brazos y me dejó contemplando sus pechos.
Lo cierto es que la madre de Marina me impactó muchísimo ya desde la primera vez que la vi; tiene 38 años y os aseguro que está muchísmo mejor que muchas chicas de veititantos. En cierto modo se puede comparar con mi novia: miden casi lo mismo, sus curvas son muy redondeadas, pero su madre tiene bastante más pecho y quizá una talla más de pantalón. La habia visto muchas veces en bikini en la playa o en la piscina, y es el tipo de mujer que levanta las miradas allí por donde pasa. Me consideraba afortunado, no ya por su madre, sinó pensando que con un poco de suerte mi novia dentro de 20 años se conservase así de bien.
Me quedé muy cortado mientras miraba a esos pechos, y sentia vergüenza por no poder dejar de miralos; no era lo mismo verlos bajo un bikini por pequeño que fuera a verlos completamente al desnudo, con aquellos pezones grandes y oscuros que tantas veces habia imaginado pero hasta entonces nunca visto; además, no sabía que decir. Se puso de perfil y volvió a preguntarme que opinaba mientras se miraba al espejo. Le dije que no sabia si yo era el más adecuado para opinar acerca de sus pechos y me dijo que yo era el único en quien tenia sufiente confiaza para pedirmelo y obtener una respuesta sincera al mismo tiempo. Le dije que sus pechos me parecian grandes y que los veia más firmes que muchos otros más pequeños que habia visto, pero que por su peso era inevitable que cayesen un poco. Pareció quedar convencida con la respuesta. Se puso una camiseta ancha que dejó por fuera de los vaqueros que llevaba, recojió el montón de ropa que habia y me pidió que la esperara abajo, que quizá pudiesemos hablar un rato.
Bajé al salón y al momento aparecio ella. Se sentó en una butaca frente mi y entonces me confesó que estaba preparando algo para ponerse una noche que saldria a cenar con su marido. Estuvimos hablando toda la tarde; Sonia siempre habia hablando conmigo sin manias y esa tarde hablamos de ella, de su marido, de su hija, de mi... sin concretar en detalles, pero viendo como en varias ocasiones me dejaba caer que envidiaba la vida sexual que llevaban muchas chicas jóvenes (en clara alusión a su hija), ya que por cosas que le contaba su hija, se estaba dando cuenta de lo monótona que era su sexualidad con su marido, y de lo monótona que habia sido siempre, pues aparte de ese hombre, casi no habia estado con nadie, sólo un par de novios antes de casarse con los que no habia llegado a casi nada.
Eran ya casi las 9 de la noche cuando me dijo que iba a preparar algo de cena, y no se que bombilla se encendió en mi cabeza en ese momento; le dije que se vistiese, que salíamos a cenar. Ciertamente no lo dije con ninguna intención; estaba a gusto hablando con Sonia pero tambien queria salir un rato de esa casa. Me miró divertida y al momento me dijo que vale, que le apetecia cambiar un poco la rutina.
Subimos cada uno a nuestra habitación. Entré en el baño a afeitarme y estando dentro oí que llamaba Sonia para entrar, que queria depilarse. Yo no iba desnudo asi que le dije que entrase; ella llevaba la misma camiseta de antes y se habia quitado los vaqueros, pero era tan larga que le quedaba un palmo por encima de las rodillas. Acabé y la dejé depilándose; al salir le dije que se lo hiciese bien, que no me gustaban los pelos, y ambos reimos. Fuí a cambiarme y cuando salí fuí a su habitación a ver si estaba lista; llamé a la puerta y me hizo entrar; todavia seguia con la camiseta de antes mirando la ropa de su armario; me pidió que eligiera yo la ropa por ella, que queria sentirse diferente pero que no sabia que ponerse; estuve un momento mirando al interior del armario, hasta que le dije "quieres sentirte diferente, pues espera"; fuí a la habitación de Marina y cojí dos prendas que pensé que podian ir bien a su madre y se las llevé. Me dijo si de verdad queria que se puesiera eso, y le dije que si, que se imaginase que su habitación era un probador mientras yo esperaba fuera. Salí y al cabo de un ratito me hizo pasar; llevaba lo que le habia llevado: una falda con pliegues, de esas que caen hasta un poco por encima de las rodillas, y una camisa de las que se cojen con una goma horizontal por encima del pecho y bajo las axilas, y que dejaba unos centímetros de su cintura al descubierto, todo de color negro. Me dijo que le parecia que le iba bien, pero que decidiese yo. Vi como las cintas de los sujetadores sobresalian por encima de la camisa, asi que la sonreí, me acerqué y le dije que podia quedarle mejor mientras desabrochaba su sujetador y pasaba las cintas por sus codos para sacárselos; vi como se estremecio cuando meti la mano bajo su camisa por la cintura y coji el sujetador por el encaje que hay enmedio para quitárselo. Sus pechos se veian enormes bajo la camisa, no marcaban nada pero abultaban muchísimo. Viendo como me dejaba hacer le pregunté sin confiaba mi, pareció pensárselo pero me dijo que si, así que le pedi que no se moviera; me arrodillé ante ella y puse las manos sobre sus piernas donde terminaba la falda; las fuí subiendo por sus caderas hasta que pasé un par de dedos de cada mano por debajo de las braguitas que llevaba; estiré un poco y empecé a bajarlas muy lentamente mientras levantaba la vista y miraba a su cara, no sin antes fijarme en lo que se veia de sus pechos desde ahí abajo; tenia la piel de gallina, pero no me dijo nada, así que seguí bajándole las braguitas hasta dejarlas en sus tobillos. Me levanté y le dije que ya podíamos irnos, que ahora estaba garantizado el sentirse diferente toda la noche; sólo me contestó con una sonrisa, sacó sus pies por encima de las braguitas y salimos.
Cojimos mi coche y nos fuimos a la ciudad; no estaba ni a una hora de autopista, y estaba lo suficientemente lejos como para significar un cambio de aires y el anonimato de no conocer a nadie por allí. Por el camino estuvimos riendonos varias veces sobre como habian ido las cosas por la tarde y en como habíamos acabado en mi coche para salir a cenar; me dijo que desde luego que se sentia diferente, pero que estaba tensa y cortada por la situación. A nuestra llegada a un restaurante a la entrada de la población la conversación ya habia ido normalizándose y se la veia más tranquila.
Ya en el restaurante nos reimos una y otra vez del trato de señor y señora que nos daban los camareros; nos habian tomado por una pareja y eso nos resultaba divertido. Le dije que si no fuese porque era la madre de mi novia, a estas alturas de la noche ya le habria dicho lo guapa que estaba e incluso ya le habria tirado los tejos; me contesto que yo si que estaba guapo y me pidió por favor que le dijera lo que quisiera, que se sentia cómoda en el papel de pareja mia.
Terminamos de cenar y fuimos a la barra a tomar el café. Decidido a dar una vuelta más a la rosca, le pedí a uno de los camareros que nos hiciera una foto; estando ella sentada en un taburete, me puse a su lado y la cojí por la cintura, notando como se ponia tensa al sentir mi mano pero se relajaba al momento; hecha esa foto le pedí al mismo camarero que hiciese otra, así que gire la cara de Sonia y puse mis labios sobre los suyos, sorprendiéndome la naturalidad con la que me devolvia el beso. Me senté a su lado, y el silencio se hizo un poco incómodo hasta que ella lo rompió; "me ha gustado" dijo; "demuestramelo" dije yo. Se me quedó mirando, miró a su alrededor, me cojió de la mano y fuimos hasta el lavabo de señoras; era amplio, tenia varios compartimentos y se veia todo muy limpio; entramos en uno y me dijo que nunca habia conseguido meter a un tio en un lavabo de señoras, ni siquiera a su marido; que cosas como esa son las que sentia que habia perdido la oportunidad de vivirlas. No terminó de hablar que rodeó mi cuello con sus brazos y empezó a besarme; nuestras bocas empezaban a entreabrirse y nuestras lenguas apenas si rozaban furtivamente los labios del otro; seguimos besándonos cada vez con más ganas hasta que nuestras lenguas empezaron a buscarse y se encontraron; por un instante quedamos inmóviles, pero sólo fué el pistoletazo de salida para nuestra pasión.
Continuamos besandonos mientras acariciaba sus piernas, sus caderas, y me iba atreviendo a introducir cada vez más mi mano bajo su falda; levantó una pierna y la colocó sobre la taza del inodoro para facilitarme la tarea y poder seguir acariciandola entre las piernas: su barriguita, sus ingles... Entonces me di cuenta "te has rasurado" le dije sorprendido, y sonriéndome me dijo que si, que se lo habia hecho rápido cuando yo salí del baño, que lo hizo sin pensarselo, que era la primera vez y que eso estaba contribuyendo mucho a que se sintiera tan rara por ir toda la noche sin ropa interior.
La hice sentarse sobre la tapa del inodoro y me arrodille ante ella mientras abria sus piernas y las mantenia en alto. Nunca hasta entonces habia estado ante un sexo completamente depilado y recién afeitado (mi novia se depila, pero siempre se deja una matilla de pelo); los labios de su vagina estaban entreabiertos y húmedos, y su ano se veia pequeño y completamente cerrado. Empecé dándole besos por toda la zona y me dijo que nunca se lo habian hecho con la boca, y que tampoco ella se la habia chupado a nadie; a su marido le daba reparos tenerla que besar en la boca luego si lo hacian, asi que nunca habian pasado de darse algun beso por encima de la ropa. Con la lengua empecé a abrirme paso por su sexo, lamiendo hasta el último rincón al que pudiese llegar. Empecé a lamer su clítoris, primero despacio y luego cada vez más rápido; notaba como sus espasmos eran cada vez más seguidos y como iba a correrse de un momento a otro. Oyendo como gemia, solte una de sus piernas apoyándola en una barra de la pared y puse un dedo en su boca en señal de silencio; ahogo como pudo sus gemidos hasta que en el momento de correrse no pudo aguantar un chillido apagado pero agudo, mientras notaba su corrida bajar por mi boca y sus piernas.
Nos pusimos de pie y ella empezó a lamerme y besarme toda la cara y la boca hasta limpiarla por completo de su propia corrida. Siguió besándome mientras desabrochaba mi camisa y mis pantalones, dejándolos caer; metió las manos bajo mis calzoncillos metiendome mano al culo, y los bajó hasta los pies mientras se ponia de rodillas. Mi polla estaba totalmente erecta, y la cojió con las dos manos con suavidad; me dijo que habia visto como lo hacian en las pelis porno, y que lo intentaria, pero que la corrigiera si no me gustaba; le dije que no se pensase en hacer esto o aquello, que se llimitase a disfrutar ella con lo que hacia. Tranquilizada por mis palabras, empezo a besarla en toda su extensión y a introducirse la punta entre los labios. Con un movimiento lento pero continuado, empeazó a metersela poco a poco en la boca hasta que la tuvo casi entera dentro; se movia con suavidad, como temiendo hacerme daño ya que alguna vez me habia rozado con los dientes, pero no tardó en cojer un ritmo que me puso a 100. Se la sacó un momento para lamerla entera de arriba a abajo, y se la volvió a meter hasta el fondo de la boca de un golpe; siguió chupándomela y aumentando el ritmo. No podia más y le dije que iba a correrme, que se la sacase de la boca, y en lugar de eso, me cojio con ambas manos del culo para empujarme contra ella mientras se metia una y otra vez mi polla hasta la mismísima garganta. Llegó el momento y me corrí en su boca mientras seguiá moviendose; ya habia terminado de eyacular, cuando con un amago de tos, se la saco y vi como chorrillos de semen habian escapado por la comisura de sus labios; seguia con la boca cerrada, y mirandome hacia arriba, la abrió un poco y vi que estaba llena de mi leche; la volvió a cerrar y se tragó todo lo que tenia. Me arrodillé junto a ella y ahora fuí yo quien limpio su cara del semen que se habia escapado de su boca. Le di las gracias, de dije que me habia corrido como pocas veces y me contestó que no hacia falta que se lo agradeciese; me confesó que en algún momento tuvo miedo de que no le gustase meterse tanta carne en la boca y menos aún sentir la corrida dentro y tener que tragársela, pero que en cuanto se la metió en la boca ya no quiso ni pudo dejarla hasta que se atragantó con todo lo que estaba tragando mientras terminaba de correrme y llenar su boca, que habia disfrutado muchísimo.
Tras unas caricias y un par de besos, decidimos salir del baño e ir a tomarnos otro café antes de abandonar el lugar.
LA MADRE DE MI NOVIA. Capítulo 2
Cojimos el coche y nos encaminamos hacia casa por la carretera que seguia la costa; íbamos escuchando música mientras el aire fresco de la noche entraba por las ventanillas. Sonia iba con los ojos cerrados pero no dormia, pues se la veia seguir el ritmo de la canción que escuchábamos. Despues de unos kilómetros, apagó la música y empezó a acariciarme por encima del pantalón. Mi polla estaba dura de nuevo; me desabrochó el pantalon y la cojió con fuerza bajo los calzoncillos; le dije que no continuase, que no podia conducir así y me dijo que parase a un lado donde pudiese. Entré con el coche en un pequeño claro a un lado de la carretera y paré. Me encantaba como me estaba acariciando, así que me dejé hacer y recliné mi asiento. Al momento, Sonia se sentó encima mio de cuclillas; empezó a moverse acariciando su sexo con mi polla y notando como se escurria entre sus humedos labios vaginales. Se apretaba contra mi cada vez más hasta que en uno de los movimientos, notamos como mi punta se quedaba a la entrada de su vagina y quedamos inmóviles. Cojió mis manos, las levantó por encima de mi cabeza y entrelazamos los dedos. Se inclinó un poco más hacia delante y dejó caer su peso con suavidad dejando que mi polla entrase y saliese lentamente en su vagina. Una vez la tuvo tomada la medida, empezó a aumentar el ritmo mientras que yo no daba crédito a todo aquello; lo cierto es que estaba un pelín cohibido ya que me estaba tirando a la madre de mi novia, pero tambien es cierto que estaba disfrutando muchísimo de aquel cuerpo. Acaricie sus muslos, y fuí subiendo mis manos por sus caderas, su barriga... y cuando empezaba a meter mis manos bajo su blusa, las cojió y las apartó mientras me decia que me iba a tocar sufrir antes de poder disfrutar de sus tetas, que habia visto el deseo en mi cara cuando me las enseñó esta mañana. Se puso a cabalgar sobre mi polla mientras veia como sus pechos saltaban dentro de la blusa delante mismo de mi cara. Yo no podia más con mi excitación y la avisé de que me iba a correr ya mismo; embistió un par de veces más y la sacó cuando empezaba a correrme al tiempo que ella se frotaba contra mi polla y mi barriga llenas de semen. No habia salido todavia la última gota, que cojio mi polla con la mano y se la volvio a meter de un golpe hasta el fondo de su sexo; yo creia que me moria mientras ella reanudaba su loco cabalgar sobre mi. No podia creer que estuviese a punto de correme de nuevo, intenté avisarla pero ella ya lo sabia; cerro mi boca con la suya mientras me besaba con fuerza y cuando notó como mi leche la llenaba por dentro se dejó caer del todo encima mio, quedando encajados y besándonos durante un buen rato hasta que mi polla hubo perdido toda su erección todavia dentro de su cálida vagina.
Me desperté un poco agitado cuando Sonia se movió encima mio; nos habíamos quedado dormidos un par de horas porque ya eran casi las 5 de la mañana. Nos arreglamos la ropa que ya estaba sucia de nuestras corridas (sobretodo su falda) y continuamos camino de casa.
LA MADRE DE MI NOVIA. Capítulo 3
Cuando llegamos a la casa, subimos a la planta superior; cojí a sonia de la mano y la llevé hasta su habitación. En la pared que daba a los pies de la cama habia un espejo que cubria casi toda la estancia, y nos quedamos allí de pie besándonos con fuerza mientras ella me desabrochaba la camisa y los pantalones. Sin darle tiempo a nada le di la vuelta dejándola cara al epejo y le hice levantar los brazos; le pedí que los mantuviera en alto apoyandolos en el espejo por encima de su cabeza mientras acariciaba sus caderas y pasaba mis manos por encima de sus gorditas y redondas nalgas. Subí las manos por la cintura y cojiendo la blusa por su parte inferior, empece a tirar hacia abajo muy poco a poco; me pidió que cojiera sus pechos y los estrujara contra ella, pero de dije que de eso nada, que estaba prohibido tocarlos hasta que yo dijese lo contrario y que ahora le tocaba sufrir a ella. Lanzaba entrecortados gemidos sintiendo como la goma de la blusa oprimia cada vez más sus grandes pechos mientras la bajaba centímetro a centímetro. En varias ocasiones me dijo que no podia más, pero la obligué a seguir con los brazos en alto. Seguí bajandole la blusa poco a poco, pero cada vez era más dificil, pues la goma parecia que no iba a ceder más y se apretaba contra sus tetas; llegó el momento en que vi como asomaban por el borde de la blusa el contorno de sus areolas; la goma de la blusa estaba justo encima de los oscuros pezones que habia visto horas antes y que de tan hinchados impedian que la blusa pudise terminar de bajar. Seguí haciendo fuerza hacia abajo y los pezones saltaron de golpe por encima de la blusa arrancándole un grito; terminé de bajarsela hasta la cintura dejando al descubierto sus grandes pechos, y sin tiempo para que recobrase el pulso, la empujé hacia delante hasta apoyarlos contra el espejo; el frio la hizo gritar de nuevo, pero yo habia conseguido mi propósito de poner esos pezones más duros de lo que ella los habia tenido nunca.
La separé del espejo y empecé a acariciar sus pechos sin tocar sus pezones; nos estaba excitando mucho ver nuestra imágen reflejada en el espejo, y a mi personalmente, notar como aquellas grandes tetas eran de una carne dura y firme que permitia apretarlas con fuerza; la madre de mi novia tenia las mejores tetas que nunca habia tocado. De repente oí un susurro "comete mis pezones, muerdelos... por favor"; no tuvo que pedírmelo dos veces. De perfil ambos al espejo, empece a pasar mi lengua por aquellos pezones duros y oscuros; ella gemia de placer cerrando los ojos y apretando mi boca contra sus pechos para que no dejara de comerselos. Cojí uno de sus pezones con los dientes y empecé a estirar; miré al espejo de reojo y vi que ella estaba mirando como lo hacia; se cojió el pecho con las dos manos para poner el pezón en el mejor ángulo de visión y empezó a estirar cada vez con más fuerza; me dijo que ni se me ocurriese soltarlo al tiempo que seguia estirando; creia que se iba a desgarrar el pezón con mis dientes, pero no, ella seguia dando estirones y gritando de dolor y placer. Con un movimiento rápido, cojí su otro pezón con el pulgar y el índice y empecé a pellizcarlo con fuerza; ella siguió chillando y gritando "si, si...". Lanzó un último grito mientras dejaba de estirar; se habia corrido y deje de hacer fuerza con mis dedos y mis dientes para pasar a acariciarlos y chuparlos con delicadeza y suavidad.
Terminó de quitarse la ropa y se sentó en la cama; me hizo acercarme a ella y terminó de desnudarme a mi también. Me dijo que estaba cansada, se tumbó boca arriba con sus brazos tras su cabeza y cerrando los ojos me pidió que me masturbara y me corriese sobre sus doloridos pezones. Me senté sobre su barriga y deje que mi polla se introdujera entre sus tetas; las tenia muy juntas, no son de esas que caen hacia los lados, así que apenas tenia que juntarlas un poco para notar la fricción sobre mi polla. Las apreté un poco hacia dentro y sentí como la dureza de sus tetas oprimia mi miembro; sin soltarlas empecé a moverme arriba y abajo viendo como la punta asomaba por arriba y rozaba el cuello de Sonia, que al darse cuenta, bajó la barbilla y enbreabrió la boca para que mi punta rozase sus labios cada vez que subia. Cuando estuve a punto, seguí meneándomela con una mano mientras que con la otra cojía sus tetas para orientar sus pezones hacia mi polla. Chorros de leche empezaron a caer sobre sus tetas mientras con mi polla acariciaba sus pezones para repartir mi corrida sobre ellos. Estaba de rodillas a su lado estrujando mi polla y viendo como estaba a punto de caer una última gota, cuando Sonia se incorporó un poco y recojió esa gotita con su lengua y la saboreó como si fuera un caramelo. Me sonrió, me dió un beso en la mejilla y se quedó dormida con la cabeza sobre mi pecho y sus mojadas tetas chorreando sobre mi costado.
LA MADRE DE MI NOVIA. Capítulo 4
Me desperté como cada mañana con el olor del pan tostado que subia de la cocina, pero sobresaltado por verme en la cama de los padres de Marina; recojí mi ropa y la llevé a mi habitación, me puse un pantalón corto y bajé a la cocina.
La madre de marina estaba de espaldas a mi; llevaba puesto un bikini con el que ya la habia visto en otras ocasiones, pero nunca me habia provocado la excitación de esa mañana.
Estaba un poco aturdido por todo lo sucedido la noche anterior. Me acerqué, le di los buenos dias dos besos en las mejillas como cada mañana y ella me dijo "que, ensayando para cuando vuelvan mi marido y mi hija?" y diciendo eso empezó a besarme en los labios con cariño; la cojí por la cintura y estuvimos besándonos hasta que nos dimos cuenta de que unas tostadas estaban a punto de quemarse; se giró riendose a sacarlas del fuego. Le pregunté por como tenia los pezones despues de lo de anoche y sonriendo me dijo que bien, pero que todavia le dolian un poco. Ella estaba untando las tostadas; me acerqué por detras y empecé a acariciar sus pezones con delicadeza por encima de la tela del bikini; no se si estaban erectos o hinchados, pero eran tan grandes como anoche. Dejó las tostadas en el plato y se desabrochó el lazo de la espalda del bikini para sacárselo por la cabeza; cojió la mermelada y se giró; empezó a cojer mermelada de melocotón con una cucharilla y a extenderla por encima de sus pezones; entre el masaje que se daba, el frio de la cucharilla y la hinchazón, todavia estaban más grandes que anoche, enormes y apetitosos. Cojió uno de sus pechos con las manos y se lo llevó hacia su boca lamiendose el hinchado pezón y chupando la mermelada. Yo bajé mi cabeza hasta el otro pezón para chuparselo igual que ella hacia con el otro.
Me preguntó si yo no tenia nada hinchado mientras cojia mi polla por encima de la ropa. Se agacho ante mi, me bajó los pantalones y untó de mermelada la punta para despues retirarla con su lengua. Lo repitió un par de veces cojiendo mi polla por la base y apretando, de manera que la sangre se concentraba hinchándo la punta y las venas como pocas veces habia visto. Yo no podia más, coji el bote de mermelada y meti mi polla entera dentro; la saqué llena de mermelada hasta los huevos. Ella reia divertida mientras seguia de rodillas; la cojí del pelo con cierta violencia y apoyé su cabeza sobre la puerta de la nevera para que no puediera moverse. Mi polla estaba a escasos centimetros de su cara y dió un respingo cuando un trocito de mermelada cayo sobre sus pechos. Le dije que si no estaba segura de continuar me lo dijese ahora porque iba a follármela literalmente por la boca y cuando empezase ya no habria vuelta atras. En sus ojos habia una mezcla de placer y temor; cerró los ojos y abrió la boca al máximo tensando los músculos de su cara; lo tomé como una invitación. Introduje mi polla en su boca poco a poco con cuidado de no tocar sus labios ni su paladar ni nada; ella habia retirado su lengua para darme paso a su garganta y hasta allí que llevé mi punta; cuando mi glande llegó hasta el final, cerró los labios mientras masajeaba mi polla con la lengua. Empecé a moverme y a bombear dentro de su boca; cada vez se la metía con más fuerza y me movia más rápido; notaba como me costaba mover mi polla dentro de su boca por la fuerza que hacia con sus labios y con su lengua aprisionándo mi miembro contra el paladar mientras iba tragandose la mermelada. Cojí su cabeza con las dos manos y le metí la polla tan adentro como pude; noté como ella aguantaba la respiración porque estaba atragantada con mi pene, pero lo dejé ahí unos segundos más. Iba a empezar a sacarlo cuando ella me cojió del culo y empujándome contra su cara sentí como realmente se tragaba la punta de mi polla y seguia contrayendo los músculos del cuello como intentando tragarsela más y más; era la primera vez que sentia esa especie de masaje sobre mi capullo y me provocó tal subidón que incluso me maree con la corrida. En cuanto terminaron mis jadeos, se la sacó de la boca tosiendo un poco; me agache y la abracé dandole besos por toda su cara; se la veia cansada pero satisfecha.
LA MADRE DE MI NOVIA. Capítulo 5
Sonia se habia sentado en el suelo y apoyaba su espalda contra la nevera; la incliné hacia delante para sentarme detrás de ella y llenando mis manos de mantequilla empecé a darle un masaje en la espalda. Al cabo de un rato, pegó su espada contra mi pecho y girando la cabeza empezamos a besarnos. Cojió mis manos y poniendo en ellas dos grandes trozos de mantequilla, las llevó a sus pechos. Seguimos besándonos mientras yo la untaba de mantequilla; sentir aquellas dos grandes y duras tetas resbalar entre mis manos me volvia loco. Cojí otro trozo de mantequilla y lo llevé directamente bajo la braguita del bikini; eso le hizo dar un brinco de la impresión. Abrió sus piernas y yo segui acariciándola mientras la mantequilla se fundia con los jugos que salian de su vagina; empezó a correrse mientras me susurraba que siguiera, y noté que no se corria una vez, sinó que fueron varias de seguidas; cuando no pudo más, cerró las piernas y cojió mi mano abrazandose contra mi.
Al momento, se levantó a por las tostadas y me fijé en como le habia quedado casi todo el culo al descubierto al metérsele la braguita del bikini por la rajita y le dije "bonito culo, está para darle un mordisco" y ella tan contestona como siempre me dijo que fuese a darselo. Yo no se si lo diria por decir, pero la cuestion es que me puse de rodillas tras ella, empecé a dar pequeños mordiscos y chupetones a aquel redondo culo. Cojí las braguitas y se las quité, y ella abrió un poco las piernas mientras se inclinaba para dame mas terreno. Seguí chupeteandole el culo y empecé a pasar mi lengua alrededor de su ano; queria abrir sus nalgas con mis manos, pero toda la zona estaba resbaladiza por la mantequilla; ella se dió cuenta y se abrió más de piernas apoyando su pecho sobre la encimera, ahora si que tenia una visión total de aquel culo. Seguí lamiendo su ano e intentando meter mi lengua un poquito mientras que con mis dedos estuve jugueteando con su clítoris hasta que conseguí que volviera a correrse.
Me incorporé y abracé a Sonia por detrás; le pedí que cerrara las piernas y empecé a frotar mi polla contra su culo. Abrí sus nagas lo que pude y meti mi polla enmedio al tiempo que empezaba a moverme arriba y abajo como si estubiese haciéndome una cubana con sus nalgas. Ella acompañaba mis movimientos apretandose contra mi y mi excitación volvia a ir en aumento, hasta que de repente noté un tope contra mi polla y Sonia lanzó un grito; ambos nos quedamos inmóviles; no hacia falta que mirase hacia abajo para darme cuenta de que le habia metido la punta de mi polla por el culo; "quieres que la saque" le dije, y me dijo "noooo... no te muevas, me duele". Empezó a inclinarse hacia delante muy lentamente hasta dejar su peso de nuevo sobre la encimera; nuestro único punto de contacto eran su ano y mi polla; empezó a abrirse las nalgas poco a poco hasta que con sus dedos toco mi polla; la siguió hasta su culo y comenzó a acariciarse el ano. Ante mi asombro, empezó a mover un poco las caderas haciendo fuerza contra mi; su culo se iba relajando y dejaba paso a mi polla, que cada vez estaba más dura por la presión a la que estaba sometida. Yo seguí sin moverme viendo como Sonia clavaba sus uñas en su culo abriéndoselo a tope y empujandose contra mi polla que empezaba a entrar y salir casi en su totalidad; sacaba mi polla de su culo y se la volvia a meter, todo muy lentamente; comenzó a gemir con mayor intensidad para acabar corriéndose con un chillido que solo habia oido en las pelis porno. La cojí por las caderas y noté como temblaban sus piernas; empecé a retirar mi polla pero ella me frenó; me dijo que ya que tenia mi polla dentro, que queria que me corriese en su interior y notar mi leche en un lugar donde nunca lo habia sentido. La cojí entonces por la cintura y empecé a moverme lentamente con miedo a hacerle daño; poco a poco fuí tomando confianza y aumentando el ritmo, pero ella me dijo que no fuese tan deprisa, que le seguia doliendo. Continué con más cuidado mientras ella volvia a acariciar su ano y sus gemidos iban otra vez en aumento para culminar con otro chillido como el de antes. De forma casi inaudible me dijo "sigue, sigue..." de modo que seguí penetrándola despacio, lo que me permitia ver con todo detalle como aquel culo se tragaba casi toda mi polla y estiraba de mi piel cuando la sacaba; ver aquello pudo conmigo e intentando contener mis movimientos para no hacerle daño, me corrí hasta la última gota dentro de su culo. Exhausto, saqué mi polla y vi como mi leche y los flujos de sus corridas bajaban por sus piernas. Sonia se giró, me dijo "me ha dolido mucho pero han sido las mejores corridas de mi vida..." y arrodillándose ante mi empezó a chupar mi miembro ya casi flácido limpiándolo por completo.
Me cojió de la mano y me llevó hasta el baño, en el piso de arriba; allí llenó la bañera con agua caliente y un poco de jabón para que hiciera un poco de espuma y nos metimos dentro. La abracé por la espalda rodeándola con mis brazos cariñosamente y nos quedamos dormidos dentro del agua.
LA MADRE DE MI NOVIA. Capítulo 6
Su marido y su hija volvieron por la tarde. Las primeras horas de estar todos juntos fueron las peores; yo no sabia como iba a reaccionar Sonia y tampoco como me iba a sentir yo, pero despues de un rato, todo parecia normal a excepción de alguna mirada de complicidad entre Sonia y yo que no podíamos evitar.
Al dia siguiente, yo ya "habia hecho los deberes" con mi novia Marina y allí todo parecia seguir su curso como si nada hubiese ocurrido.
Pasados un par de dias, yo ya me encontraba mucho más tranquilo respecto a lo que pudiese pasar, pero fué entonces cuando aquellas miradas que no podiamos evitar Sonia y yo se convirtieron en algo más. Empecé a notar como Sonia reclamaba mi atención y buscaba su roce conmigo, pero con disimulo y sin ningún descaro, de forma que sólo yo me pudiese dar cuenta. Eso nos llevó a continuar nuestra particular historia de verano como sigue:
Una mañana, mientras ayudaba a Sonia a poner la mesa para desayunar, aprovechó un momento en que no habia nadie más en la cocina para meterme un papel dentro de los pantalones cortos que solia llevar para ir por casa; se lió un poco con la goma de mis slips y su mano rozó ligeramente mi pene; eso me provocó un subidón que me dejó parado unos instantes, pero reaccioné rápido y salí al salón donde nos esperaban su hija y su marido.
Mientras desayunábamos, me encontré con la mirada de Sonia varias veces. Yo no dejaba de pensar en lo que pondria en aquel papel, y estaba deseando acabar rápido el desayuno para poder leerlo.
Cuando terminé, subí corriendo a mi habitación y saqué el arrugado papel. Decia..."Queria pedirte algo, pero no sabia como hacerlo y por ello he recurrido a esta nota ¿Guardarias un par de dias tu leche para mi? me encantaria volver a notarla espesa y caliente, por favor."
Yo alucinaba ante lo que acababa de leer. Rápidamente escondí la nota para luego destruirla y tomé la decisión de satisfacer a Sonia en lo que me habia pedido... Queria mi leche, pues la tendria.
El dia anterior, me lo habia hecho con Marina en el baño (un polvete rápido de pie con ella sentada en el lavamanos), así que lo tenia bastante bien para aguantar un par de dias más sin volver a correrme.
Exactamente, estuve cuatro dias sufriendo mi decisión de reservar mi semen para Sonia, ya que si bien no esquivaba a su hija, si tuve que concentrarme en no correme y quedarme con un buen dolor de huevos en dos o tres ocasiones. Además, para terminar de arreglarlo, Sonia parecia esperar una respuesta mia que no llegaba y nuestro particular juego de miradas me ponia aún más a tono.
Una tarde, al poco de haber terminado de comer, el padre de Marina se fué como cada dia a jugar una partida de dominó con los demás hombres de pueblo. Mientras, su hija y yo fuimos a ver a una prima de Marina que habia llegado esa mañana, así que Sonia se quedaba sola en casa.
Pensé que ese era el momento. Le dije a Marina que volvia a casa a mirar unos mapas, ya que al dia siguiente queríamos ir a hacer una pequeña ruta en coche por los alrededores.
Cuando entré en casa, me fuí directo a la cocina, donde Sonia terminaba de fregar los platos. Sin decirle nada, pero sin apartar mis ojos de los suyos, cojí un vaso y sali hacia mi habitación. Ella me siguió sin decir nada tampoco. Me metí en mi cuarto y cerré dejando a la madre de Marina fuera.
Me bajé los pantalones y los calzoncillos, y de pié, empecé a pajearme con fuerza. Apenas aguanté un par de minutos y acercando el vaso a la punta de mi polla, dejé caer todos los chorros dentro; normalmente mis corridas son bastante abundantes, pero esa fué bestial. Seguí cascándomela tan deprisa como podia, y estaba seguro que desde fuera, Sonia oia perfectamente mis jadeos. Al poco me vino de nuevo y volví a acercar el vaso para correrme dentro. Así, hasta 6 veces en unos frenéticos 20 minutos que me dejaron hecho polvo; me dolia la mano, el antebrazo y la polla, y no podia más, pero el vaso estaba lleno en 3/4 partes, y no era precisamente un vasito pequeño.
Abrí la puerta y salí. Sonia estaba fuera; le di el vaso y le dije "No dejes que se enfrie". Su cara reflejaba un asombro total mientras cojia el vaso con las dos manos como con miedo de que se le cayera. Sin pensárselo dos veces, se llevó el vaso a los labios y empezó a dar sorbitos a mi leche mientras cerraba los ojos como si estuviese paladeando un manjar, en evidente muestra de placer. Continuó bebiéndoselo y cuando terminó pasó el dedo índice por dentro para recojer hasta la última gota y llevársela a su boca. Me miró y me dijo "Te debo una, pídeme lo que quieras". Yo no sabia que contestar en ese momento, así que le dije "Cuando se me ocurra algo te lo diré". Los dos sonreimos. Ella volvió a la cocina y yo fuí a buscar a su hija.
LA MADRE DE MI NOVIA. Capítulo 7
Unos dias más tarde, una mañana, me desperté con unas de esas tremperas mañaneras tan impresionantes que tenemos a veces los tios. Mi novia entró en la habitación a decirme que bajase ya, que irámos a dar una vuelta en bici con su padre, algo que muchas mañanas hacíamos. Yo me destapé para que pudise ver el pollón que me gastaba en ese momento y le dije que mejor fuese ella sola con su padre, porque como me subiese en una bici me reventaban los huevos. Abrió unos ojos como platos y sin pensárselo empezó a chuparme la polla hasta donde le llegaba mientras su saliva caia por mis huevos. Al cabo de un momento oimos que alguien subia las escaleras, así que se levantó de un salto y yo me tapé; salió de la habitación diciéndome que luego seguiria. Os podeis imaginar el dolor de huevos y la trempada que me dejó.
La que subia era su madre, a cambiarse de camiseta, pues se habia manchado en la cocina la que llevaba. Al pasar por mi puerta me preguntó si no bajaba, y yo le dije que no, que no me encontraba muy bien, al tiempo que movia mi polla debajo de la sábana. Sonia se quedó mirando al bulto que movia bajo la ropa de la cama y volvió abajo a la cocina donde su marido y Marina terminaban de desayunar.
No pasó ni un minuto desde que oi que salian con las bicis, que Sonia subia a mi habitación y empezaba a tocar mi bulto por encima de la sábana. Le dije que estaba excitadísimo y que hoy le tocaba a ella pagarme la que me debia desde el otro dia. Me sonrió y me dijo que encantada.
Salí de la cama y ella se quedó mirando la tranca que me gastaba esa mañana. Me dijo que estaba enorme, que tuviese cuidado con lo que le hacia; y yo le dije que precisamente hoy no estaba para muchos miramientos y que fuese pensando si queria quedarse comigo en aquella habitación. Me miró con miedo, pero debió de picarle la curiosidad porque al momento me pregunto lo que que queria que hiciese ella.
La hice ponerse de rodillas en el borde de la cama con las piernas juntas y totalmente flexionadas, al tiempo que apoyaba la cara sobre la cama. Llevaba puesta una camiseta, unos pantalones cortitos de algodón y unas braguitas.
Sin quitarle nada, aparté de un lado los pantalones y las braguitas, y empece a chuparle directamente el ano, pasando mi lengua por los alrededores e intentando meterla un poco. Aquel agujero seguia tan cerrado como la primera vez que lo vi, así que me ensalivé un dedo y empecé a metérselo con cuidado; entro bien y enseguida continué con dos. Me dijo que eso le dolia un poquito pero que lo aguantaba bien y que además la excitaba un montón pensar en el daño que le hice la primera vez que se la metí por detras, ese dolor que cuanto más inteso era, más placer sentia.
Me arrodillé ante su cara y le pedí que me la chupara y la llenara de saliva tanto como pudiera, al tiempo que con mis dedos llevaba tanta saliva mia como podia hasta su ano.
Le volví a preguntar si estaba segura de continuar; me preguntó "¿me dolerá?", y le dije que si, que no sabia cuanto, pero que le doleria seguro, que lo único que queria era que no se arrepintiera después. Esta vez se lo pensó un poco más de lo habitual, y me contestó "hasta ahora no me he arrepentido por nada, y además te debo una, así que hazme lo que quieras pero tampoco te arrepientas tu".
Ya tenia la polla bien lubricada, asi que me puse de pié tras ella y coloqué la punta de mi capullo encima de su ano que seguia casi totalmente cerrado. Sin necesidad de pedírselo, puso una mano a cada lado de mi polla y se abrió las nalgas tanto como pudo mientras con una de ellas además apartaba el pantalon y las braguitas del preciado agujero.
La cojí por la cintura con fuerza y eche mi peso y el suyo hacia atrás, para meterle más de la mitad de mi polla de un golpe que sentí que casi me desgarra la piel. Ella lanzó un grito de dolor que parecia ir ahogándose en uno de placer hasta quedarse sin aire. Sus dedos se clavaban en su culo mientras yo empujaba hasta metersela casi por completo. No di tiempo a que su culo se acostubrase al tamaño de mi polla que ya estaba metiendo y sacándosela entera y sientiendo como su culo se dilataba a marchas forzadas por mis embestidas. Empecé a oir como me decia "cabrón... hijo de puta... me duele... me duele" acompañado de jadeos de dolor y placer. Daba la impresión de que fuese a ponerse a llorar de un momento a otro, cuando con casi toda mi polla dentro, empecé a bombear hasta el fondo de su culo, notando como mi capullo llegaba hasta el final y golpeaba las paredes de sus intestinos. Ya no me movia hacia dentro y afuera, sino que lo hacia en círculos o arriba y abajo, penetrando con mi polla hasta el último rincón de su culo. Mire hacia abajo y vi como clavaba sus uñas en su culo tensando al máximo la piel que bordeaba su ano, y como la totalidad de mi polla habia desaparecido dentro de su magnífico culo. Cerré los ojos y casi sin moverme, sentí las contracciones previas a mi corrida y como inundaba sus entrañas con mi semen. Al sacarla, vi como por su ensanchado y enrojecido ojete salian algo de sus excrementos mezclados con mi leche. Se levantó corriendo para ir al baño mientras yo intentaba limpiar lo más gordo con unas servilletas. Al momento salio, y arrodillándose delante mio, empezó a chupar y lamer mi polla limpiándola por completo y provocándome una segunda corrida que tragó hasta la última gota sin variar en ningun momento el ritmo que llevaba y dejándome exhausto.
Las tostadas que comi 10 minutos más tarde en la cocina, creo que fueron las que más a gusto me he comido en mi vida. Lo bien que me sentaron despues de las dos corridas de hacia un momento, buf.
Cuando mi novia Marina volvió, le dije que no habia podido esperar y me la habia cascado en la ducha (al menos encontré una buena excusa)
En unos dias, las vacaciones terminaron, pero Sonia y yo hemos continuado con nuestros encuentros sexuales, a cual más placentero. Pero todo eso ya son otras historias.
Espero que a todos los lectores/as les haya parecido bien merecido el tiempo empleado en leer este relato. A todos ellos un saludo.
Autor: KANJIS
E-mail: kanjis@terra.es