La madre de mi mejor amigo (7)
¡He visto a tu amigo masturbándose encima de tu cama!
Con el rabo entre las piernas, nunca mejor dicho, mi amigo salió de casa, yo le acompañé por cortesía mientras mi madre seguía atareada en la cocina.
Al cerrar la puerta entré a verla.
—¡Hola mamá! Hoy qué vamos a comer —dije como si tal cosa.
—¡Hola hijo! ¡Jo qué corte! ¡He visto a tu amigo masturbándose encima de tu cama!
—Si, me lo ha confesado cuando he vuelto, ¿pero por qué no llamas a la puerta mamá? —le recriminé.
—No sé, pensé que estaríais jugando a la video consola y quería preguntarte si tu amigo quería quedarse a comer. Pero al entrar lo he visto con una revista guarra en la mano y su rabo en la otra, ¡qué barbaridad! —dijo ella escandalizada.
—Bueno, ya empieza a ser tradición eso de que entres al cuarto y cojas a alguien masturbándose —dije yo riendo.
—¡Quita, quita! No me lo recuerdes. Voy a tener que empezar por llamar a la puerta, oye o a lo mejor podemos poner un cartelito de no molestar como es los hoteles, ¿no? —dice riéndose finalmente.
—¡Claro, eso sería una pérdida de intimidad en sí mismo, es como anunciarte: ¡oye, que me estoy masturbando, no entres! —dije yo protestando.
Las carcajadas de mi madre retumbaron por el ojo del patio al que daba la cocina en el edificio donde vivíamos.