La madre de mi mejor amigo (2)
No puedo creer lo que ha pasado, ¡me ha pillado!
Aderita es mi madre, ella es más o menos de la edad de Ana Belén, tiene el pelo también largo, ondulado y moreno. Normalmente lo lleva suelto o cogido con una pinza atrás. Tiene abundantes curvas, sus pechos son enormes y su culo también, al contrario que la madre de Carlos, aunque no está muy gorda. Es muy buena conmigo, especialmente desde su divorcio de mi padre. Reconozco que lo pasamos muy mal todos y yo lo pagué con ella, pero hoy ya lo he superado, nos queremos y charlamos mucho, considero que puedo confiar en ella, pero de lo único que no hablamos es de sexo.
Hoy me estoy masturbando en mi habitación cuando siento que la puerta se abre: ¡Mierda! —digo maldiciendo—. Justo en ese momento aparece mi madre, con su canasto de ropa, sin duda viene a recoger la mía para poner una lavadora.
¡Rápidamente tapo mi verga con las sábanas, pero creo que me ha visto!
— ¡Oh Beltrán, no sabía que estabas aquí! —dice para excusarse.
— ¡Ah mamá! ¡Qué pasa pues sí aquí estaba yo! —digo con cara de estúpido.
— ¡Oye hijo, perdóname por haberte interrumpido en tu intimidad, créeme lo siento mucho! Sólo iba a poner la lavadora y pensaba que estabas ya Beltrán. No te preocupes, cuando termines llévame la ropa que tengas sucia y la metes en la lavadora, ¿vale? —dice y tras esto cierra la puerta.
No puedo creer lo que ha pasado, ¡me ha pillado haciéndome una paja! Y lo único que ha hecho es pedirme disculpas, ¿y encima me ha dicho que siga? No puedo entenderlo, sinceramente.
Pero ya que estaba a lo mío sigo masturbándome y recuperando mi excitación no tardo en correrme. Me limpio con unos kleenex y lo tiro a la papelera. Luego hago lo que ella me ha pedido y le llevo la ropa que tengo sucia.
— ¡Ah ya estás aquí y veo que traes la ropa sucia, qué bien!
— Bueno sí mamá, ya que me lo has pedido tan amablemente.
— Está bien hijo métela que estoy haciendo la comida y ahora pongo el programa.
La meto en la lavadora y cuando me incorporo, algo cortado no sé qué decir.
— ¡Bueno mamá, ya está! —digo como un gilipollas.
— ¡Perfecto Beltrán! Anda, quieres picar algo antes de comer, el arroz aún va a tardar.
— ¡Ah pues bueno! —digo abriendo la nevera y sacando un refresco.
Veo cómo me mira y me sonríe, no sé por qué pero siento que necesito darle una explicación de lo de antes.
— Verás mamá, antes yo estaba… —digo sin ser capaz de continuar.
— No te preocupes Beltrán, sé lo que hacías —me dice mientras pica pimiento rojo—. Todos los chicos lo hacen, sólo lamento haberte interrumpido en un momento tan íntimo.
— ¡Oh bueno mamá, no pasa nada! —río nervioso.
— En fin, en el fondo me gusta verte así, porque indica que te estás haciendo un hombre, pero echo de menos al niño que fuiste —me confiesa con cierta melancolía.
— No te preocupes mamá, siempre seré tu niño —digo yo acercándome, abrazándola y dándole un beso.
— ¡Anda no seas tonto! —dice ella poniéndose colorada.
— ¿Por cierto mamá, tú también te haces algo no?
— ¡Cómo yo! —dice ella sonrojándose—. Bueno Beltrán, creo que eso mejor me lo guardo para mí, ¿vale?
— ¡Vamos mamá, también eres humana no! —insisto.
— Está bien hijo, no pasa nada. Pues claro que me hago “algo” como dices —confiesa al final.
— ¿Y no sientes deseos de estar con un hombre?
Le pregunto forzando la situación.
— Pues la verdad es que en este momento no hijo, me recreo un poco, me alivio y no tengo las complicaciones que acarrea una relación. Supongo que tú aún no lo entiendes.
— ¡Pues creo que no mamá! Yo me muero por estar con una mujer —le confieso para mi asombro.
— Me lo imagino —dice ella sonriendo—. ¿Y hay alguna especial en quien pienses? —me dice con picardía.
— Bueno sí, hay una pero no te puedo decir quién es —le digo haciéndome, dándole intriga al asunto.
En el fondo cómo voy a decirle que es la madre de mi mejor amigo, se escandalizaría tanto como lo imagino en mi mente.
— ¿Y es guapa? —se interesa.
— Bueno, yo diría que está buena, si —digo mientras suelta una risotada.
— Está bien hijo, si te gusta a ti es lo que importa —me dice dando por finalizada nuestra conversación.
Nota del autor: Comencé a publicar esta obra hace unos meses, ahora está terminada por lo que si quieres saber dónde
puedes seguir leyendo la novela completa, búscala en mi perfil de autor en esta página o en mi blog.