La madre de mi mejor amigo

Resulta que ha en las vacaciones de verano, cuando habíamos terminado el 4to año de la carrera, me invitó a pasarme unos días en su casa, así que acepté.

La madre de mi mejor amigo. Hola, mi nombre es Skyline1981 y les contaré una historia, la cual, les aseguro, sucedió realmente. Todo tiene un comienzo años atrás, cuando estaba en la universidad estudiando Derecho. Cuando entré a estudiar hice amistad con un muchacho provinciano, el pobre, no sabía nada de la ciudad y yo me tomé el trabajo de mostrársela, además de conseguirle una novia, ya que era muy tímido. Resulta que ha en las vacaciones de verano, cuando habíamos terminado el 4to año de la carrera, me invitó a pasarme unos días en su casa, así que acepté. El vivía en una de las provincias mas alejadas de la capital, en un pequeño pueblo campestre, residiendo en una bella finca rodeada de una inmensidad de árboles frutales. Al llegar a su casa no había nadie, así que nos pusimos cómodos. Yo sabía que el vivía solo con su madre, pues su padre había muerto varios años atrás y desde ese tiempo ella no se había vuelto a casar, incluso no tenía relaciones con otro hombre que el conociera. Debo comentarles que tengo afición por los caballos y soy buen jinete, por suerte Antonio, que así se llamaba mi amigo, tenía varios de estos animales, así que al rato de haber llegado decidió mostrármelos. Llevábamos ya un rato en los establos cuando su madre apareció en ese momento, venía de hacer compras. - ¡Antonio! – exclamó, y se abalanzó hacia su hijo – que bueno que estas aquí – en ese momento ella reparó en mi – ¿es tu amigo?. Antonio asintió y ella se presentó. - Es un placer que estés aquí, Antonio me ha hablado mucho de ti, mi nombre es Estela. Yo me sentí agradecido ante la educación de Estela y me presenté, luego ella se retiró con el pretexto de preparar la comida, pero antes de salir del establo me dirigió una mirada. Era una mujer realmente muy bella, con largos cabellos rubios, ojos verdes, labios carnosos y una hermosa mirada. Su cuerpo parecía esculpido en piedra, unos redondos y abultados pechos, cintura estrecha, delgada, unas caderas prominentes, hermosas piernas atléticas y un parado y gran trasero. Ella tenía 45 años, mientras que yo solo 22, siempre supe que se había casado joven y tuvo a Antonio igual de inexperta. Todo el tiempo que estuve observando y montando los caballos de mi amigo no dejaba de pensar en ella, sobre todo en la mirada que me dirigió, cabe señalar que no estoy tan mal, tengo 1.82m de estatura, piel blanca, pelo negro y ojos café. Siempre me ha gustado hacer ejercicio, así que mis bíceps son anchos, espalda amplia, pectorales grandes y un abdomen durísimo (por supuesto, no es un cuerpo exagerado de fisiculturista), además de que soy cubano, a eso súmenle que Estela me conoció sin camisa. Antes de comer fui al cuarto de huéspedes y arreglé algunas ropas, me puse un short, tomé una toalla y me fui a bañar. Al entrar al baño sucedió lo inesperado, allí estaba Estela, al parecer acababa de tomar una ducha pues se estaba secando. Me quede perplejo ante la ilusión que tenía enfrente, desnuda era aún mejor, sus grandes pechos tenían unos pezones rosados, no tenía ni gota de barriga, solo un abdomen bien definido, además de ver su pubis depilado. Al salir de mi estupor note que ella mi miraba y no había hecho el menor esfuerzo por cubrirse. - Lo... lo siento – me disculpé y di media vuelta, pero antes de salir ella me llamó - No tengas pena – me dijo aún sin cubrirse mientras yo bajaba la vista. Ella se dirigió hacia mi aún desnuda y me obligo a mirarla a los ojos – que no te avergüence el verme desnuda – luego se cubrió y salió. Durante mi baño no dejaba de pensar en lo sucedido y en la vergüenza que sentía, pero al pensar en lo que había visto mi miembro despertaba en una erección tremenda, solo me tranquilizaba el pensar que era la madre de mi mejor amigo. Durante la comida se sentó frente a mi y a decir verdad me sentí un poco incomodo, pero no podía dejar de arrojarle miradas furtivas, las cuales ellas notó. Mientras Antonio hacia anécdotas de la escuela y esas cosas. En la noche vimos algunas películas, hasta que Estela y Antonio se retiraron a dormir, yo decidí quedarme y seguir viendo la televisión. Sobre las dos dela mañana fui a la cocina por un vaso de agua y mientras lo tomaba Estela apareció. - Es increíble – dijo - ¿Qué es increíble? – pregunté tembloroso. - La fuerza que tienes para mantenerte despierto hasta estas horas después de un viaje tan largo. - Estoy acostumbrado – dije. Ella caminó hacia mi para tomar un vaso y rozó su cuerpo contra el mío, lo cual me produjo una erección. Cuando ella llenó el vaso de agua y se dio vuelta se percató de mi bulto. - Bueno, bueno – dijo mirándome – si que eres todo un hombre. Yo no sabía que hacer, por lo que me puse colorado, ella se me acercó. - No te preocupes – dijo tocando mi abultado short – eso se te pasará. Acto seguido me derramo el vaso de agua fría en la cabeza y la agarre fuertemente contra mi y comencé a besarla. Ella mostraba fiereza mordiéndome los labios y la lengua, hasta que de repente se agachó y saco mi pene de su escondite. No puedo expresar lo que sentí al sentir su caliente boca cubrir mi gran aparato, su lengua lo detalló hasta el final, lamiéndome el glande y succionándome el pene con destreza descomunal mientras que me sobaba los huevos. No tarde en correrme como un loco en su boca, cosa que ella disfrutó, ya que se trago toda mi esperma. Al ponerse de pie se quito la bata que tenía puesta, y me quedé descontrolado al ver que no traía ropa interior. - Me tienes loca – me dijo besándome – te deseo desde que te vi en el establo. - Yo también la deseo – dije. Hice gala de mis músculos y la levanté para colocarla encima de la repisa de la cocina, ella abrió sus piernas y como un cazador tras su presa le comí el coño salvajemente. Ella gemía de satisfacción y apretaba mi cabeza contra su cosita, a los pocos minutos sentí todo su cuerpo estremecerse y un liquido salió de su vagina, el cual tragué. Luego comencé a mamar sus hermosos pechos y ella me susurró al oído que la penetrara y eso hice. Ella sentada en la repisa de la cocina y yo de pie cogiéndomela de forma salvage, Estela solo gemía y clavaba sus uñas en mi espalda mientras me pedía que le diera mas fuerte. Durante ese tiempo ella tuvo varios orgasmos y solo me decía que le gustaría que siempre la cogiera de esa forma. Entre tanta excitación no tarde en descargar nuevamente mi esperma, pero esta vez en su interior. Ella se bajó de la meseta y me dirigió a su cuarto, donde entre besos y caricias mi miembro revivió. Estela me lo chupo durante un rato hasta que me pidió que se la metiera en el culo. El ver ese prodigioso agujero rodeado de tan buenas nalgas no me hice esperar y se la encaje de un tirón por el culo, ella dejó escapar un gritico de dolor, que después se convirtió en un "mas duro". Me aferré a sus caderas y la culié durante un rato, mientras que ella se masturbaba, hasta que sentí su orgasmo, momento en me vine dentro de su culo. Esa noche dormimos juntos y muy temprano en la mañana me fui a mi cuarto. Estuve en casa de Antonio por 15 días y todas las noches tenía experiencias con su madre. Solo les puedo decir que después de graduado Antonio se ha ido a trabajar a un empresa en otro país y yo soy el abogado de una gran empresa radicada en la ciudad de su pueblo, así que ya deben imaginarse que vivo junto a Estela, por lo que todos los días nos descargamos los deseos de tener sexo, creo que estoy enamorado de la madre de mi mejor amigo.