La madre de Marga
Continuan las historias del entrenador con mas suerte del mundo
Por fin llegó el gran día, comenzaban las finales nacionales, con lo cual se volvía a los entrenamientos. La mala noticia fue que empezó a venir la madre de Marga, ya que la tenia que traer en coche y ya se quedaba a ver los entrenamientos y a llevarla a casa en coche.
Con lo que mis planes de orgía continua habían desaparecido por el momento.
Al terminar cada entrenamiento, hablaba un poco con ella, aunque era un poco mayor, ya que yo tenia 28, y ella 45, no tenia para nada mal cuerpo. Había tenido a su hija muy joven, y desde entonces había dejado de trabajar, ya que su marido ganaba el suficiente dinero como para mantenerlas.
Después de mucho hablar, surgió la confianza y un día, me tenia que desplazar a un sitio muy cercano a su casa. En lugar de coger el autobús, le pedí a Alejandra ( así se llamaba la madre) que si me podía acercar.
Durante el camino, Alejandra me contó que Marga le había dicho lo que nos paso en el vestuario. Yo traté de explicar, pero en ese momento ella giro el coche y lo metió dentro de un garaje.
Mando a Marga subir a su casa, y nos quedamos solos en el coche. Yo trate de dar explicaciones, de decir que ambos éramos mayores de edad, ... pero ella me dijo que solo la podía callar de una forma. Bajo la mano hasta mi bragueta, empezó a acariciar mi pene, y finalmente engullo toda mi masculinidad. Era aun mejor que con Sonia... que delicia.
Salimos del coche y la subí encima del techo, para que estuviera ahí sentada, mientras estuve jugueteando con la lengua en su botón.. Y mi mano jugueteaba con sus tetas, durante un momento ya que ella evitando que yo saliera, cerro sus piernas. Aprisionándome la cabeza contra las piernas. Yo no pare de chupar hasta notar como sus líquidos salían, y un escalofrió la recorrió todo el cuerpo.
Después de esto me dijo que como me había portado bien, me iba a dar mi merecido premio. Ella me abrió la puerta del acompañante y me coloco las manos encima del coche como la policía hace con los ladrones, solo que con la puerta abierta. Allí me dejo esperando cual seria el juego que ella tenia pensado....
Entro de rodillas por la puerta del conductor y se puso de rodillas en el asiento del copiloto. Mi pene le quedaba a la altura de su boca, y lo empezó a chupar a la vez que dejando caer su cuerpo se introducía la palanca de cambios en su chocho.
Esa imagen de vicio de su cara, era tal que en ese momento, queriendo tratarla todavía mas como una zorra, saque la poya de su boca y la empecé a golpear con ella en la cara mientras su cuerpo subía y bajaba.
La deje hacer, apoyando la cabeza sobre el coche cuando vi a Marga que no había subido a su casa, sino que estaba viéndolo todo desde el descansillo de la escalera, con sus dedos entrando y saliendo de su chocho a toda velocidad.
Alejandra siguió chupando, interrumpiéndolo de vez en cuando con gritos incontrolados debido a orgasmos placenteros, no aguante mucho mas y la saque el caramelo de la boca. Me fui por detrás al asiento del piloto, y la vi tumbada, con su cuerpo arqueándose, metiéndose la palanca de cambios como una zorra y pensé que si había preferido una vulgar palanca a mi pene, se merecía que la sodomizase. así que me tumbé y empecé a penetrarla por detrás, podía notar el frío plástico de a través de la fina capa de piel que nos separaba.. Alejandra no se movía ni siquiera, ya solo se moví por mis empujones, hasta que no aguantando mas, me corrí en su espalda... Ella trato de incorporase, pero la fallaron las fuerzas, así que la ayude y la senté en el asiento. Después de esto, nadie nos iba a fastidiar los entrenamientos....