La madre de Alejandra

Es la historia de como se inicio un triangulo amoroso entre una madre una hija y quien les escribe.

No hace mucho que conocía a Alejandra. Fue en la reunión en la casa de un amigo de la universidad. Era impresionante, no sólo bailaba como una diosa, sino que su cuerpo era como tal. Sus medidas eran despampanantes, 91 de busto, 62 de cintura y 97 de cadera, lo cerciore personalmente; pues por una extraña razón desde el día que me vio, su mirada ya mostraba su interés por mí.

No paso mucho tiempo antes que saliera con ella. Era una chica muy linda, la perfecta enamorada, aunque yo no estaba interesado en eso. Cosa que ella era todo lo contrario. En su trato ya podía ver el deseo de que la relación tenga un mayor compromiso. Es más, siempre me insistía en que conociera a su familia.

La idea de compromiso no me asustaba, solo que apenas la conocía. Además, a partir de mis experiencias como que no me llevaba muy bien con las familias. Al final me convenció. Tenía una vocecita por la que le decía sí a todo.

Mi relación sexual con ella era mas bien normal, nada fuera de lo común, por lo tanto no les voy a contar mi relación con ellas, sino mas bien lo que paso al conocer a su madre.

Si Alejandra era muy linda, su madre, Sofía, era una diosa. Era una mujer refinada y con un manejo de su feminidad, que solo era posible por una mujer madura. Al ser su rostro muy lindo, sus pequeñas arrugas, que ya en una mujer de 44 se notan, hacían su rostro más expresivo, y por lo tanto mas lindo. Indicaban a su vez una vida, eso es lo que me encantaba. Sus senos y eran deliciosas, firmes, a pesar de su edad, y su culito, bien formadito, como para darle toda la noche. No paso mucho tiempo para que se dieran tanto Alejandra como su madre, que me atraía mas Sofía. Pues me era inevitable mirarla.

Era evidente que a Sofía también le gustaba, tenía el mismo gusto que su hija. Digo esto porque percibía la misma mirada de Alejandra en esa fiesta donde la conocí.

Me estaba volviendo loco, ya que no era que no me gustara Alejandra, es solo que su madre se me imponía.

Pero voy a contarles sobre esa casa el contexto de la situación, y la razón de porque el desenlace no termino trágicamente.

Luego de la muerte del padre de Alejandra, Sofía se puso mal, comenzaron en ella arranques de locura, y por supuesto le era imposible relacionarse con otro hombre.

El choque de la ausencia, aunque le dolió mucho a Alejandra, ella era muy poco dependiente, como si no necesitara de un hombre, por el contrario, Sofía, la madre se había acostumbrado a tener un hombre que la cuide, su imagen delicada despertaba eso en cualquier hombre.

En ese sentido, al ver Alejandra que yo le despertaba un atractivo a su madre, a pesar de que se moría de celos, era algo que le causaba alegría, pues sabia que la experiencia con migo de pareja era mas bien purificante.

De parte de Sofía, cada vez era mas explicito su atracción por mí, no sólo me atendía como un rey cuando las iba a visitar, sino que paraba arreglada para cuando yo llegara, tenía unos ojos hermosos. Pero a su vez la culpa con respecto asu hija la destruía, una por celos y la otra por culpa, hacian que esa experiencia que debia ser de lo mas pora, se o¿tornaba decadente. Así que decidí intervenir, purificar aquella experiencia de la única forma posible por el sexo.

Fui un dia cuando sabía que Alejandra estaba estudiando. Ella salio con una camisa de su esposo fallecido, y con unas mayas que formaban su culito de manera deliciosa. Apenada por las fachas trato de irse a cambiar, la detuve, diciéndole lo linda que se la veía. Conversamos un par de horas. Alternamente a mi conversación poco a poco iba seduciéndola, quería por ejemplo que se de cuenta de la forma que la miraba, como a una mujer, jugaba con desvío tímido hacia sus senos. Estaba muy caliente, yo ya no le hablaba, casi le susurruaba, como si le hablara al oido. Cuando sentí que ya estaba totalmente entregada a la situación le puse una mano en la pierna, algo que queria hacer hace mucho tiempo. Me acercaba cada vez mas, mi cuarpo ya se tocaba com¿n el suyo. Le besaba el cuello, y mientras le mordia la orejita, susurrándole lo que me gustaba de ella.

Todo eso reprimido en sus adentros, por intentarle ser fiel a su marido después e muerto, se libreo. Como si despertara un monstruo y encontrara a ua presa al abrir los ojos, se me monmto en cima. Abrió la camisa, ropiendo todos los botones. Comenzo primero a sobarme con sus deliciosas pechos, diciéndome que le encantaba que los kirase de reojos antesfue arrodillándose, y luego de desabotonarme y bajarme el cierre del pantalón, me saco el pene, que estaba en media erección, y me dio la mejor mamada que me an dado en la vida, una maestrpía con la lenguita impresionante. Aquella mamada hizo que se pusiera mi pene en su machima erección – Así la quería- La tomo con la mano izquierda y poco a poc e la fue inrodcuiendola.

Comenzo con un movimiento lento, como para que nuestros cuerpo se conozcan, luego cada vez mas rapido, al punto de tanto ella como yo teníamos un ritmo bestial. Seguimos sin parar mas de tres horas, en distintas posiciones, me encantama verla en posición de perrito, sus caderas con relación a su espalda formaban una figura que me enamoraba. Luego de varios rgasmos y de haber eyaculado yo ods veces, se quedo dormida, con una expresión que indicaba un estado de purificación, un olvido de su anterios vida.

Pensaran que fue un error mencionar a Alejandra, caundo con respecto a la historia no ha tenido ningun tipo de papel, lo que tengo que contarles es que mis sospechas eran falsas, Alejandra estaba ese dia ahí, yy no solo eschocho todo sino que lo vio, penso que no me habia dado cyuenta, sino al mirarla de reojo, si que ella se de cuenta que la ví, puede constatar su rostro de exitación

Pero eso es otra historia, si quieren saberla pidamela a luz_delcielo@hotmail.com