La madrastra infiel, sorprendida en la regadera

En segundos, cuatro manos recorrían mi cuerpo, sentía como me apretaban las piernas y sus dedos se metían entre mis nalgas, -despacio muchachos, Pero ninguno de los dos cesaba, sus manos saltaban de mis piernas a mí trasero y después subían hasta mis pechos y me los apretujaban fuertemente,

Cuando desperté mi esposo ya se había ido a su partido sabatino de fútbol, y la verdad no tenía intenciones de levantarme, pero la mañana estaba tan calurosa que decidí darme un baño, me levanté y segundos después ya estaba bajo el chorro de agua y la verdad que por unos instantes me olvide del exterior, hasta que de pronto la puerta del baño se abrió y entraron mis dos hijastros, Esteban y Alfredo, y ambos venían ya completamente desnudos,

-chicos, su padre puede llegar en cualquier momento,

Alfredo tomo la palabra y me dijo,

-no te preocupes Gabriela, el no llegara hasta más tarde,

Esteban por su parte y sin decirme nada, se acomodo detrás de mí y me sujeto por la cintura empujándome hacia la pared,

-espera Esteban, tranquilo,

pero el claro, no hizo caso alguno a mi suplica y tomo el jabón y comenzó a pasarlo por mi cuerpo, yo sabía lo que ambos deseaban ya qué no era la primera vez que me sorprendían así, Alfredo por su parte se paró a mi lado y también comenzó a manosearme mientras le decía a su hermano,

-Esteban, no olvides tallarle bien sus nalgas,

-claro que no, tú encárgate de su espalda,

En segundos, cuatro manos recorrían mi cuerpo, sentía como me apretaban las piernas y sus dedos se metían entre mis nalgas,

-despacio muchachos,

Pero ninguno de los dos cesaba, sus manos saltaban de mis piernas a mí trasero y después subían hasta mis pechos y me los apretujaban fuertemente, mis dos hijastros estaban imparables y sabía que solo se iban a detener si me dejaba hacer lo que ellos deseaban,

-esta bien muchachos, pero háganlo despacio y rápido,

En ese momento sentí como Alfredo me sujetaba por el cuello y me llevaba hasta el mueble del lavabo y me reclinaba sobre de el, dejándome completamente expuesta, y en ese momento Alfredo me dijo,

-bueno Gabriela, si tú así lo deseas,

Alfredo sujeto mis caderas y me las levanto un poco, en ese momento yo intenté apoyar mis manos sobre el mueble del lavabo, pero estaba tan mojado que se me resbalaron quedando con mi trasero aún más expuesto,

-tranquila Gabriela, solo separa las piernas,

Intenté acomodarme pero me era bastante difícil y comencé a sentir la verga de Alfredo meterse entre mis piernas y de un segundo a otro de un empujón me penetró, sentí cómo su enorme pedazo de carne entraba en mi, lo tenía caliente y bastante duro, trate de apoyar mis piernas para no caer, pero en ese momento Alfredo comenzó a moverse y prácticamente lo único que me sostenía era su verga moviéndose dentro de mi,

-despacio muchacho,

-callate Gabriela y déjame terminar,

Alfredo era el más arrebatado de los dos, no le importaba si yo gozaba a él solo le importaba saciar sus instintos, sus caderas comenzaron a impactarse fuertemente en mis nalgas mientras me sujetaba las caderas,

-ya Alfredo despacio, que me caigo,

Pero mis súplicas no le importaron sus embestidas eran tan duras que prácticamente me levantaban del suelo dejándome más expuesta, mire sobre mi hombro buscando a Esteban y me di cuenta que el estaba bajo la regadera agitando su miembro mientras miraba la morbosa escena, Alfredo continuó con sus embestidas, sentía como su verga crecía más y más dentro de mi, la tenía tan grande y dura que era como si tuviera un pedazo de madera caliente bombeando mi vagina,

-un poco más Gabriela...un poco más,

sabía que no iba a tardar en venirse así que solo me quedé quieta y a los pocos minutos sujeto mis caderas fuertemente y sentí como su verga palpitaba dentro de mi e instantes después sentí como sus fluidos inundaban mi vagina, había terminado y lo había echo dentro de mi,

-ya Alfredo salte, que me voy a caer,

Sin más Alfredo me soltó, pero sabía que aún faltaba Esteban, así que aproveche para tratar de acomodarme y prepararme para ser penetrada de nuevo, pero en eso estaba cuando Esteban se acomodo tras de mi y puso sus manos sobre mis nalgas, a diferencia de su hermano, el no me sujeto las caderas, solo separó mis nalgas y segundos después sentí como sus dedos acariciaban mi orificio anal,

-relájate Gabriela, déjame ponerte un poco de espuma en tu culo,

Sus dedos comenzaron a hacer presión en mi esfínter, y después sentí como su verga comenzaba a entrar en mí,

-espera Esteban, despacio,

Pero al igual que su hermano, Esteban comenzó a empujar su pelvis provocándome bastante dolor,

-ahyyy... despacio Esteban,

-si Gabriela como tú digas,

por la forma en que Esteban me contestó, sabía que no me iba a hacer caso, así que aproveche para sujetarme del mueble del lavabo y espere a que su verga entrara por completo,

-que culo tan apretado tienes, se ve que mi padre no lo usa muy seguido...jajajaja

El tenía razón, su padre era muy conservador y solo practicaba algunas posiciones con el, cuando Esteban estuvo completamente dentro de mi se quedó quieto unos instantes y comenzó a moverse lentamente, su verga no salía de mi esfínter, solo se movía de un lado a otro provocándome bastante dolor,

-no Esteban así no, me estás lastimando,

-no pasa nada Gabriela, mi padre no se dará cuenta de que tu culo está más ancho...jajajajaja

La verga de Esteban prácticamente me estaba rompiendo el culo, sentía como se movía dentro de mí y me desgarraba tremendamente,

-yaaaa...sacaalooo...por favor,

pero el solo continuaba moviendo si cuerpo de un lado a otro, su verga palpitaba y se ponía más y más dura, era casi imposible para mí quedarme quieta,

-siii...Gabriela...así...

Me era imposible quedarme quieta, el dolor era tal que me obligaba a mover mis caderas, pero eso solo aumentaba el placer de Esteban, sentía que mi esfínter estaba a punto de reventar, mientras que el solo gemía y se reía

-jajaja...yaaa...arghhh...siii...Gabriela...así...mueve un poco más...jajajaja,

Mis piernas se doblaban, mientras que yo solo trataba de sostenerme, hasta que después de algunos minutos, sentí como su semen inundaba mi orificio anal,

-siii....argghhh....que bien, apretado y caliente...jajajaja,

Esteban empujó su pelvis un par de veces más y después se salió, cuando me sentí liberada rápidamente me enderece, sentía mis piernas temblar, así que solo me recargue en el mueble del lavabo y les reclamé,

-son unos salvajes, ahora salgan de la regadera,

Ambos chicos rieron y salieron del cuarto de baño, me puse bajo el chorro de agua y comencé a enjuagarme, cuando salí del baño, los dos se habían marchado, me puse ropa cómoda y el resto del día la pasé en la sala viendo el televisor y cuando mi esposo llegó aún me dolía mi trasero, pero el claro ni por enterado,

continuara...