La madrastra

Una joven novia, en la rutina del día a día, recibe las llamadas de un desconocido que despiertan en ella emociones encontradas y la llevan al mundo de la masturbación, hasta que su hijastro descubre sus secretos.

- LA MADRASTRA

Un día mas como cualquier otro día en este ultimo año, mi novio José se iba al trabajo, y como solíamos hacer  nos estábamos despidiendo en el rellano de la casa cuando su hijo, ósea mi hijastro Carlos paso a nuestro lado sin decirnos nada.

A pesar de que ya llevaba más de un año viviendo con ellos el chaval no estaba de acuerdo con que su padre rehiciese su vida, seguramente pensaba que yo quería sustituir a su madre que por desgracia había fallecido hace más de tres años por un cáncer.

El caso es que le hacía imposible la vida a su padre y a mi parecía ignorarme como si no estuviese allí.

José: “Carlos saluda a tu madre”

El hijo al abrir la verja nos miro, pude ver en su mirada una expresión de desprecio y desdén, desde luego no le gustaba que su padre le dijese que yo era su madre.

Carlos: “Esa mujer no es mi madre”

A mi novio, ósea su padre se le llevaban los demonios que su hijo no aceptase sus decisiones, aunque reconozco que José era bastante duro con él.

José:”Maldito muchacho, ven ahora mismo y despídete como una persona adulta”

Pero Carlos no se inmuto, siguió su camino, iba a la universidad era su primer año y a pesar que había insistido a su padre en marcharse de la ciudad este se había negado en redondo.

Yo:”José tranquilo, déjalo no pasa nada es un muchacho y son todos así, están en esa época”

José:” ¿Estás segura? Eso espero que solo sea la edad””Pero ya ha pasado más de un año desde que viniste y no veo que las cosas mejoren con Carlos” “¿Hasta cuándo va durar?”

Yo:”Dale su tiempo es normal, y a mí no me importa, lo entiendo tiene que ser muy duro para el”

José: “uff cariño no sabes la suerte que tengo contigo, ahora me tengo que ir qué sino voy a llegar tarde al trabajo, espero que tengas razón y no te afecte esta situación”

Después  de esto nos dimos un beso como despedida y ahí me quede contemplando como mi amor una vez más se iba  a su trabajo, me encantaba ese hombre no solo era alto y atractivo, además era muy atento conmigo, sin embargo cuando lo veía marchar con su coche al trabajo todos los días, una rara sensación me embargaba, y era la sensación de soledad, ya que a pesar de que nos llevábamos genial José trabajaba lejos y se quedaba a comer en el trabajo por lo que hasta media tarde casi la noche no volvíamos a coincidir y a mí la casa y la soledad se me hacia eterna, mas desde que Carlos también se pasaba todo el día en la universidad, me sentía muy sola.

Aunque para la gente de la calle e incluso los vecinos parecíamos una pareja normal y feliz he de reconocer que guardaba un secreto, no todo era color de rosa, y una vez cerraba la puerta de la casa esta parecía una losa para mí, la soledad me estaba matando, y estar tan lejos de mi familia y amigos no me lo hacía más fácil.

En eso estaba cuando sonó el teléfono de la casa, ya hacia unos días que recibía unas llamadas misteriosas justo cuando José salía de casa, al principio pensé que sería algún vecino o crio gastándome una broma por lo que le seguí la corriente, pero poco a poco esas llamadas fueron siendo más serias mas intimas y sinceramente hacían que el día se me pasase de forma más rápida.

Siendo sincera conmigo mismo esperaba ansiosa esa llamada diaria, y después de eso me hacia mis películas de cómo sería la persona que me llamaba y pensándolo me mojaba, tenía mis fantasías sexuales pensando en esa persona, incluso algún día cuando estaba con José me imaginaba que era el desconocido que me llamaba quien me estaba haciendo el amor.

Como todos los días, descolgué.

Yo:”Buenos días, ¿quién es?”

Desconocido: “Buenos días señora”

Efectivamente era mi desconocido, solo oír esa voz grave me hacia mojarme entera, sin embargo me hice la mujer decente, tampoco quería que pensase que era una cualquiera.

Yo:”Por favor, ya vale ya está bien déjeme en paz” “Soy una mujer casada”

Desconocido:”Señora cuantas veces se lo hizo usted anoche con su marido””Cuantas veces se corrió”

Yo: “Esta broma ya empieza a resultar pesada y a cansarme”

Desconocido:”Si tuviera el placer de conocerme y ser yo quien estuviese con usted estaría toda la noche follandola, haciendo llegar al orgasmo una y otra vez”

No sé porque seguía al teléfono ni mucho menos porque me mojaba de esas maneras, seria sus formas, su voz o simplemente el dejarme llevar pero lo cierto es que a pesar de parecerme un maleducado y un cerdo no podía colgarle y todos los días le acababa siguiendo el juego a ese salido.

Sin embargo hoy ese desconocido me hizo estremecer con sus comentarios.

Desconocido: “Debe estar muy aburrida usted sola en esa enorme casa,”

Desconocido:” Y es una pena que un hombre de mediana edad no pueda satisfacer a una mujer tan hermosa y joven como usted”

Acaso ese desconocido, ¿Me conocía? Y lo peor de todo ¿Sabia donde vivía?

Yo: ¿Quién es usted? ¿Déjeme en paz? Por favor no insista.

Desconocido:”Es usted tan hermosa, incluso cuando se enfada””estoy seguro que todos sus vecinos no dejan de masturbarse pensando en usted””Uff solo con pensar en ese culito, ver como lo mueve de forma tan sensual y provocativo cuando sale a tirar la basura” “Quien en su sano juicio no querría culearla”

No sé porque pero esas palabras hacían volar mi imaginación, y me imaginaba como un hombre potente, musculoso y con un gran miembro me follaba analmente sin compasión, y pensando eso me vi toda mojada y tocándome por encima de la ropa, rozando mi clítoris ya excitado en ese momento, hasta que decidí dar por terminada la llamada de hoy.

Desconocido:”Lo que daría por verla arrodillada a mis pies mientras cañonazos de semen chocan en su bonita cara”

Yo:”Basta ya” “Por favor ya vale” “Si llama de nuevo no me quedara más remedio que avisar a la policía”

Tras colgar y después de recomponerme un poco, decidí dedicarme a las labores de la casa y me puse a fregar los platos de la noche.

Hasta que nuevamente comenzó a sonar el teléfono, no había duda que ese desconocido era persistente y no pensaba dejarlo.

Yo.: Por favor ya vale, si sigue insistiendo llamare a la policía”

José:” ¿Cariño pasa algo?”

Mierda era José, gracias a dios estuve rápida y pareció no darse cuenta de nada.

Yo:” O perdona José pensé que eran otra vez esos comerciales tan cansos que te quieren vender de todo” “¿Pasa algo?”

José: “No no nada, solo te llamaba para decirte que hoy iré a cenar con un colega, echan un partido de futbol y hace mucho que no lo veo…”

Genial otro día mas que estaré sola, la verdad es que no me hacia ni pizca de gracia pero no le dije nada, no solía salir por ahí con los amigos así que para una vez que se marchaba..

Tras colgar me paso por la cabeza comentarle a José el tema de las llamadas misteriosas del desconocido, pero como hacerlo sin que sonara raro o cuando menos extraño, y sobre todo como decírselo.

Fueron pasando los días y las llamadas se fueron sucediendo, una de las noches cuando terminamos de tener sexo estuve a punto de contárselo todo a José pero este se encontraba cansado y lo aplazo para el día siguiente así que no le pude decir nada.

Al día siguiente estábamos desayunando José y yo cuando apareció Carlos, ya estaba vestido y como siempre con un aire de indiferencia se despidió de su padre, este como casi siempre le reprendió y le pidió que se despidiese de mí (como su madre).

La reacción de Carlos nos cogió por sorpresa ya que sin volverse y casi en un susurro.

Carlos: “Adiós…. Mama”

José y yo nos quedamos mirando, no dábamos crédito, parecía que por fin Carlos comenzaba a aceptarme, eso me puso muy contenta aunque no supe reaccionar.

José: “Parece que tenias razón y solo era cuestión de tiempo””Empieza a aceptarte y no sabes lo feliz que me hace””Al final os acabareis llevando genial”

Yo:”Eso espero”

José: “Seguro eres una buena novia y mejor mujer, ya lo veras””Bueno cariño me voy”

Otra vez la misma sensación de soledad y de vacío, cada vez lo llevaba peor, otra vez mas un día normal, en la que mi única distracción eran las labores de la casa.

Y como cualquier otro día, el teléfono volvió a sonar, al oírlo sabía que era él, mi desconocido, mis emociones encontradas luchaban en mi interior por imponerse, no lo podía entender, me consideraba una buena esposa y una gran mujer, pero ese juego empezaba a afectarme, podía sentir como esa llamada era lo único que esperaba con ansias todos los días, lo que me hacía sentirme viva, expectante a lo que se le ocurría al desconocido, me gustaba oírlo y estaba intrigada en saber quién era, al principio comenzó como un juego, pero últimamente me sorprendía a mi misma fantaseando con todo lo que decía que me haría y en cierta medida deseaba que me lo hiciera, pero hacérselo ver me hacía sentirme mal como si estuviese engañando a mi novio, y con todas esas sensaciones agolpándose en mi cabeza volví a coger como todos los días el teléfono.

Yo:” ¿SI?

Desconocido: “Buenos días señora”

Yo:”Otra vez usted””Ya vale deje de llamarme esto no tiene gracia”

Desconocido:”Por favor no cuelgue, simplemente la llamaba para decirle que le he dejado un detalle en la puerta de su casa para usted””Estoy seguro que le gustara”

No daba crédito a lo que estaba oyendo ¿ese pervertido sabia donde vivía? Un escalofrió me recorrió todo el cuerpo y colgué.

Tras un primer momento de pánico, una sensación de curiosidad se apoderaba de mi, estaba intrigada, sentía curiosidad por ver qué era lo que me había dejado en la puerta, y como estaba tan seguro ese desconocido de que me fuese a gustar.

Mientras todas esas cuestiones se arremolinaban en mi cabeza me vi dirigiéndome hacia la puerta de forma autómata, sin dejar de fantasear en cómo sería mi desconocido, lo imaginaba joven con potentes brazos…. No me lo podía creer nuevamente me sentía mojada y excitada, sentía como mis mejillas se sonrojaban por pensar así pero no podía evitarlo.

Cuando abrí la puerta vi que había una caja, no sabía lo que era pero estaba envuelta en papel regalo, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo al pensar que efectivamente ese cerdo sabia donde vivía, ¡Me conocía¡ eso me preocupo cogí la caja y mire a mi alrededor para comprobar si había alguien observando, pero no vi a nadie, cuando me metí en casa fui hasta el salón, me senté en el sofá y deje la caja en la mesita, estuve un rato observándola, sin saber que hacer, mi cabeza iba a mil por hora, sentía curiosidad por ver lo que habría en esa caja, pero por otro lado no dejaba de darle vueltas al hecho de que el desconocido me conocía y sabia donde vivía, hasta ahora había sido un juego pero este regalo…

Al cabo de un rato decidí abrirlo, y me quede de piedra, ni por lo más remoto podría imaginar el regalo que ese desconocido me había echo, ya que dentro de la caja había un consolador con forma de pene de un tamaño considerable con una caja de condones y varios botes de lubricante.

Al verlo mis ojos se abrieron como platos, me pareció un detalle muy feo, que se había pensado ese capullo.

Lo cierto es que nunca había usado un aparato de esos, lo cogí de forma nerviosa y lo observe atentamente, joder parecía una polla de verdad, pero esto no podía seguir así, tenía que pararlo, que haría si José o Carlos encontrasen este juguetito qué pensarían de mí, y lo peor de todo que les diría.

Justo en ese momento comenzó a sonar nuevamente el teléfono, sabía que era él, tenía que parar todo esto, ya no tenía gracia, se estaba pasando de la raya, el miedo era mayor que la curiosidad.

Yo: “Si dígame”

Desconocido: “¿Te ha gustado?” “¿Ya lo has usado?”

Yo:”No le consiento que me hable así”” ¿Con quien se cree que está hablando?” “Quien tocaría esa cosa”

Desconocido: “Vaya ósea que sabe para qué sirve..””¿No le habré interrumpido su sesión?””Estoy seguro que acabara amando su nuevo juguete”

Yo:”Ya vale, pare” “Le voy a colgar y nunca más le cogeré, esto ya no tiene gracia”

Desconocido:”Venga eso no es cierto, usted disfruta tanto o más que yo””Sino porque me coge todos y cada uno de los días””No se haga la víctima””No es ninguna mojigata”

Desconocido:”Venga la ayudare” “Abra la caja”

No sé porque pero no pude colgarle, y de manera hipnótica abrí esa maldita caja nuevamente, cogí esa polla de plástico, realmente era más grande que la de José tanto en tamaño como en grosor, vi que en la base tenía un pequeño interruptor que accione, provocando que esa polla de plástico vibrase y emitiese un ruidito que el desconocido pudo oír.

Desconocido:”Vaya, veo que ya sabe cómo funciona, muy bien, ahora abra bien las piernas e introdúzcaselo suavemente”

Tras un momento de duda, rechace de pleno esa idea, ¡Que se había creído ese desconocido¡

Yo: “Pare” “Ya vale”

Y colgué, tras un segundo me di cuenta que mi respiración estaba acelerada, y en mi mano seguía el dichoso juguetito, con él en la mano me levante rápidamente y mire por la ventana para comprobar que nadie estuviese fisgoneando, quería comprobar que ese desconocido no estaba viéndome.

Tras comprobarlo nuevamente sentía su vibración en mi mano, y me lo quede mirando un rato hasta que decidí apagarlo y guardarlo en buen recaudo.

Tenía que terminar con este juego, ya no tenía gracia, por lo que por la noche después de cenar decidí que tenía que contarle todo a José, pero como decírselo, que pensaría, para colmo José no me lo ponía nada fácil, estos últimos días venia a casa bastante cansado del trabajo y solo pensaba en cenar y meterse en la cama.

Ya en la cama con José soplando como un campeón mi cabeza no dejaba de darle vueltas, ese desconocido conseguía que me encendiese, saberme deseada por otro hombre, pensar que me cogía por detrás y me follaba me hacia mojarme entera, pero también me hacía sentirme mal y sucia por mis pensamientos.

Tampoco ayudaba mucho el hecho de que José  y yo ya hacía tiempo que no follabamos, el estaba bastante cansado y centrado en su trabajo y la rutina estaba acabando conmigo, así que ahí estaba con mi novio en la misma cama pero casi de forma natural y sin darme cuenta una de mis manos estaba en mi entrepierna rozando ese clítoris hinchado provocándome unos dulces espasmos mientras con la otra me aferraba a uno de mis pechos y me pellizcaba el pezón y me mordía uno de los labios para evitar ser oída, mientras recordaba el juguetito que me habían regalado esta misma mañana, y pensaba en cómo sería mi desconocido.

Al día siguiente cuando todos se habían marchado y nuevamente estaba yo sola en casa con mis labores, volví a recordar el juguete y no sé porque me dirigí hasta donde lo había guardado, justo cuando tenía la caja entre mis manos volvió a sonar el teléfono, debido al susto que me lleve se me callo la caja quedando el juguetito a la vista.

Yo:” ¿Si?

Al otro lado de la línea nadie respondió, solo se oía respirar a otra persona, sabía que era él, mi desconocido.

Yo:” ¿Es usted otra vez? “De verdad déjeme en paz” “Voy a llamar a la policía esto es acoso”

Desconocido: “Espere no cuelgue””esta será mi última llamada si usted me hace un favor”

Yo:”Que favor”

Desconocido:” ¿Qué le parece si probamos el nuevo juguete?”

La verdad es que esa solicitud me dejo de piedra, pero instintivamente mire al susodicho juguetito que en ese momento estaba frente a mí en el suelo.

Yo:” ¿Qué?, ¿Pero con quien se cree que está hablando?”

Desconocido:”¡Venga no me diga que no siente curiosidad¡” “Deme el placer de oírla gemir de placer””Saber que mi regalo ha sido utilizado y ha satisfecho sus necesidades”

Yo:”Usted es un pervertido, un enfermo”” ¿Con quien se cree que está hablando?”

Desconocido:”Solo se lo voy a proponer una vez más, si lo hace dejare de llamarla””Lo prometo””Venga señora divirtámonos un rato””No le hará daño a nadie ni usted ni yo”

Un tenso silencio se hizo, no sé porque pero no podía dejar de mirar el juguete, ¿acaso pensaba hacerlo? El desconocido no decía nada, era como si supiese lo que estaba pensando, simplemente me dejase tiempo para que la idea geminase en mi cabeza.

Yo:”Si por un casual lo hiciese ¿usted promete que dejara de llamarme?”

Y mientras le preguntaba esto, yo ya tenía entre mis manos el juguete y lo contemplaba como si en cualquier momento fuese a hablarme, no daba crédito como podía estar planteándome el usar esa cosa y dejar que un desconocido lo oyese por la otra línea.

Desconocido:”Enciéndalo, y déjeme oír el zumbido”

No daba crédito como sabia ese desconocido, que lo tenía en la mano, mire instintivamente hacia la ventana pero lógicamente no había nadie, habrá sido casualidad, el caso que el desconocido seguía animándome, se le veía excitado y eso me excitaba.

Le di al interruptor para que lo oyese y me fui directa al sofá.

Desconocido: “eso es, que delicia de zumbido, venga abra las piernas, levántese la falda y abra bien las piernas”

No podía dejar de ver como se movía esa polla de plástico en mis manos y como sentía que me humedecía a cada palabra del desconocido, mi respiración se aceleraba mi corazón iba desbocado.

Yo:”En serio si hago esto, esta será la última llamada ¿Verdad?”

Desconocido:”Lo prometo” “Pero comience”

No daba crédito a lo que estaba haciendo me sentía fatal, pero me levante la falda hasta la cintura cogí mis bragas,  me llamo la atención lo humedecidas que estaban y las baje hasta mis tobillos.

Desconocido:”Venga utilice el dildo… juegue, páselo por sus labios””Déjese llevar”

Ahí estaba yo, con un completo desconocido animándome y diciéndome lo que tenía que hacer, mientras estaba abierta de piernas en el sillón, pasándome un plástico por mis labios vaginales, hasta que una de esas vibraciones toco mi clítoris, una sacudida erizo todos y cada uno de mis vellos, me deje llevar, puse el manos libres para poder oír lo que me decía el desconocido y comencé a introducirme ese pollón de plástico mientras yo gemía y chillaba como una loca.

Ese aparato me estaba haciendo ver las estrellas, la situación era súper morbosa y excitante, estaba empapada como nunca, saber que un desconocido estaba al otro lado oyéndome como me masturbaba con un juguete era indescriptible.

No sé realmente porque lo hacía pero sentía la necesidad de describirle todo lo que sentía y hacia a ese desconocido, que a su vez no dejaba de preguntarme que sentía o hacia.

Ese desconocido no dejaba de decirme cosas obscenas, parecía que estuviese allí conmigo, en pocos momentos estaba tumbada en el sofá completamente desnuda pasando mi lengua por uno de mis pezones y me introducía esa polla de plástico hasta lo más profundo de mis entrañas, mientras me imaginaba que en lugar de introducirme ese plástico que me estaba haciendo ver las estrellas era penetrada por ese desconocido.

Me imaginaba que el desconocido me pedía que le chupase la polla, me dominaba y yo me dejaba hacer, hasta que al cabo de un rato me corrí como nunca antes lo había hecho, incluso llegue a pensar que me había meado ante la gran cantidad de flujo que había salido.

Dios mío el placer era indescriptible, necesitaba relajarme, que liberación, que placer, todo mi cuerpo vibraba, lo peor de todo es que no había puesto nada en el sofá y lo había pringado con mis fluidos.

La verdad es que había sido maravillosa una experiencia única y aunque se suponía que con esto todo acabaría, aun no sé porque dije esas palabras.

Yo:”Ha sido maravilloso… ¿Volverás a llamarme?”

El desconocido no contesto, y colgó, pero efectivamente siguió llamando, comenzamos un juego peligroso pero excitante a partes iguales, conforme fueron pasando los días recibí varios juguetes, que fui utilizando cada vez que me llamaba, daba igual el lugar, en la cocina, el cuarto de estar, las habitaciones o el baño, ese desconocido me había arrancado mas orgasmos que cualquiera de mis novios reales, me sentía febril de sexo, sentía que cada vez necesitaba más, nunca antes me había masturbado y ahora no había día que no lo hiciese ya fuera para el desconocido, con los juguetes o con mis dedos, no había día que no necesitase tocarme, estaba claro que algo en mi estaba cambiando.

Pasaron los días y mi marido seguía sin tocarme, mis ganas aumentaban y para colmo mi desconocido parecía haberse cansado de llamarme, así que cogí y me busque varios videos porno que comencé a visualizar con los juguetes que me había regalado mi desconocido, ese día me llegue a correr tres o cuatro veces, sin embargo mi cuerpo me pedía más, ¿A caso sería ninfómana?

En varias ocasiones me vi mirando el teléfono esperando a que mi desconocido me llamase, pero esta llamada no se producía.

Un día como otro cualquiera mi marido venia tarde de trabajar nada raro, hasta que llamaron al timbre de casa, entonces me encontré con mi marido en un estado lamentable de embriaguez sujetado por un compañero de trabajo, mi marido no sabía ni donde estaba, se le trababa la voz y lo que decía era ininteligible, pero pude entender como alababa lo hermosas y ricas que estaban las mujeres con las que parecían haber estado, mientras se colgaba del cuello de su compañero, que enrojecía mientras oía a mi marido.

Yo no daba crédito el estado lamentable de mi marido sin poder mantener el equilibrio y hablando de las fulanas con las que parecía haber estado, mientras su compañero aguantaba estoicamente hasta que mi marido al intentar entrar en casa se resbalo y cayó al suelo, entre su compañero y yo lo levantamos, cuando parecía que mi marido estaba erguido y estable, su compañero se excuso y desapareció de casa como alma que lleva el diablo.

Yo no podía con el cuerpo casi inerte de mi marido, por lo que di varios chillos con la esperanza de que Carlos me oyese y me ayudase.

Carlos:” ¿Qué pasa?”

Yo:”Ayúdame por favor no puedo yo sola”

Cuando Carlos llego hasta donde estábamos se quedo inmóvil un momento contemplando la situación, sin saber cómo reaccionar.

Nuestras miradas se cruzaron, yo estaba muy agobiada casi le estaba suplicando que me ayudase solo con la mirada.

Carlos:”Tranquila mama, no te preocupes yo cojo a papa, anda vete a darte un baño y relájate”

Y diciendo esto Carlos cogió a su padre por los brazos y se lo echo encima para llevarlo a la habitación, lo desvistió y lo metió en la cama.

Mi cabeza era un volcán de ideas y sensaciones encontradas, como podía ser tan ingenua, mi marido se iba de putas mientras yo me quedaba sola en casa, hice caso a Carlos y me fui a dar un baño, lo necesitaba quería relajarme y pensar fríamente la situación.

Sin embargo, para mi sorpresa mientras me daba una reconfortante ducha comencé a tocarme, primero mis pechos hasta que sentí como se endurecían mis pezones, para después pasarme varios dedos por mi clítoris, no me lo podia creer, mi marido no me tocaba pero se iba de putas, como podía tenerme tan desatendida y pagaba por algo que ya tenía en casa, así pues me vi pensando en su compañero de trabajo, me imagine que me tocaba los pechos y me hacia suya mientras mi marido estaba frente a nosotros sin perder detalle y masturbándose frenéticamente.

Una vez que me corrí, me sentía mal, no podía entender como podía pensar de esa forma, de manera tan obscena, ahora estaba relajada pero mis sentimientos se mezclaban, me sentía dolida, despreciada por mi marido, desatendida y cachonda perdida, tocándome a cada oportunidad que tenia, mientras el muy cabron estaba con otras.

Después de una ducha reconfortante decidí irme a la habitación de invitados, no me apetecía acostarme con mi marido y a juzgar por el estado que tenia tampoco parecía que se enterase de mucho ni le importase.

Por la noche no dejaba de darle vueltas a todo lo sucedido no solo hoy sino estos últimos días, no podía dormir, así que decidí levantarme a la cocina para beber un vaso de agua y ver si con un poco de suerte podía aclarar mis ideas.

Cuando estaba por el pasillo camino a la cocina vi que en el baño había luz, pensaba que la había apagado, pero en fin tal y como tenía la cabeza hoy cualquier cosa, sin embargo cuando la iba apagar oí unos ruidos bastante extraños que provenían del interior del baño, la puerta estaba entreabierta, y cuando mire vi en su interior que Carlos se estaba masturbando dentro, me quede helada, y para colmo estaba usando mi ropa interior, tenía mis bragas usadas en una de sus manos y se la llevaba a la nariz mientras con el sujetador se lo frotaba con su erecta polla mientras se masturbaba.

La verdad es que el chaval gastaba una buena herramienta y yo no podía evitar mirarla fijamente.

No sabía qué hacer, o cómo reaccionar, vale que no era su madre biológica y estaba claro que el me veía como una mujer, cosa que me halagaba pero que podía hacer.

La verdad que verlo masturbarse de forma tan frenética mientras olisqueaba y chupaba mi ropa interior hizo que me estremeciese y me imaginase a Carlos haciéndome suya, mi cabeza iba a mil, no daba crédito como podía pensar esas cosas, era mi hijastro, el hijo de mi marido, y estaba confusa no era con el primer hombre que fantaseaba ese mismo día, ¿Acaso estaba enferma? Como podía tener esos pensamientos, y lo peor de todo sin darme cuenta mientras observaba como se tocaba Carlos yo también estaba tocándome y podía sentir como me humedecía.

Hasta que vi como se corría en mi ropa interior, salí disparada de allí con todo el cuidado del mundo, hasta la habitación, no quería que me viese y me descubriese.

Cuando oí como entraba en su habitación, espere un rato prudencial y salí de nuevo, fui directa al baño, cogí mi ropa interior, estaba pringosa y llena de semen, no sabía cómo podía abordar este tema, como hacerlo sin que resultase violento.

Ahí estaba sobando mi ropa interior pringosa y llena de semen, nuevamente sentía como se humedecía mi entrepierna recordando todo lo ocurrido, con las manos pringosas del semen de Carlos comencé a restregarlo por mis pechos, como podía ser tan cerda, yo misma me estaba sorprendiendo con mi actitud, o acaso estaba descubriendo mi verdadero yo..

Al día siguiente mi marido con un fuerte dolor de cabeza se marcho a trabajar sin dar ningún tipo de explicación sobre lo sucedido la noche anterior, aunque reconozco que estaba dolida, reconozco que agradecí que se marchara.

Sin embargo distinto fue cuando bajo Carlos, sentí como mis mejillas se enrojecían, no podía mirarlo como antes, Por el contrario, el estaba más efusivo, me despidió con dos besos en la mejilla de manera tierna y me animo quitándole importancia a lo de anoche con su padre.

Era la primera vez que se mostraba así conmigo y eso me agrado pero en mi cabeza solo tenía las imágenes de Carlos masturbándose mientras jugueteaba con mi ropa interior.

Ya sola en casa, cogí mis juguetes que para mi ahora eran indispensables a pesar de que nunca antes los había utilizado, pero fue el mejor regalo que me podían haber hecho nunca, la pena que el que me los regalo fuese un desconocido que parecía haberse cansado de mi..

Justo cuando estaba imaginándome con la polla erecta de Carlos entre mis manos me metí un consolador por el culo y el otro por la vagina y lo accione, ahí estaba tumbada en el sofá completamente abierta de piernas mientras me masturbaba cuando sonó el teléfono, estuve a punto de no cogerlo, pero lo cogí con la esperanza de que fuese mi desconocido.

Yo:”Si dígame”

Desconocido:”Cuanto tiempo señora” “¿Me ha echado mucho de menos?”

Yo:”Es usted…”

Desconocido:”Es un placer oírla mientras utiliza mi regalo...””Me encantaría oírla gemir”

Yo:”Si pero al final sola…”

Desconocido:” ¿Acaso le gustaría más conmigo?”

Yo:”si…”

Desconocido:”Vamos que eres una zorra, una sucia ramera a la que le gusta que la follen como se merece”

Yo:”si... Solo pensarlo me mojo toda””si en lugar de usar esto pudiese sentir tu polla en mi interior seria lo mas”

La verdad es que la excitación me hacia evadirme, me estaba dejando llevar, no podía creer las palabras que salían de mi boca.

Desconocido:”Me pregunto qué pensaría su marido e hijo sobre esto”

Yo:” Por favor no meta a mi hijo en esto”

Desconocido:”Vaya, vaya que pasa que pensar en su hijo la pone más caliente ¿No es así?”

Desconocido:” ¿Acaso se imagina ser follada por su hijo?”

No sabía porque el desconocido insistía con lo de mi hijo pero lo cierto era que a mí me encendía más, imaginaba que en lugar de tener esas pollas de plástico en mi interior era la polla grande y venosa de Carlos la que estaba en su lugar. Pero me fastidiaba reconocérselo a mi desconocido.

Yo:”Por favor, vale ya “”Deje a mi hijo a un lado”

Desconocido:”Se imagina si su hijo la viese ahora mismo ¿con esos dos juguetes en lo más profundo de su interior?”

Sentía que estaba a punto de un orgasmo bestial quería centrarme en eso, le di a máxima potencia al consolador deje el teléfono a un lado, mientras con ambas manos me introducía los juguetes, pero cada vez que me preguntaba por Carlos hacia que me cortase el rollo no me sentía cómoda del todo.

Yo:”Por favor ya vale déjeme disfrutar del momento”

Desconocido:”NO sin antes contestarme, ¿Está pensando ahora mismo en su hijo?” “¿Se toca pensando en él? “Sea sincera le gusta su hijo ¿se lo haría con él?”

Justo en ese momento sentí venirme, sentía un placer y un orgasmo descomunal mientras respondía a ese mamón que hacia sacarme lo peor de mi.

Yo:”Siiiiiiii cabron siiiiii me encanta pensar que es Carlos quien me penetra y no estos putos plásticos”

Justo en ese momento Carlos entra en el cuarto de estar.

Carlos:”Mama ya estoy en casa”

Yo me gire hacia la puerta, no sabía que decir, ahí estaba yo, completamente abierta de piernas con un par de consoladores en cada orificio y un empapado sofá por mis fluidos fruto de un intenso orgasmo que me había dejado temblando, mientras Carlos estaba frente a mí con la mirada clavada en mi cuerpo, yo no sé porque pero miro hacia abajo y veo como un bulto se marca groseramente en la entrepierna de Carlos que esta inmóvil contemplando la escena.

Carlos estaba alucinado mirándome, intentando comprender que es lo que estaba pasando cuando vi que se acercaba hacia mí.

Yo me sentía sucia y avergonzada, intente cubrirme mis pechos y mi vagina, a pesar de que los vibradores seguían dentro de mí y se podía oír claramente el ruidito del consolador, era una situación muy violenta.

Yo:”Por favor Carlos, no vengas, no mires…” “No está bien”

Carlos:”Madre, con quien estás hablando, y porque estás haciendo esto”

Yo;”No estoy hablando con nadie y cogiendo el móvil lo colgué, y si hago esto es porque tu padre pasa de mí y para colmo mira como llega a casa…”

La verdad es que no sabía porque le estaba diciendo eso, y como escusa era lamentable pero que podía decirle, no se me había ocurrido nada mas, estaba bloqueada.

Vi como poco a poco Carlos se acercaba hasta mí, se sentó en un lado del sofá y coloco una mano en mi muslo desnudo.

Carlos:”Mama, si papa no te atiende como te mereces y se va de putas yo puedo cubrir tus necesidades”

Yo:”Carlos ¿Estás loco?” “Esto no está bien soy tu madre”

Carlos:”Eso no es cierto y yo te quiero..”

Mientras decía esto sentía como su mano subía lentamente por mi muslo

Yo:”Y tu padre, ¿No estaría bien?””No podemos hacerle eso”

Carlos se acerco aun más para susurrarme al oído.

Carlos:”Mama papi no tiene porque enterarse y si él no quiere satisfacerte yo siempre estaría disponible y todo quedaría en casa”

El hecho de que me susurrase al oído hizo que me estremeciese, pero sentir su cuerpo contra el mío, notar como su perfume impregnaba mis fosas nasales me hacían perder el control, para su edad era un verdadero galán muy diestro en las artes seductoras, aparte de atractivo y con una buena herramienta que en estos momentos sentía rozar en uno de mis muslos.

Carlos:”No te preocupes por mi padre, el no lo hace por ti””Escúchame”

Y mientras decía esto sentía como se colocaba de manera diestra tras de mí y una de sus manos se posaba en mi cadera y la otra en mi cintura muy cerca de uno de mis pechos.

Carlos:”Mas que a mi escucha a tu cuerpo…””Déjate llevar, no haremos nada que no quieras que hagamos” “Sera nuestro secreto”

Cogió uno de los juguetes que aun tenía en mi interior y comenzó a moverlo, yo cerré los ojos, sentía como una lágrima corría por mi mejilla, pero me deje llevar, no podía comprender como me estaba dejando llevar, lo había deseado y fantaseado, pero nunca pensé que se hiciese realidad.

Carlos:”Venga mama, quiero verte jugar con ellos, no te cortes”

Yo sin decir nada abrí mis piernas lentamente mientras llevaba una de mis manos a mi entrepierna para meter y sacar mis juguetes, sentía su mirada clavada en mi, en un principio no me atrevía ni a mirarlo, me sentía sucia, avergonzada, pero poco a poco me fui masturbando de manera más rápida, sin importarme que me estuviese mirando, es más me descubrí mirándolo fijamente a los ojos, como retándolo, el permanecía impasible de pie observando cómo su mami se masturbaba, era una situación embarazosa, pero de lo mas morbosa.

Hasta que Carlos decidió coger los juguetes para ser él quien los manipulase a su antojo, una cosa era masturbarme yo y otra bien distinta que fuera otra persona la que me estuviese masturbando, así que ahí estaba yo abierta de piernas con mi hijastro entre ellas introduciéndome dos consoladores, uno en cada orificio mientras yo me agitaba sintiendo como un nuevo e intenso orgasmo estaba a punto de venir.

La verdad es que tuve un orgasmo espectacular, mis fluidos manaban como una fuente, no podía controlarlo, los espasmos eran brutales, sentía como mis piernas flojeaban y de no ser porque estaba en el sofá dudo que me hubiesen aguando de pie, todo esto mientras Carlos observaba fijamente todo lo sucedido, pero cuando pensé que no podía disfrutar más, Carlos comenzó a jugar con mi clítoris con su lengua, cada roce de su lengua era como una descarga de placer que manaba desde mi entrepierna hasta la nuca provocando que todo mi vello se erizase, mientras hacía esto sentía como esas grandes manos cubrían y amasaban mis pechos, pellizcando mis duros pezones e incluso estirándolos, no sé si existirá el paraíso, pero en ese momento yo estaba en el.

No me lo podía creer, nuevamente me corría simplemente con su lengua, mi clítoris estaba henchido de deseo, toda mi vagina estaba sensible y cada roce era un autentico placer.

Pero la cosa no quedo ahí, cuando vio que me corría que mis flujos bañaban su cara, el no dejaba de sorberlo como pretendiendo beberse lo que parecía un dulce manjar para él, para después introducirme un par de dedos en mi vagina y masturbarme con una fuerza y velocidad endiabladamente deliciosa, con un movimiento rápido y diestro me puso a cuatro patas sobre el sofá y mientras seguía introduciéndome dos dedos en mi encharcada vagina comenzó a darme dulces lametazos en mi orificio trasero, este muchacho me estaba matando, matando de placer, y no parecía tener fin, hasta que llegue a un nuevo orgasmo que me dejo desmadejada y boqueando, sin fuerzas para moverme, Carlos ya no era mi hijastro ahora era mi amante, mi gurú sexual.

Pero claro mientras yo ya me habia corrido tres o cuatro veces el estaba con un calentón del diez, así que se saco la polla de sus pantalones, completamente dura y erecta, la verdad es que verla tan cerca daba respeto, tenía unas buenas dimensiones, el cogió una de mis manos y la poso sobre su verga, casi no podía cerrar la mano y no cubría mucho de esa enorme barra de carne, podía sentir como desprendía calor y como de su glande manaba una baba blanquecina y viscosa.

Cogí a Carlos lo senté en el sofá y me coloque encima suyo, comencé a frotarme mi húmeda vagina con su duro miembro, quería que sintiese mi humedad, varias veces su polla se perdía entre mis labios vaginales pero sin llegar a introducirla, la sensación era brutal, el cogió mis pechos y comenzó a amasarlos y a chuparlos, mordisqueaba mis pezones, me sentía cachonda y muy zorra, este chaval sabia como tocar a una mujer, así que decidí no demorarlo más y cogí su polla para orientarla hacia mi vagina y me deje caer suavemente sobre ella, debido a lo lubricada que estaba fue muy fácil, podía sentir como esa polla me llenaba, como se abría paso en mis entrañas, mientras el introducía uno de sus dedos en mi orificio trasero.

Debido a su excitación apenas bote sobre su barra de carne dos o tres veces cuando me aviso que se corría por lo que salte para evitar que se corriese en mi interior, me arrodille frente a él, quedando su polla congestionada frente a mi cara y le ofrecí mis pechos para que me echase toda su carga de semen, la primera andanada fue directa a la cara y la segunda a mis labios, y el resto a mis pechos, el chaval venia cargado y se estaba vaciando a gusto mientras yo me lo restregaba por mis pechos dejándolos brillantes.

Tras esto nos recompusimos las ropas ya era tarde y su padre podía volver en cualquier momento, ¿pero que ocurriría a partir de ahora? Y hasta donde abría escuchado el desconocido de todo lo que había pasado…

En función de la aceptación de dicho relato seguiremos con otra secuela, se aceptan ideas.

Espero que lo disfruten.