La madame II

Alicia cumple lo prometido y después de mamármela follamos como dos enfermos. Cuando acabamos Alicia me dice que mi tía está loca por que me la folle. Mi tía entra en la cocina provocándome y me voy a visitarla en su cuarto. Echamos el mejor polvo de mi vida y después me ofreció su culo. Me lo cogí.

Mi primer encuentro con Alicia fue devastador. Quien no haya estado en la cama con una mujer caribeña nunca podrá saber de qué le hablo.

Las cubanas son por definición mujeres promiscuas y no lo digo como una crítica, sino como una alabanza. No tienen esos prejuicios tan extendidos en España de que antes de llevarse un hombre a la cama tienen que estar enamoradas y eso requiere tiempo y esfuerzo por parte del hombre.

En Cuba, el mismo día que conoces a una mujer, sin galanteos, sin pérdidas de tiempo inútiles, si le gustas vas a acabar en su cama con toda seguridad. Para las cubanas el sexo es una forma de conseguir placer, y punto. Cero involucración emocional.

La primera tarea que Alicia abordó fue hacerme una mamada. Tendido boca arriba vi como ella se colocaba entre mis muslos y echaba mano de mi herramienta. Antes de metérsela en la boca se lamió la mano con parsimonia para acto seguido pasarla repetidamente por mi verga.

Con una mano sostenía mi polla y con la otra, tan pronto se dedicaba a acariciarme el capullo como se afanaba en  jugar con mis huevos.

Cuando lo consideró oportuno, de un viaje se metió mi verga, no en la boca, sino en la garganta. No tengo una polla muy larga pero si es gruesa y cabezona lo cual no supuso ninguna dificultad para Alicia. Al segundo siguiente mis huevos estaba chochando con su barbilla.

En ese momento empezó su verdadera exhibición. La boca de Alicia más que una boca era una aspiradora industrial. Yo pude ver como en cada chupetón sus mejillas se hundían mientras yo sentía que se iba la vida. Tuve la sensación de que me verga estaba creciendo aunque cuando se la metió en la boca yo pensaba que estaba todo lo gorda que podía estar.

Chupó y chupó como si quisiera arrancármela mientras me acariciaba  los testículos. Mi poca experiencia me hizo pensar que el que Alicia me la mamara era cien veces mejor que el mejor polvo de mi vida.

Poco tardé en ponerme incandescente y ella lo notó:

- Ya estas con ganas de venirte, de verter toda tu lechita en mi boca, pero te vas a esperar un poco que yo también quiero venirme contigo, mi amor.

Se dio la vuelta, se puso encima de mi y me ofreció su chocho para que yo también le diera placer.

Como yo ya sabía tenía el chocho inundado, un fluido blanquecino brotaba de su sexo y caía sobre mi cara. Disfruté de su sabor, sabía a mujer, a frutas maduras, a calentura, a sexo.

Alicia paró un momento para decirme:

- Cuando sienta que te viene tu lechita me voy a sacar tu verga para que te vengas en mi boca y yo disfrute de su sabor. Si me la das sin que me saque tu verga no voy a saber a que sabe. Y quiero saborearla antes de tragármela.

Seguimos todavía aun rato en el que yo trabajé con mi lengua las zonas más intimas de la muchacha, pasé mi lengua desde su clítoris, a lo largo de su llaga hasta alcanzar su culo. Recreándome en su entrada posterior con mi lengua penetrando en ella cuanto podía. Me dio satisfacción comprobar como Alicia me correspondía con unos bufidos que me demostraban su placer, no solo eso, paró de su tarea un momento para decirme:

- Dame lengua en el jopo, papito, ya me meterás ahí toda tu verga pero ahora dame lengua que me da mucha nota, me estás poniendo muy cachonda.

Sería por mi esfuerzo o por su naturaleza lo cierto es que su coño aumentó su caudal y yo me lo bebí mientras sentía venir mi orgasmo. Simultáneamente noté que el ano que yo estaba chupeteando de estar duro y cerrado pasó a estar suave y abierto, tuve en ese momento la seguridad que si atacaba con mi polla iba a entrar como un cuchillo caliente en mantequilla.

Cuando le avisé de que no podía esperar más, que me iba a correr sentí como ella se sacaba mi verga del fondo de su garganta para pasar a lamer mi prepucio.

Me corrí como una bestia sintiendo que la vida se me iba con mi avalancha de semen y cuando solté la primera descarga Alicia aflojó sus piernas y se espatarró hasta aplastar su coño contra mi cara.

- Sigue dándome lengua que el comerme tu lechita me tiene muy caliente pero aún no me he venido, sigue dándome lengua en mi cuca y en mi culo, méteme un dedo en mi culo , un dedo, un dedo, sigue por dios, sigue que siento que me vengo, me vengo……

Se corrió con dos o tres convulsiones, el orgasmo de Alicia llegó acompañado de otro borbotón de sus jugos que yo saboree. Un sabor que no olvidaré en toda mi vida.

- Tienes una verga muy rica y me ha gustado mucho comerme tu lechita, mijito. Y te la he puesto dura como un fierro. ¿Te ha gustado mi juguito?

- Me ha vuelto loco mi amor, y me has hecho correrme muy rico.

- Ya te avisé de que soy muy puta y muy folladora. Muy pocas mujeres cuando se corren sueltan ese juguito que me sale a mi.

Ya tendidos boca arriba me propuse sacarle información sobre mi tía.

- ¿Por qué me has dicho que mi tía quiere acostarse conmigo?

- Esas cosas las sabemos las mujeres, no se la razón pero estoy seguro de que la tienes cachonda perdida, otra cosa es que te deje porque eres su sobrino. Pero puedes estar seguro de que si no fueras su sobrino ya te habría llevado a su cama. La señora es muy morbosa y muy folladora.

- ¿Tu y ella habéis jugueteado alguna vez?

- Después de bañarse alguna vez me llama para que le de crema por todo el cuerpo, lo hace cuando está caliente, se tiende en su cama y me manda que no deje ningún rincón de su cuerpo sin crema hidratante. En realidad es todo una excusa para que yo le acaricie entera, yo se que la pongo cachonda porque alguna vez no se ha podido resistir y me ha correspondido metiendo su mano entre mis muslos y haciéndome una pajita.Hace unos meses se hizo la depilación laser. Estuvo unos días escocida y esos días tuve ración doble de crema. Tiene un tatuaje pequeñito que solo se ve cuando abre los muslos, es un búho pequeñito que solo han podido ver los que se la hayan comido el coño. Y en el culo casi tapado por sus nalgas tiene otro, un letrero en chino. Cuando le pregunté si significaba algo y me dijo:

Significa : Puerta secreta. Y solo lo pueden ver cuando me pongo en cuatro y me espatarro muy bien espatarrada. Muy pocos lo han visto y muy nadie sabe lo que significa. Ya he visto que tu también tienes un tatuaje en el hombro.

- Si, es un nudo celta. Lo llevamos todos los de mi equipo

- Ah se me olvidaba, a la señora en el Excélsior nadie le llama Isabel, todo el mundo la llama Lady.

- Alicia, ¿tu me ayudarías a que me follara a mi tía? Cuando llegué a esta casa me fijé en ti, no te voy a negar que me propuse echarte un polvo, a mi tía no la tenía en mente, pero cuando empezó a venir medio en pelota a la cocina y a provocarme, me dio una especie de fiebre y ahora estoy loco por follármela.

- Eres un jovencito muy vicioso. Te ayudaré si tu me ayudes a que me lleve al club, pero por las noches cuando tu tía esté fuera podremos seguir culeando.

- Si seguiremos follando tu y yo, pero me tengo que follar a mi tía. Como tienes confianza con ella pregúntale si yo le gusto, o mejor si le gustaría que yo me metiera una noche en su cuarto.

-La semana que viene va a tener usted una oportunidad, en el Excélsior se celebra la noche veneciana. Todos van disfrazados y con máscara. Podrías ir y follartela con la cara tapada, eso si ella te acepta.

La mañana siguiente fue un poco más de lo mismo pero en una dosis más alta. Mi tía apareció en la cocina en otro picardías, esta vez negro pero igual o más de transparente. La espalda estaba completamente al aire dejando ver el principio de la raja de su culo. Para que no se le abriera tenía que llevar abrochada un sujeción en la espalda, como si fuera la parte de atrás de un sujetador.

Entró en la cocina lentamente, recreándose en la maniobra. Su mirada era de provocación, de: mira todo lo que quieras que para eso te lo he puesto en el escaparate. Hasta un ciego se habría percatado de que iba sin bragas.

Cuando llegó a mi lado, con la voz de una gata en celo me dijo:

- Sobrino me tienes que ayudar, este camisón tiene un cierre por detrás que yo no puedo abrochar, y si no lo cierro se me cae por los hombros y me quedo en cueros, ciérralo tu por favor.

Se puso de espaldas a mi y la escasez de tela en la espalda me dejó ver su cintura y por debajo de ella sus caderas y hasta su culo.

Me quedé un momento paralizado y mi tía los aprovechó.

- Que te pasa, nunca has visto la espalda de una mujer.

Acercando mi boca a su oído, le susurré:

- No te estoy viendo la espalda, te estoy viendo todo tu culo y me encanta. Tienes un culo precioso.

- Eres un zalamero pero te doy la razón tengo un culo estupendo, y no es lo mejor que tengo.

Cerré el broche y a riesgo de recibir una bofetada llevé mis manos a sus caderas, las sopesé y desde ahí con toda lentitud fui descendiendo hasta llegar a la parte inferior de su culo, como si quisiera tomar a peso sus nalgas. Mi tía no movió un musculo, y así , con una nalga en cada mano volví a acercar mis labios a su oído.

- Este camisón es precioso, se te transparentan las tetas, me gusta así, incompleto.

- Cómo incompleto.

- No lleva bragas.

- Si la lleva. Que distraída soy, se me ha olvidado ponérmelas, es que me he vestido a toda prisa.

Lo dijo como si llevara encima media docena de prendas y poniendo voz de sorpresa.

Tiré de su cuerpo hacia mi hasta que mi polla se apoyó en su culo y la reacción de Isabel fue regañarme.

- Eres un jovencito muy travieso, se lo voy a decir a tu madre.

Llegando hasta adonde había llegado, envidé otra vez.

- Si no fueras quien eres, este culo ya me lo habría comido.

- Eres un provocador. Sepárate y deja de jugar que estoy muy cansada, esta noche hemos tenido mucho ajetreo.

Acabado el desayuno las dos mujeres se fueron de la cocina, mi tía a descansar y Alicia a ayudarla yo que se a qué.

Con mi tía ya durmiendo Alicia me informó de la situación.

- Me ha pedido que la diera un poco de crema y sin yo preguntarle nada me ha dicho: Que cachonda me pone mi sobrino, y que travieso es, yo se que le tengo caliente, si llega a seguir con sus manos en mi culo un rato más me espatarro para él en la cocina, menos mal que no me ha tocado el coño, si me lo toca me desmayo.Es verdad que estaba cachonda porque me ha pedido que la tocara, estaba inundada y se ha corrido nada más empezar a acariciarla. Vete ahora mismo a su cuarto y sin decir palabra, súbete encima de ella y fóllatela. Ya ha hecho todo lo que podía para tentarte o qué quieres que venga en pelota a la cocina y te lo pida. A mi me costó menos echarte un polvo.

Había pensado yo esperar a la fiesta de disfraces pero la conversación con Alicia y la provocación de mi tía me hicieron cambiar de opinión, me levanté, le di un beso a Alicia y me fui a la habitación de mi tía.

El cuarto estaba en penumbra, me acerqué a la cama, me quité el pijama y me metí debajo de las sabanas. Mi tía o dormía o fingía hacerlo.

Un segundo después había retirado la sabana que nos cubría a los dos. Ella estaba echada boca arriba.

Me relamí como un gato frente a un plato de leche, la postura me dejaba ver sus tetas, su vientre y su sexo que tenía el aspecto del de una niña de diez o doce años.

Empecé por enfocarme en sus tetas. Unas tetas grandes, con aspecto de pesadas con los pezones comprimidos, duros, erectos. Debido a la postura las tetas se le desparramaban hacia los lados. Luego pensé que si tenía los pezones duros como dos piedras o bien estaba soñando o bien me estaba esperando.

Ya había quemado mis naves al entrar en su cuarto por lo que decidí no perder el tiempo. Lo primero que hice fue acariciar sus tetas, con delicadeza pero con la suficiente fuerza como para despertarla. Alicia no dio señales de vida y yo seguí a lo mío. Lo siguiente fue empezar a chupetear el pezón que me caía más cerca. Tendido al lado de mi tía disfruté de su pezón mientras me arrimaba a su lado hasta que mi verga chocó con su muslo.

La voz de Isabel me sacó de mi tarea.

- Estás loco por follarme así que déjate de jueguecitos y móntame. Estos días he dejado el pestillo sin echar para que vinieras a mi cama. Me tienes muy cachonda.

- Estoy loco por follarte pero antes de meterme en ti tengo muchas cosas que hacer, lo primero que quiero que hagas es encender la luz, quiero ver tu cuerpo desnudo y comerme lo que me apetezca antes de follarte.

Encendió la luz mientras se colocaba con los brazos y las piernas abiertas como si la fueran a crucificar.

- Mira todo lo que quieras y cómete lo que más te provoque, pero méteme ya tu verga que estoy ardiendo.

Con mi tía en pelota a mi lado, además de disfrutar del espectáculo mi mente empezó a procesar información.

Mi madre declara 45 años, voy a dar el dato por bueno, me ha dicho que me tuvo a los 23. Mi tía Isabel es 3 años más joven que mi madre, luego delante de mi tenía el cuerpo de una mujer de 42 años.

Ahora que ha pasado mucho tiempo y que tengo más experiencia, puedo decir sin miedo a equivocarme que todos los que sueñan con veinteañeras, tengan la edad que tengan, son unos imbéciles y sobre todo unos ignorantes. Una mujer está en sazón cuando pasa de los cuarenta, ni un minuto antes.

Mi tía era un espectáculo, ya la había visto desnuda pero en porciones, ahora la tenía delante en cinemascope, entera, completa. Su cuerpo tenía las proporciones justas, unos kilos más la harían parecer gorda y unos pocos menos le quitarían la sensación de plenitud.

Isabel de cara guardaba un parecido enorme con mi madre. La misma piel morena, los mismos ojos verdes y una boca grande de labios carnosos. El cuello fino y largo y por debajo de él un par de tetas soberbias, no digo enormes, digo perfectas, grandes, y que debido a la postura se aplastaban por su propio peso y se extendían hacia los lados, señal inequívoca de que eran naturales. La areola pequeña, en esos momentos mínima porque los pezones estaban erectos y habían cogido el tamaño de un cacahuete. Al tacto estaban duros como un diamante.

El vientre le hacía un pequeño escudo que se estrechaba en la cintura para volver a coger dimensión y una anchura generosa al llegar a las caderas, y en el centro su monte de Venus que hacía honor a su nombre porque realmente era un pequeño monte que se erguía por encima de su vientre.

El coño, que ella mantenía abierto para que yo lo viera, tenía una vulva grande, hinchada, y entre sus labios me dejaba ver, escondidos, unos labios rosados sin una sola arruga, el coño de una adolescente. Y dominándolo todo un capuchón como una falange de mi dedo entre cuyos pliegues pude ver su clítoris. Un clítoris del tamaño de un garbanzo. Todo en ella era hermoso, grande y duro.

De ahí para abajo unos muslos fuertes, potentes, sin rastro de celulitis y al tacto duros como dos piedras.

Si cuando estemos follando me rodea con ellos y aprieta me va a matar, pensé.

Si tuviera que definir a mi tía con una sola palabra, esa palabra sería hermosa. Una mujer en sazón capaz de volver loco a quien ella quisiera, no me extrañó que tuviera tanto éxito en su negocio.

Mientras yo inspeccionaba sus carnes la respiración de Isabel era jadeante, señal inequívoca de que estaba caliente como una perra.

Una vez concluida mi inspección visual empecé por comerme sus tetas mientras mi mano, lentamente, como recreándome en la jugada, descendía por su vientre hasta alcanzar su chocho.

Mientras yo hacía ese recorrido ella me cogió la polla con las dos manos.

- Sobrino, llevo unos días loca porque me folles, si hubiera sabido que tienes esta herramienta te habría violado nada más llegar. Que polla tan rica. Es del tamaño justo que a mi me gusta, grande, gorda y cabezona y sobre todo dura. Las pollas enormes no me dan el placer que yo necesito porque casi nunca se ponen duras de verdad. Métemela ya, cariño.

Mis dedos empezaron a jugar con el rincón más intimo de Isabel.

Empecé pasando mi dedo corazón a lo largo de su raja y comprobé que estaba húmeda y caliente. Decía la verdad cuando me confesó que estaba hirviendo. Después de jugar un rato con su clítoris y la entrada de su vagina seguí me recorrido y alcance a acariciar su culo. Los jugos que estaba produciendo habían resbalado y su culo estaba tan húmedo como su coño.

Mi siguiente operación, y no me costó ningún trabajo, fue meterle mi dedo corazón hasta el fondo en su culo, Isabel me correspondió con un gemido.

En esa postura el mollete de mi pulgar se apoyaba contra su clítoris.

Empecé a acariciar el interior de su culo y su clítoris, mi intención era hacer que se corriera antes de meterme en ella.

Su reacción fue hablarme entre gemidos.

- Como me gusta lo que me estas haciendo, tu dedo en mi culo me vuelve loca, hace un momento quería que me follaras, ahora quiero que me sigas dando dedo hasta que me corra, sigue, sigue que me estás volviendo loca. Para ser tan joven eres un guarro y me encanta. Creía yo que tan pronto te metieras en mi cama me ibas a montar, es lo que hacen los jovencitos, pero tu eres un cerdo que sabe como poner a una mujer a mil antes de follártela. Méteme otro dedo en el culo, otro dedo, por dios.

Le hice caso y seguí en mi tarea, comiéndole las tetas y haciéndole una paja que no iba a terminar sin conseguir que se corriera.

- Cuando sientas que te vas a correr quiero que me lo digas.

- Si sigues dándome tanto gusto pronto lo vas a saber, me tienes muy arriba y ya siento que me voy a venir.

Me esforcé en mi tarea y unos momentos después de me dijo:

- Siento que me vengo, sigue, sigue haciéndome lo que me haces, sigue en mi culo y en mi coño, sigue por dios que me estoy empezando a venir, me está viniendo, me esta viniendo, me corro mi vida, me corro, me estoy corriendo muy duro, muy duro, me estas matando canalla.

Lo siguiente fue un grito gutural que me pareció que salía de los más profundo de su cuerpo.

En ese momento saqué mi mano de sus huecos y de una sola estocada le metí la polla hasta lo más profundo de su vagina.

Mi maniobra debió sorprenderla porque me la premió con un grito.

- Me la metes cuando todavía me estoy corriendo, eres un sátiro que no respeta nada. Me tienes el coño lleno, dame polla duro, rómpeme el chocho a pollazos que es lo que estaba deseando. Cógeme por las nalgas y dame todo lo duro que puedas. Y échame toda tu leche que no me vas a preñar, échamela toda, lléname el coño con tu leche.

Le di todo lo fuerte que pude y estuve dándole un rato largo con la sensación de que el mundo se paraba, me sentía feliz dominando a una hembra como mi tía, tenía la sensación de que la tenía a mi disposición cuando sentí una nueva oleada de placer alcanzarme, lo sentí venir en mi vientre, recorrió mi cuerpo y acabó por explotar en mi cabeza.

- Me voy a correr, no puedo seguir dándote polla porque me voy a correr.

- Dame un poco más y sobre todo no me la saques cuando te corras que yo me quiero volver a correr contigo.

Sentí que la vida se me iba mientras eyaculaba y ella también lo notó.

- Me estás dando tu leche, la noto entrando en mi, me vas a hacer venirme otra vez, sigue dándome que yo también me voy a venir, ya me estoy viniendo, ya me estoy viniendo otra vez.

Y de nuevo cuando alcanzó su orgasmo lanzó un gemido largo que se debió oír en un kilometro a la redonda.

Me desplomé sobre su cuerpo y en ese momento la besé por primera vez. Muchos años después supe que un beso después de un polvo vale más que cien antes, pero en aquel momento yo obré por instinto.

Isabel me dio su lengua y estuvimos un buen rato con nuestras bocas enganchadas. Tan pronto como las separamos me habló.

- Estaba loca por que vinieras a mi cama, que te ha pasado, no te gusto

- Yo he sufrido algo parecido, te vi con uno de tus picardías y pensé lo rico que sería follar contigo pero también pensé que eras algo inalcanzable para mi. Nunca había deseado tanto a una mujer y el polvo ha sido el mejor de mi vida. Eres una mujer hecha para follar.

- Yo te explico tu calentura, de repente has reconocido en mi a tu madre, la has visto desnuda y los monstruos de tu cerebro se han puesto en marcha y entonces te ha entrado la obsesión.

- Yo nunca he deseado a mi madre y menos como te deseo a ti.

- Piénsalo ahora, te follarías a tu madre.

-  No se me pasa por la cabeza. Que monstruosidad.

- No te engañes, no vas a parar hasta que te folles a tu madre, ya verás que cuando vuelvas a tu casa la vas a ver con otros ojos, la vas a ver como una hembra ajena, que te vuelve loco y a la que te tienes que follar si o si. Y te digo más, vas a tardar poco en meterte en su cama, o ella en la tuya. Cuando te la estés follando acuérdate de lo que te digo.

- Estás locas, eso no va a pasar. Te tengo que estar pesando, me voy a bajar de ti.

- No cariño, me gusta tenerte así, además pesan los maridos pero no pesan los amantes y tu mi marido no eres. Pensaba yo que no te habías metido en mi cama porque te estabas follando a Alicia pero por la descarga que me has echado creo que estaba confundida.

- No me la he follado, te he tenido a ti en mi cabeza desde que te vi en la cocina.

-  Pues ella es muy guapa y tiene un cuerpo muy bonito, además es mucho más joven que yo. ¿No te gusta?

- Si, me parece muy bonita pero no la puedo comparar contigo. No cambio este cuerpo por el de ninguna joven de mundo.

- Por como hablas y por como follas parecería que tienes toda la experiencia del mundo, ¿ Con cuantas mujeres has estado?

- Solo con dos y un pocas de veces con cada una.

- Eso solo tiene una explicación, tienes nuestros genes y has nacido para follar.

( En aquel momento no entendí su frase, ahora se a que se refería y creo que tenía toda la razón )

Mientras jugaba con su mano con mis cabellos, con mi cara descansando sobre sus tetas me dijo:

- Descansa un rato mi amor, descansa antes de volver a metérmela.

- No se si voy a poder echarte otro polvo.

- Yo si lo se, dentro de un rato vas a volver a querer follarme y te digo más, te va a dar capricho de cogerte mi culo.

- Y tu ¿me lo vas a dar?. Nunca lo he probado, pero me encanta la idea de tenerte delante de mi a cuatro patas con su culo a mi disposición. Voy a sentir que soy tu dueño y tu mi esclava.

- Cuando una mujer acepta a un hombre en su cama y le niega su culo es una mala amante y una estúpida. Si, mi vida, si quieres mi culo te lo voy a dar, es más en este momento te diré que cuando te sientas con fuerza quiero que me la metas en el culo. Ahora descansa y recupérate que todavía oigo los latidos de tu corazón.

Lo cierto es que me quedé dormido, no se cuando tiempo, si se que soñé que estaba en mi casa y la que aparecía con un camisón transparente era mi madre, cuando la vi llegar me levanté, le subí el camisón y apoyada en la mesa de la cocina, conmigo detrás de ella sujetándole las tetas, follamos como dos enfermos.

- Alguna cochinada debías estar pensando porque he visto como tu polla empezaba a crecer hasta ponérsete así. ¿ Qué estaba pensando?

Me dio vergüenza decirle la verdad.

- Te tenía en cuatro patas y me estaba cogiendo tu culo. Me ha excitado ver tus nalgas abiertas a mi disposición y tus tetas bamboleándose. Y tu chillabas de gusto.

- Eso no era un sueño, era una profecía.

Se fue hasta el borde de la cama y se puso a cuatro patas con su culo apuntándome a mi.

- Mira como te ofrezco mi culo, así en pompa para que lo profanes y lo disfrutes. Dime la verdad, has tenido para ti en toda tu vida un culo como este.

- No Isabel, ni lo he tenido ni lo he visto, tienes un culo precioso, grande y duro como una piedra, contesté mientras los palpaba .

Mi tía se abrió los cachetes para darme una visión completa de su ano y tan pronto lo vi lancé mi lengua sobre él.

- Que te comas mi culo me gusta mucho, si lo haces por facilitar el meterme tu polla ya te digo que no hace ninguna falta, mi culo según siente una buena verga en el umbral de su entrada se abre y con alegría deja pasar al visitante. Pero dame lengua que me da mucho gusto.

Mientras yo enterraba mi cara entre sus nalgas mi tía de estar en cuatro pasó a estar en tres y su mano libre la dedicó a acariciar su sexo.

Yo disfrute jugando con su ano, ahora pasando mi lengua a lo largo, ahora perforando su entrada con la punta de mi lengua. Isabel, no se si como consecuencia de sus esfuerzos o de los míos empezó a resoplar y a gemir.

- Aaah, que gusto me estás dando, aaaah y que buen polvo me has echado, me he corrido como una perra, y ahora me estás subiendo muy deprisa, ya estaba cachonda pero ahora estoy ardiendo, dame lengua y cuando tu desees méteme toda esa verga cabezona en todo mi jopo.

Entendí que ya estaba deseando ser penetrada y cumplí su deseo. Acerqué mi prepucio a su entrada y era verdad lo que me había dicho, tan pronto apoyé mi verga en su ano, como si hubiera dicho abracadabra, su culo le abrió y sin el menor esfuerzo me metí en ella hasta que mis testículos chocaron contra sus carnes.

- Que gorda la siento mi amor, y que dura la tienes, la siento muy adentro y tengo la sensación de que cuando empieces a follarme me la vas a sacar por la boca. Dame polla, no te estés quieto, rómpeme el culo a pollazos, no tengas piedad que cuanto más fuerte me des, mas gusto tendré yo. Tener una buena polla metida en mi culo muchas veces me da más gusto que follar.

Su confesión fue como la corneta del 7º de caballería. Ataqué con todas mis fuerzas, me salí de ella hasta que mi capullo lo tenía preso por su entrada y desde ahí, apretando los riñones me lance hasta clavársela hasta el fondo. Repetí la operación varias veces y escuché la reacción de mi tía.

- Eres un animal, siento cuando casi me la sacas y cuando me la empotras de golpe, me estas reventando el culo pero me estas matando de gusto.

Mientras yo profanaba su huequito ella se seguía tocando porque en algún momento se olvidaba de su coño y le dedicaba atención a mis testículos.

Sería por la novedad, sería porque acababa de descargar, lo cierto es que aunque estaba gozando como una bestia no sentía ganas de correrme, estuve más de la cuenta follándome a mi tía. La tenía a mi disposición, entregada, espatarrada para facilitarme la tarea, con sus nalgas temblando cada vez que yo embestía, mientras sus tetas se bamboleaban con cada empellón.

Al cabo de un rato de coyunda Isabel me avisó de que se iba a correr, en este caso concreto su expresión fue: me voy a correr como una puta, me corro, me corro, me estoy corriendo pero tu sigue que me estas dando mucho gusto. Qué bien follas canalla. Sigue, sigue.

Y yo seguí.

Ni un minuto había pasado cuando mi tía me avisó de que se volvía a correr. En esta ocasión lo que me confirmó su orgasmo fue que en un momento su piernas se aflojaron y todo su cuerpo tuvo un temblor mientras ella soltaba un gemido que yo ya conocía.

- Lléname la barriga con tu leche, desocúpate en mi culo, dámelo todo que quiero sentir como te viertes en mi , córrete, córrete ya que me quiero venir cuando sienta tu leche entrando en mi. Cógeme las tetas, cógemelas duro.

Fueron sus palabras o fuera lo que fuera, una oleada de placer recorrió mi cuerpo y sentí que me venía. Como soy un caballero avisé.

- Me voy a correr, me voy a correr, siento que me vengo y que te lo voy a dar todo, voy a llenar tu barriga con toda mi leche, ahí va mi amor, ahí te la estoy dando toda.

En el momento que me descargaba en ella no se porque le di un azote con todas mis ganas en las nalgas.

- Me gusta que me des azotes, me pone mucho. Siento tu leche entrando en mi, siento cada borbotón de tu polla y estoy a punto de volverme a correr contigo, dame otro azote y sigue dándome polla, sigue dándome duro que me voy a volver a correr,  ya me estoy corriendo, ya me estoy corriendo, que corrida tan fuerte, que rico, que polvo tan rico.

Cuando supe de su orgasmo me incorporé, eché mi vista hacia abajo para disfrutar de ver mi polla enterrada en el culo de Isabel, y lo vi, junto a su ano, un tatuaje del tamaño de un sello de correos con caracteres chinos. Volví a recostarme sobre ella con mis manos sujetándole las tetas. De pronto tuve una inspiración, imité a los leones que cuando están follando le dan una dentellada en la nuca a la leona, me lancé sobre su nuca y la mordí, no fue un mordisquito cariñoso, fue una dentellada en toda regla que Isabel recibió con un berrido de placer.

- Me pones cachonda hasta cuando hemos acabado de follar, eres un sátiro.

Cambié de postura después de darle un azote de despedida y me tendí en la cama con la sensación de que no podría moverme ni para recibir una herencia. Mi tía me había dejado destrozado, pero feliz.

- Follas demasiado bien para lo joven que eres, tu me has mentido, tu has follado con muchas mujeres.

- Que más hubiera querido yo, solo he follado lo que te he dicho. Y si lo comparo con lo que acabamos de hacer no he follado hasta hoy.

- Pues querido, con lo que me has hecho a mi hoy te auguro un futuro esplendido, cuando se hayan acabado tus días aquí vas a ser el mejor follador de España. Me voy a encargar personalmente de ello. Ah se me olvidaba, ni se te ocurra follarte a Alicia, en esta casa el único chocho que hay es el mío. Y ahora déjame descansar que esta noche tengo mucho trabajo.

Estuve en su cama hasta estar seguro de que de verdad estaba dormida, entonces me levanté y salí de su cuarto.

Me fui a mi habitación y al segundo entró Alicia.

- No hace falta que me digas nada, te la has follado, la he oído gritar. Estaba loca por que se la metieras. Ahora tengo una tristeza, si te ha gustado más tu tía que yo a mi no me vas a hacer caso y yo quiero que sigamos culeando tu y yo.

- Me ha encantado follármela pero te prometo que cuando mi tía se vaya de casa, cada noche me vas a tener a tu disposición.

CONTINUARÁ