La madam y su abuelo

Soy la dueña de una casa de putas, y amante del sexo y esta es mi historia.

Hoy es mi cumpleaños 50 y que mejor manera de celebrarlo que contar mi historia, la historia de la madam mas famosa de la ciudad, y amante del sexo.

Me quede huérfana a los cinco años, y a pesar de que madre había dispuesto en su testamento que si algo pasaba con ella yo debería de quedarme con mi vecina, mis abuelos maternos hicieron hasta lo imposible para que mi custodia quedara en sus manos. A pesar de tener solo cinco años recuerdo muy bien el cambio en mi vida, llegué a una casa donde prácticamente me convertí en la criada a pesar de mi edad, pero así transcurrí muchos años más, no fui a la escuela porque mi abuela era maestra retirada y se encargo de mi educación desde casa, y fue muy buena si debo decirlo.

En realidad, mi historia empieza al cumplir los trece, unas semanas antes de mi cumpleaños tuve mi primer periodo, y mi abuelo con una sonrisa medio de lado me dijo que desde ese momento todo cambiaria para mí.

El día de mi cumpleaños fue el mejor y el peor de mi vida, recuerdo a mi abuela prepararme un pastel y lo disfrute, al terminar la cena y mi pastel mi abuela me explico que desde ese día ella se encargaría de bañarme, cosa que no entendí hasta años después, ese día preparo mi baño y se aseguro que yo estuviera perfectamente limpia, incluyo mi depilación etc.

Cuando fui a la cama me dijo que desde ese día dormiría sin ropa interior, lo que no me pareció mal porque la odiaba, aunque no sabía que así empezaría mi tortura.

A media noche se apareció mi abuelo, estaba medio ebrio y solo entro a la habitación y me dijo que el verificaría algo en mi todas las noches desde ese día, me levanto mi camisón que para entonces seguían siendo de niña, y completamente desnuda me vio de arriba abajo, palpo mis pechos como midiéndolos con los huecos de sus manos, luego hizo lo mismo con mi vagina, respiro profundo y me ordeno que me tumbara en la cama, abrió mis piernas y metió su rostro hasta dejar su nariz completamente unida en mi pequeña raja, luego de sentir mis aromas deslizo suavemente su lengua provocándome un estremecimiento que hasta ese momento no lo conocía, mi abuelo empezó a lamerme primero despacio de abajo hacia arriba para terminar haciendo círculos en mi clítoris, yo temblaba de placer, cosa que no sabía que existía hasta ese día pero que estaba disfrutando a morir.

Yo empecé a tener la respiración medio agitada y él al observar que estaba disfrutando su lengua dentro de mí, el inmediatamente se alejó, dejándome con la sensación de que hacia falta algo más, aunque para entonces no supe que era.

Mi abuelo continúo haciendo lo mismo cada vez que se le daba la gana, y cada vez mi sensación de querer mas era mas y más, pero mi abuelo siempre supo como dejarme con los deseos muy a pesar de su erección que pronto pude verla.

Continua...