La Lujuria de Mi Madrastra

Sus ojos siempre me observaban a mí; ella me desea como yo a ella.

Capítulo 1: Su Mirada Ardiente

Ahí estaba ella en su fiesta rodeada de todos, con esa sonrisa que siempre desprecio, y que engañaba a todos. Mi padre, no, el mundo entero estaba cegado por su físico, por esa falsa imagen, pero en el fondo yo sabía la clase de persona que es. La odio, o eso es lo que quiero creer. Es una usurpadora, se aprovecho de nuestra amabilidad, y sobretodo la de mi madre. Aunque, ¿en verdad vale la pena mi pseudo-odio por ella? Es esto justificado por los motivos que son irrevelantes con el divorcio de mis padres? A veces pienso demasiado sobre ello, quizás exagero mucho, aunque ella todavía no me ha hecho nada malo. ¿Qué es lo que en verdad siento por ella?

La Sra. Adriana de Díaz, ella odia  que le diga señora—y lo disfruto, es mi madrastra desde hace tres años. Mi padre y mi madre se divorciaron cuando mi hermano y yo eramos unos niños. Pase mi adolescencia viviendo en dos casas diferentes. Cuando pregunte el por qué la repuesta fue que ya ambos no se aman. Fuimos el hazme reír de La Elite, mi familia fue un circo por un tiempo. Aunque en el fondo mis padres son indiferentes entre ellos, por un tiempo creí que se estaban volviendo a enamorar. Jamás había estado tan equivocada en mi corta vida debido que mi padre se habia fijado en ella, en la amiga de mi mamá, la Sra. Adriana. Que mi padre haya fingido estar mas cerca de mi madre era un acto para acercarse a Adriana.

No recuerdo mucho mi relación con la Sra. Adriana, de vez en cuando la miraba en casa mi mama cuando me tocaba vivir con ella. La respetaba y la queria, ella le sacaba una sonrisa a mi madre, ella era su mekor amiga. Sin embargo, mi padre anuncio que Adriana y él tienen una relación amorosa. Mi madre estaba devastada, ella igual creía que mi padre la quería devuelta en su vida, pero su amiga la traíciono. De ahí viene mi desprecio a la Sra. Adriana, ella destroy a mi madre y nunca se lo perdonare. El problema es que no sé si en verdad la odio, ella es un ser humano y se dio lo malo que se fijó en mi padre. Lo de ellos es algo romantico, ¿no? lo he visto en Hollywood y leído en ciertos libros de amor. Aun así, en los cuentos de hadas la madrastra es la bruja mala.

Tengo tantas emociones con la Sra. Adriana, ella hace de mí una Montana rusa . Ella no me ha hecho nada malo, pero quiero odiarla. No soy madura en esta situacion, estoy confundida. A pesar de mis dieciocho años, deberia empezar a entrar a una etapa de adulta donde comprendo las cosas, pero aun siento que no he dejado la adolescencia. Quizás porque veo la Sra. Adriana muy bella, sin duda es la mas bella de todas. Es la mujer que todos desean, a pesar que este casada con mi padre. En mi interior, en mi subconciente está ese deseo por ella, ese deseo que sea mi mujer. Es un gran debate en mi interior, en mi mente, y en mi corazón. Lo evito pensado que es la madrastra mala, la bruja, pero ella no tuvo que ver con el divorcio de mis padres,  y mi padre nunca tuvo intencion de regresar con mi madre.

Soy menor, ella me lleva mas de una decada, quiero decir su edad porque ella lo odia, pero aun así no lo hare. Quiero odiarla, pero hay tantas razones que lo evita. Ella siempre ha querido ser mi amiga, siempre me ha tratado bien, nunca me ha levantado la voz, me conciente, y yo la desprecio. Siempre me encierro en mi cuarto para evitarla, no quiero ser su  amiga, no la  quiero en mi vida, no la necesito. En verdad ¿ella merece esto? Trato de alimentar mi odio pero nunca ha habido un momento que ella me ha despreciado, todo lo contrario, yo soy la que le he dado un dolor de cabeza.

De los dos hijos de mi padre, yo soy la rebelde y la que siempre causa problemas. Me afecto mucho el divorcio de mis padres, más porque no entendía el por qué. Me cerre en mi burbuja, siempre fui grosera con los demas. Incluso llegue a provocar que despidieran empleados porque trataban de ser mis amigos;pero tenía tanto miedo que los demas me hicieran daño, como mi padre lastimo a mi madre, y como Adriana, tambien lastimo a mi madre. Todo el dolor de mi madre por alguna razón cargaba sobre mí. Odiaba verla así, queria hacer algo al respeto pero yo todavía no era nadie. Me costaba ser amigos, todos se burlaban por la situacion de mis padres, hasta que conoci a Helena, un ángel. Creí que Helena era un angel para salvarme de todo esto, pero graciosamente, es todo lo opuesto pero es mi major amiga. Ella me hizó sentir querida, me enseñó la verdadera amistad, ella me protegía de todo aquel que me miraba de menos, y poco a poco empece a ser fuerte gracias a ella. Helena sabe todo de mí, es como de alguna forma estuvieramos conectadas, sabe lo que significa cada gesto de mi cuerpo. Gracias a Helena, se que  no todos tienen malas intenciones. Aparte de ser mi major amiga, es mi amante, ella me hizo tener mi primer beso, mi primera noche, pero siempre mantuvimos esa barrera de ser siempre las mejores amigas. Cuando descubrí que me gustaban las mujeres, Helena fue la unica que no sintio asco, no me miro diferente, ella siempre estuvo ahí mostrandome que sí existe la amistad. Ella fue quién calmo mi dolor y mi depresión cuando tuve mi primera decepcion amorosa. Me le declare a una chica y ella me rechazo y me mostro lo que es el odio. Helena al verme llorar estaba muy preocupada y yo no cooperaba. Tenía tanto miedo de decirle a Helena, pero era el momento perfecto para comprobar que si en verdad es mi amiga. Después de contarle lo  sucedido, la expression de Helena fue de sorpresa, pero en vez de sentir asco, me abrazo, me abrazo tan fuerte que casí nos haciamos una. Era tan feliz de saber que Helena sí es mi amiga.

-Llora todo lo que quieras- susurro Helena en mi oido- si lo guardas en tu interior, jamás volveras a ser feliz.

-Gracias –dijé

Lloré como nunca esa noche, más que cuando vi a mi madre llorar por mi padre.

-No te preocupes, yo me comere tu dolor- no entendía sus palabras- sólo dejame- me dijo

En ese momento fue que tuve mi primer beso, ella me beso, y tuvimos relaciones sexuales por primera vez. Luego comprendí lo que me dijó, se inspiró de esa frase que un clavo saca a otro clavo, creo que funcionó. La chica ya no estaba en mi mente, Helena y yo nos unimos más como amigas, y todo ya era mejor.

En ese tiempo teniamos quince años. Entre las dos, Helena tiene mas cordura, es muy madura. De primero tenía miedo de ella, recuerdo que me empezo a hablar  porque los demas se burlaban de mi situación. Yo me enojaba porque me habia defendido, no quería depender de nadie, pero ella me  mostró que estar sola no es algo que en verdad quiero.

-Yo podia defenderme, dejame- le grite

-Entonces ¿por qué no te defendiste?- me preguntó molesta- no tienes que aguantarlos

-No me rebajare con ciertos parasitos

-Ríendo- Que esperabas de los hijos de La Elite, sin embargo yo no soy así, tengo simpatía por ti

Era la primera vez que alguien se interesaba tanto por mi.

-Tu que sabes? Eres Helena Gutierrez, ¿no? perteneces a la familia perfecta de La Elite- le reproche- Así que no creo que tengamos algo en común. No quiero tu lastima.

-No es lastima, los de La Elite somos personas con mascaras, aparentando estar bien por obligación debido a nuestros apellidos. – me respondió furiosa- Cada noche mi padre llega tarde porque estuvo con su amante. – me sorprendí- Así es, mi padre le es infiel a mi madre, y mi madre le es infiel a mi padre.

Me quede callada, Helena tenia algo en común conmigo, pero sus padres no se han divorciado, y mi madre nunca le fue infiel a mi padre, aunque quizas este equivocada.

-Lo siento – le dijé con una voz timida

-Tampoco quiero tu lastima – me dijó con una sonrisa

Desde esa vez, me dí cuenta que Helena, la rosa mas bella de la academia en verdad era una persona que vale la pena. Nos unimos mas porque mi padre es presidente del entretenimiento del país, él domina ese monopolio para lavar el cerebro al país. La Elite es un grupo de familias que son dueños de la television del pais, de las radios, y de los periodicos. Ellos se encargan de eso, y manipula el gobierno por su conveniencia. El padre de Helena es el vicepresidente, y debido que mantienen una relación muy cercana miraba a Helena en muchas cenas y poco a poco la deje entrar a mi vida. Ella es diferente, ella quiere reparar la imagen interna de su familia, esta en contra de los tratos sucios de La Elite, y cuando ella crezca quiere destruirlos a todos. La admiraba tanto, y por eso supe que sin duda es digna de ser mi amiga, pero más cuando no me rechazo por ser lesbiana.

Helena fue testigo del maltrato que le daba a la Sra. Adriana, incluso ella me decia que fuera más buena, que la Sra. Adriana solo quiere ser también mi amiga. A veces me enojaba con Helena por defenderla. Ella tampoco comprendía porque me comportaba así, si la Sra. Adriana no  tenia nada que ver con la relacion de mis padres, incluso no cree que la Sra. Adriana traicionó a mi madre. Eran debates eternos entre Helena y yo por el tema, lo unico que nos detanía eran esos deseos de tocar nuestros cuerpos.

-Aun no entiendo que en verdad te ha hecho la Sra. Adriana, ella se enamoró de tu padre, pero no es responsable. – me dijo Helena mientras se vestía

-Ya deja defenderla – le recrimine – al caso ella te gusta también

-No, no me gustan las mayores – me responde acercandose a mi cara

-Mas te vale- la beso

Todo eso significaba Helena para mí, aunque en el fondo aprecio que trate de ayudarme con la Sra. Adriana, pero no es algo que en verdad quiero, creo.

Todo era muy confuso en mi interior, y cada vez que miraba a la Sra. Adriana se formaba un volcan en mi interior que quería hacer erupción, pero erupción de qué. Trato de recordar algún episodio que haya pasado entre la Sra. Adriana y yo, para así en verdad tener motivos para odiarla pero no puedo. Quizas en la forma que me mira, si eso deberia ser el motivo. Los de La Elite son personas hipoccritas, con mascaras diferentes todos los días. Siempre juzgando en las sombras, siempre viendo de mal a otros, siempre despreciandolos, siempre de maliciosos. La mirada de la Sra. Adriana hacia mi era diferente a la que los demas, era como si hablara de mi en su mente. Era una mirada intensa, profunda, un poco maliciosa. Cada vez que comemos en la mesa me mira con esos ojos claros y con esa media sonrisa traviesa. Yo se que se burla de mí a mis espaldas. La odio. Quizas fue cuando por accidente me vió desnuda. Me metí a la ducha y cuando salí me dí cuenta que olvidé mi toalla. Pensando que no había nadie en la casa, salí desnuda y fue cuando la ví al fondo del pasillo. Estaba sorprendida. Yo me quede inmóvil enfrente de la Sra. Adriana y me sonrojé. Quizás en ese momento ella pensó que era una indencente, una sin verguenza, que no era una señorita.

-Una señorita no tiene porque andar asi en la casa- me dijo amablemente

-Perdon Sra. Adriana, olvide mi toalla y crei…

-Ya te dije que no me digas asi, llamame Adriana o madre- me interrumpe molesta

-Entendido- le respondí

-Tienes suerte que haya sido yo quien te haya vistó así, ten más cuidado a la próxima por favor- me dijo dandome su chaqueta-

-Gracias- le dije

Desde esa vez, la Sra. Adriana empezo actuar un poco rara conmigo, más que todo en su mirada, me intimidaba, ni si quiera me ponia así con Helena quien ya me ha visto desnuda también. La Sra. Adriana siempre ha sido amable y ha tratado de críarme como una madre, pero yo soy un monstruo. ¿Como puedo odiarla?

Volviendo al presente, ahí estaba Adriana rodeada de todos en la fiesta con su mascara de angel, Bueno eso quiero creer de ella. Todos la miraban con envidia y deseo. Las mujeres envidiando su ropa, sus joyas, su belleza, y los hombres comiendosela con la mirada. Me recuerda a la mirada que Adriana me hace cuando me ve, me come con la vista, es lo que quiero.

Voltea a ver a mi lado y me señala con el dedo a que me acerque.

-¿Donde estabas temprano, Emma?- me pregunta con su ceja levantada

-Fui por Helena- le dijé

-Helena, Helena, Helena, sólo Helena- me reprocha- la gente habla y es hora que pienses en salir con algun chico- me toma de la quijada- ya eres una mujer, deberias considerar esa etapa de tu vida- me pasa el dedo por mi labio inferior- tu padre ya quiere verte enamorada

La temperatura de mi cuerpo subía me estaban fallando las piernas. Adriana se dio cuenta que me ponia nerviosa, lo note por su sonrisa de triunfadora y otra vez me miraba como que si me quisiera comer.

-Emma, ayudame a quitarme a Rodrigo de encima- escuche a Helena en el fondo

-Ya voy-mirando a la Sra. Adriana- compermiso-me doy la vuelta

Helena siempre me salva.

-Uf-me alivio- gracias Helena

-¿De qué?- me pregunta confundida

-Sentí la tentación del diablo- sonrío

-Estás grave- me responde con una sonrisa

Cuando cumplimos diecisiete años, nuestros padres comenzaron a presionarnos de buscar novios debido a que somos muy afectuosa enfrente de todos. La Sra. Adriana tiene razón, la gente habla mucho. Helena y yo somos complices en todo, y que ella me pida que le quite un chico de encima es usual. Solo les digo que Helena no sera la heredera de su familia y se espantan. Todo eso de novios es por negocios, ese es el mundo que yo conozco, y que me han hecho vivir.

Mi padre interrumpe el buen momento de la fiesta para hacer el brindis. Da el tipico discurso de agradecimiento a todos por compartir ese momento de alegria para él, pues era su segundo aniversario con Helena.

-Mejor nos saltamos al postre- me dice Helena en el oído

-¿Tan temprano? – le digo sorprendida

-Aun tengo hambre- me sonrie traviesamente

Entre Helena y yo hay un código, nos entendemos perfectamente como si fueramos para la una y la otra. Entendía perfectamente lo que querie, yo tambien lo deseo. Todo sería mas fácil si estuvieramos enamoradas.

Nos escapabamos de la  fiesta silenciosamente y subimos a mi dormitorio. Al entrar, nos empezamos a besar apasionadamente. Ella sabe mis puntos débiles, lo que quiero, ella sabe besarme. Se separa de mí y me mira, estaba un poco oscuro, y ella enciende las luces.

-Quiero ver tu cara de excitación- se muerde el labio

Me vuelve a besar y siento su lengua meterse en mi boca, hoy estaba mas encendidad que otras veces. Me levanta el vestido y acaricia mis piernas, ella sabe que eso hace que me moje fácilmente. Me quita mi ropa interior y me acaricia más.

-Es fácil hacerte mojar, Emma- me lo dice en el oído- ya somos mujeres, ¿no?

-¡Tocame más!- me desespero

Me acaricia la parte mas intima de mi cuerpo, siento sus dedos deslizarse delicadamente, ella en verdad sabe como tocarme. Me quita el vestido y se me queda viendo.

-Crecieron tus senos, ¿no?- se muerde los labios- creo que he ayudado un poco-sonríe

Me apreta los senos suavemente, ella sabe que eso me provoca más, me encanta que sepa como complacerme. Su boca baja hasta mis pezones y les da pequeños mordiscos, y luego pasa su lengua. Mi cuerpo tiembla, estoy en el cielo. Explora mis senos con su lengua como si fuera la primera vez. Ella siempre ha sido la que me domina, es la activa. Nos acostamos en la cama olvidandonos de la fiesta, de los demas, del tiempo. Me dejo llevar por su lengua recorriendo mi cuerpo.

-No es justo- le dijé

-¿El qué?- me dice sorprendida

-Yo también quiero tocarte

La desvisto y me pongo encima de ella, la beso un poco brusca, ella le encanta. La presiono sobre la cama, y le meto tres dedos en su parte intima.

-Ahh!- exclama

Muerdo su cuello mientras la penetro con mis dedos, le quiero dejar marcas. Bajo a sus pezones y me los como así como ella me estaba haciendo hace unos minutos. Su respiración se acelera, nuestros cuerpos estaban calientes, quiero sentir su sabor. Bajo para hacerle sexo oral, me encanta su sabor, le paso mi lengua despacio y luego hago un movimiento circular en su clítoris.

-Ahhh! Me encantas!- con una voz sensual

Yo continuo con mi lengua, sintiendo como se mojaba más, era rico comemerla.

-Así no- me interrumpe- ponte encima de mí; asi quiero que te corras.

Le sonrío y me puse encima de ella. Nuestro sexos hacian contacto y empezamos a movernos al mismo ritmo. Ya no aguantabamos más, queriamos tener nuestro orgasmo de la noche. Aceleramos el ritmo de nuestras cadera, y estabamos hacienda un movimiento brusco. Nos venimos juntas y tomamos un gran respiro para seguir. No se cuanto tiempo pasó, pero estuvimos casí toda la noche tocandonos, y practicando diferentes poses sexuales. Con Helena todo era una aventura, que no quiero que termine pronto.

-Que piensas- le pregunto abrazada

-Mi familia quiere que me case en mi tercer año universitario, incluso ya me estan forzando tener novio

-Dale una oportunidad, quizas no es tan malo,

-¡No quiero! no me interesa, solo lo hacen para incrementar la cuenta bancaria, los odio

-¿Que harás?

-Hare todo lo posible, no lo acepto, no quiero ser como ellos- me lo dice amargamente

-Todo estara bien, ya no son los tiempos de antes, ya veras que no podran obligarte

-Siempre seremos mejores amigas ¿verdad?- me cuestiona

-Claro, siempre- le sonrio

-Si sigo con está actitud me echaran de casa, me negaran como hija, creo que en el fondo me odian. Hubiera preferido ser un chico.

-Creo que si fueras chico, ya seriamos padres- reímos

-Verdad que sí, sería un problema, o quizás lo aceptarían, todo hubiera sido mas fácil si una de las dos fuera el sexo opuesto.

-Yo soy tu mejor amiga, y si te echan esta es tu casa, yo estaré ahí siempre para ti, te quiero. – le reafirmo

-Gracias – me besa

Dormimos abrazadas toda la noche. Es diferente, pero siempre somos amigas. Cuando desperte, lo primero fue verla a ella y besarla, pero en la esquina de mi ojo ví una silueta en la puerta. La puerta estaba sin llave y la Sra. Adriana parada como una estatua. Nos quedamos viendo por un rato  y fue ella quien salió corriendo del cuarto. Estaba perdida.

Bajamos a desayunar y era un silencio total. No le dije nada a Helena para preocuparla, y la Sra. Adriana se me quedaba viendo pero no dijo nada. Me sorprendio que no le haya dicho nada a mi padre, quizás ella en verdad no es mala como quiero creer.  Luego habrá un momento para hablar.

Me despedí de Helena y el día surgio normal como siempre. La Sra. Adriana no le dijo nada a mi padre, y ella no me decía nada todavía pero si me miraba. Era un secreto entre las dos, pero quien hablará de ello primero cuando estémos solas. Estaba temblando, su mirada me intimidaba, tenía miedo. Me fuí al patio para relajarme, estaba muy nerviosa. ¿Cuánto tiempo durará esta situación? Me esta sofocando un poco.

Me fuí a dormir temprano esa noche, no cene con mi padre y ella. No se a que hora me dormí, perdí la noción del tiempo. Estaba en un sueño profundo cuando sentí la presencia de alguien en mi cuarto. Dicen que cuando de repente despiertas a mitad de la noche, es porque alguien te observaba mientras dormías. Tenía miedo de abrir los ojos, pero sentí el movimiento de alguien en la esquina de mi cama,  como que si se sentaron. Era una persona, estaba segura de ello. Yo me hice la dormida, estaba asustada, pero me alarme mas cuando me toco mi pierna izquierda, pegue un brinco y no grité por la impresion. Estaba medio oscuro, y pude notar que esa persona era la Sra. Adriana. ¿Que hace a esta hora aquí?

-M…me asustaste- le dije temblando

-Perdón, vine a ver si no estaba Helena aquí- me quede sin palabras- una señorita de tu edad no hace esas cosas. Te cuidare de Helena, ahora en adelante solo se veran cuando haya alguien presente

-No puedes hacer eso- me enoje- Helena es mi mejor amiga, y usted no eres mi madre

Creo que lo ultimo hizó que la Sra. Adriana por primera vez se enojara conmigo.

-No sere tu madre, insolente, pero soy la esposa de tu padre, y tu guardiana. En esta casa no me vas a venir insultar con tu amiguita. Ten más respeto a esta casa y a tu cuerpo.- me lo dijo enfurecida.

No sabía qué decir, estaba helada, jamás  había visto  a la Sra. Adriana así.

-Todo este tiempo he querido ser tu amiga, tu madre, pero tu solo me tratas mal, por que me odias?- me recrimina- dimelo.

-Y…yo… no sé- le respond bajando la cara

La Sra. Adriana se acerco a mí y tomo mi rostro, levanto mi mirada y me pregunta fijamente a los ojos.

-¿En verdad me odias, Emma?- me pregunta mordiendose los labios- porque yo en el fondo siempre te he deseado.

La Sra. Adriana unio sus labios con los míos, estaba sorprendida, no podia creer lo que estaba pasando.Yo tenía los ojos abiertos de la impresión, mientras ella me besaba en la oscuridad.

Posdata: Ojalá no me baje la menstruación en ese momento ahora que al fin me ha besado mi madrastra.

Autora: Gracias por tomarse el tiempo de leer esta historia que ha sido re-escrita muchas veces durante dos años. Aun no me siento satisfecha de ello, siento que le falta algo más. Cualquiera sugerencia y critica constructiva es bien recibida.