La Lujuria de Mi Madrastra 2

Nos dejamos llevar por nuestro deseo de estar juntas.

Capitulo 2: Su Deseo Caliente.

Sentía las manos traviesas de la Sra. Adriana meterse en mi pajama, eran calidas y suaves. Estabamos debajo de las sabanas todavía besandonos, aun no me podía creer que ella tuviera interés por mí. Sus labios eran saves y rojos, me encanta como me besa, y me encanta como muerde suavemente mis labios. Entre la confusión y la sorpresa todavía no había reaccionado ni correspondido su beso y sus caricias. Su respiración estaba accelerando, es como si se estuviera excitando. Finalmente separa sus labios de los míos y se me queda viendo esperando algun tipo de respuesta de mi parte, pero yo no sabía que hacer en ese momento. Es algo díficil, debido que es la persona que quiero odiar, pero inconcientemene todo este tiempo en el fondo he tenido una actracción oculta por ella. Era ahora o nunca decir algo al respecto, estaba en medio de un tipo de guerra con mi mente, no sabía que acción tomar o si gritar de miedo. Siento que me falta oxigéno, siento que el corazón me va a explotar; estoy muy confundida con todo esto.

-Emma… yo…

No la deje terminar porque me tire encima de ella para seguirla besando. A pesar que no es muy alta que yo, aun asi saque las fuerzas para seguir con lo que empezamos hace unos minutos porque no quiero que acabe. Estoy sorprendida con mi acción, no es algo que suelo hacer, ni con Helena. Helena es la dominante entre las dos, ella siempre toma la inciativa, y yo no soy mucho de lanzarme encima de ella. Sin embargo, hoy con la Sra. Adriana estoy siendo otra persona que no creí que fuera capaz de ser, esta actitud estaba muy escondida en mi interior. Esta vez tenía los ojos cerrados, estaba disfrutando de sus labios, y de su respiración acelerada. Debido a nuestras temperatura corporal y estando debajo de las sabanas, sentía mi sudor correr por mi cuerpo. No me quería quedar con muchas ganas depués, pues quién sabe cuando volvería a pasar pesto o quizás sea un sueño, y fue cuando le metí mi lengua en su boca. Ella me abrazó más fuerte y me pego mas a su cuerpo, era algo que las dos teniamos muy oculto y no ibamos a desaprovechar esta oportunidad.

Me separe un poco para recuperar mi respiración y poder tragar un poco de saliva; aun no se me quita el nudo en la garganta. Me acerque a su cuello para besarla y excitarla más, la Sra. Helena como respuesta solo dió un gemido suave pero seductor. Por primera vez sentía que tenía el control de la situación, bueno tampoco que haya estado con muchas, solo he estado con Helena. Increíble que estuviera pensando en Helena en este momento, pero recordar sus gestos y compararlos con los de la Sra. Adriana, no se cuáles me gustan más. Me detuve un poco porque recorde con quien estaba en ese momento, era la esposa de mi padre y mi madrastra, pero la situacion no me molesta sino todo lo contrario. Aun así yo no puedo seguir besando y seducir más a mi madrastras por muchas normas que prueban que esto esta mal. La Sra. Adriana notó la pausa y regreso a mí tomandome mi cabeza para acercarme a su oído.

-Las dos no queremos parar, ¿verdad?- me susurra

Me aferro a su cuerpo y en silencio, en mi mente, tomo la decisión que quizás me traerá consecuecias, pero no quiero arrepentirme por no aceptar tan bella ofrenda de madrastra. En ese momento acepto la propuesta de la Sra. Adriana de verla como una amante, como una mujer y no como mi familia. Me alejo de ella y enciendo mi lámpara de noche para poderla bien y disfrutar de ese momento. No quería hablar, no había tiempo de mencionar palabras, solo con nuestros ojos nos mandamos el mensaje que sí queremos que esto siga. Por primera vez,  desde que la conozco, observo concientemente su belleza, sus ojos color café claros, pelo negro y largo hasta las caderas, con su piel blanca y suave como la seda, y sus labios rojos. Es demasiado hermosa para ser mi madrastra. Por primera vez estoy conciente de que la deseo, la quiero tocar, y hacerla sola mía. Bajaba mi mirada para observar su cuerpo que lo tiene muy bien cuidado, no era muy delgada, esta a la medida perfecta. En el fondo deseo que se haya estado cuidando y haciendo ejercicios para que yo la pueda mirar como una mujer.

Mis manos comienzan a tomar control propio para tocarla, apretando sus senos suavemente y ver como se le escapa otro gemido por mi gesto. Le regalo una media sonrisa de victoria y confirmar su aprobación de que le siga tocando. Mis manos bajan por sus caderas bien definidas, y al notar que estaba vestida con un camisón de dormir demasiado sexy que de seguro mi padre se lo compró, se lo levanto y le bajo las bragas. Subo mi mirada a la suya y vuelvo a ver esa mirada que siempre me daba, pero esta vez se mordía su inferior. Jamás había visto tan seductora mirada, no recuerdo si Helena alguna vez lo hizo, estaba aun en shock con todo esto. Mi madrastra esta muy caliente, ajuntaba sus piernas  debido a que no aguantaba de que ya la tocara.  Estaba a punto de subirle su camisón cuando siento que se sienta y se me acerca tomandome del cuello.

-No tan rápido, te toca quitarte tu pijama- me dice con una sonrisa maliciosa

Hace que me acueste en la cama y se pone encima de mi, sentía como su vagina estaba sobre mi pelvis. Yo se que estoy muy mojada de abajo, pero por mi pijama no se si ella lo estara como yo. Tengo un gran cosquilleo en mi parte intimida que siento que voy a explotar. Sus manos acarician mis hombros, queriendome quitar mi camisa de dormir, y sus ojos no se apartan de los míos. Mi madrastra me observaba con su boca entre abierta, y su mirada profunda que siempre me intimida. Sus dedos llegan a mi quijada y luego roza mis labios, mis mejillas, y por último acaricia mi pelo negro. Mi físico es favorable, mi piel está un poco bronceada, mis ojos son negros, y mi pelo negro  y muy largo debido a que Helena le gusta asi.

Mi madrastra se baja encima de mí y me comienza a subir mi camisa, y con mi ayuda me lo consigue quitar. Abre mas los ojos cuando mira mis senos, y no es la primera vez que lo hace, y comienza a deslizar su dedo indice alrededor de mi seno derecho. Levanta un poco su ceja izquierda disfrutando sea exhibición, pero se detiene cuando nota una marca en la parte superior de mi seno izquierdo. Helena es la culpable  de eso, y de seguro la Sra. Adriana esta recordando el episodio anterior cuando nos vio acostadas en la cama. Sube su mirada a la mia mostrandome su molestia con lo que Helena me hizo, y yo estoy atonita sin saber que decirle. Mi madrastra comienza a explorar todo mi cuerpo para ver si Helena dejo más marcas en mí, y nota otra más en mi cuello pero gracias a mi pelo estaba escondida.

-¡Jum!-en un tono bajo- yo te mostrare como hace estas cosas una verdadera mujer, una dama- me dice viendome a los ojos mostarndome su enojo que Helena me haya hecho suya.

Me termina de desvestir y yo siendo muy receptiva y obediente le dejo que tome un poco el control de la situación. Yo estando desnuda y ella todavía con su camison, me acuesta en la cama y ella se pone otra vez encima de mí, besandome; pude notar su humedad. Nuestros besos ya era más diferente, más apasionados, y más ardientes. Nuestro deseo era incontrolable, ya no había marcha atrás, sólo tocaba disfrutar este momento. Ella ya no era un poco cariñosa como hace un momento, sentía un poco más de agresividad, quizás esta molesta con lo de Helena.

La Sra. Adriana me besaba el cuello, era uno de mis puntos débiles, muy lento ya que ella sólo quería provocarme más. Baja sus mano hasta mi vagina y me toca un poco torpe.

-Veo que te gusta esto – refiriendose a mi humedad – apenas empezamos

Me acaricia con sus dedos jugando primero  esperando a que me rinda completamenta a ella para pedirle más. Me quiere penetrar con su dedo pero se queda a medias solo para provocarme. Yo se que disfruta de mi cara, tengo los ojos cerrados y suelto un par de gemidos por  sus caricias. No aguanto más, quiero agarrar su mano y guiarla, pero debo ser fuerte, no quiero perder contra ella. Paso así no sé cuanto tiempo pero yo ya estaba super mojada, y ella lo disfrutaba. Abro los ojos y veo como mete su dedo en su boca saboreando mis fluidos.

-Sabe a lujuria hacia tu madrastra – me dice lamiendo su dedo

Yo estaba con la boca abierta con lo que hizo, aparte que tiene razón, yo la deseo con todo mi ser, quiero hacerla mía y para siempre.

Acto seguido ella me penetra y yo suelto un gemido un poco alto, que creo que la asusto.

-Shhh… - me dice suave

Yo sólo espero que mi padre no me haya escuchado, aunque nuestras habitaciones están muy lejos así que no creo sea un problema. Ella siendo una traviesa conmigo, me mete más dedos y yo estoy perdiendo la batalla contra ella. Ya no aguanto más y por poco le digo que los mueva más rápido pero me controlo a tiempo. Ella disfruta ver mi cara de satisfación, ella sabe que yo lo estoy disfrutando pero lucho para no hacerselo saber. Su ritmo de penetration se acelera poco a poco junto con mi respiración. Siento mi cara un poco caliente, de seguro estoy roja porque me da un poco de verguenza. Mientras mantengo mis ojos cerrado por la verguenza, siento como mete mi pezón en su boca.

-Aaahhh- suelto otro gemido

Su boca se apodera de mis labios y también baja a mi abdomen sin dejar de pentrarme. En cualquier momento llegare al climax, pero ella me tenía otra sorpresa. Me pongo un poco molesta con su pausa que, hace que abra mis ojos para reclarmarle porque se detiene. Sin embargo, me quedo helada con su mirada, su mirada ardiente que nunca dejará de intimidarme.

-Sigo siendo la Sra. Adriana para tí? – pausa para mirarme a los ojos

-¿Qu… qué? – alcanzo a decirle

-De ahora en adelante llamame Adriana – me exige

-Yo no puedo – le respondo

-¿Por qué no?

-No estoy acostumbrada, me da un poco de pena

-Entonces haré que me digas Adriana esta noche

No sé que tactica tiene planeada, pero ella esta muy decidida hacerme llamarla por su nombre. En parte lo hago por educación porque así fue que mi madre me educó a que le llamara a su ex-amiga. La otra parte era para molestarla, yo estaba muy decidida hacerle saber que no la quiero en mi vida después de haberse casado con mi padre. Pero ahora con lo que esta pasando, nuestra relacion ha tomado un rumbo diferente; todo esto ha sido inesperado.

Perdida en mis pensamiento no me di cuenta cuando ella volvió a lo que estabamos y sentí su lengua en mi vagina. Eso causo que mi espalda se arqueara y yo soltara otro gemido. La Sra. Adriana me estaba haciendo sexo oral, algo que nunca imagine en mi vida llegaría a pasar. Yo solo gemía para ella, había perdido el control y ahora estoy completamente entregada a ella. Ella se detuvo otra vez de la nada, creyendo que era para molestarme, pero ella tenia algo más en mente.

-No seguire si no dices mi nombre- me dice

-¡¿Qué?! – me levanto exaltada.

-Ya me escuchaste

Mi madrastra era muy peligrosa, si sigue asi terminare siendo su esclava sexual. Aunque yo tengo mucho orgullo, no quiero rendirme todavía, pero también deseo correrme en su boca. Hacía lo que me dijera o me quedaba con la ganas. Era un decisión díficil ya que yo era la de perder todas en esta situación, ya que mi padre me podria mandar lejos si mi madrastra se lo pide. Ahora las ganas se iban reduciendo, en el fondo tengo algo de miedo pues qué se trae esta mujer conmigo. No estoy muy segura de las intenciones de la Sra. Adriana, no estoy segura si esto en verdad vale la pena, pero si quiero arriesgarme. Pero no todo lo tenía perdido, soy astuta y no me iba a redir tan fácilmente, mucho menos con mi madrastra.

-Está bien- le digo- pero si en verdad consigues hacerme correr- le reto

-¿Cómo?

-Ya me escuchaste

-Eres igual que tu madre – me sonríe

Ella acepta mi reto y vuelve a lo suyo. Esta vez su lengua era mas agresiva, creo esta molesta, ella ahora me devoraba con su lengua. Yo satisfecha con su reacción sólo disfrutaba ya que, falta poco para que consiga su próposito. Quizás todo esto es sólo para que le llame Adriana, pero creo que es demasiado para algo tan simple. Adriana es muy buena en esto, ella en verdad es una mujer que sabe de estas cosas.

Ya no aguantaba más, estaba a punto de tener mi orgasmo y ya no tengo control de mis cinco sentidos. Inconcientmente puse mis manos en la cabeza de Adriana para pegarla más a mí ya que deseo su lengua dentro de mí.

-Adriana… más– le suelto en un tipo gemido

Despues de eso ella ya no me lamía, ella chupaba mis fluidos haciendome tener un orgasmo que era comparable con los de Helena.

Recuperando mis fuerzas ella se acuesta a mi lado boca abajo pegando su rostro a mi hombro mirandome. Yo miro al techo tratando de repurar mi respiración normal y luego la miro a ella. No sabía que decir, estaba aun confusa con lo que estaba pasando.

-Ya no eres una niña – me dice

-Tengo dieciocho, Adriana – me sonríe

-Recuerdo cuando te ví pequeñita

-Ha pasado mucho tiempo – aparto mi mirada

-Hablo en serio, ya no eres una niña, ya eres una mujer, tu cuerpo, y tu manera de ser lo confirma. – me besa el hombro– o ¿me equivoco?

-Creo – le digo

-Yo quiero hacerte una mujer, quiero que me demuestres que ya no eres una niña

Regreso mi mirada sorprendida a la suya y entiendo a lo que se refiere: mi madrastra quiere que le haga tener un orgasmo. Me pongo encima de ella sin hacer que se voltee. La quiero así de espaldas, quiero besar su espalda para que se caliente más.

-Aahh- la escucho soltar

Hago que se arrodille en la cama y sentí el aroma de su pelo, su perfume, todo de ella huele rico. Bajo mi mano y toco su vagina sintiendo su humedad, pero quiero hacer que se moje más. Bajo besando su espalda llegando a sus nalgas dandole mordiscos suaves. Escucho como gime disfrutando lo que le hago, alimentando un poco mi ego. Quiero jugar con su cuerpo como ella hizo conmigo, quiero demostrarle que ya no soy una niña. Meto mi cabeza entre sus muslos para besarlos, para provocarla más y sienta escalofríos. Subo para besarla en el cuello otra vez también tomando sus pechos y aprentandolos con fuerza. Apreto un poco su pezón, quiero hacerla sufrir un poco, pero ella le encanta. Estabamos así por un tiempo hasta que ella inclina su cabeza hacia atrás buscando mi boca y la beso asi mientras apreto sus pezones. La aparto bruscamente y bajo inclinandola hacia adelante para buscar su vagina. Sentía su sabor un poco salado, pero me gustaba, aunque diferente al sabor de Helena. La estaba devorando como ella me devoró; no le tengo piedad. Sus gemidos eran un poco alto, pero no me preocupaba, la verdad ya me daba igual quien era.

-Es..espe…Emma espera – la alcanzo a escuhar

-¿Qué? – le pregunto desde atrás

-Quiero correrme viendote a los ojos

-Está bien

Ella se voltea y se sienta, esperando que me suba encima de ella, pero yo tenia algo más en mente. Le abro las piernas y ella se sorprende, pero logre que me entendiera que quiero hacer tijeras con ella. Nos movíamos al mismo ritmo con fuerza para sentir mejor el contacto de nuestros sexos y la humedad. Ambas no aguantabamos y aceleramos el ritmo para tratar de corrernos juntas.

-Emma… me encantas - me dice

-Adriana, Adriana, Adriana… - no paro de repetir

-Sí… aahh – exclama.

Terminamos al mismo tiempo abrazadonos, pero ella se inclina hacia mí para caer acostadas en la cama. Solo se escucha nuestra respiración acelerada en mi habitación, y también pude sentir su corazón latir muy rápido. No quiero romper el silencio, no sé que decir a Adriana, y tampoco queria arruinar el momento.

-Tengo que regresar a la habitación de Hernán – me dice

-Adriana… yo…

-Luego hablamos, debes dormir para ir a la academia- me interrumpe

Se me había olvidado que tengo clases en unas horas y yo aquí desvelandome con mi madrastra.

Ella se levanta buscando su camisón que en algun lado en el suelo ha de estar y sus bragas. Cuando termina de vestirse se da cuenta de mi mirada confusa, pues lo que ha pasado no ha cualquiera le pasa.

-Luego hablamos, duerme – me dice acercandose – buenas noches, Emma – me da un beso en la boca

-Buenas noches… - debo ser justa con ella – Adriana- le sonrío

Con una sonrisa se voltea para salir de mi cuarto, mientras yo quedo en la cama desnuda y me echo las sabanas encima esperando que no sea un sueño.

No dormí casi nada y escucho la alarma sonar, pero yo no tengo intenciones de ir a clases aunque ya he faltado muchos días. Pero como puedo ir abajo y ver a mi padre a los ojos despues de haber tenido relaciones sexuales con su mujer, y también como ver a Adriana a la cara. Adriana--  vaya ya me acostumbre a llamarle solo por su nombre. Esa mujer que yo quise odiar, esa mujer que esperaba fuera la bruja de los cuentos, resulta que es una buena amante. De tanto pensar lo sucedido, por mi mente se cruzo Helena, mi mejor amiga y mi amante de toda la vida. Nunca habia estado con otra mujer que no fuera Helena, pero ¿Y ella? Sentía un dolor en mi pecho, me sentía incómoda por alguna razón desconocida al pensar en Helena.

Me encerré en mi habitación todo el día, ni siquiera baje a comer, ni Adriana vino a buscarme; quizás me esta dando mi espacio. Tenía pensado en ir a la escuela hoy, pero esto arruinó mis planes, pero quiero ver a Helena y abrazarla. Espera que fuera hora que Helena llegara a casa,  me vestí y me escape silencionsamente por la puerta del patio para ir a casa de Helena. Helena no vive muy lejos de mí asi que, caminar hasta su casa no era un problema. Esperando por ella, su madre me atendia en la sala.

-Dile a tu padre que no pude ir a la fiesta por un negocio – miente la madre de Helena

-No hay problema, al menos su esposo estuvo ahí

-Sí– me responde

-Ya no la asustes mamá – llega Helena que se miraba muy hermosa con su uniforme – vamos arriba – me dice

Me despido amablemente de la mamá de Helena y la sigo hasta su habitacion como ella me pidio.

-Duchemonos – le digo

-¡¿Qué?! – me mira sorprendida de mi petición

-Aun no me he bañado ni comido

-¿Estás bien? – me pregunta

Quiero decirle a Helena, pero no sé por qué no pueden salir las palabras de mi boca, quiero contarle todo lo que paso con mi madrastra esa madrugada. Aun así, un dolor en mi pecho impide que se lo diga, y esto me asusta porque no sé qué me pasa

-Falte a la escuela porque me siento un poco enferma

-Está bien, yo te cuido

-¿Me puedo quedar contigo esta noche?

-Pero mañana hay escuela

-Prestame tu uniforme viejo, ese me queda

Helena me miraba confundida, pero no iba a forzarme a decirle. Insegura me responde un sí y mientras espero en su habitación ella prepara la ducha. Luego viene por mi a su habitación con unas toallas en la mano diciendome que la ducha ya esta lista.

Estando en la ducha, que es muy grande por cierto, miraba el cuerpo desnudo de Helena, no por nada todas las chicas le tiene envidia. El agua tibia caía en nuestros cuerpos, pero en vez de sentir el agua yo solo observaba a Helena. Helena es muchisimo más alta que yo, tiene los ojos casi verde, tiene un cuerpo espectacular ya que practica muchos deportes. Helena es el modelo a seguir en la academia, la presidenta del consejo estudiantil, la capitana de muchos equipos, y tiene las notas mas altas; es la número uno en todo. Soy muy afortunada de ser su amiga, la admiro y la quiero mucho, ella es muy buena al ser mi amiga. Su pelo castaño y largo es muy hermoso, y sus piernas largas y blancas; ella parece una diosa. Es fácil de ver porque todas las familias la quieren como nuera, y por que muchos chicos la desean.

-¿Quieres ayudarme a enjabonarme? – me pregunta

  • con gusto – le sonrío

No entiendo que me pasa, siempre le he contado todo a Helena, no hay ningún secreto entre las dos. Esta vez por alguna razón no le puedo decir, no me atrevo por el dolor que siento en mi pecho.

-Helena… - alcanzo a decirle

-¿Qué? – voltea a verme

La abrazo con todas mis fuerzas por impulso, no se como de la nada se me ocurrio abrazarla. Mi cara estaba entre sus pechos, y me aferraba más a ellos. Me imagino la cara de Helena en este momento al ver mi comportamiento extraño; ella me conoce muy bien.

-Deberías ser modelo – le digo

-Moriré de hambre – reímos

-Hablo en serio

-No me interesa, loca

Ella termina por corresponder mi abrazo y me contramina contra la pared buscando mis labios. Pero se me queda viendo sorprendida al ver que hay lagrimas saliendome sin alguna razon. Yo tambien estoy asustada, no entiendo por qué me salen lágrimas justo en este momento cuando estoy con Helena.

-¿Emma…? - me cuestiona

-Yo…

Por alguna razón no me salen las palabras, pero trato de contarle lo sucedido a Helena, solo que no puedo.

Posdata: Creo que se me olvido dejarle una marca a mi madrastra.


Mensaje de la autora: Muchas gracias todos esas personas que me regalaron su tiempo para leer esta historia. Especialmente a: yasha, HombreFX, nestor, Gaby, Karina, y Karla.

Nestor que seas hombre es  lo de menos, gracias por leerme.

Karla, espero que se te cumpla tu fantasia, el mio es estar con una mujer mayor, por eso escribe esta historia.

Saludos a todos los demas.