La lujuria animal

Una universitaria en busca de saciar su apetito sexual acude a buscar una mascota, esta vez se dejara montar por una verdadera bestia.

Mi nombre es Marilin, soy una universitaria de 19 años, mi cabello es corto y oscuro como la noche, mis ojos verdes cual esmeraldas, y mi tez es blanca, mis amigos constantemente me observan con deseo ya que no puedo negar que soy muy bien dotada, vivo en un exótico departamento situado en el centro de la ciudad, solía tener novios pero ninguno de ellos llego a satisfacer mi apetito sexual. Era una bonita mañana, esta vez había llegado al limite de soledad, desesperada me cambie rápidamente con una minifalda negra una chaqueta oscura y unas botas negras de tacón alto, y me encamine a salir a dar un paseo con el propósito de distraer mi necesidad. Camine por las laderas de la ciudad hasta que cierta tienda llamo mi atención, supuse que era nueva ya que no la había visto antes y rara vez abren alguna. Se trataba de una tienda de mascotas y por mi mente paso la idea de adoptar una nueva responsabilidad, me aventure a entrar a aquella tienda, recorrí los paneles de cristales en busca de el compañero que saciara mi soledad, pero no parecía encontrar el indicado para mi… hasta que me cruce con un canino de un aspecto muy envolvente y dominante, este estaba placidamente echado, leí su descripción y se trataba de un husky siberiano macho, era ya adulto pero sin dejar de ser joven, en cuanto me mostré ante el este se levanto mirándome fijamente a mis ojos, era de un color azabache muy oscuro que cubría la mayor parte de su hermoso rostro, lomo y cola, mientras que su vientre patas y hocico eran blancos como la nieve y poseía unos hermosos ojos color cielo, en los cuales quede atrapada en su mirada. Pregunte a una de las empleadas que rondaba por ahí el precio que tenia el can, el cual era presupuesto accesible para mi monedero, y ya que me moría por un poco de entretenimiento no dude en llevarlo conmigo a casa, como la tienda acababa de abrir te dotaban de una serie de artículos, tales como la correo, el bozal, y un bello collar con placa adjunta. Firme alguno que otro papel y entregue el efectivo, estaba ansiosa por que fuera solo mió así que enseguida lo sacaron de su estancia, este andaba con un paso esplendoroso, le colocaron la correa y su collar, y me lo entregaron con sus artículos, este se abalanzo sobre mi y yo acaricie complacida su peluda y suave cabeza, sentí su hombría rozar contra mis piernas, pero no lo tome mucho en cuenta, al cabo de unos minutos ya estábamos en camino a mi departamento, los dos galopábamos suavemente por la acera mientras el me miraba con entusiasmo, y yo le devolvía la mirada, en ese momento pensé en ponerle nombre, uno que fuera simple y fácil de recordar –Rex, ese será tu nombre mi pequeño.- Ahora mi elegante perro y yo por fin llegamos a casa, este me olfateo todo el cuerpo y sentí cosquillas cuando su nariz tan húmeda y caliente que rozaba contra mi entrepierna. Le conseguí un poco de carne jugosa del refrigerador para calmar el hambre de mi Rex, y este la trago con mucho gusto, le mostré la casa entera para que se fuera acostumbrando a su nuevo entorno, después de esto quise ponerme algo cómodo y fui por una ligera bata de seda color rojo para después ir a mi cuarto a recostarme en la cama, mi Rex jugaba con uno de mis peluches mientras yo lo observaba, cuando de pronto el se aferro del muñeco con fuerza y empezó a fornicarlo sin detenerse, me sorprendí ante este acto, pero no pude apartar la mirada de el, sus movimientos eran tan excitantes e inconcientemente lleve mi mano a mi vulnerable sexo y empecé a acariciarlo, su polla era grande y esta seguía constantemente creciendo, lucia viscosa y tan vigorosa, crecía y seguía creciendo, se desenfundo completamente y al cabo de unos minutos exploto llenando a mi peluche de su semen y yo ya había alcanzado el orgasmo. ¿Pero en que estaba pensando?, ¿Acaso la falta de compañía me había llevado hasta este extremo de pensar sexualmente ante una bestia?, mm… pero… ¿Cómo podría ser tan malo?. Oscureció, ya eran las once de la tarde y yo estaba recostada sobre el sofá mientras Rex disfrutaba de su cena, lentamente empecé a cerrar mis parpados y de un momento a otro ya estaba dormida, soñando con mi antigua pareja, no era un sueño como cualquier otro, recordaba las noches de pasión que pasaba tan frecuentemente con mis amantes. Cuando note cierta tibieza en mi vagina, abrí los ojos precipitadamente, y ahí estaba Rex lamiendo con disfrute los líquidos que había secretado en mis morbosos sueños, se sentía tan bien, arquee mi espalda contra el respaldo del sofá –ahh, sii, asi mi Rex- emitía algunos gemidos descontroladamente, mientras este seguía con su tarea, calida y sabrosa, rozaba contra mis labios… pero era inapropiado tenerlo en el sofá, asi que me levante y en eso se me ocurrió una grandiosa idea, fui a la cocina y tome un vaso de leche y me dirigí hasta la cama, donde me recosté sobre las delicadas sabanas, rocié el vaso de leche sobre todo mi torso y llame a mi can. Oh lucia tan dominante, con su postura erguida y su polla tan grande, no dudo en subirse a la cama y mientras yo estaba boca arriba el subió encima mió, desabotone mi bata, encontrándome desnuda ante el. Rex empezó a lamer mi cuello, lo hacía como si supiera que yo lo gozaba tanto, cuando llego a mis senos sentí un gran placer los rodeaba con su gruesa lengua y lo pasaba sobre mis pezones que estaban ya duros y erguidos. Su pelaje producía una sensación placentera y su nariz despedía un aire caliente y calido sobre mi piel desnuda, bajo por todo el rostro limpiando toda la leche, llego a mi entrepierna y yo abrí mis piernas, mientras continuaba gimiendo, me volvía loca la sensación que me producía, pronto su hocico entro en mi vagina y mis líquidos se mezclaban con la leche, su lengua se introducía, entraba, salía, tocaba mi clítoris, lo absorbía, era maravilloso. Pronto termino, pero yo no estaba totalmente satisfecho y al ver su hombría me dio un deseo de tomarla, hize que se recostara sobre la cama, y la tome sobre la base, este reacciono de inmediato, pero conservo su postura, empecé a acariciarlo de arriba abajo, jugando con sus testículos, poco a poco empezó a desenfundarse y a comenzar a ponerse húmeda y sabrosa, acaricie la punta que estaba roja, mientras con mi otra mano chupaba mis dedos, el perro se levanto, en ese momento yo estaba en cuatro, apoyo sus patas delanteras pobre mis hombros y su polla quedo frente a mi cara, parecía que me estaba pidiendo que se la mamara, y obedecí como una niña buena. Tome su miembro erecto i lo introduje en mi boca que estaba deseosa por probarlo, Rex dejo escapar un pequeño aullido de placer, y yo lo mamaba con lujuria. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Es todo por ahora, espero que hallan disfrutado el primer capitulo, pero solo lo seguiré si recibo tan siquiera alguno que otro comentario, me despide a su disposición. xoxoxoxo -BloodFixen