La lucha contra el destino (parte 7)

Comenzar a vivir con miedo a que los fantasmas del pasado, aparezcan nuevamente en tu vida, recordando aquellos sentimientos que parecían ya olvidados.

  • Tu aquí en el cementerio, llorando, mientras tu noviecita esta revolcándose con cualquiera que encuentra-WTF! Esto no puede ser-.

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¿Qué acaso me engaño?...no lo creí hasta que el chico me muestra la pantalla de su celular, donde se está reproduciendo un video de ella con un tipo teniendo sexo. No lo soporte y nuevamente ingrese  al interior del cementerio, mi mama venia, le pedí las llaves de su auto, me las paso, me pregunto que para donde iba, le dije que tenía que hacer algo muy urgente, me vio llorando y quiso detenerme, pero no le hice casa. Agarre el auto y llegue a su casa y me atendió su mama.

  • M.G: hola, ¿vienes a ver a Gabriela?

  • R: Si, donde esta-dije simulando tranquilidad-.

  • M.G: arriba en su cuarto, durmiendo, ve a despertarla.

  • R: gracias, con su permiso

Subí las escaleras muy rápida, quede al frente de su puerta dudando de lo que hacía…entre y ahí estaba ella durmiendo, la mire unos instantes pensando en lo que le diría, comencé a llorar y gracias a eso ella despertó.

  • ¿Tu?... ¿qué haces aquí?, ¿y tu amiguita?, ¿por qué no estás con ella?

  • No me lo creo…Casandra murió, mientras tú estabas con no sé quien mierda en la cama.

  • ¿Como que murió?-dijo levantándose de la cama-.

  • Si, murió, por mi culpa…porque te preferí a ti

  • Roxana, yo…

  • Tu nada…cuando más te necesite no estabas y lo peor fue que me dejaste para revolcarte con otro.

  • Tu no lo entiendes…yo…

  • ¿tú que Gabriela?, si hubieras estado aunque sea un poco preocupada por mí, me hubieras llamado.

  • Roxana, perdón…yo no…

  • Tu nada, esto se acabo, no quiero verte nunca más. Te vine a pedir explicaciones pero es estúpido, nada cambiara, lo que paso ya paso y tú…tu Gabriela te vas a la mierda.

Salí de su habitación corriendo, la sentí correr tras de mí y también escuche la última frase que me dijo:”tenía miedo”, pero no me detuve, no la quería ver más.

Al llegar a casa papa y mama me estaban esperando sentados en la mesa.

  • Papá: ven a sentarte hija…tenemos que hablar.

Me acerque a la mesa y me senté frente a los dos.

  • Mamá: mira hija…con todo lo que ha pasado, con tu padre pensamos en cambiarnos de ciudad…le ofrecieron un trabajo y creo que no hay mejor oportunidad para que irnos de aquí que ahora.

Quede sorprendida y mi única reacción fue salir corriendo a mi cuarto.

¿Qué iba a hacer?...dejaba todo aquí…a la mujer que más he amado, la que me ha vuelto a hacer sentir lo que no pensé jamás, a mis amigos, a Casandra…pero tenía que irme, era la mejor decisión.

Pasaron 2 semanas, no fui a clases ni al cementerio, no me podía despedir de ella, no me sentía con fuerzas. Sé que a partir de ahora ya nada será como antes, todo cambiara para bien o para mal. Nos fuimos lejos y en todo el viaje llore desconsoladamente, sabía que tenía que olvidar y dejar todo atrás, pero a ella no la podía olvidar, sabía que pase lo que pase, ella, Gabriela era el único recuerdo vivo que tenia, ella no era un fantasma, ni un amor para recordar, ella era algo vivo que siempre iba a estar ahí, esa persona que ibas a temer volver a encontrar y que todo lo que sentiste algún día aun esta en el mismo estado, intacto.

Al llegar a mi nueva ciudad, a mi nueva casa, no pude soportar más y al instante en que me designaron habitación, me fui a ella, me recosté en el piso y no hice nada más que llorar, por todo, hasta que siento que mi pequeño hermanito David me abraza.

  • D : tranquila hermanita, todo estará bien, estamos en una nueva ciudad y lo que hemos dejado atrás, con el tiempo se volverán solo recuerdos, a demás las personas siempre quedaran en tu corazón y ese es el lugar donde se atesoran los recuerdos más bonitos.-palabras sabias-.

  • R: chiquito…abrázame más fuerte.

Me quede dormida y soñé tantas cosas, con Gabriela, con Casandra, las dos me habían fallado y las dos me habían provocado tanto dolor a la misma vez y con Valeria, la mujer que me robo la vida, mi ayuda incondicional, mi único y verdadero amor,  jamás podre olvidarlas a ninguna de las tres.

Desperté y mi hermanito estaba durmiendo en mi pecho, lo abrace y pensé en el futuro, en como seria ni nada hubiera pasado. Después de unos días ya instalados en nuestra nueva casa, entre a un colegio mixto, ahí termine mi 3ero y 4to medio. Entre a la universidad a estudiar  párvulo y así fueron pasando los años, viviendo de recuerdos e intentado olvidar a Gabriela o al menos lograr sacarla de mi interior que aun me hacia tanto daño tenerla dentro de mi alma.

Comencé a trabajar después de salir de la universidad en un jardín de infantes llamado “el arcoíris”, tenía alumnos de 3 a 4 años, era mi primera clase, los niños jugaban, lloraban y peleaban, pero yo tenía bastante paciencia. A mis 25 años había soñado varias veces con ser madre, pero no ser yo quien estuviera embarazada sino que mi pareja, por lo tanto ver a 22 niños corriendo y riendo para mí era mucho más que una profesión.

Había un pequeño que era muy tranquilo, el jugaba siempre con el mismo autito y siempre en el mismo lugar, llegaba por la mañana de la mano de su nana…durante dos semanas no vi a otra persona que lo viniera a dejar que no sea ella…poco a poco me fui acercando al pequeño para entender su situación y ayudarlo.

  • mi niñito, ¿qué pasa?

  • Nada, tía.

  • ¿Cómo te llamas?

  • Francisco-dijo agachando la cabeza-.

  • Francisco, ven para que armemos un rompecabezas juntos, ¿te parece?-dije tomándolo de la mano-.

  • Bueno tía-dijo animadamente-.

Fuimos juntos a buscar un rompecabezas y eligió uno donde salía un dinosaurio, me pareció un poco complicado para él, pero insistió y sorprendida me quede cuando con mucha facilidad comienza a armarlo. Era muy inteligente y me recordaba a alguien, tenia los ojitos penetrantes como los de…

Continuara…